lunes, 18 de diciembre de 2017

Alabanza por la bondad y el poder de Dios. Salmo 145

Salmo de alabanza; de David

Resultado de imagen de salmo 145Te exaltaré, mi Dios, mi Rey,
y bendeciré tu nombre eternamente y para siempre.
 Cada día te bendeciré
y alabaré tu nombre eternamente y para siempre.

Grande es Jehová y digno de suprema alabanza;

su grandeza es insondable.
 Generación a generación celebrará tus obras
y anunciará tus poderosos hechos.

En la hermosura de la gloria de tu magnificencia

y en tus hechos maravillosos meditaré.

Del poder de tus hechos estupendos hablarán los hombres,

y yo publicaré tu grandeza.

Proclamarán la memoria de tu inmensa bondad,

y cantarán tu justicia.
 Clemente y misericordioso es Jehová,
lento para la ira y grande en misericordia.

Bueno es Jehová para con todos,

y sus misericordias sobre todas sus obras.
 ¡Te alaben, Jehová, todas tus obras,
y tus santos te bendigan!

La gloria de tu reino digan

y hablen de tu poder,

para hacer saber sus poderosos hechos a los hijos de los hombres

y la gloria de la magnificencia de su reino.

Tu reino es reino de todos los siglos

y tu señorío por todas las generaciones.
 Sostiene Jehová a todos los que caen
y levanta a todos los oprimidos.

Los ojos de todos esperan en ti

y tú les das su comida a su tiempo.

Abres tu mano

y colmas de bendición a todo ser viviente.

Justo es Jehová en todos sus caminos

y misericordioso en todas sus obras.

Cercano está Jehová a todos los que lo invocan,

a todos los que lo invocan de veras.

Cumplirá el deseo de los que lo temen;

oirá asimismo el clamor de ellos y los salvará.

Jehová guarda a todos los que lo aman,

pero destruirá a todos los impíos.
 La alabanza de Jehová proclamará mi boca.
¡Todos bendigan su santo nombre
eternamente y para siempre!
Reina-Valera 1995 (RVR1995)

Con Dios sin afán

¨Dios nos salvó porque tenemos la confianza de que así sucederá. Pero esperar lo que ya se está viendo no es esperanza, pues ¿quién sigue esperando algo que ya tiene?¨ Romanos 8:24 (Traducción en Lenguaje Actual). 
Tomar la decisión de seguir a Cristo es solo para valientes, pues a diario nos enfrentamos con muchas cosas, cada día tenemos que pelear nuestra propia batalla. Por eso la palabra es muy clara cuando nos dice que cada día tiene su propio afán. (Mateo 6:34).
con Dios sin afanEs precisamente el afán lo que hace que retrasemos las bendiciones de Dios, pues queremos hacer todo a nuestra manera y no dejamos que Dios actúe. Desde luego, si lo pensamos, impresiona lo acelerados que somos, pero impresiona más la manera en que Dios soluciona nuestros problemas. Él piensa en todo, no se le escapa ningún detalle, Él es Todopoderoso y perfecto, por lo tanto, nada de lo que haga va a quedar mal hecho o a medias.
Es una estrategia de Satanás hacernos creer que Jesús se ha olvidado de nosotros, o que simplemente permite que nos pasen cosas malas porque nos ha abandonado. Es ilógico pensar que alguien tan Santo fuera crucificado en una cruz y sufriera tanto, para que luego se le olvidara y abandonara a quien fue su motivo de sacrificio.

Dios sabe

para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará en público. Mateo 6;4
Cuando Denise conoció a una jovencita de su iglesia que estaba sufriendo, se compadeció e intentó ayudarla. Todas las semanas pasaba tiempo aconsejándola y orando con ella. Sin embargo, algunos líderes de su iglesia no notaron los esfuerzos de Denise y decidieron asignar a un miembro del personal de la iglesia para que la ayudara.
Aunque Denise no esperaba ningún reconocimiento, no pudo evitar sentirse desanimada. «Es como si no hubiera hecho nada».
Sin embargo, un día, la joven le dijo a Denise lo agradecida que estaba por su consuelo. Denise cobró ánimo. Era como si Dios le dijera: «Yo sé que estás allí ayudándola». Hoy, todavía siguen reuniéndose.
En ocasiones sentimos que nuestros esfuerzos no son valorados ni se reconocen. Sin embargo, la Escritura nos recuerda que Dios sabe lo que estamos haciendo. Él ve lo que los demás no ven, y le agrada que lo sirvamos para glorificarlo, no para recibir reconocimientos humanos.
Quizá por eso Jesús nos dio el ejemplo, al decirnos que ofrendemos «en secreto» para que nuestro «Padre que ve en lo secreto nos recompense en público» (Mateo 6:4). No necesitamos buscar el reconocimiento y el elogio de otros; podemos cobrar ánimo al saber que Dios conoce nuestro servicio fiel a Él y a los demás.
Señor, ayúdame a servirte solo para tu gloria.
Dios ve todo lo que hacemos para Él.