sábado, 17 de febrero de 2018

¿Por qué hay tantas religiones? ¿Todas las religiones conducen a Dios?

Resultado de imagen de ¿Por qué hay tantas religiones? ¿Todas las religiones conducen a Dios?La existencia de muchas religiones y la creencia de que todas ellas conducen a Dios, confunde a muchos que realmente están buscando la verdad acerca de Dios, dando como resultado que alcen sus manos, frustrados, ante el reto de conocer con certeza la verdad absoluta sobre esta materia. O desisten en su frustración, y terminan adoptando la aseveración universal de que todas las religiones conducen a Dios. Los escépticos, por su parte, resaltan la creencia de que hay muchas religiones como prueba de que o no se puede conocer a Dios, o simplemente Dios no existe. 

Romanos 1:19-21 contiene la explicación bíblica por la que hay tantas religiones: “Porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de Él, Su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido.” El significado de estas Escrituras es claro. La verdad de Dios es vista y conocida por cada ser humano, porque Dios lo ha hecho así. Pero en vez de aceptar la verdad acerca de Dios y someterse a ella, la mayoría de los seres humanos la rechazan, y en cambio buscan su propia manera de entender a Dios. Pero esto no conduce a la "iluminación" respecto a Dios, sino a la futilidad de su pensamiento. Aquí es donde encontramos las bases de la razón para tantas religiones.

Mucha gente no quiere creer en un Dios que demanda rectitud y moralidad, así que se inventan un dios que no haga tales requerimientos. Mucha gente no quiere creer en un Dios que declara que es imposible que la gente gane su propio camino al cielo por medio de sus buenas obras; así que ellos se inventan un dios que acepta a la gente en el cielo si es que han llevado a cabo ciertos pasos, seguido ciertas reglas y/u obedecido ciertas leyes, al menos hasta donde pueden. Mucha gente no quiere relacionarse con un Dios que es soberano y omnipotente; así que imaginan un dios que sea más bien una fuerza mística, antes que un Dios personal y gobernante, soberano del universo. 

Cómo asumir las ofensas

No es sencillo guardar la compostura cuando uno se siente ofendido, a menos que estemos en unidad con el Espíritu Santo quien es el que nos convence a hacer lo correcto.
La ofensa es algo que vamos a encontrar más o menos habitualmente en nuestro caminar, pero cada cosa que vamos superando nos hace madurar y ser mejores para una vida más tranquila, y por supuesto, con nuestro firme propósito de ser aún más agradables a Dios.
Con el fin de ser más parecidos a Jesús, vamos a reconocer algunas de las cosas que nos dice la biblia para que aprendamos a asumir las ofensas.
1. Debemos perdonar rápido
Resultado de imagen de Cómo asumir las ofensasPerdonar es uno de los ejercicios más comunes y necesarios para el cristiano, además de que el perdón nos libera de tensiones innecesarias y enfermedades que nos estorban en nuestra vida. En Levítico 19:18 Dios lo dice, debemos amar a nuestro prójimo como nos amamos a nosotros mismos.
2. No debemos vengarnos
Es muy normal, es fácil sentirse irritado y responder, pero seamos como dice Santiago 1:19, lentos para enojarnos. De esta manera no llegaremos a vengarnos puesto que Dios siempre se encargara de defendernos. Proverbios 20:22.
3. No debemos devolver la ofensa
La palabra de Dios nos enseña que paguemos el mal con bien (Romanos 12:21). Nosotros no estamos para pagar de la misma manera; siempre en cualquier situación debemos reflejar a Jesús (Mateo 5:39).

4. No debemos estar en contra de esa persona
En Mateo 5:39 Jesús nos enseña que debemos dejar ganar, por decirlo de alguna manera, a esas personas que siempre quieren tener la razón; y por eso lo de dejar que golpee tu otra mejilla; aunque según su criterio, para nosotros pueda parecer una especie de derrota, en realidad no lo es. Solo esto puede demostrar que usted es una persona madura y que su carácter está siendo cada vez más parecido al de Cristo (Proverbios 26:4).

Un «Sí» de amor

... no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad. 1 Juan 3:18

Inline image 1En agosto de 2016, Carissa subió a una red social fotos de una inundación devastadora. A la mañana siguiente, agregó una nota de una persona de esa zona, que pedía ayuda. Cinco horas después, ella y su esposo enviaron una invitación para que otros los acompañaran en su viaje de 1.600 kilómetros, para ayudar allí. Menos de 24 horas después, trece personas estaban en camino para servir en aquellos hogares que habían sido seriamente dañados.
¿Qué motiva a las personas a dejar todo y viajar horas, a mover muebles, demoler construcciones afectadas y brindar esperanza en un lugar donde nunca antes habían estado? El amor.
Piensa en estos versículos que ella subió con su invitación a ayudar: «Encomienda al Señor tu camino, confía en él, y él hará» (Salmo 37:5). Esto es particularmente cierto cuando obedecemos el llamado de Dios a ayudar. El apóstol Juan dijo: «Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? » (1 Juan 3:17). Puede ser una tarea gigantesca, pero Dios prometió ayudarnos cuando «hacemos las cosas que son agradables delante de él» (verso 22).
Cuando surge una necesidad, podemos honrar a Dios estando dispuestos a decir un «Sí» de amor a lo que sentimos que Él está llamándonos a hacer por otros. 

¿Es bíblica la seguridad eterna? - ¿Una vez salvo, siempre salvo?

¿Es bíblica la seguridad eterna?

Resultado de imagen de ¿Es bíblica la seguridad eterna?Cuando alguien llega a conocer a Cristo como su Salvador, es llevado a una relación con Dios que garantiza su seguridad eterna. Judas 1; 24 declara, “A aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría”. El poder de Dios guarda de caer al creyente. Es asunto de Él, no está en nosotros presentarnos delante de Su gloriosa presencia. Nuestra seguridad eterna es el resultado de Dios guardándonos, y no de nosotros guardando nuestra propia salvación.

El Señor Jesucristo proclamó, “Y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre” (Juan 10:28-29). Ambos, Jesús y el Padre nos han sujetado firmemente en sus manos. ¿Quién podría arrebatarnos del Padre y del Hijo?


Efesios 4:30 nos dice que los creyentes han sido “sellados para el día de la redención”. Si los creyentes no tienen seguridad eterna, el sello no sería para el día de la redención, sino únicamente valdría para el día de pecado, apostasía, o incredulidad. Juan 3:15-16 nos dice que todo aquel que cree en Jesucristo “tiene vida eterna”. Si a una persona se le promete vida eterna, pero luego se le quita, ésta, en realidad nunca fue “eterna”. Si la seguridad eterna no es verdadera, las promesas de la vida eterna de la Biblia son una equivocación.

Pero el argumento más poderoso de la seguridad eterna se encuentra en Romanos 8:38-39, “Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo porvenir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro”. La seguridad eterna está basada en el amor de Dios hacia aquellos a quienes ha redimido. Nuestra seguridad eterna ha sido comprada por Cristo, prometida por el Padre, y sellada por el Espíritu Santo.