sábado, 20 de octubre de 2012

Mensajes...

Hay mensajes y mensajes… Los hay claros y contundentes. Y hay mensajes subliminales que llegan y envenenan el alma subrepticia y silenciosamente. Hay mensajes directos e indirectos. Hay mensajes de amor y los hay también de odio. Hay mensajes superficiales que pronto se olvidan… o que tal vez vale la pena olvidar. Algunos se expresan con palabras. Otros con gestos, actitudes, imágenes… No importa el modo ni los medios de expresión.
En este siglo XXI, con la asombrosa evolución y simbiosis de los medios tecnológicos de la información y las telecomunicaciones, nuestras vidas han experimentado un impredecible cambio de rumbo. Vivimos literalmente “bombardeados” por mensajes desde todas partes. Medios masivos como radio y televisión, diarios y revistas, publicidades urbanas cada vez más sofisticadas, la telefonía celular y las computadoras han transformado nuestras vidas en unos constantes receptores de mensajes hasta el punto de que entre tan enorme maraña, muchas veces, de tanta luz no se ve nada.
Pero entre toda esta vorágine de mensajes también los hay de esos que provienen desde lo profundo del corazón y su destino es lo más hondo de las almas. Esos que el mundo tiende a rechazar pero que vienen impregnados con esa impronta inconfundible de Cristo. Ese grato olor fragante, ese bálsamo para el alma que trae consigo la paz y la dulzura de la incomparable unción del Espíritu de Dios.
Pero… ¿cómo hacen estas personas para decir lo que dicen? Pues bien: no hay secretos. Los mensajes más auténticos y profundos son los que muchas veces provienen del dolor… o en todo caso, de un corazón quebrantado, que no es lo mismo, aunque el efecto final sea bastante parecido.
Un corazón quebrantado está literalmente desnudo, expuesto en todo su ser. Adán en el Paraíso, le dijo a Dios: “-Estaba desnudo, tuve miedo y me escondí.” No le dijo: “-Me dio vergüenza, sentí pudor”, o cosas por el estilo. ¡Se dio cuenta de que todo su ser había quedado expuesto ante la mirada de Dios y eso le causó un gran temor!
Desnudar el alma no es cosa sencilla. Pero cuando el corazón se quebranta ante Dios, es cuando quita los cerrojos y abre finalmente las puertas de su alma para que Cristo ilumine con su luz. Tal vez lo que se ve no sea propiamente bonito, expresado en términos elegantes, pero es necesario que así sea.
La mujer que trajo la vasija de alabastro con el perfume de nardo puro ante Jesús podría haber vertido simplemente su contenido. En cambio optó por romperla. Por ello otra vez digo: cuando el corazón se quebranta se rompen los cerrojos del alma, ilumina la luz de Cristo y se libera el perfume del alma como un prisionero sin sus pesadas cadenas que lo atan a este mundo.
Cuando un corazón se quebranta, es cuando está en condiciones de ver y de percibir lo que los otros no pueden ver ni sentir más allá de los sentimientos y de la razón. Se descubre la empatía, la comprensión y un hombro presto para servir de apoyo al dolido, para llevar consuelo a un corazón quebrantado.
Estos mensajes, entre tanta vorágine superficial e interesada, entre tanta apatía e indiferencia, no pueden pasar inadvertidos toda vez que tienen un único y exclusivo canal: la bella unción del Espíritu de Dios.

Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo,  y a éste crucificado. Y estuve entre vosotros con debilidad,  y mucho temor y temblor; y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.

(1 Corintios 2:2-5 RV60)

Hoy… El Señor Alumbrará Mi Camino Una Vez Más - vídeo

Tú eres mi lámpara, oh Señor; mi Dios alumbrará mis tinieblas. 2 Samuel 22:29.
¿Estoy en la luz? Entonces Tú, oh Señor, eres mi lámpara. Si Tú desaparecieras acabaría mi gozo; pero mientras estés conmigo puedo pasar sin las antorchas de este siglo y sin las luces del auxilio de los hombres. ¡Cuánta claridad proyecta la presencia de Dios sobre todas las cosas!
Se dice que hay un faro que puede ser visto a una distancia de veinte millas; Dios nuestro, no sólo está cerca, sino que se le ve de lejos, incluso desde tierras enemigas. ¡Oh, Señor!, cuando tu amor llena mi corazón estoy tan contento como los ángeles del cielo. Tú eres mi único deseo.
¿Estoy en tinieblas? Entonces, Tú, ¡oh Señor!, me darás luz. Pronto cambiarán las cosas. Mis negocios pueden empeorar día a día y una nube cubrir a otra nube; más aun cuando llegue a ser tan oscuro que me impida ver mi propia mano, siempre podré ver la mano del Señor. 
Cuando en mí mismo o entre mis amigos, o en el mundo, no pueda hallar luz, el Señor, que dijo "sea la luz" y la luz fue, puede repetirlo de nuevo: su Palabra me dará luz. No moriré, sino que viviré. El alba llega. Este versículo resplandece como la estrella de la mañana. Antes de que transcurran algunas horas batiré palmas de gozo.
Hoy nuevamente veré la Luz del Señor guiándome.
Señor, Gracias por darme los rayos de tu presencia que me guían y enseñan. En ti una vez más confiaré. Amén.

El ciego y el creativo - Reflexiones


Dicen que una vez había un ciego sentado en la vereda, con una gorra a sus pies y un pedazo de madera que, escrito con tiza blanca, decía: “POR FAVOR AYÚDEME, SOY CIEGO”.
Un creativo de publicidad que pasaba frente a él se detuvo y observó que había pocas monedas en la gorra. Sin pedirle permiso tomó el cartel, le dio la vuelta, tomó una tiza y escribió otro anuncio. Volvió a poner el pedazo de madera sobre los pies del ciego y se fue. Por la tarde el creativo volvió a pasar frente al ciego que pedía limosna; su gorra estaba llena de billetes y monedas.
El ciego reconoció sus pasos y le preguntó si había sido él quien reescribió su cartel y, sobre todo, qué había puesto.
El publicista le contestó “Nada que no sea tan cierto como tu anuncio pero con otras palabras”, sonrió y siguió su camino. El ciego nunca lo supo, pero su nuevo cartel decía:
” HOY ES PRIMAVERA Y NO PUEDO VERLA”.
Cambiemos de estrategia cuando no nos sale algo y verán que puede que resulte de esa manera.
Cuántas veces en nuestras vidas las cosas no salen y nos enojamos, peleamos y nos entristecemos, cuando tal vez debemos cambiar una pequeña cosa para que las cosas salgan bien.
Quizá tenemos problemas con las personas que están a nuestro alrededor y nunca recibimos ayuda, cuando lo que debemos hacer es simplemente sonreír.
Sin importar cual sea tu situación, haz un alto, analiza, revisa. Si es necesario corrige, e incluso cambia todo si es necesario. Afortunadamente en la carretera de la vida, Jesús siempre nos permite virar en “U”.
Salmos 118:24
Este es el día que hizo Jehová; nos gozaremos y alegraremos en él.

Pertenencia - Devocional - vídeo

Levántate, ve por la tierra a lo largo de ella y a su ancho; porque a ti la daré. Génesis 13:17 (RV60)
INTRODUCCIÓN

Si hablamos de pertenencia debemos hablar del destino, del propósito, de la herencia, de algo que está a la vista pero que aún no lo conocemos y no lo tomamos como nuestro. Estudiemos este tema y  comencemos con el contexto en el cual ocurrió este hecho: Abram, que es la persona a la cual se le dirigió esta palabra pero que ella aún sigue viva hasta ahora. Él dejo su familia y su país para dirigirse hacia donde Dios le llevaría, él se llevo consigo a su sobrino Lot, a su esposa Sara y a sus obreros; un día Abram y Lot decidieron separarse y cada uno escogió su camino, y cuando Abram llegó a la tierra de Canaán, Dios le dijo esta palabra que vamos a aprender a continuación.
DESARROLLO:
Levántate, ve por la tierra a lo largo de ella y a su ancho; porque a ti la daré…, cuando Dios le dijo a Abram que se levantase le hablaba de su actitud, que se activara, que le daba permiso para obtener lo que le pertenecía, de actuar como el dueño de esa tierra o como autoridad hacia lo que era suyo; también le ordenaba que recorriera la tierra, y es que es necesario o podríamos decir obligatorio que Abram conociera lo que le pertenecía para garantizar el correcto derecho de su posesión; y por último, el Señor terminó prometiéndole que a él (Abram) se la daría. ¡Qué maravilloso y prometedor es escuchar esta voz de parte del Padre!; suponía una gran responsabilidad para Abram recibir esta llamada.

CONCLUSIÓN:
Del mismo modo hoy Dios te está hablando de una manera muy especial, no importa el tiempo, la distancia, ni el tamaño de la posesión que Dios en este momento te está entregando; el Espíritu Santo, en este instante. te está haciendo recordar esos minutos de intimidad que tú has tenido con Él, y que habías escuchado, por la boca de un siervo o sierva de Dios, una palabra que recibiste y que hasta ahora no habías escuchado más. Y era porque Dios te estaba sacando del mundo que te rodeaba, y en este mismo instante Dios te dice, ve, levántate, prepárate porque lo que te he prometido te lo voy a dar. Así que anda camina en la tierra porque te la voy a dar a conocer, a ti te pertenece y para ti fue apartado(a); en ti serán benditas todas las naciones. Que Dios te bendiga.

¡Si te adueñas de lo tuyo es porque te pertenece!


El verdadero Cristiano - Vídeo Cristiano


¿Por qué dices que eres cristiano? Un buenísimo vídeo que nos hace reflexionar.