viernes, 18 de octubre de 2019

Mis Raíces

Resultado de imagen de Mis RaícesEn algún lugar y en algún momento, oí a alguien decir: “La pasión no es solo voluntad, ni una mera demanda, es un fuego que arde y que puede ser encendido por un simple fósforo, un fósforo compuesto de entusiasmo cubierto de una experiencia de fracaso, teniendo que levantarse y probar de nuevo”.
A lo largo del camino he sido formada de tal manera que puedo relacionarme con esta afirmación con mucha empatía y sensibilidad. Yo era una mediocre para mis maestros, tan solo otra muchacha más para mis amigos. Solo una chica en este mundo que tuvo mucho que probar, mucho por lo que vivir.
Cada día que pasaba..., nunca supe cómo mirar el futuro, cómo estaría, qué haría y qué querría. La vida, una palabra sencilla, tenía un significado demasiado simple para mí de tan solo vivir y hacer mis tareas. Y estas tareas que tenía eran las que una chica normal que asiste al colegio tendría. Aquello fue parte de mí durante mucho tiempo.
No fue hasta entonces que la vida me llevó a darme cuenta que la mediocridad se percibía como mi virtud. Así fue como yo, por primera vez en mi vida, sentí que tenía algo que demostrar, algo más que considerar plausible mi mediocridad; mi meta sería aspirar a ser algo más que otra muchacha del montón. Tuve que luchar por mi existencia; aquello era lo que me mantendría viva. Así pues, con un poco de esperanza y un poco de fe en mí misma, decidí tomar mis riesgos.

¿Por qué a algunas personas les va tan bien y a mí no?

La Raíz del Éxito
¿Qué hace la diferencia? ¿Por qué a algunas personas les va tan bien? ¿Será por …
• ¿El trasfondo familiar?
Imagen relacionadaCrecer en una buena familia es algo por lo que cualquiera debería sentirse agradecido, pero no es un indicador fiable de ser la razón del éxito. Un alto porcentaje de las personas exitosas viene de hogares destruidos.
• ¿La riqueza?
No, algunos de los hombres y mujeres de mayor éxito proceden de la clase media y de la clase media baja. La riqueza no es un índice de éxito, como tampoco la pobreza es garantía de logros insignificantes.
• ¿La oportunidad?
Bueno, la oportunidad es algo muy especial. Dos personas con dones, talentos y recursos similares pueden observar una situación dada, y una de ellas verá tremendas oportunidades en tanto que la otra no verá nada. La oportunidad está en el ojo del observador.
• ¿Una alta moralidad?
Ojalá que ésta fuera la clave, pero no lo es. He conocido personas absolutamente íntegras que han logrado muy poco. Y he conocido sinvergüenzas de un tremendo éxito. Usted también los conoce.
• ¿La ausencia de dificultades?
Por cada persona exitosa que ha esquivado a la adversidad, hay una Helen Keller que venció incapacidades extremas, o un Víctor Frank que sobrevivió a horrores absolutos. Así que tampoco es la ausencia de dificultades.
No, ninguna de estas cosas es la clave. Solo hay un factor que diferencia a los que se distinguen en forma consistente de los que no. La diferencia entre la gente mediocre y la gente de éxito es su percepción del fracaso y su reacción a él. Ninguna otra cosa tiene el mismo impacto en la capacidad de las personas de alcanzar y llevar a cabo cualquier cosa que se propongan y deseen.
Pero el Fracaso no es el acabose de todo, es más, podría ser el comienzo de todo. Lo importante en la vida es sacar provecho de cada experiencia dolorosa. Jesús estará a nuestro lado para enseñarnos.
Para librarnos de caer en el sepulcro y de cruzar el umbral de la muerte. Job 33:18.
y decirle que Dios tiene de él misericordia, que lo libra de descender al sepulcro, que hay redención para él. Job 33:24.
Podrá tropezar, pero no caerá, porque el Señor lo sostiene de la mano. Salmo 37:24.

Dos malvados condenados a muerte a cada lado de la cruz de Cristo

Usted y yo tomamos una opción u otra
frente a la muerte de Cristo

Hay personas que tienen una relación de agravio y rechazo a Dios.
Quieren un Dios que les resuelva todos sus problemas, que los baje de la cruz del sufrimiento de inmediato, y muy a menudo cuestionan preguntas como estas:

¿Por qué hay tantas catástrofes?, ¿por qué hay accidentes?, ¿dónde está Dios?, ¿por qué hay terrorismo?, ¿por qué las guerras y el dolor?, ¿por qué Dios así lo permite?, ¿por qué hay tantos que mueren de cáncer o de otras enfermedades?, ¿por qué hay ricos y pobres?, ¿por qué el hambre y la pobreza? ¿Por qué no resuelves esto o aquello? Dios, te pregunto: ¿por qué?, ¿por qué?

dos pecadores al lado de Cristo
Pero Dios no quiere que lo usemos siempre para resolver todos nuestros problemas. Él no siempre ha de querer librarnos de las aflicciones y del dolor que nos presenta un mundo caído y en caos. Lo que Dios quiere es resolver la pecaminosidad de nuestro corazón y no necesariamente todas nuestras comodidades terrenales.

No habríamos de tener el sincero deseo de estar en el cielo con Dios si realmente tuviéramos un paraíso en esta tierra. A veces nos hace falta estar un poco sumergidos en las lágrimas, en el dolor y en los sufrimientos para sentir la necesidad de un Redentor.

“El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.
 (Juan  3:36).