Yo era una ejecutora. Todo cuanto los demás tenían que hacer era mostrarme qué necesitaban y yo lo hacía, y ponía lo mejor de mí para hacerlo bien. Pero lo que me frustraba y confundía era que, aunque hacía las cosas bien, no funcionaban. Aún no había entendido que a menos que el Señor construya la casa, en vano se esfuerzan los albañiles (Salmos 127:1).
En Juan 6:28, las personas querían saber qué tenían que hacer para satisfacer a Dios. Querían saber cómo debían hacer las obras que Dios exigía. ¿Cuál fue la respuesta de Jesús a estas personas? "Ésta es la obra de Dios: que crean en aquel a quien Él envió..." (Juan 6:29).
Cuando el Señor me reveló este pasaje por primera vez, pensé que por fin me iba a enseñar cómo tener éxito al hacer su obra. Y en cierto sentido, lo hizo. Me dijo: "Cree".