lunes, 20 de julio de 2020

Medida buena

Dad y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo, porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir. Lucas 6:38
Un día, Estela se encontró en una gasolinera con una mujer que había salido sin su tarjeta bancaria. Varada y con su bebé, pedía a los que pasaban que la ayudaran. Aunque Estela no tenía trabajo en ese momento, usó 15 euros para poner gasolina en el coche de la desconocida. 
Días después, al llegar a su casa, encontró en la puerta una canasta con juguetes y otras cosas de regalo. Amigos de la desconocida le habían retribuido su amabilidad, convirtiendo ese acto bondadoso en una Navidad memorable para su familia.

Esta conmovedora historia ilustra la enseñanza de Jesús, cuando dijo: Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir (Lucas 6:38).

Puede ser tentador oír esto y enfocarse en lo que conseguiremos por dar, pero este no es el punto. Antes de declarar esto, Jesús dijo: Amad, pues, a vuestros enemigos, haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y grande será vuestro galardón, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos (verso 35).

No damos para conseguir cosas; damos porque Dios se deleita en nuestra generosidad. Nuestro amor a los demás refleja su corazón amoroso para con nosotros.
Padre, ayúdame a dar generosamente porque eres generoso conmigo.
 

Pasos de fe

La vida cristiana se vive desde el principio hasta el final a través de la fe. Nadie puede llamarse cristiano si no existe en él, o ella, una fe que lo lleve a considerarse así.
La fe es indispensable para cada uno de nosotros, y si hablamos de fe, hablamos de confianza o seguridad, pues por fe creemos en Dios.
Pero cuando permitimos que la duda ocupe un lugar preferente en nuestra vida estamos dejando a un lado la fe, porque duda y fe no empatizan, sino todo lo contrario, son términos totalmente opuestos.
Creer es dar pasos de fe | Tabernaculo Prensa de DiosLa Biblia dice: “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.” Hebreos 11:6 (Reina-Valera 1960).
Dios puede y quiere hacer milagros en nuestra vida, pero para ello necesita que nosotros demos pasos de fe para poder ver concretados esos milagros.
En la Biblia encontramos diferentes hechos que sucedieron, y en cada uno de ellos vemos cómo esos hombres se atrevieron a dar pasos de fe, y como consecuencia vieron la mano poderosa de Dios actuar.
Porque realmente se necesita FE para poder dar pasos cuando el panorama es contrario, o cuando las circunstancias negativas nos quieren hacer dudar de que algo bueno puede suceder en medio de ellas.

Me Hablas

Dios no me habla - Encuentros con JesusEncuentros con JesusPuedes escuchar a Dios todos los días. Es más, deberías escucharlo todos los días.
Dios espera que Sus hijos, los que lo conocen personalmente y conocen Su voluntad y Su Palabra, lo toquen a Él personalmente, directamente, que contacten directamente con Él, y no a través de la fe y las oraciones de otras personas.
Si te detienes unos momentos y dejas de pensar en otras cosas, y le das a Él toda tu atención, escucharás al Señor.
En el frescor del día paseo contigo bajo la agradecida sombra de mi jardín.
Escucho Tu voz entre los árboles y no tengo miedo.
Tu mano que pone a dormir las flores, una por una en sus pliegues de rocío….es fuerte para guardarme; y competente, no me soltará.
Me hablas a través del viento, me sonríes desde todas las estrellas.
Para mí, no eres sordo ni ciego, ni estás ausente, ni lejos.
La oración no es un monólogo, sino un diálogo cuya parte más esencial es la respuesta de Dios.
Escuchar la voz de Dios es lo que me da la seguridad de que Él escuchará la mía.
Todo lo que hay en la Tierra está sujeto a Ti.

No puedo apartarme de Tu amor.
Tu amor me sigue por doquier.

Deseo ser una presencia amorosa y constante en tu vida.

Quiero comunicarme personal y directamente contigo.
No deseo una relación distante, fría o mental, sino profunda y sincera.
De corazón a corazón.

Quiero que comulguemos íntimamente, que conversemos, que tomemos decisiones juntos y que a veces nos comuniquemos sin decir palabra.
Deseo que cultivemos un vínculo de amor más fuerte del que has entablado con persona alguna, algo que ahora ni siquiera eres capaz de imaginar.

En toda relación de amistad hace falta tiempo y práctica para coger confianza con la otra persona, y actuar con naturalidad y espontaneidad. Lo mismo sucede cuando quieres aprender a conversar libremente conmigo. Si haces el esfuerzo, te hablaré.
Quizá las primeras veces pensarás que oyes como una vocecita en lo profundo de tu ser, que proviene de tu mente, pero con el tiempo sabrás que es Mía. Puede que te dé ideas o respuestas a tus interrogantes; o tal vez te infunda una sensación de paz y bienestar; o quizá simplemente te diga lo mucho que te aprecio y cuánto disfruto de tu compañía.
Estoy lleno de sorpresas; nunca sabrás con qué te vas a encontrar.
Pero te prometo una cosa:
¡Jamás te defraudaré!