viernes, 23 de septiembre de 2016

10 Conceptos Transferibles - Concepto 3

Cómo puede ser lleno del Espíritu Santo.

Usted puede vivir una vida abundante gracias al poder del Espíritu Santo. Dios no le ha abandonado para que viva su fe cristiana con su propio esfuerzo, solo y frustrado. ¡Al contrario, Jesús le ha dado el regalo del Espíritu Santo! Jesús le dijo a sus discípulos "Ciertamente, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros" (Lucas 24:49) Cuando usted aceptó a Cristo como su Salvador por fe, usted recibió el Espíritu Santo como prueba de su salvación. Dios quiere llenarlo completamente con el Espíritu Santo para que pueda vivir una vida abundante y fructífera, una vida llena de propósito, y para que sea un poderoso testigo de Jesucristo para aquellos que se encuentren a su alrededor.

Resultado de imagen de Espíritu Santo
Puede ser lleno del Espíritu Santo de la misma forma que aceptó a Jesús, o sea, pidiéndole a Dios que le llene con el Espíritu Santo por fe. Aquí está la promesa que Jesús dio a todo creyente "Pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra" (Hechos 1:8) Es como si tuviera un millón de dólares en el banco, solo tiene que ir y pedirlos. Ser lleno con el Espíritu Santo vale más que un millón de dólares, le dará una vida con gran poder para decirle a otros sobre su fe y podrá vivir una vida llena de propósito. Además, ¡el regalo ya está en la cuenta de su banco! Si quiere ser lleno del Espíritu Santo, pídale a Dios que lo haga y agradézcale con fe haberlo hecho. Pronto empezará a experimentar una vida dirigida por el Espíritu Santo. 
"Ciertamente, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén hasta que seáis investidos de poder desde lo alto." Lucas 24:49 
“Pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra. Hechos 1:8
“Y el Dios de la esperanza os llene de todo gozo y paz en la fe, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo.” Romanos 15:13



Una Pesada Carga

Dice una antigua leyenda que Dios primero creó aves sin alas. A su debido tiempo, Dios hizo alas y les dijo a las aves: Vengan, tomen estas cargas, y llévenlas con ustedes.
Al principio las aves vacilaron, pero pronto obedecieron. Intentaron levantar las alas con sus picos, pero eran demasiado pesadas. Luego intentaron tomarlas con sus garras, pero eran demasiados grandes. Por fin una de las aves logró levantar las alas sobre sus hombros donde era posible llevarlas.
Poco tiempo después, les comenzaron a crecer y pronto se habían pegado a sus cuerpos.  Una de las aves comenzó a mover sus alas y se elevó por los aires. Muy pronto las demás siguieron su ejemplo. Lo que antes había sido una pesada carga, ahora se había convertido en el instrumento que les permitía ir a donde antes no podían, cumpliendo de estar manera el destino para el cual fueron creadas.
Asimismo, los deberes y las responsabilidades que como padre te han sido confiados, son muchos y valiosos. A veces te sentirás como que no podrás llegar a ver el próximo día, y mucho menos el próximo año.
Las noches sin poder dormir a causa de la alimentación del bebé y los cólicos, esos interminables días durante la etapa de los primeros y duros años, las tareas escolares, conferencias de padres, la preadolescencia y los adolescentes; todo esto combinado puede parecer una inmensa carga,  sin embargo, debes recordar la leyenda de las aves y sus alas, y reconocer que Dios siempre estará a tu lado.
Dios no requerirá más de ti como padre, de lo que Él mismo te ayudará a hacer.
Lucas 1:37
Porque nada hay imposible para Dios.

En manos del Padre

Los resultados de obedecer a nuestro llamado de proclamar las buenas nuevas no están en nuestras manos.
Jesús presenta otra parábola con un sentido muy similar al de la cizaña: Asimismo el reino de los cielos es semejante a una red que, echada al mar, recoge toda clase de peces. Cuando está llena, la sacan a la orilla, se sientan y recogen lo bueno en cestas y echan fuera lo malo. Así será al fin del mundo: saldrán los ángeles y apartarán a los malos de entre los justos, y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes (Mateo 13.47-50).
Resultado de imagen de En manos del Padre

La iglesia es llamada a vivir en fidelidad y santidad, aunque siempre existirán algunos que no tienen interés en las cosas de Dios.
En la primera parábola del capítulo 13, parábola del sembrador, el enemigo vino y sembró cizaña durante la noche, indicando un acto deliberado de sabotaje. En esta parábola, sin embargo, la variedad de peces que caen en la red es el resultado del esfuerzo de los pescadores. Pero ellos no pueden controlar el resultado final de sus labores, pues es imposible limitar la pesca a una sola especie. No existe maldad de parte de los pescadores.
Vemos, no obstante, que aun existiendo las mejores intenciones de nuestra parte, es imposible que nuestros esfuerzos arrojen resultados perfectos. Al compartir las buenas nuevas con los de nuestro alrededor siempre obtendremos un fruto "mixto". Entre aquellos que responden, asumiendo un genuino compromiso con Dios, también estarán los que "profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan" (Tito 1.16).
Al igual que con la cizaña, esta parábola claramente señala que hay un tiempo determinado para la separación de los peces buenos de los malos. Esta labor no es de los que hemos sido llamados a velar por el bienestar del pueblo de Dios. Los pescadores que se sientan a la orilla para separar los pescados, representan a los ángeles que, en el fin del mundo, separarán a los justos de los malos. Mientras tanto, la iglesia es llamada a vivir en fidelidad y santidad, aunque siempre existirá un porcentaje de sus miembros que no tienen interés en las cosas de Dios, más allá de una experiencia religiosa superficial.

Imagínate en el Cielo

Para todos aquellos que soñamos con viajar y conocer diferentes partes del mundo, es una aventura y un verdadero desafío lograrlo en tiempos en los que la economía a nivel mundial está afectada.
Pero cuando imagino las calles de oro y el mar de cristal, estar ante la presencia del Señor riendo, alabándolo y mirándolo cara a cara, no puedo evitar sentir una gran emoción.
Aunque en esta vida muchas veces tenemos tristezas y preocupaciones, un día podremos reconocer y apreciar que valió la pena sembrar en el reino de Dios.
Porque tan solo un instante en Su majestuosa gloria rodeados de sus brazos amorosos nos hará sentir una verdadera gloria. Allí no va a haber problemas de ninguna índole, no existirán límites, ni fronteras, ni necesidad de pasaportes. Todos hablaremos un mismo idioma, compartiremos y nos amaremos sin que a nadie se le señale por su nacionalidad, color de piel, ideología política, apariencia física, condición o posición social, porque todos estaremos unidos en un mismo sentir, espíritu y pensar.
Cuando me imagino lo asombroso de estar compartiendo, todos los que seamos fieles a Dios, en las bodas del Cordero… mi corazón se inunda de alegría y de paz. Sonrío porque será señal de que no perdí mi tiempo en esta vida. Y cuando orgullosa, el Señor me diga, “Ven buena sierva y fiel, en lo poco fuiste fiel y en lo mucho te pondré, ¡entra en el gozo de tu Señor!", yo saltaré, gritaré y danzaré de felicidad. Cuando Dios me entregue una corona, no importa su tamaño, y me diga: “por cuanto hiciste el bien a uno de mis pequeñitos, me lo hiciste a mí”, presenciaré, seré testigo de la fidelidad de mi Amado Dios.

¿Y tú, puedes imaginarte cómo será estar en el cielo con nuestro Dios para siempre?