LUCAS 15:11-24 Parábola del hijo pródigo
Parábola sumamente gratificante para mí.
El ser humano vive cada día con el desafío propio de la vida cotidiana, esperando que la misma refleje su santidad; en otras palabras, no solo debemos hablar de Cristo, sino demostrar que nuestra vida es un reflejo de Él, así que, estamos en plena lucha por lograrlo. Mientras más cerca estamos de Él, mayor es nuestra posibilidad de ganar ese desafío, en cambio, alejados de Él es derrota segura. Así que, PODEMOS PEDIR NUESTRA HERENCIA Y MARCHARNOS LEJOS, O QUEDARNOS EN CASA Y DISFRUTAR DEL AMOR DEL PADRE.
Si elegimos pedir nuestra herencia, ESTAMOS SEPARÁNDONOS Y DECLARANDO NUESTRA SENTENCIA DE MUERTE (ESPIRITUAL), Y NOS CONVERTIMOS EN “PRÓDIGOS”. SEPARADOS DE CASA, ES MUERTE, Y ESTAR EN ELLA, ES VIDA.
- En primer lugar obedeciendo a nuestro propio EGO por medio de nuestras acciones, cometiendo toda clase de iniquidades pensando que Dios no nos ve. Pero DEL OJO DE JEHOVÁ nadie se esconde y al final esas iniquidades hacen que el bien se aparte de nosotros, Jeremías 5:25, y eso por NO OBEDECER LA VOZ DE DIOS que nos dice que hay que apartarse de en medio del pecado, Isaías 52:11.
- Porque queremos SEGUIR NUESTROS PROPIOS CAMINOS, ya que nos parece que estos son los mejores para nuestra vida, Isaías 53:6.
Estos son un par de motivos que hacen que estemos SEPARADOS DE CASA, y es entonces cuando nos convertimos en PRÓDIGOS.