martes, 5 de febrero de 2019

¿Qué es la gracia de Dios?

Es difícil explicar un concepto divino con palabras humanas 


Una historia de dolor horrible
Imaginemos a una familia hermosa con un hijo de tres años de edad, a quien aman entrañablemente. Este niño se ha convertido en una fuente de atención y alegría para todos en el hogar. Está creciendo y se desarrolla plenamente. Todos en la familia están felices con esta nueva criatura.
Papa, mama y el bebe
De pronto, en la mañana de un día fatal, cuando la familia se preparaba para llevar al niño a la guardería infantil, al salir a la puerta de su casa se encontraron frente a frente con un hombre malvado, que de una manera cruel y despiadada descarga varios disparos sobre el cuerpecito de este niño, y con gran frialdad lo deja muerto frente a sus padres y vecinos.
Este sangriento crimen deja a la familia destrozada y sin duda alguna, los marca a todos por el resto de sus días en esta tierra.

¿Cuál sería la actitud de estos padres?

Opción # 1Si ellos sacaran un revólver y lo mataran con sus propias manos, a esto lo llamaríamos: VENGANZA.
Opción # 2Si llaman a la policía y levantan cargos contra el asesino, y esperaran que lo capturen y juzguen frente a un tribunal, a esto lo llamaremos: JUSTICIA.
Opción # 3. Si los padres de esta criatura indefensa perdonasen a este asesino, lo invitaran a vivir en su casa, le hicieran parte de su familia y no cesaran de contarle del amor de Dios... 
Supongamos que estos padres hacen lo indecible por conducir a este criminal por los caminos del Señor y lo perdonan de todo corazón ¡Esto no tiene otro nombre que: ¡GRACIA!

¿Quién puede ofrecer en plenitud esta gracia?
Gracia favor que no merezcoYo solo conozco a uno, quien fue desechado, ultrajado, clavado en una cruz y lacerado por hombres malvados y criminales; sin embargo solo exclamó antes de morir: "Padre perdónalos, porque no saben lo que hacen". (Lucas 23:34).

¿Será esto una ilustración ficticia?

Puede que usted piense que nunca podría suceder algo así; pero esta Ilustración tan solo trata de explicar de alguna forma el mensaje de la Gracia de Dios.
Usted y yo hemos ofendido a Dios y a Su Ley Divina. No solo lo hemos hecho en el pasado, sino que lo hacemos todos los días de nuestra vida. Dice la palabra de Dios "por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios". (Romanos 3:23).
Dios nos declara culpables de pecado y la sentencia está establecida: "porque la paga del pecado es la muerte". (Romanos 6:23).
¡Ah! y esta muerte no es solo física, sino que también es una muerte eterna, donde el alma queda totalmente separada de la presencia y de la comunión con Dios; quedando en un lugar de tormento eterno llamado infierno.
Si Dios permite que la sentencia se lleve a cabo, está haciendo justicia. Está dándonos a nosotros, lo que merecemos por nuestras obras y por nuestra propia naturaleza pecaminosa congénita. (1 Corintios 15:21).

Nuestra declaración de fe

La Biblia
Resultado de imagen de Nuestra feCreemos que las Sagradas Escrituras del Antiguo y Nuevo Testamento son la Palabra de Dios inspirada, infalible, y autoritaria. (Mateo 5:182 Timoteo 3:16-17). Por fe, sostenemos que la Biblia es inerrante en sus escritos originales, inspirada por Dios, y la completa y final autoridad de la fe. (2 Timoteo 3:16-17) Aunque utilizó los estilos literarios individuales de los autores humanos, el Espíritu Santo los supervisó completamente para asegurarse de que escribieran estrictamente lo que Él quería que escribieran, sin error u omisión. (2 Pedro 1:21)

Dios
Creemos en un Dios, Creador de todo (Deuteronomio 6:4Colosenses 1:16), que se ha revelado en tres Personas distintas – Padre, Hijo, y Espíritu Santo (2 Corintios 13:14), aunque es Uno en presencia, esencia, y gloria (Juan 10:30). Dios es eterno (Salmo 90:2), infinito (1 Timoteo 1:17), y soberano (Salmo 93:1). Dios es omnisciente (Salmo 139:1-6), omnipresente (Salmo 139:7-13), omnipotente (Apocalipsis 19:6), e inmutable (Malaquías 3:6). Dios es santo (Isaías 6:3), justo (Deuteronomio 32:4) y recto (Éxodo 9:27). Dios es amor (1 Juan 4:8), compasivo (Efesios 2:8), misericordioso (1 Pedro 1:3), y bondadoso (Romanos 8:28).


Jesucristo
Creemos en la deidad del Señor Jesucristo. Él es Dios encarnado, Dios en forma humana, la imagen misma del Padre, quien sin dejar de ser Dios, se hizo hombre para poder revelar a Dios y proporcionar el medio de la salvación para la humanidad (Mateo 1:21Juan 1:18Colosenses 1:15).

Creemos que Jesucristo fue concebido por obra del Espíritu Santo y nació de la virgen María; que Él es verdaderamente Dios y verdaderamente hombre; que vivió una vida perfecta y sin pecado; y que todas Sus enseñanzas son verdaderas (Isaías 14Mateo 1:23) Creemos que el Señor Jesucristo murió en la cruz por toda la humanidad (1 Juan 2:2) como un sacrificio sustitutivo (Isaías 53:5-6). Sostenemos que Su muerte es suficiente para proveer la salvación para todos los que lo reciben como Salvador (Juan 1:12Hechos 16:31); que nuestra justificación está fundamentada en el derramamiento de Su sangre (Romanos 5:9Efesios 1:17); y que está atestiguada por Su resurrección literal y física de entre los muertos (Mateo 28:61 Pedro 1:3).

Creemos que el Señor Jesucristo ascendió al Cielo en Su cuerpo glorificado (Hechos 1:9-10) y que ahora está sentado a la diestra de Dios como nuestro Sumo Sacerdote y Abogado (Romanos 8:34Hebreos 7:25). 

El Espíritu Santo
Creemos en la deidad y personalidad del Espíritu Santo (Hechos 5:3-4). Él regenera a los pecadores (Tito 3:5) y mora en los creyentes (Romanos 8:9). Es el agente mediante el cual Cristo bautiza a todos los creyentes en Su cuerpo (1 Corintios 12:12-14). Él es el sello mediante el cual, el Padre garantiza la salvación de los creyentes hasta el día de la redención (Efesios 1:13-14). Él es el divino Maestro que ilumina el corazón y la mente de los creyentes mientras estudian la Palabra de Dios (1 Corintios 2:9-12). 

Creemos que el Espíritu Santo es finalmente soberano en la distribución de los dones espirituales (1 Corintios 12:11). Creemos que los dones milagrosos del Espíritu, que de ninguna manera son habilitados fuera del poder del mismo, ya no pueden funcionar en la misma medida que en el desarrollo temprano de la iglesia (1 Corintios 12:4-112 Corintios 12:12Efesios 2:204:7-12).

Galletitas

Cuenta la historia, sacada de internet, acerca de una chica que estaba aguardando su vuelo en la sala de espera de un aeropuerto.
Como la espera se volvía larga, decidió comprar un libro y también un paquete de galletas. Luego se puso cómoda en su asiento y sacó su libro para leer. En eso, junto a ella se ubicó un hombre con una revista en mano, de tal manera que entre los dos, quedó el espacio de un asiento intermedio, en el que estaba ya abierto el paquete de galletas.
Imagen relacionada
Cuando ella tomó la primera galleta, el hombre también tomó una. Y así de allí en adelante: una galleta ella, una galleta, él. Aquello le molestaba tanto a la chica que no conseguía concentrarse en la lectura. De pronto, ya solo quedaba una galleta en el paquete, y ella pensó: “¿y ahora qué hará este descarado?”
Entonces, el hombre, con una gentil sonrisa, partió la galleta, se sirvió una mitad y dejó la otra para ella. “¡Ah! ¡No! ¡Aquello le pareció demasiado a la chica, así es que se puso de pie, y encorajinada, se dirigió al sector de embarque, fulminando con la mirada y el pensamiento al extraño.
Minutos después, cuando estuvo en el interior del avión, miró dentro del bolso y para su sorpresa, allí estaba su paquete de galletas… intacto. ¿Qué había pasado? … pues que nunca lo había sacado, peor aún, nunca fue abierto… Lo que significaba que habían estado sirviéndose las galletas de aquel extraño. La chica sintió mucha vergüenza de sí misma. En eso, el avión empezó a partir.
¿Cuántas veces hemos sacado conclusiones anticipadas sobre alguien o algo?, ¿cuántas veces prejuzgamos o nos molestamos gratuitamente, dejándonos llevar por simples suposiciones? … De igual forma, ¿cuántas veces hemos juzgado a las personas que se cruzan en nuestro camino?…  Opinamos de ellas gratuita y erradamente, quién sabe si por su manera de vestir, de hablar, de presentarse, por el tono de su piel, por sus modismos, etc., y las descalificamos sin habernos dado el tiempo necesario para conocerlas más a fondo, antes de emitir un criterio?

Pero el Señor le dijo a Samuel:

-No te dejes impresionar por su apariencia ni por su estatura,

pues yo lo he rechazado.

La gente se fija en las apariencias,

pero yo me fijo en el corazón”.

(1 Samuel 16:7)