sábado, 24 de noviembre de 2012

¡Vive comprometido! - Reflexiones

En 1939, un joven de veinticinco años de edad, llamado Jonas Salk, completó su adiestramiento en la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York. Desde niño soñaba con ser abogado pero, de alguna manera, entre su graduación de la secundaria y su entrada a la universidad, su interés cambió de las leyes de la tierra a las leyes de la naturaleza. De modo que decidió ser doctor.
Quizás el cambio se debió a que su madre le había desanimado sobre la carrera de abogado. Años más tarde comentó: "Mi madre creía que no sería un buen abogado probablemente porque nunca le pude ganar en una discusión".
Sus padres, trabajadores inmigrantes, se sentían orgullosos cuando se graduó como médico, pues él era la primera persona en la familia en recibir una educación.
Pero aunque escogió finalmente ser doctor, la verdadera pasión de Salk era la investigación. Le intrigaban las afirmaciones científicas contradictorias que hacían los profesores, lo que le impulsó a estudiar inmunología, incluyendo la investigación sobre la influencia.
Durante su segundo año en la escuela de medicina, se le presentó la oportunidad de pasar un año completo haciendo investigación y enseñando, y no la desaprovechó. Al final de ese año, recuerda, me dijeron que podía, si quería, buscar graduación en bioquímica, pero preferí quedarme en medicina.
Creo que esto fue debido a mi ambición original, o deseo, que era servir en algo a la humanidad, por así decirlo, en el sentido más amplio.
En 1947, Salk se convirtió en director del Laboratorio de Investigación de Virus en la Universidad de Pittsburg. Fue allí donde comenzó a investigar el virus de la polio. En aquellos días, la polio era una terrible enfermedad capaz de incapacitar a quien la padecía y que se cobraba miles de vidas cada año, siendo los niños las víctimas más frecuentes.
La epidemia de polio durante el verano de 1916 en Nueva York dejó 27.000 personas paralizadas mientras que otras 9.000 fallecieron. Después de ese año la epidemia se hizo algo tan común, que cada verano miles de personas escapaban de las grandes ciudades para tratar de proteger a sus hijos.
En la primera mitad del siglo XX la investigación viral todavía se encontraba en pañales. Pero en 1948, un equipo de científicos de la Universidad de Harvard descubrió la manera de producir en el laboratorio grandes cantidades de virus, lo que permitió que la investigación se hiciera más amplia. Sobre la base de aquellos hallazgos científicos y otros trabajos de vanguardia, Salk empezó a desarrollar una vacuna contra la polio.
Después de más de cuatro años de continuo trabajo, Salk y su equipo de la Universidad de Pittsburg lograron desarrollar una vacuna en 1952. Hicieron algunas pruebas preliminares con personas que habían contraído la polio y habían sobrevivido. Pero la verdadera prueba sería inyectar la vacuna, que contenía células inactivas de polio, en personas que no habían contraído la enfermedad.
Durante sus años de estudio, preparación e investigación, Salk había mostrado su dedicación ayudando a los demás. Sin embargo, una cosa es creer en algo que uno está haciendo y otra es comprometerse completamente con ese algo. En el verano de 1952, Jonas Salk inoculó con su vacuna a voluntarios saludables. Incluidos en ese grupo estaban él, su esposa y sus tres hijos. ¡Eso es compromiso!
El compromiso de Salk dio resultado. Las pruebas de la vacuna fueron exitosas y en 1955, él y su exmentor, el Dr. Thomas Francis, hicieron arreglos para vacunar a cuatro millones de niños. En 1955 se habían diagnosticado 28.985 casos de polio en los Estados Unidos. En 1956, ese número bajó a la mitad. En 1957 se registraron únicamente 5.894 casos. Hoy día en los Estados Unidos, gracias al trabajo de Jonas Salk y los subsiguientes esfuerzos de otros científicos como Albert Sabin, prácticamente no existen casos de polio.
Jonás Salk dedicó ocho años de su vida a derrotar la polio. Pero su verdadero deseo era ayudar a la gente, lo que demostró más aún al decidirse a no patentar la vacuna que había creado. De esa manera podría usarse para ayudar a la gente en todo el mundo. Podría decirse que el equipo con el que estuvo más comprometido fue con el de la humanidad.

Muchos prefieren evadir los compromisos pero sus vidas terminan ignoradas. Sólo quienes viven con compromiso verán el cielo abrirse. Comencemos por comprometernos con Dios.
Has amado la justicia y aborrecido la maldad; por tanto, te ungió Dios, el Dios tuyo, con óleo de alegría más que a tus compañeros. Salmo 45:7
Mi alma ha guardado tus testimonios, y los he amado en gran manera. Salmo 119:117

Preocupaciones - Reflexiones - Vídeo

Cuántas veces nos preocupamos por las cosas antes de que pasen… Ansiedad, angustias y preocupaciones que al final del día no nos permiten ver que Dios tiene el control de todas las cosas.
Pues que a su amado dará Dios el sueño. Salmos 127:2.
Nuestra vida no debe ser una vida de preocupaciones e inquietudes sino una vida de fe gozosa y tranquila. Nuestro Padre celestial proveerá las necesidades de sus propios hijos, y sabe lo que necesitamos antes de que se lo pidamos.
Por lo tanto, podemos retirarnos a nuestro lecho a su debido tiempo, sin necesidad de velar para trazar planes y proyectos para el futuro.

Si sabemos confiar en nuestro Dios, no estaremos desvelados durante la noche con el corazón atormentado por el temor, sino que echaremos nuestra solicitud en manos del Señor; sólo pensaremos en su Gracia y tendremos un sueño dulce y reparador.
Nuestra mayor gloria consiste en ser amados del Señor, y quien la posee no debe ambicionar otra cosa; por tanto, debe desaparecer todo deseo egoísta.
¿Qué hay más grande en el cielo que el amor de Dios?
Descansa, pues, alma mía, porque en Él tienes todas las cosas. Sin embargo, vivimos agitados hasta que el Señor nos da no sólo razones para que descansemos, sino el descanso mismo. Jesús lo hace así.
Él es nuestra paz, nuestro descanso, nuestro todo. En su seno dormiremos tranquilos en vida y en muerte.
Hoy es un día más para descargar nuestras preocupaciones y dejarlas en el Altar.
Señor, Gracias porque eres nuestra paz y esa paz se experimenta más cuando estoy rodeado de angustias. Ayúdame a descansar solo en ti. Amén.

La frescura de su sangre - Devocional


“Pues ustedes saben que Dios pagó un rescate para salvarlos de la vida vacía que heredaron de sus antepasados. Y el rescate que él pagó no consistió simplemente en oro o plata sino que fue la preciosa sangre de Cristo, el Cordero de Dios, que no tiene pecado ni mancha.” 1 Pedro 1:18-19 (Nueva Traducción Viviente).
Cuando fui confrontado por mi conciencia por los pecados que había cometido en mi vida pasada, el veredicto fue sencillo, culpable. Después de confesarle mis pecados a DIOS y pedirle perdón, mi alma esperaba un castigo inminente. Pasaron por mi mente las fechorías que había cometido y con tal de que desapareciera la culpa estaba dispuesto a pagarlo todo con el castigo. Pero, para mi sorpresa, no lo hubo. Por el contrario, Jesús me perdonó y cubrió mi culpa (Isaías 53:4-5). En vez de recibir lo que merecía por mis actos, recibí salvación y un nuevo comienzo por lo que Jesús ya había hecho. Él llevó mi culpa y la tuya en la Cruz para darnos un fresco y nuevo comienzo.
Lo increíble acerca de la Cruz es que Jesús da gratuitamente un nuevo y fresco comienzo a todo el que lo reciba como Salvador. La sangre de Cristo es rociada en las conciencias de los creyentes para que éstos sean sin culpa ante DIOS (Hebreos 10:22). La sangre de Cristo tiene todo el poder para cerrar cualquier puerta del pasado, para borrar cualquier mancha en el alma y para quitar toda culpa. Pero hace falta creerlo de todo corazón. Cuando una persona nace de nuevo, DIOS ve a un nuevo ser en lo espiritual. Con las cuentas a cero, no en números rojos de deuda, sino con la certeza de que cuando éste peque no será condenado si se mantiene en Cristo (Juan 5:24).
La gracia de Jesús es un regalo que se recibe para vivir en victoria sobre el pecado y la muerte (Romanos 5:17); no es algo que se obtenga por medio de obras, penitencias o castigos. La gracia concebida como un regalo inmerecido de parte de DIOS  a Sus hijos es el mejor aliado en su crecimiento. Gracia inmerecida y sublime. Así como lo escribió John Newton en su famoso himno “Sublime Gracia”, DIOS toma a los esclavos y los libera, a los ciegos los hace ver, a los que eran piltrafas humanas les convierte en obras maestras, a los que eran culpables les declara inocentes. Así de maravillosa  es la gracia de DIOS.
No andes por la vida cargando culpas que Jesús ya pagó y no recuerda más. El enemigo no tiene derecho de acusarte; Jesús le tapó la boca en la Cruz. Que nadie te condene, incluyéndote a ti mismo, por lo que Jesús ya pagó. Jamás esperes castigo, Jesús tomó el castigo que merecías para darte gratuitamente Su gracia.
Sumérgete día a día en la frescura de la sangre de Cristo y vive en victoria.

Jugando A Ganar - Crecimiento Personal - vídeo

“No es posible ganar un juego pensando que vas a perderlo”.
La mayoría de los que leen estas reflexiones son personas adultas; todos alguna vez fuimos niños y, entonces, cuando no teníamos miedo en nuestra vida queríamos volar. Pasamos nuestra niñez y nuestra juventud pensando que todo lo podíamos lograr. Jugábamos y competíamos para ganar. Ningún objetivo era inalcanzable, teníamos suficiente fuerza para conquistar al mundo. Estábamos con una fuerza grandiosa de pensar en algo y luego hacerlo. Luego, a medida que pasaba el tiempo, ya no éramos tan niños y el mundo nos decía con más frecuencia que no podíamos hacer lo que queríamos, que los sueños son cosa de niños, que el ganar es para unos privilegiados, para aquellos que tienen suerte y tienen “con qué”. 
Ahora muchos se ríen e incluso dudan de nuestras metas y tratan de convencernos de que vayamos por el camino del montón.
Ellos dicen: “Estás loco. Es muy duro. Debes jugar a lo seguro. ¿Por qué vas a arriesgarte? ¿Y si pierdes?” Actúan como si los sueños fuesen para otros pero no para gente como nosotros. Ellos hablan de su experiencia, de su seguridad, de su comodidad, y en vez de alentarnos nos contaminan con lo negativo, con el pesimismo, con la derrota anticipada y tratan de inculcar sus propios miedos e inseguridades en nosotros. Los que antes no conocían la palabra “miedo”, ahora empiezan a entenderla; y no sólo la entienden sino que la incorporan a sus vidas. Con tanta gente que nos dice que no podemos hacer algo y tan pocos que nos dicen que sí podemos, es difícil no dejar que el miedo invada nuestras vidas. Lamentablemente, así es como muchos de nosotros vamos por la vida. Vamos con miedo y con un pensamiento perdedor.
¿Cómo estoy yendo por la vida?, ¿con un pensamiento ganador o perdedor?
En la Biblia hay una historia en donde Dios le había prometido al pueblo que salió de Egipto que les llevaría a una tierra maravillosa que era muy hermosa y llena de frutas deliciosas.
Moisés eligió a 12 espías para explorar esa tierra. Dos de ellos eran Josué y Caleb. Los doce exploraron la tierra secretamente. Vieron que la tierra estaba llena de cosechas y de fruta. De hecho, para llevar un racimo de uvas debían hacerlo dos personas. También vieron a la gente. Parecían gigantes. Habían oído muchas cosas sobre estas personas también. Las personas eran guerreros expertos que siempre obtuvieron lo que desearon. Sin embargo podemos ver que 10 de los 12 espías tenían un pensamiento perdedor y ellos comunicaron a la gente que no habría manera de que pudieran conquistar la tierra. Ellos vieron la fuerza de los guerreros y sus propias debilidades. Al parecer habían crecido con una mentalidad de derrota, de pequeñez, y no alcanzaban a ver lo que Dios había hecho con ellos.
Josué y Caleb dijeron al pueblo que con la ayuda de Dios podían hacer cualquier cosa. Sin embargo, la gente no les escuchaba. Estaban asustados de lo que la mayoría haría en vez de lo que Dios podía hacer. El miedo impidió que ellos pudieran entrar en la tierra prometida. Esta historia la puedes localizar en Números 13,14.
¿Estoy viendo lo que Dios quiere hacer en mi vida? ¿En mi matrimonio? ¿En mi familia? ¿Con mis finanzas? ¿Con mi carrera? ¿Con mi ministerio? ¿Qué estoy viendo?
En la actualidad, lo que pasa en nuestras vidas es que estamos tan asustados de perder lo que tenemos que no vamos por lo que realmente queremos, nos quedamos paralizados esperando que algo suceda. Jugamos a lo seguro y a conservar tan fuerte como podamos el “status quo” que nunca experimentamos lo que podríamos ser y hacer. Creemos que los demás tienen razón, comenzamos a dudar de nuestros sueños y no vemos posibilidades de avanzar un paso hacia ellos. Esto es “jugar a perder”. Lo vemos en los deportes todo el tiempo cuando un equipo tiene la ventaja. Empiezan a pensar en cómo no perder en lugar de cómo ganar. Se aferran tan fuertes a su ventaja que empiezan a jugar "a lo seguro" y con miedo. Se puede ver en su energía y en su lenguaje corporal. Como resultado, el otro equipo comienza a tener posibilidades, juega sin miedo y, finalmente, gana el pulso y gana.
¿Qué harías si no tuvieras miedo? ¿Qué cosas harías sabiendo que Dios está contigo?
Para vivir una vida extraordinaria debemos aprender a rechazar el miedo. Si viene de dentro de mí o de otra persona, debemos superar el miedo y adoptar un “juego para ganar”. Jugar para ganar requiere del compromiso de nunca darse por vencido y nunca permitir que tus metas y sueños mueran. Los que juegan para ganar saben que el éxito pertenece a aquellos que practican la disciplina y perseverancia, a aquellos que asumen responsabilidad en sus vidas. Los obstáculos y las luchas son parte de la vida y sólo sirven para hacernos apreciar nuestro éxito. Si todo fuera fácil, no sabríamos lo que se siente realmente al tener éxito. Los obstáculos y las circunstancias están destinados a ser superados. No dejes que nada te detenga en la búsqueda y logro de tus sueños. El miedo está destinado para ser vencido. Dios no te creó a ti con miedo; el miedo es adquirido, por lo que tú puedes renunciar a él. En el juego de la vida hay que jugar para ganar. Si estás leyendo esto es porque todavía tu juego no termina, no te rindas hasta que el juego haya terminado.
“Si quieres ganar lo que nunca has ganado, necesitas jugar como nunca lo has intentado, da lo mejor de ti en el juego”.

Control de Dios - Oración

POR FAVOR, LEA CON FE
Esta es una oración impresionante.
El problema con muchos de nosotros es que no creemos que Dios abrirá una ventana y derramará bendiciones, que no tendremos lugar para recibirlas.
Reto a cualquier persona a tratar a Dios.
Él es fiel a su palabra.

Dios no puede mentir y sus promesas son seguras.

Los ojos que están viendo este mensaje no verán ningún mal,
Las manos que enviarán este mensaje a otros no trabajarán en vano, la boca que dice Amén a esta oración reirá por siempre.

Permanezca en el amor de Dios enviando esta oración a todos en su lista.
¡Tenga un viaje encantador en la vida!
¡Confíe en el Señor con todo su corazón y Él nunca le fallará porque Él es IMPRESIONANTE!

Si usted necesita de verdad una bendición, continúe leyendo: 

La oración que recibí por email, y a reenviar:
Padre divino, Dios más afable y más amoroso, te ruego que bendigas abundantemente a mi familia y a mí.
Sé que tú reconoces que una familia es más que una madre, un padre, una hermana, un  hermano, un esposo y una esposa, por eso pido que todos crean y confíen en ti.
Padre, mando una oración de súplica de bendiciones, no solamente para la persona que me envió esto, sino para mí y para todos a los que he remitido este mensaje. Y que la fuerza de la unión en la oración de los que creen y confían en ti sea más poderosa que cualquier otra cosa.
Te agradezco de antemano por tus bendiciones.

Dios Padre, libera ahora a la persona que lee esto de deudas y de las cargas por las mismas.
Envía tu sabiduría santa para que yo pueda ser un buen administrador sobre todo lo que me has dado, Padre; yo sé que eres maravilloso y poderoso 
y sabemos que si te obedecemos y caminamos en tu Palabra, y tenemos la fe de una semilla de mostaza, tú derramarás de tus bendiciones.
Te agradezco, Señor, por las bendiciones recientes que he recibido y por las bendiciones que todavía han de venir, porque sé que Tú aún no has terminado conmigo todavía.
En el nombre de Jesús, Amén