domingo, 19 de febrero de 2017

Cuando La Vida Es Injusta

“Aunque la higuera no florezca, ni en las vides haya frutos. Aunque falte el producto del olivo, y los labrados no den mantenimiento, aunque las ovejas sean quitadas de la majada, y no haya vacas en los corrales; con todo, yo me alegraré en Jehová, y me gozaré en el Dios de mi salvación” (Habacuc 3:17,18).
Mi abuela falleció a los 82 años, en 2007. Después de múltiples tratamientos por sus problemas cardíacos y de salvar milagrosamente su vida tras varios infartos, descansó en el Señor debido a un fulminante cáncer estomacal, que consumió su vida en dos meses. Era una persona sana, activa, alegre, espiritual… Y forma parte de la interminable lista de a quienes, incomprensible y rápidamente, la muerte arrebata su vida por esta enfermedad.
Resultado de imagen de Cuando La Vida Es InjustaLa Unión Internacional contra el Cáncer designó el 15 de febrero como el Día Internacional de la Lucha Contra el Cáncer Infantil. Entristece que alguien longevo pierda su vida en las garras del cáncer, pero más aún si es un niño. ¿Por qué un inocente infante tiene que atravesar algo así? Nos llena de indignación, de impotencia y de resignación (quizá en este orden). ¿Por qué Dios permite semejantes cosas? ¿Dónde está el amante Creador cuando un niño muere? ¿Por qué gente buena sufre? Merecemos respuestas; apenas vislumbramos un posible alivio ante tamaña desesperación.
Asomados a la ventana del gran conflicto entre el bien y el mal, cuyo campo de batalla es este mundo y nuestros corazones, podemos percibir un rayo de consuelo:
Estamos en guerra: Aunque vencida (1 Corintios 15:50-58), la muerte reina desde que entró el pecado (Romanos 5:1-21), y es la ingrata experiencia en este mundo. Estamos en un mundo injusto: Las historias de Abel, Job, José, Daniel, Esteban, y hasta del mismo Jesús, testifican de esto. Lee el Salmo 73. A la gente buena le suceden cosas malas.
Pagamos las consecuencias del pecado: Ciertamente, los niños son inocentes comparados con las atrocidades que podría cometer un adulto, pero nacimos con el nefasto sello del pecado. La consecuencia del pecado es la muerte (Romanos 6:23). Pero, el texto no acaba así: el don de Dios en Cristo Jesús es vida eterna. Aunque transitemos por este valle de sombra de muerte, hoy puede ser un día histórico. Alza la vista, renueva la esperanza, confía en Dios aunque no lo entiendas todo.
"Es deber de toda persona que profesa ser cristiana mantener sus pensamientos bajo el control de la razón, y obligarse a ser animosa y feliz. A pesar de lo amarga que pueda ser la causa de su pena, debería cultivar un espíritu de reposo y quietud en Dios”.

Deja de querer que se repita tu pasado

Tu pasado no tiene por qué ser un anciano malhumorado que te castigue, sino un sabio que te recuerde y te advierta. Tu pasado tiene que ser tu mentor, te tiene que enseñar por dónde ir y por dónde no pasar nunca más en la vida”.
Cuando la mujer que fue encontrada cometiendo el acto de adulterio fue traída a la presencia del Señor, Él no prestó atención a los hombres que la injuriaban y que demandaban de Él una respuesta: “¿Qué hacemos con ella?” Jesús “escribía en la tierra”.
Porque nosotros somos de la tierra y la vida ha escrito cosas en nosotros, por eso El Señor dijo: “el que esté sin pecado que tire la primera piedra”. Juan 8:7
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“Dijiste e hiciste muchas cosas malas en tu vida, pero las últimas palabras del capítulo viejo las voy a escribir yo, para cerrar tu pasado”.
 ¡Porque hoy voy a escribir un capítulo nuevo en tu vida!
Deja de querer que se repita tu pasado, no hagas más de lo mismo pudiendo hacer algo diferente. Hay mujeres que necesitan tener vivencias asociadas al dolor o al sacrificio; por ejemplo, por más que tengan lavadora, siguen lavando a mano, tienen una cortadora nueva pero siguen cortando con el cuchillo y usando la tabla, les regalaron un exprimidor eléctrico pero siguen exprimiendo con la mano. Aplican siempre la misma solución, pero esa misma solución, en cuanto más pasa el tiempo no da el mejor resultado, ¡cambia la estrategia!
Cuando te va bien y haces algo inconscientemente que te va a ir mal, eso es culpa tuya. Por ejemplo juntarte con amigas que te critican, aguantar a jefes maltratadores,... todas te dirigen siempre al castigo, lo que supone la bronca contra uno mismo por no haber encontrado un ideal y te castigas. Hay otras mujeres que, conscientemente, se matan limpiando y dicen: “limpié toda la casa, ahora sí me lo merezco”, “ya sufrí, ya pagué”. Es lo mismo que la culpa dice “no merezco ser feliz”.
Por eso nos cuesta reírnos. Pero antes de nada, hay que identificar lo que nos bloquea; la comparación nos hace infelices, las presiones y las rutinas nos roban la alegría, también influye el cansancio, etc. También nuestra cultura, que cree que profundidad es igual a seriedad: ¡error! Cuando Sara era anciana dijo: “Dios me ha dado fuerzas para parir, para que pueda disfrutar de Isaac, ¡Dios me ha hecho reír!

Mentiritas y gatitos

Porque así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reinará por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro. (verso 21).
La madre vio que Elías, de cuatro años, se alejaba corriendo de los gatitos recién nacidos. Ella le había dicho que no los tocara. Entonces, le preguntó: «Elías, ¿tocaste los gatitos?».
«No», dijo él con decisión. A lo que la mamá agregó: «¿Eran suaves?».
«Sí, contestó entusiasmado, y el negro dijo “miau”».
En un niño esto nos hace sonreír, pero la desobediencia de Elías revela nuestra condición humana. Nadie debe  enseñarle a un niño de cuatro años a mentir. Como confesó David: «He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre» (Salmo 51:5). El apóstol Pablo dijo: «como el pecado entró en el mundo por un hombre [Adán], y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron» (Romanos 5:12). Esta deprimente noticia se aplica a todos por igual: reyes, niños de cuatro años,... todos.
Pero hay esperanza. Pablo agregó: «Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia» (Romanos 5:20)
Dios no está esperando que hagamos algo malo para abalanzarse sobre nosotros. Su tarea es otorgar gracia, perdón y restauración. Lo único que tenemos que hacer es reconocer que nuestro pecado es desagradable e inexcusable, y acudir a Él arrepentidos y con fe.

Dios, soy pecador, ten misericordia de mí.
«… ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús…». Romanos 8:1

Cuidado Con Los Pensamientos

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¡Recuerda que tus pensamientos definen tus sentimientos!

Hay personas que se sienten mal y viven mal porque han dejado que muchos pensamientos negativos invadan su matrimonio, su familia, su trabajo, o su vida. La mente es el área de ataque de nuestro enemigo, donde nos manda pensamientos como dardos envenenados que contaminan nuestra vida; especialmente con recuerdos negativos del pasado que vuelven y tratan de mantenernos atados a circunstancias que no edifican para nada ni nuestra vida ni nuestra familia.
No asumas de antemano, sin tener la plena certeza, que tu cónyuge no te ama, o que quiere hacerte daño. Frecuentemente se interpretan mal las acciones o palabras del cónyuge, y vienen los pensamientos negativos como una tromba demoledora para hacerte sentir que no le importas, que no te ama, que no le importa cómo te sientes. Esto por lo general es falso, pero los pensamientos negativos te lo hacen creer como si fuera verdad.
Los sentimientos son resultado de nuestros pensamientos, y por esta razón la Biblia nos enseña que debemos confrontar todo pensamiento en nuestra vida con las promesas de la palabra de Dios, para que no nos dejemos llevar por las emociones o sentimientos, sino por la palabra de vida que Dios nos ofrece.