martes, 30 de junio de 2015

Es necesario que el frasco de alabastro sea quebrado

La Biblia habla del ungüento de nardo puro (Juan 12:3). La Palabra de Dios usa intencionadamente el adjetivo puro. Ungüento de nardo puro se refiere a algo verdaderamente espiritual. No obstante, a menos que el frasco de alabastro fuera quebrado, el ungüento de nardo puro no podía ser liberado. Extraña que mucha gente valore más el frasco de alabastro que el ungüento. De la misma manera, muchos piensan que su hombre exterior es más valioso que su hombre interior. 

Este es el problema que afronta la iglesia en la actualidad. Es posible que valoremos demasiado nuestra propia sabiduría y pensemos que somos superiores. Unos pueden estimar sobremanera sus emociones y creer que son personas excepcionales. Y otros se valoran exageradamente a sí mismos y creen que son mejores que los demás. Piensan que su elocuencia, sus capacidades, su discernimiento y juicio, son mejores que los de otros. Pero debemos saber que no somos coleccionistas de antigüedades, ni admiradores de frascos de alabastro, sino que buscamos otra cosa, el aroma del ungüento. Si la parte exterior no se quiebra, el contenido no puede salir. Ni nosotros ni la iglesia podremos seguir adelante. No debemos seguir estimándonos en demasía a nosotros mismos.

El Espíritu Santo nunca ha dejado de obrar en los creyentes. De hecho, muchos pueden dar testimonio de la manera en que la obra de Dios nunca se ha detenido en ellos. Ellos se enfrentan a una prueba tras otra, un incidente tras otro, mientras el Espíritu Santo tiene una sola meta en toda Su obra de disciplina: quebrantar y deshacer al hombre exterior, para que el hombre interior encuentre salida. Pero nuestro problema es que en cuanto enfrentamos una pequeña dificultad, murmuramos, y cuando sufrimos alguna pequeña derrota nos quejamos. El Señor ha preparado un camino para nosotros y está dispuesto a usarnos, pero en cuanto Su mano nos toca, nos sentimos tristes. Alegamos a favor de Él o nos quejamos ante Él por todo. Desde el día en que fuimos salvos, el Señor ha estado obrando en nosotros de muchas formas con el propósito de quebrantar nuestro yo. Lo sepamos o no, la meta del Señor siempre es la misma: quebrantar nuestro hombre exterior.

El Sacerdote que encontró a Cristo

Nací en Venecia, al norte de Italia, el 22 de marzo de 1917. A la edad de 10 años fui enviado a un seminario católico romano, en Piacenza; después de 12 años de estudio, recibí la ordenación al sacerdocio el 22 de octubre de 1939.
Dos meses después, el Cardenal R. Rossi, mi superior, me envió a América como sacerdote asistente de la nueva iglesia italiana. Mi único anhelo y ambición, entonces, era complacer al papa.
Mas fue un domingo, en febrero del año 1944, cuando por casualidad, sintonicé un programa religioso. Mi teología fue violentada por un texto que oí. “Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo.” ¡Así que, pensé, ¡vaya!, ¡no es pecado contra el Espíritu Santo creer que uno es salvo!
Recientemente me había convertido, y mi mente ya estaba albergando dudas en cuanto a la religión romana. Comencé a preocuparme más de las enseñanzas de la Biblia que de los dogmas y bulas del papa. Entre tanto, personas pobres me pagaban cada día de 5 a 30 dólares por 20 minutos de Misa, porque prometía librarles las almas de sus familias del fuego del Purgatorio. 

Pero cada vez que yo veía el crucifijo grande sobre el altar, me parecía que Cristo me reprendía diciéndome: “Tú estás robando dinero de gente pobre y trabajadora por medio de falsas promesas. Enseñas doctrinas contra mis enseñanzas. Las almas de los que creen no van a un lugar de tormento, porque Yo he dicho: “Bienaventurados los muertos que de aquí en adelante, mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos; porque sus obras con ellos siguen” Apocalipsis 14:13.  Y continuaba, “yo no necesito repeticiones del sacrificio en la cruz porque mi sacrificio fue completo. Mi obra de salvación fue perfecta, y Dios la sancionó levantándome de entre los muertos. “Porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.” (Hebreos 10:14) “Si vosotros los sacerdotes y el Papa tenéis poder para librar las almas del purgatorio con misas e indulgencias, ¿por qué esperáis hasta recibir una ofrenda? Si veis a un perro quemándose en el fuego, ¿esperáis a que el dueño os traiga 5 dólares para sacar el perro de allí?”...
En esos momentos, en  misa, no podía debatir, ni tenía argumentos para ello, con el Cristo en el altar.

Cambie el rumbo de sus hijos hacia Dios

Y todos tus hijos serán enseñados por Jehová; y se multiplicará la paz de tus hijos. Isaías 54:13
Hoy día, hay muchos padres cristianos que están perdiendo el tiempo preocupándose por sus hijos.
Hace años, mi esposa y yo notamos una influencia diabólica tratando de tomar posesión de la vida de nuestros hijos, así que un fin de semana acordamos tomar cuatro o cinco versiones de la Biblia, y comenzamos a escudriñar las escrituras y a escribir oraciones de paz con respecto a ellos. "Desnudamos" al diablo con la Palabra de Dios, y comenzamos a decir: “Gracias a Dios nuestros hijos no van para el infierno. Gracias a Dios a ellos se les enseña del Señor y grande es su paz”. En vez de preocuparnos por el problema, alabamos a Dios por la solución.
Las cosas no cambiaron al instante. Pasamos por tiempos difíciles, pero la Palabra comenzó a cambiar las cosas. Hoy, nuestros hijos le sirven a Dios de todo corazón.
Si sus hijos están en problemas, no pierda el tiempo en preocuparse, empiece a hacerles creer. Haga que la Palabra obre en sus vidas. Ate al diablo con ella y dígale que él no puede adueñarse de ellos. Siga las instrucciones de Mateo 9:38: “Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies”, para que los envíe al campo donde les puedan ministrar a sus hijos. Dios sabe a quién oirán ellos, y también cómo llevar a esas personas a la vida de sus hijos en el momento preciso.

Sigamos Soñando

Cuando todo pase, ¿cuál será el legado que habrás dejado a la siguiente generación? ¿Habrás hecho algo realmente relevante en tu vida que trascienda más allá de lo que tu mente finita pueda imaginar?
¿Qué ocurrió con todas esas metas y sueños que una vez tuvimos pero que por diferentes motivos, como inexperiencia, falta de motivación o de recursos, hemos optado por dejarlos?, ¿por colgar los guantes en plena pelea?
Si me pudiera definir en una sola palabra yo escogería: “SOÑADOR”, pues es exactamente lo que he sido toda mi vida, y aunque me he estrellado muchas veces con la cruda verdad del fracaso, también he podido ver muchos de mis sueños cumplirse, incluso aquellos que yo pensé que eran imposibles.
Muy posiblemente no todos tus sueños se lleven a cabo, quizá algunos de ellos sí, pero esto nunca lo sabrás si no lo intentas… Si no te arriesgas a cruzar el río jamás sabrás lo que te espera en la otra orilla.
Quien se atreve a seguir soñando nunca envejece sino que se mantiene entusiasmado con sus mañanas. De hecho, la falta de sueños es, en última instancia, sinónimo de muerte en vida.
El problema con muchos de nosotros es que hemos dejado de soñar, probablemente a consecuencia de los obstáculos que impidieron la realización de algún sueño en particular.
Sin embargo, muchos de nuestros sueños sí se habrán de cumplir si ponemos ganas y nos aferramos al Señor.

lunes, 29 de junio de 2015

¿Estás dispuesto?

Descendió de Judea un profeta llamado Agabo, y tomó el cinto de Pablo, y atándose los pies y las manos, dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los judíos en Jerusalén al varón de quien es este cinto, y le entregarán en manos de los gentiles. Al oír esto, le rogaron que no subiese a Jerusalén. Entonces Pablo respondió: ¿Qué hacéis llorando y quebrantándome el corazón? Porque yo estoy dispuesto no solo a ser atado, más aun a morir en Jerusalén por el nombre del Señor Jesús. Hechos 21:10-13
Pablo debía volver a Jerusalén a pesar de que le esperaban dificultades, porque debía dar testimonio del poder de la resurrección de Jesucristo. No iba a dejar de hacer su tarea por miedo a lo que podrían hacerle.
Su disposición no fue al calor de sus emociones o por capricho, sino que se debía a una genuina pasión por Dios, tanto es así que consideró el morir por esta causa, ya que había tenido un encuentro sobrenatural con Jesús y vivía para Él.

¡Vuela Más Alto!

Inmediatamente después de la 2ª Guerra Mundial, un joven piloto inglés probaba un frágil avión monomotor en una peligrosa aventura alrededor del mundo. Poco después de despegar de uno de los pequeños e improvisados aeródromos de la India, oyó un ruido extraño que venía de atrás de su asiento, y se dio cuenta que había una rata a bordo que si roía la cobertura de lona, podía destruir su frágil avión.
Podía volver al aeropuerto para librarse de su incómodo, peligroso e inesperado pasajero, pero de repente, recordó que las ratas no resisten las grandes alturas.
Volando cada vez más alto, poco a poco cesaron los ruidos que ponían en peligro su viaje.

Puede que haya situaciones u obstáculos que estén poniendo en peligro tu vida espiritual; NO permitas que esto te derribe, ¡VUELA MÁS ALTO!
Elévate a la presencia de Dios; Él te hará levantar el vuelo y te hará volar siempre alto, muy alto. Desde arriba podrás ver tus problemas como insignificancias, y en Su presencia perecerán.

Por un cambio radical en nuestra vida

SALMO 50:14-15 ”Sacrifica a DIOS alabanza, y paga tus votos al Altísimo; e invócame en el día de la angustia; te libraré, y tú me honrarás.” (Reina Valera)
¡Sea la gratitud tu ofrenda a DIOS; cumple al Altísimo tus promesas!  Llámame cuando estés angustiado; yo te libraré, y tú me honrarás.” (DIOS Habla Hoy)

La Biblia nos enseña que DIOS reina en una atmósfera de alabanza y adoración. Él vive rodeado de ángeles que día y noche le presentan alabanza continua.
También DIOS hace su habitáculo permanente aquí en la tierra, en medio de las alabanzas que su pueblo le ofrece. Así como en el cielo existe alabanza, también la hay aquí en la tierra.
Ahora bien, los únicos cualificados espiritualmente para alabar y adorar al DIOS vivo y verdadero, son los que le han entregado su vida a Cristo y lo han reconocido como el Salvador y Señor de sus vidas.
Un nuevo cántico de victoria existe en el creyente fiel a DIOS. Antes de conocer a Cristo, nuestra alabanza iba dirigida a otras cosas, pero ahora que lo conocemos esta alabanza se ha centrado en Aquél que es digno de recibirla: nuestro DIOS. El cristiano fiel y obediente debe ser un practicante continuo de la alabanza.
Muchos creen que solo la iglesia es el lugar donde se debe cantar y alabar a DIOS. Pero la Biblia nos enseña, con el pasaje anterior, que diariamente debemos hacer el sacrificio de alabanza al Señor, alabarlo en cualquier circunstancia, cuando todo nos sale mal y cuando todo nos sale bien.

Eres hijo de Dios, perdónate, Él te escogió


"sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte;  y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es.”
1 corintios 1:27-28 (Reina-Valera 1960)
Puede que la mayoría de nosotros hayamos leído o escuchado estos versículos muchísimas veces en nuestra vida, las mismas veces que Dios nos ha intentado hablar de ello, pero no lo asumimos, no nos lo apropiamos como deberíamos. Decimos: "es que ya sé de qué se trata, ya lo leí, ya me lo sé"; y seguimos teniendo esa actitud al volverlo a leer. Es así porque aún no ha cristalizado como debería en nosotros, pero cada palabra que sale de Dios debería marcar un antes y un después cada día de nuestra vida, y en este caso, siempre tenemos cosas que mejorar, analizar y poner en práctica.
falta de perdonViene a cuento esto, porque pasamos por momentos de tristeza y desánimo por la misma razón de siempre, porque dudamos y nos hace falta apropiarnos de la identidad que tenemos en Cristo. Cuando tenemos claro por quién fuimos escogidos, difícilmente las tormentas nos destruirán; nos hace falta saber cuál es nuestra identidad, saber quiénes somos y para qué fuimos llamados. Porque el enemigo siempre usa la misma táctica de acusarnos con los errores del pasado, errores que puede que no estemos cometiendo en la actualidad, pero que aún los soportamos; no entendemos que Dios nos escogió así de imperfectos, y obviamente, si Él nos prefirió es porque lo quiso así y lo necesitábamos; quien necesita del médico es quien se encuentra enfermo. ¿Acaso no nos limpio Jesús con su sangre y nos dio su perdón?, para eso vino a morir en esta tierra.
Entonces, SOMOS HIJOS DE DIOS, tengámoslo siempre claro, y sí, éramos lo peor de lo peor, pero estamos en proceso de cambio; YA NO SOMOS LOS MISMOS DE ANTES. Antes no entendíamos que Dios nos eligió para avergonzar al altivo, y por eso los que terminamos avergonzados somos nosotros mismos. Porque aunque éramos débiles, Dios nos dio de su fortaleza, su poder se perfecciona en nuestra debilidad; ¡sigámonos comportando como débiles, para que "diga el débil, fuerte soy"!

Vive tu vida de manera que los demás siempre te recuerden.

Hay una frase que dice:“cuando naciste, tú llorabas y todos alrededor sonreían; vive tu vida de tal forma que cuando mueras, tú sonrías y todos alrededor lloren”.
No existe un manual de instrucciones que nos explique cómo poder vivir la vida de la mejor forma posible. No hay instrucciones exactas para cada uno, porque lo que le funciona a uno suele no funcionar a otro. Y además, cometemos errores que en ocasiones nos marcan de manera profunda.
Sin embargo, hay dos puntos importantes a resaltar de esta frase, que debemos considerar si queremos ser célebres:
1. Debemos tratar de vivir la vida intensamente, porque Dios nos la regaló. Por esta misma razón también es importante hacer cosas que nos causen felicidad. Tratar de cumplir nuestros sueños y metas, siempre y cuando vayan acorde a lo que Dios quiere para nuestras vidas. Debemos practicar más la paz y menos la guerra.
2. Solo sirviendo, amando, ofreciendo lo mejor de nosotros a los demás, es como se logran vínculos con las personas que nos rodean. Tenemos que trabajar pensando no solo en nosotros mismos y en nuestro bienestar; sino también en los demás y en su futuro. Un futuro que nos corresponde. y también corresponde a las personas que están a nuestro alrededor. Sembrando semillas que más adelante otros puedan recoger y cosechar. Dejando huellas de excelencia y amor en cada cosa que realicemos.

domingo, 28 de junio de 2015

La Obra Maestra de Dios

pinceles pintura obra maestra¿Te has fijado en el precio de algunas obras de arte? Muchos desembolsan miles de euros para tener en su poder ciertas pinturas o esculturas creadas por algunos de los artistas más talentosos (la mayoría ya muertos). Es verdaderamente asombroso el hecho de que los medios de prensa anuncien frecuentemente, una nueva venta millonaria de una de estas obras. Se pagan verdaderas fortunas a cambio de un dibujo, una talla, un lienzo coloreado, etc., aunque algunas de estas artesanías solo pueden ser adquiridas por personas con muy alto poder adquisitivo, y otras valen tanto que su precio es "incalculable". 

¿Qué es lo que hace a una obra ser maestra?
No es el qué, es un "quién", y la hace un maestro.

¿Sabes que hay un maestro que trabaja día y noche para sacar lo mejor de ti? Tu vida es una obra magistral que vive y respira, una obra que un día fue adquirida por el Hijo de Dios, y en breve será trasladada al lugar mas exclusivo del universo "La ciudad celestial". Una obra que fue comprada con el precio más alto que jamás se ha pagado ni se pagará jamás, y ya no estás en venta. Eres arte puro de Dios, con su toque perfecto; Él ha pintado con su pulso maestro en el lienzo de tu vida, ha trazado su mejor dibujo, usa hermosos colores y, con sus más suaves pinceles te retoca día a día. Él está seguro de su talento pero también sabe que llevas trabajo, por lo que te dedica mucha concentración y esfuerzo, te brinda su mejor tiempo, inspiración, creatividad, y pone todo su amor para hacer la obra maestra que confía que serás; y lo hace con verdadero placer porque eres su pasión. Cada linea trazada por su pincel, cada color, simboliza una cualidad suya que quiere formar en ti. Si has puesto tu vida en sus manos puedes estar tranquilo, no solo por el hecho de 
que sean las manos del mejor artista, del mejor maestro, sino porque Él ama a sus obras.
 "Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas". Efesios 2:10. 

Nuevas oportunidades, Nuevas posibilidades

“Cualquier cosa que puedas hacer, o soñar que puedes, empiézala. Porque la audacia tiene genio, poder y magia.”  
Todos sabemos que el cambio es inevitable, sin embargo, muy poco o nada hacemos por cambiar. Pero vivimos en un mundo constante de cambios que requiere nuevas soluciones con el fin de avanzar en cualquier área, y si no te quieres estancar debes buscar cambiar. Si quieres triunfar debes pensar qué cambios quieres hacer en tu vida, y atreverte a realizarlos.
“No basta saber, se debe también aplicar. No es suficiente querer, se debe también hacer.” 
Cada día hay nuevas oportunidades, nuevas posibilidades, y no tienes excusas para no hacer aquello que quieres hacer. Los mayores obstáculos no están afuera, están dentro de nosotros; hay gigantes con los cuales estás luchando que no te dejan avanzar y mucho menos cambiar, por ejemplo: la duda, la baja autoestima, la falta de confianza, la inseguridad,... entre otros.
Cuando piensas en tus gigantes, crees que no estás hecho(a) para ganar; y se te están yendo las oportunidades de avanzar, se te cierran las posibilidades y se van los mejores años de tu vida. Tus gigantes te atemorizan de tal forma que te dices “no puedo cambiar.” En fin, acabamos convertidos en victimas del cambio.
“Si no haces cambios en tu vida, la vida no puede darte lo que esperas.” 

¿Estás cerca de Dios?

¿Has pensado en lo que significa la oración en la iglesia? Si leemos el libro de los Hechos podemos ver la vida de grandes hombres de Dios. Por ejemplo, los primeros discípulos eran hombres sin letras y del pueblo, pero maravillaban a muchos. Hombres que, después de sufrir amenazas y afrentas, doblaban sus rodillas para pedir fortaleza y valor (Hechos 4:29-30), para tomar una decisión (Hechos 1:24), para pedir sanidad (Salmos 30:2), o por un milagro (1 Samuel 1:10-11).
Si leemos todos los libros de la Biblia, vemos que cada hombre que caminaba con Dios, véase Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, Josué, los Jueces de Israel, el Rey David, los profetas, Jesucristo o los Apóstoles, todos tenían una vida de oración que les permitía estar cerca de Dios y alcanzar su favor.
Sin embargo, la iglesia de hoy se ha acostumbrado a no orar, ya no dobla rodillas, no se quebranta en la presencia de Dios ni clama delante de Él.
Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua. Jeremías 2:13

El niño de Belén era el Dios todopoderoso

Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón. Lucas 2:7
Ante un recién nacido siempre sentimos una mezcla de emoción y admiración. Así sucedió con los pastores cuando Jesús nació. Habían sido advertidos por un ángel, que el niño que iban a encontrar, acostado en un pesebre en Belén, la ciudad de David, era el Salvador, el Cristo, el Señor. Y al verlo se maravillaron y glorificaron a Dios.

Inline image 1Sentimos la misma admiración al leer este pasaje. Estamos ante una belleza sublime pero no comprendemos suficientemente, el misterio de este nacimiento. El misterio es que Dios tenía que hacerse hombre, como estaba profetizado; o sea, pasar por el proceso que vive todo hombre desde el nacimiento hasta la edad adulta. El misterio de Belén, el niño Jesús, es la manifestación de un hecho único que sobrepasa todo conocimiento humano: la encarnación de Dios, es decir, Dios hecho hombre. Jesús es el Hijo de Dios. Es la base de la fe en Jesús, el Salvador del mundo. Jesús es plenamente hombre y plenamente Dios.

El hecho de que Jesús se rebajara de tal modo que se lo conozca como "el niño de Belén", o "el hombre crucificado del Gólgota", no es óbice para que sea el Todopoderoso. Al contrario, Jesús, el Hijo de Dios, es la verdadera revelación del poder y del amor divinos.

¡Qué bella prueba de amor por parte de Dios, que vino a vivir entre los hombres bajo la forma tan frágil de un recién nacido! La encarnación de Dios es la demostración del amor divino hacia el hombre, y para nosotros es un motivo de adoración: Jesús, el “Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros(Juan 1:14).

sábado, 27 de junio de 2015

El poder de lo pequeño

Habitualmente me levanto de la cama antes que las aves y observo la luz del sol inundar mi oficina cada mañana.
Amo esta hora del día. Pero lo que no amo es ser despertado bruscamente de un sueño profundo antes de la hora normal de levantarme, y desgraciadamente, todos los días de los últimos meses lo he sido.
Duermo con las ventanas abiertas, y alrededor de las 4:00 de cada mañana, llueve o solee, he tenido a ese pájaro "maluco“ en algún lugar” cercano, ¡emitiendo su canto de apareamiento en lo que parecieran 130 decibelios! Muchas veces he intentado comparar con insistencia, ese sonido con una criatura del tamaño de un pterodáctilo consumiendo algún tipo de sustancia.
¡Pero esa astuta criaturita nunca se dejó ver! Aprecio la naturaleza tanto como cualquiera, ¡pero ese gran ruido a esas horas de la mañana no es música celestial, precisamente para mis oídos! En un momento de agitación en que mi emplumado adversario me colocó, pensé en ubicar a un “deportista tirador” en el vecindario que se encargase de él, pero aquello no dejó de ser tan solo un anhelo fantasioso. Además, no creo en el “deporte de la cacería”.
Ahora, sin embargo, me he acostumbrado bastante a mi alarma residente en árbol y a mirar el lado positivo de esta situación; hasta podría agradecerle por la hora adicional de trabajo que he podido invertir cada día.

El corazón, un mal consejero

¡Actúa según lo que te dice tu corazón! Seguro que has escuchado ese consejo. Yo sí, y de hecho, muchas veces me lo he dado a mí mismo. Más aún, podría decir que generalmente sigo este consejo. Es la forma como vivimos hoy. El problema de seguir este consejo es que es contrario a lo que la Escritura enseña. Es lo que se llama un “consejo satánico”, nos hace mal. Pone la base de nuestras decisiones en arenas movedizas, y, al final, nos lleva a tomar decisiones equivocadas.

Este consejo es dado cuando tenemos dudas y preguntamos sobre lo que debemos hacer. Cuando decimos “¡sigue lo que dice tu corazón!”, en realidad estamos diciendo “¡haz lo que quieras!”. Cuando seguimos a nuestro corazón fijamos en nosotros mismos, el criterio a seguir, somos nosotros los que decimos qué es bueno y qué es malo. Asumimos la autoridad de Dios, el lugar de Dios, y, al fin de cuentas, nos creemos Dios. Esto es idolatría.

Cuando se dice “¡Sigue lo que dice tu corazón!”, en realidad se afirma que el hombre es independiente para tomar sus propias decisiones y que él puede elegir el criterio para tomar ésas. Y generalmente, este consejo viene junto a otro igual de diabólico: “lo que importa es que seas feliz”. Esto es así porque nuestra cultura piensa así, de forma individualista y hedonista. El hombre se transforma en el centro de su "mundo", y lo que le da sentido a ese mundo es su propia felicidad. Felicidad que se consigue por el cumplimiento de los propios deseos. “¡Sigue lo que dice tu corazón!” es un llamado a hacer lo que es bueno a los ojos de cada uno.

No a la división

La división es consecuencia de preferir a unos más que a otros. Pero la presencia de los débiles entre nosotros, nos obliga a considerar a todos, y no a unos pocos.
Al contrario, los miembros del cuerpo que parecen más débiles son indispensables. Versículo: 1 Corintios 12:22
Cada congregación tiene al menos dos o tres personas que entran dentro de esta categoría, hermanos que calificaríamos de "débiles". Son esas personas problemáticas que no terminan de insertarse total y correctamente en el cuerpo, especialistas en comportamientos o comentarios inapropiados. El resto convivimos con ellos, movidos por una mezcla de tolerancia y lástima. ¿No hemos sido llamados, acaso, a la compasión?
Aun con esta perspectiva, la declaración del apóstol Pablo nos confunde. ¿Qué quiere decir?, ¿los miembros del cuerpo que parecen ser los más débiles son los más necesarios? Estamos acostumbrados al valor de las personas por la contribución que hacen a nuestras vidas. Con este parámetro, ¡estos "hermanitos" definitivamente no parecen los más necesarios! De hecho, parecen los menos importantes. Los verdaderamente necesarios para el buen funcionamiento del cuerpo son el pastor, los ancianos o los diáconos. ¡Ellos sí sirven a la iglesia con sus dones y talentos!
Pero el Señor, en su maravillosa sabiduría, sabe que la única manera de enseñar el verdadero amor y la genuina compasión es colocando en medio de nosotros, a una persona que necesita ese amor.
Nuestro problema es que estamos mirando la declaración del apóstol desde la óptica equivocada. Mientras busquemos entenderla a la luz del beneficio que nos dan los demás, no tendrá sentido para nosotros lo que él está diciendo. Pero Pablo no pensaba que estos hermanos problemáticos eran los más necesarios por lo que nos dan a nosotros. Son necesarios porque nosotros nos vemos obligados a darles a ellos.

Dios te ha estado preparando para una Misión especial

"Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; cetro de equidad es el cetro de tu reino. Has amado la justicia, y aborrecido la maldad, por lo cual te ungió Dios, el Dios tuyo, con óleo de alegría más que a tus compañeros". Hebreos 1:8-9
José entregado por sus hermanosEstudiando la vida de José y la de Jesús, observamos que ambos fueron ungidos para una tarea especial. Cuando Jacob fabricó un abrigo de muchos colores para su hijo José, lo puso por encima de sus hermanos. Esta era una señal de que Dios había escogido a José ya desde niño, para llevar adelante una labor de vida como líder.
Pero el adiestramiento que soportó no fue nada fácil. José padeció la dureza de la prueba, sus hermanos lo traicionaron y lo vendieron como esclavo, fue encarcelado y aparentemente, olvidado por Dios, y muy posiblemente en mas de una ocasión, se debió
 haber preguntado,"¿por qué me sucede todo esto?" 
Nosotros, estudiando los hechos ya narrados, podemos llegar a entender las causas de las tribulaciones que José atravesó, y que él no pudo entender en su tiempo. Sin duda, estaba aprendiendo a tener la humildad necesaria para llevar adelante el liderazgo para el que Dios lo había escogido.
Nuestro Señor es el mayor ejemplo de humildad. Él dejó su trono entre los ángeles para adquirir naturaleza de hombre; "¡Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?!" Mateo 27:46. Y así como José salvó a Egipto y a gran parte del mundo de la gran hambruna y de la muerte física, Jesús nutrió al mundo entero con alimento espiritual, y salvará a millones de almas de la muerte eterna.

La ofrenda de la viuda

Es interesante, y en ello se hace hincapié, resaltar que las cosas grandes se componen de partes pequeñas; todas, sin excepción. Por ejemplo, los mares no serían mares sin las muchísimas pequeñas gotas que los forman...
Las montañas nos impresionan por su grandeza, pero estas mismas montañas no serían nada si no fuera por la combinación de peñas, rocas, piedras y aún más importante, los granos de arena, incluso el polvo de tierra que les da forma y sustancia y permite que la flora las adorne y embellezca.
El dicho, “Roma no se construyó en un día” nos indica esto también. Vemos que lo grande, lo importante y lo bello es el producto de la acción de muchos elementos pequeños. Esto es verdad especialmente, con respecto a lo espiritual.
El amor de la madre no se demuestra solo por el hecho de haber dado a luz a su hijo. Ese amor maternal tan loable es la suma de los sacrificios de cada día, de largos años de preocupación por el bienestar de su hijo, lo cual llega a ser obsesión en su vida. La madre no lo considera como un sacrificio, todo lo contrario, gozo y deseo en su existencia, el darse a sí misma hasta el último suspiro.
Durante la segunda guerra mundial, una parte de las fuerzas aliadas, compuestas de ingleses, franceses y norteamericanos, se encontró atrapada en la costa del Norte de Francia. Los nazis iban a echarla al mar. ¿Cómo salvar a esos soldados de la destrucción que les esperaba? No había barcos militares suficientes, listos para transportar a esos valientes que afrontaban la muerte a una distancia de solo unos treinta y cinco kilómetros.
En Inglaterra, el primer ministro hablando por radio, explicaba la situación al pueblo, suplicando a cada persona que tuviera barco, no importaba el tamaño, se lanzara al mar hacia la costa norte de Francia para rescatar a estos soldados.
Fue sorprendente el resultado. Millares de individuos en sus barcos, algunos, pocos de ellos, yates, pero la mayoría lanchas pequeñas y hasta embarcaciones de remo, se dirigieron a alta mar. Formaban una flota unida y potente porque tenían un solo fin y todos estaban consagrados a hacer lo que pudiesen con lo que tenían. Para muchos su única posesión era su lancha; con ella, todo lo que tenían para poder ayudar a los que necesitaban su servicio...
... La mayor parte de los soldados llegaron salvos y sanos a Inglaterra, gracias a tantos que ofrecieron lo poco que tenían. Mucho se puede conseguir, siempre y cuando uno esté dispuesto a ofrecer lo que tiene aunque le parezca poco.

viernes, 26 de junio de 2015

¿Y por qué necesito yo a Jesús?

Hay personas que consideran su vida tan perfecta, que no tienen necesidad de algo que no sea como el “exitoso bienestar” que las cosas de este mundo les generan. La salud, el dinero, el reconocimiento y los triunfos son más que un aliciente en sus vidas para creerse en el control de todo lo que pasa a su alrededor. Mientras más éxito tienen, más confianza tienen en sí mismos, una peligrosa y egocéntrica trampa. Es la triste realidad de muchas personas en la actualidad; creen que porque son “prósperos” no tienen necesidad de nada más, limitan su existencia al disfrute de la vida y piensan que lo más importante es gozar de los placeres que el mundo les ofrece. Vivir para ellos significa satisfacer sus deseos e incluso no importa lo aberrantes que puedan parecer con tal de que les genere placer.
Cuando te encuentras con una persona así y pretendes predicarle el Evangelio de Jesucristo, con el fin de que comprenda cuál es su verdadera necesidad y el propósito real por el cual fue creada, no puedes dejar de sentir cierto grado de impotencia al saber que su mente está cauterizada por el amor que le tiene a lo que, para ella, representa su mayor tesoro (sus bienes, sus riquezas, sus intereses, etc.).
Es triste que vean a Jesucristo solo como un amuleto de la buena suerte; suerte contraria para los que supuestamente, según ellos, se encuentran en dificultades por no tener la misma condición de bienestar que tienen ellos. Suelen preguntarse ¿Por qué necesito yo a Jesús? ¿Qué me puede ofrecer Él que no tenga ya?  La respuesta es sencilla y fácil de comprender para los que hemos sido libres de tal ceguera espiritual, pero ellos no se disponen para tratar de entenderlo. Sin importar la condición de bienestar que pueda aparentar una persona, si esta no tiene a Jesucristo está muerta, no tiene vida. Y no hay peor desgracia que estar muerto en el espíritu.
Dios nos creó a su imagen y semejanza, a fin de que fuéramos una expresión de la plenitud de su amor, de su santidad y su justicia; sin embargo, a causa del pecado fuimos apartados de su divina presencia y este propósito fue truncado. Por lo tanto, envió a su Hijo Jesucristo para morir en una cruz, para que por medio de Él nuestros pecados fueran crucificados y de esta manera, nuestra relación con Dios fuera restituida. Jesucristo nos reconcilió con Dios, por Él hemos sido perdonados y justificados. Jesucristo nos libró de la ira justa de Dios. Él nos salvó y nos dio la vida pura y sin mancha que una vez el pecado contaminó. Jesucristo murió y al tercer día resucitó para darnos perdón, salvación y vida eterna.

La Mejor Forma de Orar a Dios

Cierto día, un cura católico, un pastor evangélico y un gurú se pusieron a discutir sobre cuales eran las mejores posiciones para orar a Dios, y cerca de ellos, un técnico de una empresa de telefonía los escuchaba atentamente.
"De rodillas es definitivamente, la mejor manera de rezar", dijo el cura católico.

"No", dijo el pastor evangélico," los mejores resultados se obtienen con las manos extendidas al cielo".
"Los dos están equivocados", dijo el gurú, "la posición más efectiva para la oración es tumbado boca abajo en el suelo".
El técnico no pudo contenerse e interrumpió, "hola amigos, disculpen que me meta. La mejor oración que yo hice en mi vida fue una vez que quedé colgado boca abajo, en la cima de un poste de teléfono a 15 metros de altura". 

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Cuando los apóstoles le dijeron a Jesús "Señor, enséñanos a orar", Él no les dijo que debían poner sus cuerpos en una postura en particular o en una posición determinada, pero en cambio, les enseñó que debían llegar a Dios con una actitud de humildad, respeto y dependencia de Él.

¿Qué guía tu vida?

Vi además que tanto el afán como el éxito en la vida despiertan envidias. Eclesiastés 4:4 (NVI)
El hombre sin propósito es como un barco sin timón, un soplo, nada, nadie. 


Todos tenemos algo que guía nuestras vidas.
Los diccionarios definen el verbo guiar como “mover, conducir o empujar”. Da igual que conduzcas un automóvil, claves algo o golpees una pelota de golf, eres tú quien guía, empuja o mueve ese objeto en ese instante. ¿Qué es lo que guía tu vida?
Quizás lo que te guía en estos momentos sea un problema, un plazo o una exigencia. También puede que seas guiado por un mal recuerdo, un temor constante o una costumbre involuntaria. Hay cientos de circunstancias, razones y sentimientos que guían tu vida. 
Veamos los cinco más comunes:
- A muchos los guía la culpa. Se pasan toda la vida huyendo de sus errores y ocultando su vergüenza. Quienes cargan culpas son controlados por sus recuerdos. Permiten que su futuro sea controlado por su pasado, y sin darse cuenta, se castigan a sí mismos, menospreciando sus propios logros. Cuando Caín pecó, su culpa lo separó de la presencia de Dios, y el Señor le dijo: “en el mundo serás un fugitivo errante” . Lo que ilustra hoy a la mayoría de la gente: va por la vida sin ningún propósito.
Sí, de acuerdo, somos el resultado de nuestro pasado, pero no tenemos que ser prisioneros del mismo. El propósito de Dios para ti, no está sujeto a tu pasado. Él, que convirtió a un asesino llamado Moisés en un líder, y a un cobarde llamado Gedeón en un héroe valiente, también puede hacer cosas increíbles con lo que te queda de vida. Dios es experto en hacer borrón y cuenta nueva a la gente. La Biblia dice: ¡Feliz el hombre a quien sus culpas y pecados le han sido perdonados por completo”.

-A otros muchos los guía la ira y el resentimiento. Se aferran a heridas que nunca logran superar. En vez de sacarse el dolor por medio del perdón, lo repiten una y otra vez en sus mentes. Los que viven motivados por el resentimiento se “enclaustran” en sí mismos e interiorizan su ira; o“estallan”, explotan ante los demás. Ambas reacciones son dañinas e inútiles.
El resentimiento siempre te daña más a ti que a la persona con la que estás resentido. Mientras la persona que te ofendió quizás olvide la ofensa y siga su vida, tú continúas hirviendo de dolor, perpetuando el pasado.
Pero oye bien: los que te hicieron daño en el pasado no pueden seguir haciéndotelo, a menos que te aferres al dolor por medio del resentimiento. ¡Lo pasado, pasado está! Nada lo podrá cambiar. Te estás haciendo daño a ti mismo con tu amargura. Por tu propio bien, aprende de todo eso y libérate. La Biblia dice: “Entregarse a la amargura o a la pasión es una necedad que lleva a la muerte”.

- A otros los guía el temor. Sus miedos pueden ser resultado de experiencias traumáticas, de falsas expectativas, de haber sido criados en un hogar de disciplina rígida o incluso de una predisposición genética. Cualquiera que sea la causa, las personas condicionadas por el temor pierden oportunidades porque temen aventurarse a emprender cosas. Van a lo seguro, evitan riesgos y tratan de mantener su estatus.
El temor es un tipo de cárcel que tú mismo te impones, impidiéndote llegar a ser lo que Dios desea que seas. Debes reaccionar contra eso con las armas de la fe y el amor. La Biblia dice: “La persona que ama no tiene miedo. Donde hay amor no hay temor. Al contrario, el verdadero amor quita el miedo. Si alguien tiene miedo de que Dios lo castigue, es porque no ha aprendido a amar”.

¿Hay un Infierno?

Si preguntáramos al hombre de la calle: ¿Hay un infierno?, muy posiblemente nos diría, “¡No Señor, eso es un cuento de mal gusto!” Por lo menos un 70 % de la población humana no cree en la existencia del infierno. Otros no sabrían qué decir. Ahora bien, los que creen en su inexistencia dicen que pueden probar ante la Biblia, que “lo del infierno” es un mito. Desde luego, sobre este particular hay diversas posibilidades de discusión.
UNA ENSEÑANZA FALSA MUY PELIGROSA
Nuestro estudio de investigación bíblica lo iniciamos con una cita muy breve. La encontramos en 2 Timoteo 2.16-18“Mas evita profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad. Y su palabra carcomerá como gangrena; de los cuales son Himeneo y Fileto, que se desviaron de la verdad, diciendo que la resurrección ya se efectuó, y trastornan la fe de algunos.”
Estas palabras las escribió el apóstol Pablo. Se aprecia en ellas, que para él no era igual lo que se enseñaba, sino, insistió en ello, la enseñanza misma de la verdad bíblica. El caso es que la cuestión de la resurrección y del infierno son, en cierto modo, compatibles y nunca separables. Representan el fundamento de la fe y doctrina cristianas. El que niega la vida después de la tumba, lógicamente, también niega el infierno como lugar de castigo.
Pero si no hubiera infierno, ¿cómo sería el castigo por el pecado? ¿No sería un término vacío? Toda la vida de sufrimiento y la muerte misma de Cristo carecerían de valor. ¿Qué significarían, entonces, las palabras de Pedro que “en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4.12). ¿Para qué necesitaríamos “la salvación”, si no hubiera el peligro de “la desgracia”? Si no hay infierno, y si el hombre no puede llegar a tener tal desdicha, ¿para qué es la salvación?
Es preciso que se predique a una congregación “todo el consejo de Dios” (Hechos 20.27). Y todo “el consejo” incluye también la doctrina del infierno.

jueves, 25 de junio de 2015

Firme usted su obra con excelencia

Ya sea que tenga dinero en el banco
O negocie su futuro en Wall Street…
Venda hamburguesas en un puesto de playa
O prepare platos de pasta en un restaurante de cinco estrellas…
Corte árboles gigantescos en el noroeste
O recoja leña y la distribuya…
Entrene a un equipo
O pastoree una congregación…
Publique libros de éxito
O distribuya periódicos muy temprano por la mañana…
Sea estrella de sus propios programas de televisión
O repare casetes…
Administre muchas hectáreas de granja
O corte césped y los arbustos en el vecindario…
Salga a vender ordenadores
O conduzca un camión cargado de maquinaria…
Construya casas
O limpie piscinas…
Discuta casos delante de un juez
O se encargue de disputas familiares como consejero,
Hágalo todo lo mejor que pueda porque no hay tareas inferiores. Solamente las personas que las ven como tales, se vuelven inferiores al realizarlas.
Toda tarea es un autorretrato de la persona que la ejecuta. Firme su obra con excelencia.
Daniel 6:3
Pero este mismo Daniel sobresalía entre los funcionarios y sátrapas porque había en él un espíritu extraordinario.

¿Qué es el Jueves Santo?

El Jueves Santo (en ingles, el Jueves Maundy) es el jueves de la Semana de la Pasión, un día antes del Viernes Santo (el jueves antes del Domingo de Pascua). El Jueves Santo es el nombre dado al día en el que Jesús celebró la Pascua con sus discípulos, conocido como la Última Cena. Dos eventos importantes son el eje central del Jueves Santo.

En primer lugar, Jesús celebró la Última Cena con sus discípulos y, por tanto, instituyó la Cena del Señor, también llamada Comunión (Lucas 22:19-20). Algunas iglesias cristianas observan físicamente, una celebración especial de la Cena del Señor el Jueves Santo, solo como recuerdo de la Última Cena de Jesús con sus discípulos. 

En segundo lugar, Jesús lavó los pies de los discípulos como un acto de humildad y servicio, estableciendo así un ejemplo de que debemos amar y servir el uno al otro mutuamente, en la humildad (Juan 13:3-17). Algunas iglesias cristianas observan físicamente, una ceremonia del lavado de los pies el Jueves Santo, para conmemorar a Jesús lavando los pies de los discípulos.

La palabra inglesa "Maundy" es traducida de la palabra latina "mandato." El “Maundy” en el Jueves Santo se refiere al mandato que dio Jesús a sus discípulos en la Última Cena, que deben amar y servir el uno al otro. ¿Debemos observar el Jueves Santo? La Biblia no lo ordena ni lo excluye. Está bien recordar la Última Cena y el sacrificio de Jesús en nuestro favor. Es bueno recordar el ejemplo de la humildad del Señor. Sin embargo, al mismo tiempo debemos evitar la ritualidad de observancias de este
 tipo, instituidos como días festivos, a menos que estén realmente enfocados en Dios y en nuestra relación con Él.