jueves, 31 de mayo de 2012

CRISIS… ¿Quién podrá defenderme?-Crecimiento Personal -vídeo

Esta palabra es muy conocida, y muy proclamada en el mundo hoy. Usted puede encender la televisión, ver las noticias, y encontrará un mundo en crisis de cualquier índole: financiera, alimentaria, climática, inseguridad, y qué decir de la crisis que usted atraviesa en su hogar: matrimonial, relaciones con los hijos, desempleo, deudas, bancarrota, de identidad, de personalidad, son cientos los correos de personas que a gritos  piden  ayuda buscando solución a su problema. ¿Y qué decir de la crisis de valores en la que estamos inmersos?
¿Quién podrá defenderme?
La Biblia enseña en el Salmo 46: “Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, 
nuestra ayuda segura en momentos de angustia. Por eso, no temeremos aunque se desmorone la tierra  y las montañas se hundan en el fondo del mar; aunque rujan y se encrespen sus aguas, y ante su furia retiemblen los montes.” Vers.1-3 (NVI)
Definitivamente Dios es nuestro defensor y nuestro ayudador en esos tiempos de crisis. No me queda duda de eso, lo he experimentado en mi vida y en mi familia, pero he de reconocer que muchas de las crisis que viví fueron creadas por mí y es allí donde hay que trabajar, en mi vida. Dios no tiene problemas con el mundo o con el diablo, pero sí tiene problemas con cada uno de nosotros que queremos vivir la vida a nuestra manera y por ello nos encontramos en momentos de angustia y nuestro mundo desmoronándose.
La palabra crisis significa un estado temporal de trastorno y desorganización caracterizado, principalmente, por la incapacidad del individuo para abordar situaciones particulares utilizando métodos acostumbrados para la solución de problemas, y por el potencial para obtener un resultado radicalmente positivo o negativo.
Crisis significa al mismo tiempo peligro y oportunidad. Usted debe entender que todas las crisis no son negativas, también  representan oportunidades. Alguien dijo: “Todo conflicto es una gran oportunidad de crecimiento. Si se le niega, se le esconde, se le huye, trae estancamiento, resentimiento y mayor dolor.” ¿Crees que eso pueda estar pasando en tu vida? ¿Has llegado a ver la crisis como una oportunidad?
¿Cómo puede hacer de su crisis una oportunidad?
De la misma manera como creamos una crisis podemos crear oportunidades. Las oportunidades no llegan hay que crearlas, hay que generarlas y eso se logra con el compromiso de lo que tú quieres ver. Francis Bacon decía: “Un hombre sabio se procurará más oportunidades de las que se le presentan.”
¿Qué oportunidades has procurado en tu matrimonio? ¿En tu relación con tus hijos? ¿Qué oportunidades estas creando con tus finanzas? ¿En tu trabajo? ¿En tus estudios?
La diferencia entre crisis y oportunidad es nuestra mirada. ¿Qué estoy mirando? ¿Peligro u oportunidad? Deberíamos enfocarnos en ser hacedores de posibilidades, en buscar siempre un ganar-ganar en nuestras relaciones.
Me encanta la palabra de Jeremías en Lamentaciones 3:22,23 “El gran amor del Señor nunca se acaba, y su compasión jamás se agota. Cada mañana se renuevan sus bondades; ¡muy grande es su fidelidad!”. (NVI)
Cada día Dios renueva su bondad y amor hacia nosotros. A pesar de los errores que usted hizo en el pasado y de las malas decisiones que tomó, Dios cada día nos da la oportunidad de cambiar y crear un destino diferente. Cada día usted puede elegir, puede cambiar, puede generar cambios a su alrededor.
Hay un relato que nos habla acerca del cambio.
“Un hombre encontró un capullo de una mariposa y se lo llevó a casa para poder ver a la mariposa cuando saliera del capullo. Un día vió que había un pequeño orificio y entonces se sentó a observar durante varias horas, viendo que la mariposa luchaba por poder salir del capullo.
El hombre vio que forcejeaba duramente para poder pasar su cuerpo a través del pequeño orificio en el capullo, hasta que llegó un momento en el que pareció haber cesado de forcejear, pues aparentemente no progresaba en su intento. Pareció que se había atascado.
Entonces el hombre, en su bondad, decidió ayudar a la mariposa y con una pequeña tijera cortó al lado del orificio del capullo para hacerlo mas grande y así fue que por fin la mariposa pudo salir.  Sin embargo al salir la mariposa tenía el cuerpo muy hinchado y unas alas pequeñas y dobladas.
El hombre continuó observando, pues esperaba que en cualquier instante las alas se desdoblarían y crecerían lo suficiente para soportar al cuerpo, el cual se contraería al reducir lo hinchado que estaba.
Ninguna de las dos situaciones sucedieron y la mariposa solamente podía arrastrarse en círculos con su cuerpecito hinchado y sus alas dobladas… Nunca pudo llegar a volar.
Lo que el hombre en su bondad y apuro no entendió, fue que la restricción de la apertura del capullo y la lucha requerida por la mariposa, para salir por el diminuto agujero, era la forma en que la naturaleza forzaba fluidos del cuerpo de la mariposa hacia sus alas, para que estuviesen grandes y fuertes y luego pudiese volar.
La libertad y el volar solamente podían llegar luego de la lucha, y al privar a la mariposa de la lucha, también le fue privada su salud. Algunas veces las luchas son lo que necesitamos en la vida. Si nos permitiesen progresar por nuestras vidas sin obstáculos, nos convertiríamos en inválidos. No podríamos crecer y ser tan fuertes como podríamos haberlo sido.
Las crisis nos hacen fuertes y forjan nuestro carácter, y nos llevan a salir de nuestra zona cómoda a una zona de expansión o crecimiento, aunque muchas veces si no estamos dispuestos al aprendizaje podemos quedarnos estancados en la zona de pánico y allí necesitas de la ayuda de un entrenador que te ayude a ver lo que no estás viendo y te haga llegar a la zona de crecimiento.
Dios en medio del caos pudo crear todas las cosas y vio que todo era bueno,  Jesús en medio del caos en que vivimos vino a darnos vida cuando lo único que merecíamos era la muerte.  A veces la crisis, el caos, es la única oportunidad de estallar y convertimos en la clase de persona que deseamos ser. Todos en lo profundo de nuestro corazón queremos ser mejores esposos, padres, hijos, amigos, compañeros de trabajo, todo eso es posible pero hay que provocarlo, no basta con desearlo. Es un viaje que toma su tiempo.
Hoy es el mejor día para comenzar a ver las crisis como oportunidades para cambiar, mejorar nuestra vida, generar posibilidades.
Recuerda, Dios no puede cambiar tu pasado (aunque tiene el poder de hacerlo), pero sí puede mejorar tu FUTURO. La elección es tuya.

Raíces de la vida- Reflexiones-vídeo

Pocos días atrás mi esposa y yo nos deleitamos al compartir una tarde con mis abuelos maternos. Era algo que deseábamos hacer desde hace algún tiempo: conversar, hacerles preguntas, “tomar nota” de la diversidad de experiencias que les ha tocado vivir en sus ocho décadas de vida… y aprender de ellos.
¡Qué satisfacción fue escucharlos hablar! Sus historias y anécdotas nos “trasladaron” mentalmente a la época en la que llegaron de Europa como inmigrantes… al tiempo de su adaptación a estas tierras sudamericanas… a los momentos de estrechez económica que los llevaron a migrar nuevamente entre países y provincias de habla castellana.
Distintas situaciones personales y familiares entrelazadas a modo de intrahistoria con los acontecimientos históricos internacionales.
En todo esto, lo que cautivó nuestra atención de manera particular fue redescubrir un concepto muchas veces olvidado: nuestras vidas constituyen un “continuo” en el devenir de la vida humana.
El ritmo vertiginoso con que se desarrolla nuestro mundo actual constituye, sin duda, uno de los principales escollos a la hora de apartar el tiempo necesario para pensar en esta realidad y aprender de las lecciones que tiene para ofrecernos.
Es obvio: el individualismo y la búsqueda del placer inmediato, al estilo hedonista, no dejan sitio posible para la recuperación de la memoria ni para la proyección integradora hacia el futuro.
Digámoslo de una manera más llana: todos tenemos una historia personal. Nuestro “aquí y ahora” no se debe a una suerte de “generación espontánea”.
Usted y yo constituimos un presente continuo que se basa en el pasado de quienes nos anteceden y al mismo tiempo se desarrolla como el “pasado” de las futuras generaciones.
La Biblia señala: “Pregunta a las generaciones pasadas; averigua lo que descubrieron sus padres. Nosotros nacimos ayer, y nada sabemos; nuestros días en este mundo son como una sombra. Pero ellos te instruirán, te lo harán saber; compartirán contigo su experiencia” (Job 8:8-10, NVI).
Esta visión, que para los amantes de la inmediatez puede significar algo muy parecido al tedio, llega a nosotros como una oportunidad de considerar nuestras vidas con una mayor conciencia histórica, esa que mira hacia el pasado con gratitud y actitud crítica de aprendizaje, y a su vez toma decisiones responsables, asumiendo la permanente construcción del futuro.
No estamos aislados de nuestros antepasados. Necesitamos con frecuencia sentarnos con nuestros padres y abuelos para conectarnos con las raìces de nuestra vida. De seguro que saldremos muy enriquecidos.
Tú, en cambio, te reunirás en paz con tus antepasados, y te enterrarán cuando ya seas muy anciano. Génesis 15:15.
Ya tengo ciento treinta años respondió Jacob. Mis años de andar peregrinando de un lado a otro han sido pocos y difíciles, pero no se comparan con los años de peregrinaje de mis antepasados. Génesis 47:9.
Las bendiciones de tu padre han sobrepasado las bendiciones de mis antepasados hasta el límite de los collados eternos; sean ellas sobre la cabeza de José, y sobre la cabeza del consagrado de entre tus hermanos. Génesis 49:26.

No estás deprimido, estás distraído- Reflexiones con Video

No estás deprimido, estás distraído

No estás deprimido, estás distraído, distraído de la vida que puebla.
Distraído de la vida que te rodea: delfines, bosques, mares, montañas, ríos. No caigas en lo que cayó tu hermano, que sufre por un ser humano cuando en el mundo hay 5,600 millones. Además no es tan malo vivir solo.
Yo lo paso bien, decidiendo a cada instante lo que quiero hacer, y gracias a la soledad me conozco, algo fundamental para vivir.
No caigas en lo que cayó tu padre, que se siente viejo porque tiene 70 años, olvidando que Moisés dirigía el éxodo a los 80 y Rubinstein interpretaba como nadie Chopin a los 90. Solo por citar dos casos conocidos.
No estás deprimido, estás distraído, por eso crees que perdiste algo, lo que es imposible, porque todo te fue dado. No hiciste ni un solo pelo de tu cabeza por lo tanto no puedes ser dueño de nada. Además, la vida no te quita cosas, te libera de cosas. Te aliviana para que vueles mas alto, para que alcances la plenitud. De la cuna a la tumba es una escuela, por eso lo que llamas problemas son lecciones.
No perdiste a nadie, el que murió simplemente, se nos adelantó, porque para allá vamos todos. Además lo mejor de él, el amor, sigue en tu corazón. Quién podría decir que Jesús está muerto? No hay muerte: hay mudanza. Y del otro lado te espera gente maravillosa: Gandhi, Miguel Ángel, Whitman, San Agustín, la Madre Teresa, tu abuela y mi madre, que creía que la pobreza está más cerca del amor, porque el dinero nos distrae con demasiadas cosas, y nos aleja porque nos hace desconfiados.
Haz sólo lo que amas y serás feliz, y el que hace lo que ama, está benditamente condenado al éxito, que llegará cuando deba llegar, porque lo que debe ser será, y llegará naturalmente. No hagas nada por obligación ni por compromiso, sino por amor. Entonces habrá plenitud, y en esa plenitud todo es posible. Y sin esfuerzo porque te mueve la fuerza natural de la vida, la que me levantó cuando se cayó el avión con mi mujer y mi hija; la que me mantuvo vivo cuando los médicos me diagnosticaban 3 ó 4 meses de vida.
Dios te puso un ser humano a cargo, y eres tú mismo. A ti debes hacerte libre y feliz, después podrás compartir la vida verdadera con los demás.
Recuerda a Jesús: “Amarás al prójimo como a ti mismo”. Reconcíliate contigo, ponte frente al espejo y piensa que esa criatura que estás viendo es obra de Dios; y decide ahora mismo ser feliz porque la felicidad es una adquisición.
Además, la felicidad no es un derecho sino un deber, porque si no eres feliz, estás amargando a todos los que te aman. Un solo hombre que no tuvo ni talento ni valor para vivir, mandó a matar seis millones de hermanos judíos.
Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo. Tenemos para gozar la nieve del invierno y las flores de la primavera, el chocolate de la Perugia, la baguette francesa, los tacos mexicanos, el vino chileno, los mares y los ríos, el fútbol de los brasileiros, Las Mil y Una Noches, la Divina Comedia, el Quijote, el Pedro Páramo, los boleros de Manzanero y las poesías de Whitman, Mahler, Mozart, Chopin, Bethoven, Caravaggio, Rembrant, Velázquez, Picasso y Tamayo entre tantas maravillas.
Y si tienes cáncer o sida, pueden pasar dos cosas y las dos son buenas; si te gana, te libera del cuerpo que es tan molesto: tengo hambre, tengo frío, tengo sueño, tengo ganas, tengo razón, tengo dudas….y si le ganas, serás más humilde, más agradecido, por lo tanto fácilmente feliz.
Libre del tremendo peso de la culpa, la responsabilidad, y la vanidad, dispuesto a vivir cada instante profundamente como debe ser.
No estás deprimido, estás desocupado. Ayuda al niño que te necesita, ese niño será socio de tu hijo. Ayuda a los viejos, y los jóvenes te ayudarán cuando lo seas. Además, el servicio es una felicidad segura, como gozar a la naturaleza y cuidarla para el que vendrá. Da sin medida y te darán sin medidas.
Ama hasta convertirte en lo amado, más aún hasta convertirte en el mismísimo amor.
Y que no te confundan unos pocos homicidas y suicidas, el bien es mayoría pero no se nota porque es silencioso, una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que le destruya hay millones de caricias que alimenta a la vida.
Facundo Cabral

Amado en gran manera- Reflexiones-vídeo


Muchos creemos que Dios ama al mundo, pero no estamos realmente convencidos de su amor por nosotros. Algunos sentimos que Él nos ama siempre y cuando hacemos todo correctamente. Pero nos dimos cuenta, hace tiempo ya, que a Dios nada le sorprende con respecto a nosotros.
Hemos estado equivocados  en nuestro pensar. Dios nos ama, ¡Dios te ama! Para Él, eres especial. Él no te ama porque seas una buena persona o hagas todo bien. Él te ama porqué Él es amor. El amor no es algo que Dios practique;  Él es quien es.
El amor de Dios no puede ganarse o merecerse. Debe recibirse por fe. Su amor es puro y está siempre fluyendo. Él es Dios eterno, y nunca podrás agotarlo o cansarlo. Muchos de nosotros pensamos que hemos desgastado a Dios con nuestros fracasos y confusiones, pero no es así. Él no siempre ama todo lo que haces pero ciertamente te ama a ti. El amor es su naturaleza inagotable.
No importa cuán arduamente busques las cosas de Dios; si no has recibido la revelación de que Dios te ama no podrás avanzar en la vida.
Permite que Dios te ame. Recibe su amor por ti. Sumérgete en Él. Medita en Él. Deja que te cambie y te fortalezca. Luego, transmítelo a otros.
Aunque fueras la única persona sobre la faz de la tierra, Jesús hubiera pasado todo el sufrimiento solo por ti. Su amor por ti es eterno.
Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que en él cree no se pierda. sino que tenga vida eterna. Juan 3:16

¡Tú no estás solo!- Reflexiones con Video

Siempre te miro, estoy contigo.  Aunque te sientas solo. ¡Aquí estoy!
Cuando crees que no puedes más, deja que yo te cargue. Descansa en mí
Desde siempre yo te miro
cuando has llorado has reído
en cada área o situación.
Muchas veces me has sentido
otras piensas que me he ido
a la verdad siempre has tenido
mi atención.
Solo que aveces oras mal
y no he podido darte
lo que has pedido porque yo
conosco que es lo mejor.
Porque tu miras el presente
pero el futuro miro yo.
Si quieres vivir en victoria
ten mi palabra en tu memoria
yo siempre permanezco fiel
soy quien le respondió a Moisés
cuando se hallaba frente al mar
y el enemigo mas atrás
pero a mi nombre Él llamo,
toco el mar se dividió.
Entonces que dificultad
tendría para en ti obrar
descansa en mi tendrás alivio
aprende que saldrá mejor,
Al modo mío. 

Demasiado tarde- Matrimonio

Cuando llegué a casa esa noche mientras mi esposa servía la cena, la tomé de la mano y le dije: tengo algo que decirte. Solo se sentó a comer en silencio. Yo podía observar el dolor en sus ojos. 
De pronto  ya no sabía cómo abrir mi boca. Pero tenía que decirle lo que pensaba. Quiero el divorcio……le dije lo más suave que pude.
Mis palabras parecieron no molestarle. Al contrario, muy tranquilamente me pregunto, ¿por qué? 

Evité su pregunta con mi silencio, esto le hizo enfurecer. Tiró los utensilios y me gritó, ¡no pareces hombre! Esa noche, ya no hablamos más. Ella lloraba en silencio. Yo sabía que quería saber que le había pasado a nuestro matrimonio. Pero yo no hubiera podido darle una respuesta satisfactoria.
Mi corazón ahora le pertenecía a Eloísa. Ya no la amaba, solo me daba lástima. 

Con un gran sentido de culpa, redacté un acuerdo de divorcio en el que le daba nuestra casa, nuestro auto y un 30% de las acciones de mi empresa. 

Después de leerlo ella lo rompió en pedazos. La mujer que había estado diez años de su vida conmigo ahora era una extraña. Me sentí mal por todo ese tiempo y energía que desperdició conmigo.
Todo eso que yo nunca le podría reponer. Pero ahora ya no había marcha atrás, yo amaba a Eloísa.
Por fin mi esposa soltó el llanto frente a mí, eso era lo que yo esperaba desde el principio. Verla llorar me tranquilizaba un poco, ya que la idea del divorcio que me preocupaba tanto ahora era más clara que nunca. 

El siguiente día, llegue a casa muy tarde y ella estaba en la mesa escribiendo algo. Yo no había cenado, había pasado un día muy intenso con Eloísa y tenía más sueño que hambre y  me retiré a dormir.
Desperté en la madrugada, ella todavía estaba escribiendo. La verdad no me importó y solo me acomodé de nuevo en cama y seguí durmiendo. 

Por la mañana me presentó sus condiciones para aceptar divorciarse: No quería nada de mí, pero necesitaba un mes antes de firmar el divorcio, me pidió que en ese mes tratáramos de vivir una vida lo más normal posible. Sus razones eran simples: nuestro hijo tenía unos exámenes muy importantes en este mes y no le quería mortificar con la noticia del matrimonio frustrado de sus padres. 

Esto era algo en lo que yo también estaba de acuerdo. Pero había más, me pidió que me acordara como la cargué el día de nuestra boda.
Quería que cada día de este mes, la cargara de nuestro cuarto hasta la puerta de la casa……. pensé que se estaba volviendo loca. Pero decidí aceptar este raro requisito con tal de que este mes pasara sin más peleas o malos momentos. 

Le hablé a Eloísa de las condiciones que puso mi esposa……se rió bastante y pensó que era muy absurdo. Dijo en tono burlón: no importa los trucos que se invente, tiene que aceptar la realidad de que se van a divorciar.
Desde que le expresé mis intenciones de divorcio mi esposa y yo no teníamos ningún contacto íntimo. El primer día que la cargué se me hizo un poco difícil. Nuestro hijo nos vio y aplaudió de felicidad al vernos y dijo: papá, me da gusto que quieras mucho a mi mamá. Sus palabras me causaron un poco de dolor. Desde nuestra habitación hasta la puerta de enfrente camine como diez metros con ella en mis brazos. Ella cerró sus ojos y me dijo al oído que no le dijera al niño nada del divorcio. Me sentí muy incomodo, la bajé y ella caminó a tomar el autobús para ir a trabajar.
Yo conduje solo a mi trabajo. 

El segundo día fue un poco más fácil. Ella se recargó ligeramente en mi pecho. Podía oler la fragancia de su blusa. Me di cuenta que desde hace tiempo no le había puesto mucha atención a esta mujer. Me di cuenta que ya no era tan joven, había un poco de arrugas en su cara, su pelo ya mostraba canas. Ese era el precio de nuestro matrimonio. Por un minuto me pregunté  si yo era el responsable de esto.
Al cuarto día, cuando la cargué, sentí que regresaba un poco de intimidad. Esta era la mujer que me había dado diez años de su vida. 

El quinto y sexto día, me di cuenta que el sentimiento crecía otra vez. No le hablé nada de esto a Eloísa. Conforme los días pasaban se me hacia mas fácil cargarla. Quizás el ejercicio de hacerlo me estaba haciendo más fuerte.
Una mañana la vi que estaba buscando un vestido para ponerse pero no encontraba nada que le quedara bien. Sólo suspiró y dijo: todos mis vestidos me quedan grandes. Es ahí donde me di cuenta que por eso se me hacía muy fácil cargarla. Estaba perdiendo mucho peso, estaba muy pero muy delgada. 

De repente entendí la razón……estaba sumergida en mucho dolor y amargura en su corazón. Inconscientemente le toqué la frente. 

Nuestro hijo entró en ese momento y dijo, Papá es tiempo de que cargues a mamá.
El ver a su papá cargar a su mamá todos los días se le había hecho costumbre. Mi esposa le dio un fuerte abrazo. Yo mejor miré hacia otro lado por temor a que esta conmovedora imagen me hiciera cambiar de planes. Entonces la cargué, y empecé a caminar hacia la puerta, su mano acarició mi cuello, y yo la apreté fuerte con mis brazos, igual que el día que nos casamos. 
Pero su estado físico me causó tristeza. Ese día, cuando la cargue sentí que no me podía ni mover. Nuestro hijo ya se había ido a la escuela.
La abracé fuerte y le dije: nunca me di cuenta que a nuestra vida le hacía falta algo así. 

Me fui a trabajar…..salté fuera de mi coche sin poner la llave a la puerta. Temía que cualquier momento podría hacerme cambiar de opinión…..subí las escaleras, Eloísa abrió la puerta y le dije: Lo siento mucho pero ya no me voy a divorciar. 

No podía creer lo que le estaba diciendo, hasta me tocó la frente y me preguntó si tenía fiebre.
Quité su mano de mi frente y le dije de nuevo. Lo siento Eloísa, ya no me voy a divorciar. Mi matrimonio era muy aburrido porque ni ella ni yo supimos apreciar los pequeños detalles de nuestras vidas. No porque ya no nos amaramos.   Ahora me doy cuenta que cuando nos casamos y la cargué por primera vez esa responsabilidad es mía hasta que la muerte nos separe.
Eloísa en este momento salió del shock y me dio una fuerte bofetada, y llorando cerro su puerta. Corriendo bajé las escaleras y me fui de ahí. 

Paré en una florería, ordené un bonito ramo para mi esposa. La chica me preguntó qué le ponía a la tarjeta. Sonreí y escribí, ” siempre te llevaré en mis brazos hasta que la muerte nos separe”.
Esa noche cuando llegué a casa, con las flores en mis manos y una sonrisa en mi cara, subí a nuestro cuarto……..solo para encontrar a mi esposa en su cama…..Muerta .
Los pequeños detalles es lo que de verdad importa en una relación. No la mansión, el coche, propiedades o dinero en el banco. Estos crean un falso sentido de felicidad que no lo es todo. Mejor encuentra tiempo para ser el amigo de tu esposo o esposa, y tómense todo el tiempo necesario con esos pequeños detalles que hacen la diferencia. Que tengan un feliz matrimonio.