martes, 7 de julio de 2015

Mapamundi

Un científico que vivía preocupado con los problemas del mundo, estaba resuelto a encontrar los medios para minimizarlos.
Pasaba días enteros en su laboratorio en busca de respuestas que resolvieran sus dudas.
Cierto día, su hijo de 7 años invadió su santuario decidido a ayudarlo a trabajar. El científico, nervioso por la interrupción, le pidió al niño que fuese a jugar a otro lado. Pero viendo que era imposible sacarlo, el padre pensó en algo que le pudiese dar con el objetivo de distraer su atención.
De repente, encontró una revista en la que había un mapa del mundo, justo lo que necesitaba. Con unas tijeras recortó el mapa en varios pedazos y junto con un rollo de cinta de pegar, se lo entregó a su hijo diciendo: “como sé que te gustan los rompecabezas, te voy a dar el mundo todo roto para que lo repares sin ayuda de nadie”. Y calculó que al pequeño le llevaría 10 días componer el mapa,... pero no fue así.

Seamos uno

La unidad es fundamental en las relaciones interpersonales en un grupo que persigue un mismo objetivo. En nuestro caso, todos los creyentes tenemos el mismo propósito u objetivo, glorificar a Dios con nuestras vidas cumpliendo sus propósitos.
En la Biblia encontramos un importante suceso: la promesa de Jesús de enviar al Consolador se hizo realidad, cuando los creyentes estaban reunidos en un mismo sentir: “Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.” Hechos 2:1-4 La unidad puede conseguir lo que el individualismo no haría.
Lamentablemente, la unidad ha ido perdiendo fuerza, empezando en las familias en las que los lazos afectivos se debilitan por afanes de la vida no afrontados de manera correcta. También sucede lo mismo en aquellos ministerios o iglesias, en donde los cristianos luchan solos por transformaciones en sus congregaciones, quedando frustrados al no ver cambios.

El despertador

Cada día podemos poner un despertador que nos avise en la hora de levantarnos. La noche anterior podemos programarlo para que haga ruido en el momento exacto. Incluso existe la opción de que diariamente toque a una hora determinada. Pero, a pesar de programarlo, podemos quedarnos dormidos y que nos levantemos tarde para empezar el día. Debemos prepararnos para estar siempre apercibidos y atentos al sonido del despertador.
La Palabra de Dios dice en Mateo 25:1-13 “Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al novio. Y cinco de ellas eran insensatas, y cinco prudentes. Porque las insensatas, al tomar sus lámparas, no tomaron aceite consigo, pero las prudentes tomaron aceite en frascos junto con sus lámparas. Al tardarse el novio, a todas les dio sueño y se durmieron. Pero a medianoche se oyó un clamor: “¡Aquí está el novio! Salid a recibirlo.” Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron y arreglaron sus lámparas. Y las insensatas dijeron a las prudentes: “Dadnos de vuestro aceite, porque nuestras lámparas se apagan.” Pero las prudentes respondieron, diciendo: “No, no sea que no haya suficiente para nosotras y para vosotras; id más bien a los que venden y comprad para vosotras.” Y mientras ellas iban a comprar, vino el novio, y las que estaban preparadas entraron con Él al banquete de bodas, y se cerró la puerta. Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: “Señor, señor, ábrenos.” Pero respondiendo Él, dijo: “En verdad os digo que no os conozco.” Velad, pues, porque no sabéis ni el día ni la hora”.También dice en 2da. De Pedro 3:10 “Pero el día del Señor vendrá como ladrón, en el cual los cielos pasarán con gran estruendo, y los elementos serán destruidos con fuego intenso, y la tierra y las obras que hay en ella serán quemadas”.

RECUERDA, EL DÍA Y LA HORA EN QUE CRISTO JESÚS VOLVERÁ, NADIE LO SABE A EXCEPCIÓN DE DIOS PADRE. Y SIEMPRE DEBEMOS ESTAR PREPARADOS PARA SU VENIDA. LA PREPARACIÓN LA OBTENEMOS AL ACEPTARLE A ÉL COMO ÚNICO Y SUFICIENTE SALVADOR Y REY, Y VIVIR POR ÉL Y PARA ÉL. SEAMOS PRUDENTES, PUES TODO LO QUE VEMOS ACABARÁ UN DÍA. LO ÚNICO QUE PERMANECE PARA SIEMPRE ES LA PALABRA DE DIOS Y QUIEN CONFÍE EN CRISTO JESÚS. ¿YA LO TIENES EN TU VIDA?

La gente feliz tiene hábitos de felicidad

Un viajero que se aproximaba a una gran ciudad, le preguntó a una mujer que se encontraba a un lado del camino:  
-“¿Cómo es la gente de esta ciudad?” 
decido ser feliz-“¿Cómo era la gente del lugar de dónde vienes?”, le inquirió ella a su vez. 
 -Terrible, respondió el viajero, y mezquina. No se puede confiar en ella. Detestable en todos los sentidos.
 -¡Ah!, exclamó la mujer. “Es igual en la ciudad a donde vas”.   
Apenas había partido el primer viajero, otro se detuvo y también preguntó acerca de la gente que habitaba en la ciudad cercana. 
De nuevo, la mujer le preguntó al viajero por la gente de la ciudad de dónde provenía.
-“Era gente maravillosa; honesta, trabajadora y extremadamente generosa. Lamento haber tenido que partir”, declaró el segundo viajero.   
La sabia mujer le respondió: 
-“Lo mismo hallarás en la ciudad adonde te diriges”.  

Esperando A Que Cambien Las Cosas

“¿HASTA CUÁNDO, SEÑOR, HE DE PEDIRTE AYUDA? (Habacuc 1:2 NVI)

¿Estás esperando a que empiece a hacerse realidad la visión que tienes, a encontrar una solución a un problema o a que aparezcan las primeras señales del cumplimiento de una promesa que Dios te hizo? Pues no eres la primera persona que espera y tampoco serás la última. Es más, cuando consigas lo que estás esperando ahora, empezarás a querer otra cosa. Si hay una palabra que define al cristiano, es “esperar”. Dios le dijo al profeta Habacuc: “La visión se realizará en el tiempo señalado, no dejará de cumplirse. Aunque parezca tardar, espérala; porque sin falta vendrá” (Habacuc 2:3 NVI). Dios estaba respondiendo a la pregunta del profeta: “¿Hasta cuándo, Señor, he de pedirte ayuda sin que tú me escuches?” (Habacuc 1:2 NVI)Mira al patriarca Job. Cubierto de llagas y sin un céntimo dice: El hombre que muere, ¿volverá a vivir? Todos los días de mi vida esperaré, hasta que llegue mi liberación” (Job 14:14).
Pero no es fácil esperar a que cambien las cosas. Y, ¿qué deberías hacer mientras esperas? Enfráscate en la tarea que tienes en el momento; si no, estarás comprometiendo tu futuro en ella. Santiago escribe: “Tened paciencia. Mirad cómo espera el agricultor a que la tierra dé su precioso fruto y con qué paciencia aguarda las temporadas de lluvia. Así también vosotros, manteneos firmes y aguardad con paciencia.” (Santiago 5:7-8 CST). Lo que Dios tiene guardado para ti vale más que todo precio y toda espera.