domingo, 6 de septiembre de 2015

Vale La Pena

Mientras caminaba por la playa al amanecer, el anciano vio que un joven, unos pasos más adelante, iba recogiendo estrellas de mar de la arena que luego las arrojaba al mar.
Al llegar hasta el joven, el viejo le preguntó por qué hacía eso. La respuesta fue que las estrellas de mar, extraviadas en la arena, morirían si las dejaba allí cuando el sol calentara la playa.
– Pero hay muchos kilómetros de playa y millares de estrellas de mar. ¿Se notará alguna diferencia después de tu esfuerzo?, - objetó el anciano.
El joven miró la estrella de mar que tenía en ese momento en la mano, la lanzó al mar, y replicó: - Para ésta sí habrá diferencia.
“Lo importante en esta vida va más allá de lo que ganemos nosotros mismos. Lo verdaderamente importante es ayudar a otros a ganar”. No creas nunca que tu esfuerzo o aporte no son lo suficientemente buenos o grandes para hacer la diferencia, ya que al final por pequeño que sea, todos sumamos...
No dejes pasar el día sin mostrarle a otros el verdadero camino”.
Juan 14:6 “Jesús dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida”.

El cuento de la Autoestima

Cierto día un gran Rey iba pasando por un pueblo que le pareció muy peculiar. Notó que las personas del pueblo tenían diversos conflictos, se herían, o se molestaban unos a otros.
Este Rey era muy inteligente y empezó a analizar todo lo que veía, y llegó a la conclusión de que todo radicaba en el poco amor que se tenían. Ellos mismos no se aceptaban con sus defectos ni apreciaban sus cualidades, por lo que era difícil que éstas las pudieran  ver en los demás, y dado que había un odio por sí mismos, también había un odio hacia los demás.
Este hombre pensó acerca de cuál sería el origen de todo esto, y qué podía hacer para que cambiara; pensó y pensó y dijo: ¡Ya sé!, Les diré que si empiezan a llevarse mejor entre ellos, serán muy prósperos, tendrán muchas cosas que deseen.
Pasó el tiempo y nada cambió; después este hombre dijo: ¡Ya sé!, les diré que si mejoran su relación, yo les daré el doble de todas sus pertenencias!
Pero la triste realidad es que nadie quiso escuchar y todo siguió igual…  este hombre analizó todo esto y se dijo: Estas discusiones se dan porque no se respetan entre ellos, se envidian, hay celos, comparaciones, y si alguien sobresale los demás se sienten heridos. El problema es que no se aman a sí mismos, no han creído que tienen un valor, que no necesitando ser perfectos merecen respeto y por lo tanto, si logran cambiar este pensamiento y tener respeto por sí mismos, podrán dar esto a los demás. ¿Pero cómo hago para que puedan comprender que tienen un valor?, se preguntó el Rey.

¿Dónde están puestos tus ojos?

Es muy fácil caer en el legalismo, la religiosidad y el tradicionalismo, pues desafortunadamente, muchas veces las personas prefieren poner sus ojos en el hombre, en las obras o en las manifestaciones supuestamente sobrenaturales de una iglesia; otros, se fascinan con la lectura de libros escritos por diversos profetas, pastores o eruditos de la palabra y otros, se conforman con escuchar las prédicas de sus líderes espirituales o de predicadores famosos. 
Donde estan puestos tus ojos¿De qué nos sirve adquirir un conocimiento acerca de Dios, si quizá es erróneo?; ¿por qué somos tan acomodaticios y preferimos creerle a todo el mundo excepto a la verdad que está escrita en el libro sagrado “la Biblia”? Ahora bien, no se trata de que todas las personas que hablan en nombre del Señor, son unos mentirosos o falsos predicadores; no, se trata de que no debemos poner exclusivamente nuestra mirada en ellos por muy certeras que sean sus prédicas; sobre todo, debemos creer siempre en Jesucristo, creer en su palabra; de lo contrario, podemos caer muy fácilmente en el legalismo, la religiosidad o tradicionalismo, y esto Dios lo aborrece. Él desea que le amemos con total libertad, Él quiere que vivamos su palabra, que lo experimentemos a Él en toda su plenitud. Seamos oidores, habladores y hacedores de la palabra de Dios. Pero no basta con oír el mensaje; hay que ponerlo en práctica, pues de lo contrario se estarían engañando ustedes mismos. Santiago 1:22 (Dios Habla Hoy).

Falsos cristos y falsos profetas

“Porque se levantarán falsos cristos y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si es posible, aun a los escogidos” (Mateo 24: 24).
El periódico suizo Le Matin publicó el 16 de diciembre de 1996 una interesante noticia. El Estado de Israel estaba estudiando un proyecto, Apocalipsis en el año 2000, en el que se pretendía invitar a los turistas a presenciar el fin del mundo en Meguido, lugar donde la Biblia sitúa el Armagedón. Usando las tecnologías más innovadoras y las convencionales querían reproducir escenas apocalípticas del triunfo final del bien sobre el mal. Esta “Disneylandia... escatológica” tenía una finalidad comercial, atraer a diez millones de visitantes cristianos. El Vaticano, sin saberlo, iba a colaborar, pues de 1997 al 2000, los peregrinos que visitasen Tierra Santa recibirían una indulgencia especial del papa.
En los medios teológicos se ha producido un cierto proceso de secularización de la esperanza. Se han desarrollado varias ideas que afirman que la realización de la esperanza cristiana se produce a través de acontecimientos históricos, generados por los seres humanos. Por si fuera poco, la vulgarización y trivialización con la que algunos han tratado el fin del mundo y su deducida proposición o corolario, la segunda venida de Cristo, han dado lugar a que este tema se haya convertido en algo incierto, fantasioso, irrisorio, especulativo e irreal para los más escépticos.