Marcos 2:13-17
Marcos 2:17 “…Jesús los oyó y les contestó: —Los que necesitan al médico son los enfermos, no los sanos. Y yo vine a invitar a los pecadores para que regresen a Dios, no a los que se creen buenos...”
Objetivo: Que los creyentes desarrollen una amplia compresión del llamado que Dios en Cristo hace, y resuelvan ser comunicadores de esta gran verdad a todos los seres humanos.
I. Alternar el equilibrio
Severiano es un hombre que se considera de lo peor por el estilo de vida que vive, pues es un alcohólico, ladrón, mentiroso, etc. Severiano cree que en el reino de Cristo no hay espacio ni esperanza para que sirva a Dios. Es más, él dice que sus parientes cristianos le han dicho que Dios no tiene ojos para él. Severiano, una y otra vez, ha intentado cambiar por sí mismo, y una y otra vez ha prometido que dejará de beber y que se va hacer hermano.
Por otro lado, Severiano dijo, que algunas veces lo han invitado a reuniones para estudios bíblicos, pero ha percibido rechazo y miradas de sospecha hacia su persona. La última vez que lo invitaron a la iglesia, dijo: “Primero voy a dejar de beber y luego voy a tu iglesia” y remató, pero no quiero que me vean así con esta ropa, pues no tengo ropa buena.
II. Analizar la discrepancia
¿Se interesa Dios en desarrollar un discipulado con personas como Severiano? ¿Le dará una oportunidad Dios, a pesar de cómo vive? ¿En qué lugar buscó Cristo a sus discípulos? ¿Es correcta la apreciación de Severiano acerca de su problema? ¿Tendrá Dios en su palabra propuesta para los Severianos de nuestra sociedad? ¿Quiénes son invitados a ser discípulos? ¿Llama Dios a ser parte de su estructura de discípulos solo a los que pasan tiempo en la iglesia o a los menos piadosos también? ¿Está la iglesia interesada en los Severianos, para ayudarlos a ser discípulos, o solo en los que a la iglesia asisten?
III. Revelando la clave para la solución
Borracho, mujeriego, ladrón, mentiroso, y rechazado, miradas de desprecio quizá sean las palabras claves para comprender el miedo y la desesperanza por ser parte del cuerpo de Cristo, de Severiano. ¿Qué significan estas palabras para nosotros en la iglesia de hoy?
Por definición, podemos decir que un borracho es un egoísta que roba para su vicio, miente y es capaz de matar verbalmente a su madre o hijos con tal de conseguir dinero para satisfacer su vicio, o robar cualquier cosa para venderlo y seguir bebiendo.
Por otro lado, es una influencia enfermiza para nuestros hijos. En consecuencia la iglesia, lo mira mal, se aleja de él, y lo deshecha. Pero, ¿qué hace Cristo ante los que son considerados ladrones, y rechazados por la sociedad? ¿Cuál es su forma de actuar ante los moral y espiritualmente enfermos?