lunes, 5 de octubre de 2015

¿Cómo Vencer Al Enemigo? (La Historia de David Y Goliat)

“…CUANDO EL FILISTEO… ECHÓ A ANDAR PARA IR AL ENCUENTRO DE DAVID, DAVID SE DIO PRISA Y CORRIÓ A LA LÍNEA DE BATALLA CONTRA EL FILISTEO” (1 Samuel 17:48)
La Biblia dice: “…por la mañana y por la tarde, y así… durante cuarenta días” (1 Samuel 17:16b), Goliat se burló de los hijos de Israel. Ahora bien, quizás tu “gigante” no lleve una armadura ni empuñe una espada, pero día y noche te recordará las facturas sin pagar, tus pecados del pasado, tu fracaso matrimonial o tu detestable trabajo. Los antepasados de Goliat habían sido enemigos de Israel, y Josué había aniquilado a todos excepto a los habitantes de Gat, el lugar donde nació Goliat… ¿Por qué es tan importante fijarnos en esto? Porque si dejas a tu viejo enemigo sin ser derrotado del todo, se levantará contra ti de nuevo… Puede que aún estés tratando con problemas que tus padres y abuelos ya tuvieron, como la adicción, el divorcio, la ira, la depresión, etc. Cuando los israelitas oyeron las “…palabras del filisteo, se turbaron y tuvieron mucho miedo” (1 Samuel 17.11b). Si es así como te sientes, haz lo que hizo David: “…cuando el filisteo se levantó y echó a andar para ir al encuentro de David, David se dio prisa y corrió a la línea de batalla contra el filisteo” (1 Samuel 17:48).

Max Lucado, ministro-escritor-predicador cristiano, escribió: “Nos retiramos detrás de un escritorio o nos arrastramos hacia un club nocturno o nos metemos en una cama de ‘amor’ prohibido; por un momento, nos sentimos seguros, protegidos y anestesiados, pero entonces, el trabajo se acaba, el licor deja de tener su efecto, el amante se va, y volvemos a escuchar a ‘Goliat’… 
Entonces, con un alma llena de Dios, encara rápidamente a tu ‘gigante’, y dile: ‘“Gigante”’ de divorcio, no vas a entrar en mi casa; depresión, no me vas a derrotar; alcohol, fanatismo, pederastia, inseguridad: todos vais a ser vencidos/as’. ¿Cuándo fue la última vez que tomaste tu "honda" y fuiste corriendo hacia el "rugido"? La Biblia dice: ‘…porque vendrá el enemigo como río, mas el Espíritu del Señor levantará bandera contra él’ (Isaías 59:19b – Reina Valera Antigua). Dios te ha dado el poder para pelear esta batalla y ganarla; ¡úsalo!.

Cómo enfrentar los conflictos

Las Sagradas Escrituras registran muchos casos de conflictos, tanto entre naciones como entre amigos y familiares. Hoy tenemos el mismo tipo de problemas. Cuando riñen, las personas pueden decirse cosas crueles e injustas, y las acusaciones crean angustia y dolor emocional. Sin embargo, lo que creamos determinará la manera cómo reaccionaremos ante las dificultades.
La Biblia proclama la soberanía de Dios sobre la naturaleza (Salmos 135.6), sobre los gobiernos (Job 12.23) y sobre la humanidad (Hechos 17.25). Nada está oculto a Él o fuera de su control. ¿Puede ayudarnos esto en un conflicto?
Primero, nuestro Padre celestial sabe cuándo somos atacados verbalmente, y Él ha prometido protegernos. Nada puede tocar a sus hijos sin su permiso.
Segundo, Él tiene el poder de convertir los momentos de dolor en bendición (Romanos 8.28). Podemos estar esperanzados porque su voluntad no puede ser frustrada aun en circunstancias negativas. Además, somos sus hijos amados. El Señor es un Padre amoroso que entiende por lo que estamos pasando y permanece a nuestro lado. Por ser sus hijos, Dios no nos deja solos.
Si creemos en la autoridad soberana de Dios, nuestra perspectiva en cuanto a los momentos de dificultad cambiará. En vez de reaccionar con temor, ira o resentimiento, nos volveremos a Él en oración y buscaremos su dirección.
El conflicto es inevitable en nuestro caído mundo. Cuando nosotros o algo que hemos hecho es la causa del conflicto, debemos pedir perdón. Si la falta es de otros, podemos confrontarlos de la manera que lo hizo Pablo con Pedro. Pero también estamos llamados a perdonar sin excepción. Como embajadores de Cristo, nuestra manera de reaccionar es de vital importancia.

¿Qué significa que Dios es amor?

¿Qué significa que Dios es amor? Primero veamos cómo la Biblia, La Palabra de Dios, describe “el amor” y después veremos algunos ejemplos que se aplican a Dios. “El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no es indecoroso, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser.” (1 Corintios 13:4-8ª)

Esta es la descripción que Dios hace del amor. Así es como es Dios y los cristianos tienen que hacer de éste su meta. La expresión más grande del amor de Dios nos es comunicada en Juan 3:16 y Romanos 5:8 “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.” Podemos ver, por estos versos, que el deseo más grande de Dios es que nos unamos a Él en Su hogar eterno, el cielo. Él hizo posible este camino pagando el precio por nuestros pecados. Él nos ama, porque así lo decidió como un acto de Su voluntad. “Mi corazón se conmueve dentro de mí, se inflama toda mi compasión.” (Oseas 11:8b). El amor perdona. “Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.” (1 Juan 1:9)

El Perdón

Paul Tillich, filósofo y teólogo protestante, muy influyente del siglo XX, definió el perdón como “El acto de recordar el pasado para después olvidarlo".
Los seres humanos vamos acumulando vivencias de todo lo que nos pasa en nuestras vidas. Y los recuerdos de esas experiencias, sin tener en cuenta si eran buenas o malas, permanecen en nuestra mente por un tiempo relativamente corto. Pasado cierto lapso, se van depositando en una capa mental algo más profunda que es el subconsciente, dando lugar así a nuevas vivencias. Todos y cada uno de los recuerdos permanecen “vivos” allí, aunque nuestra mente no los pueda “ver”. Por ello vamos olvidando algunas cosas, y en determinados momentos, es posible volver a sacarlas a la luz con alguna cuota de esfuerzo… haciendo memoria. Pero transcurrido un lapso suficiente, esos recuerdos quedan sumergidos en una capa de nuestra mente todavía más profunda, de la cual ya no es posible volver a sacarlos, que es el inconsciente.
Esto sucede con absolutamente todas y cada una de nuestras vivencias. Con los eventos tristes también. Por eso hay personas que viven una vida de tristeza y dolor, evitan ciertos lugares o tratar con determinadas personas porque les produce angustia, aunque éstas no les hayan hecho nada malo en particular.
Las voces del inconsciente no se pueden recordar, pero dejan sentir sus ecos. Una ayuda profesional adecuada es capaz, en muchos casos, de “escuchar” esos “ecos” y hallar la raíz del problema, oculto en lo más profundo de nuestra mente.
Hay personas en nuestras vidas que nos han causado mucho daño, puede que en nuestra niñez o juventud, o ya durante nuestra adultez, pero hace bastante tiempo. Creemos haber olvidado lo ocurrido, sin embargo, cuando tratamos con alguien de características parecidas, o que ha vivido situaciones similares, nos sentimos incómodos, demostramos temor, angustia o desconfianza ante él. Sucede que los recuerdos no han muerto, no se han borrado. Nuestra mente consciente no los recuerda, pero sus gritos desde lo profundo se hacen sentir.

Salmo 91/ Poderosa Oración

salmo 91Este hermoso Salmo habla directamente de los temores de cada persona, y su necesidad de protección y seguridad.
Se ha convertido en una Oración muy poderosa y efectiva para encontrar cobertura y refugio a la sombra del Altísimo.
Trae consigo promesas de protección divina contra trampas, plagas mortíferas, calamidades, y todo tipo de mal que trate de llegar a tu hogar.
Dios te cuidará y defenderá tu vida en los momentos de adversidad, enviará a sus ángeles para guiarte en todos tus caminos, te sostendrán con sus propios manos, y te librarán de tropezar. Aplastarás a tus enemigos, al león y a la víbora; ¡destruirás fieras y serpientes!
Dios te ayudará. Porque te acoges a Él, su nombre te dará la salvación.

Morando bajo la sombra del Omnipotente

91 
El que habita al abrigo del Altísimo

morará bajo la sombra del Omnipotente.
Diré yo a Jehová: Esperanza mía y castillo mío;
mi Dios, en quien confiaré.
Él te librará del lazo del cazador,
de la peste destructora.
Con sus plumas te cubrirá
y debajo de sus alas estarás seguro;
escudo y protección es su verdad.
No temerás al terror nocturno
ni a la saeta que vuele de día,
ni a la pestilencia que ande en la oscuridad,
ni a mortandad que en medio del día destruya.
Caerán a tu lado mil

y diez mil a tu diestra;
mas a ti no llegarán.
Ciertamente con tus ojos mirarás
y verás la recompensa de los impíos.
Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza,

al Altísimo por tu habitación,
10 
no te sobrevendrá mal
ni plaga tocará tu morada,
11 
pues a sus ángeles mandará acerca de ti,
que te guarden en todos tus caminos.
12 
En las manos te llevarán
para que tu pie no tropiece en piedra.
13 
Sobre el león y la víbora pisarás;
herirás al cachorro del león y al dragón.
14 
Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré;

lo pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre.
15 
Me invocará y yo le responderé;
con él estaré yo en la angustia;
lo libraré y lo glorificaré.
16 
Lo saciaré de larga vida
y le mostraré mi salvación.