viernes, 3 de julio de 2015

Dar sin esperar...

Thomas Samson era un minero galés. Todos los días dedicaba largas horas al duro trabajo en la mina, con su vida en constante peligro, a cambio de un pobre salario. 
Cierto día, el capataz de la mina le dijo:
-Thomas, se ha producido una vacante en un trabajo más liviano en la superficie. Trabajarías menos y te pagarían más. ¿Te interesa?
-Sí, por supuesto, respondió Thomas. ¡Claro que me interesa, señor! Sin embargo, ¿podría ofrecerle el trabajo a mi amigo Tregony? Él no es tan fuerte como yo, y temo que el trabajo en la mina acorte sus días. No quiero perder a un amigo. ¿Podría ocupar él ese puesto del que me habla?
Al capataz le conmovió la generosidad de Thomas y le dio el trabajo a Tregony. Thomas siguió trabajando duro, y en cuanto se produjo otra vacante en la superficie, el capataz enseguida se lo comunicó a Thomas, que esta vez sí aceptó el ofrecimiento. Thomas y Tregony trabajaron juntos durante veinte años.
Cuando uno se brinda con generosidad por otra persona, obtiene una buena reputación. Y seguramente luego tendrá un ascenso.
No es inútil en el mundo aquel que alivia la carga de otro.
Gálatas 6:2
Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.

Recibir sin dar…

Hay muchos tipos de personas, todos diferentes, como habitantes hay en el mundo aunque las diferencias sean muy sutiles, y por esto mismo nos es difícil ponernos de acuerdo e intentar vivir en paz. Dentro de todo este “zoológico” de especies humanas que somos, hay gente con personalidades excéntricas y otras más normales y corrientes, como diríamos de forma coloquial.
Dentro de nuestra especie humana, hay gente capaz de una generosidad que supera los límites de nuestra propia comprensión, seres casi celestiales capaces de darse al otro desinteresadamente. Son casi los “super-héroes” que vemos en reportajes televisivos. Sin embargo, recientemente cambió un poco mi criterio sobre ellos.
A lo largo de nuestra vida, nos tocará afrontar distintos desafíos e ir superando diferentes etapas. No es nada novedoso ni muy inteligente, pues todos lo sabemos casi desde el primer momento de nuestra vida. Lo que no sabemos es que en esas etapas, también estaremos rodeados de personas que aportarán a nuestra vida o nos la harán más difícil, según el propósito que tengan para nosotros.
Es así, como nos encontraremos con personas con quienes pasaremos tiempo, invertiremos recursos cognitivos y emocionales en hacerles compañía, y no recibiremos absolutamente nada a cambio. Es una relación en una sola dirección, sin ningún tipo de realimentación a la inversa. Dejando a un lado estas relaciones, tendremos otras en donde entregaremos y recibiremos algo a cambio; estas son relaciones basadas en el principio de la reciprocidad, y constituyen una bocanada de aire fresco frente al ahogo que nos produce el otro tipo de repertorio conductual, desarrollado por quienes se relacionan con nosotros solo desde el punto de vista de lo que pueden recibir de nuestra parte. Nadie puede sobrevivir en este mundo solo con el primer tipo, pues los seres humanos por condición casi genética, necesitamos de la RECIPROCIDAD. Funcionamos con esta lógica, y si no, no operaríamos con tanta naturalidad con la lógica de causa-efecto como lo hacemos en la cotidianidad.

Tus Decisiones

No tomes decisiones en base a tus emociones o motivaciones, tómalas en base a la convicción de la palabra de Dios.
El presente que estás viviendo, es el resultado de las decisiones que tomaste en tu pasado, y el resultado de tu futuro será el producto de las decisiones que tomes en tu presente. Una decisión nos separa de experimentar beneficios de parte de Dios, o tragos amargos de los cuales nos arrepentiremos.
Todos los días nos enfrentamos a tomar decisiones ante situaciones que se nos presentan pero, hablándote a ti, ¿en qué te basas cuando tomas una decisión? ¿En tu experiencia?, ¿en arriesgarte? o ¿en la palabra de Dios? Frecuentemente, solo hacemos lo que pensamos y no pensamos debidamente, en lo que vamos a hacer; es decir, no meditamos en cuáles serán los beneficios o consecuencias que traerán las decisiones que estamos tomando.
No seas sabio en tu propia opinión; teme a Jehová, y apártate del mal… Proverbios 3:7

Las catástrofes en el mundo

En tofo el mundo, la intensidad de las catástrofes naturales va en aumento. Mientras que el año pasado ya pasó a la historia como el año récord en desastres naturales, en este año casi no pasa una semana en que no nos alcancen nuevos informes tétricos.
En Australia, hace algunos meses, cayeron las más abundantes precipitaciones jamás registradas desde el comienzo de los registros hace unos cien años. Provocaron enormes inundaciones. La región inundada era tan grande como Alemania y Francia juntas.
Un poco después, el monstruoso ciclón “Yasi” golpeó a Australia, Mientras las inundaciones causadas por el ciclón mantenían ocupados a las fuerzas de rescate, el oeste de Australia se vio azotado por incendios forestales que resultaron incontrolables. Y al mismo tiempo ocurrieron otras catástrofes en otras partes del mundo.
Después de grandes tormentas, los desplazamientos de tierras en Brasil enterraron vivas a centenares de personas. Un hombre pudo salvar a duras penas a sus hijos, pero tuvo que presenciar, sin poder hacer nada, cómo su esposa fue llevada por las masas de lodo. Desconsolado, lloraba: “¡Podría perder todo, pero no a mi esposa!”.
La lista de desastres de los últimos años es infinita, olas gigantes en China, erupción de un volcán en Japón, terremoto en Haití, incendios en el monte Carmelo en Israel, tormentas de nieve en Estados Unidos, tsunami en Indonesia, y el terrible terremoto con tsunami incluido en Japón… Muchísimas personas perdieron la vida. Pero lo trágico es que en muchos casos podrían haber salvado sus vidas, atendiendo a las advertencias de las fuerzas de seguridad y siguiendo sus indicaciones.
Sin embargo, prefirieron quedarse en sus casas sin saber que pronto éstas se llenarían de un torrente de lava caliente, o que en unos minutos se arrojaría una ola gigante sobre ellos o que el fuego les cerraría toda la vía de escape. También partes del Sur de Alemania estuvieron bajo el agua a principios de este año. Una nota de prensa describe cómo algunos automovilistas, simplemente sacaron las barreras con las que se había cerrado la carretera que pasaba por un área de deslizamientos. El portavoz de las fuerzas de seguridad comentó: “Obviamente, los conductores no son conscientes de que se exponen a grandes peligros…”

¿Pastores o Manipuladores?

Muchos líderes empezaron bien, ya que al principio pastoreaban a la gente, pero al pasar el tiempo se convirtieron en manipuladores
Vivimos en tiempos en los que muchas personas creen que están siendo pastoreadas, pero en realidad están siendo manipuladas por personas que se dicen llamar “pastores”, ya que controlan la voluntad de la gente, se meten en sus vidas personales y hasta creen que son posesión de ellos. Y manipulan a sus seguidores hasta el punto que les hacen creer que son lo último de la tierra, y que sin ellos no podrán salir adelante, que si se apartan de esa iglesia todo les saldrá mal.
A causa de ello, muchos viven atados a miedos y temores, de forma que sienten que tienen que hacerle saber a su pastor sobre cualquier decisión o actividad que hayan realizado, de modo que sustituyen la Libertad en Cristo por la Esclavitud impuesta por un hombre. ¿Eres pastoreado o manipulado? ¿Pastoreas o manipulas a la gente?
… y los pastores mismos no saben entender; todos ellos siguen sus propios caminos, cada uno busca su propio provecho, cada uno por su lado.  Isaías 56:11