Un científico que vivía preocupado con los problemas del mundo, estaba resuelto a encontrar los medios para minimizarlos.
Pasaba días enteros en su laboratorio en busca de respuestas que resolvieran sus dudas.
Pasaba días enteros en su laboratorio en busca de respuestas que resolvieran sus dudas.

De repente, encontró una revista en la que había un mapa del mundo, justo lo que necesitaba. Con unas tijeras recortó el mapa en varios pedazos y junto con un rollo de cinta de pegar, se lo entregó a su hijo diciendo: “como sé que te gustan los rompecabezas, te voy a dar el mundo todo roto para que lo repares sin ayuda de nadie”. Y calculó que al pequeño le llevaría 10 días componer el mapa,... pero no fue así.