¿Pero realmente estamos bien?, ¿qué piensan de ti en tu casa?, ¿qué piensan de ti en tu familia, en tu trabajo o centro de estudio? En general, todas las personas con las que tienes una relación de amistad, de trabajo, de vecindad, de familia, en fin todos aquellos con los que convives por diferentes razones, ¿qué piensan de ti?
Sabes que de Jesús decían que tenía el demonio, pero era por envidia, por miedo o por vergüenza.
- Por envidia: porque miraban que la gente lo seguía y querían escuchar sus enseñanzas. Mateo 14:13 Cuando Jesús oyó lo que le habían hecho a Juan el Bautista, subió a una barca y se fue a donde pudiera estar solo. Cuando la gente de los pueblos cercanos supo que Jesús se iba, lo siguió por tierra. 14 Jesús bajó de la barca y vio que allí había una gran cantidad de gente. Entonces tuvo compasión de ellos y sanó a todos los que estaban enfermos. Todos los necesitados que reconocían que Jesús tenía poder para hacer milagros, lo seguían y buscaban escuchar de él, y los enfermos querían ser sanados. Podemos decir que Jesús tuvo millones de seguidores, pero solo unos cuantos discípulos; del grupo eres tú.
- Por miedo: porque no estaban preparados para el cambio, abandonar las costumbres y venir a la gracia de Dios. Lucas 6:9-11 Luego Jesús dijo a todos los que estaban allí: Voy a hacerles una pregunta: ¿Qué es correcto hacer en día de descanso? ¿Hacer el bien, o hacer el mal? ¿Salvar una vida o destruirla? Y después de mirar a todos, Jesús le dijo al hombre: Extiende la mano. El hombre la extendió, y la mano le quedó sana. Pero aquellos hombres se enojaron muchísimo y comenzaron a hacer planes contra Jesús. Alrededor del mundo hay millones de personas así, que se resisten al cambio. Los sacerdotes no lo hacían por cuidar o salvaguardar los intereses de Dios, era porque no entendían que alguien, desconocido para ellos, moviera de esa forma a las masas, cosa que ellos nunca hacían porque solo pensaban en sus propios intereses y no en los intereses de Dios.
- Por vergüenza: Porque no querían ser avergonzados de que siendo sacerdotes de Dios, estaban mal en sus vidas. Mateo 23:25-26 ¡Qué mal les va a ir, hipócritas! Parecen buena gente, pero en realidad son malos, no ayudan a nadie, y roban a los demás. ¡Tontos! Sean buenos de verdad, porque si no lo hacen, serán como un vaso o un plato limpio por fuera, pero lleno de suciedad por dentro. Pero si el vaso o el plato se limpian por dentro, todo estará limpio de verdad. 27-28 ¡Qué mal les va a ir! Aparentan ser gente buena y honrada, pero en realidad son hipócritas y malvados. Son como una tumba pintada de blanco, que por fuera se ve limpia, pero que por dentro está llena de huesos y de suciedad. 29 ¡Pobrecitos de ustedes, ¡qué mal les va a ir, hipócritas! Construyen monumentos para recordar a los profetas muertos, y ponen adornos en las tumbas de las personas buenas. Imagínate tú, parado entre la multitud y que alguien empiece a sacarte los trapitos sucios, qué vergüenza. Cada vez que se juntaba Jesús con los fariseos empezaba a reclamarles y a exhortarlos, pero nunca quisieron escucharlo y seguirlo; los únicos que lo siguieron lo hicieron encubiertamente por miedo, pero en verdad se cumplió la palabra que dice: tienen ojos mas no ven y tienen oídos mas no oyen.