viernes, 5 de junio de 2020

Principio de Pareto

El principio de Pareto,​ también conocido como la regla del 80-20,​ describe el fenómeno estadístico por el que en cualquier población en la que se contribuye a un efecto común, es una porción pequeña la que contribuye a la mayor parte del efecto.
Recibe su nombre en honor a Vilfredo Pareto, que lo enunció por primera vez en su "Cours d’économie politique" de 1896.
Pareto enunció el principio basándose en el conocimiento empírico. Comprobó que la población se divide en dos grupos, y estableció arbitrariamente la proporción 80/20 de modo tal que el grupo minoritario, formado por un 20% de población, se reparte el 80% de algo, y el grupo mayoritario, formado por un 80% de población, se reparte el 20% de la misma riqueza o bien. En concreto, Pareto estudió la propiedad de la tierra en Italia, y lo que descubrió fue que el 20% de los propietarios poseían el 80% de las tierras, mientras que el restante 20% de los terrenos pertenecía al 80% de la población restante.
Estas cifras son arbitrarias; no son exactas y pueden variar. Su aplicación reside en la descripción de un fenómeno y, como tal, es aproximada y adaptable a cada caso particular.
El principio de Pareto se ha aplicado con éxito a los ámbitos de la política y la economía. Se describió a una población en la que aproximadamente el 20% ostentaba el 80% del poder político y la abundancia económica, mientras que el otro 80% de la población, lo que Pareto denominó "las masas", tenía poca influencia política y económica (solo un 20%). Así sucede, en líneas generales, con el reparto de los bienes naturales y la riqueza mundial.
paretoTambién se ha planteado que el 80% de los resultados se obtiene del 20% de esfuerzo, y así, el 80% de esfuerzo genera el 20% de los resultados. Esto significaría que en todo orden de cosas, deberíamos identificar ese 20% en lo que debemos trabajar para que nos dé grandes resultados.
Esta lógica quiebra nuestras creencias cuando nos damos cuenta que en verdad tenemos el poder en nuestras manos, de determinar los resultados que esperamos. Si logramos identificar el 20% en el cual deberíamos invertir tiempo, paciencia y trabajo duro, estaremos seguros de recibir buenísimos resultados. Por ejemplo, si tenemos muchos amigos, lo más probable es que solo el 20% de ellos nos proporcione una verdadera amistad (resultados). Lo mismo sucede en una empresa; es muy probable que cerca del 20% de los funcionarios produzca el 80% de los resultados de dicha empresa, por lo tanto, el encargado de recursos humanos debería identificar quiénes forman parte de ese 20% y mantenerlos a gusto, para que sigan siendo igual de productivos como lo han sido hasta ahora.

Me gozo y regocijo con todos vosotros

Filipenses 2:17,18 Y aunque sea derramado en libación sobre el sacrificio y servicio de vuestra fe, me gozo y regocijo con todos vosotros. Y asimismo gozaos y regocijaos también vosotros conmigo.

FILIPENSES 2 - YouTubeLos creyentes deben estar ocupados en su salvación (verso 12) sirviendo al Señor, entregados totalmente a Dios; y aunque el trabajo implique sacrificio, siempre es motivo de gozo y regocijo disfrutar con los demás siervos de Dios.

La vida de Pablo estaba caracterizada por el amor con el que desarrollaba su ministerio. Era un hombre entregado al servicio. Servir al Señor era lo más grande que pasaba en su vida, tal es así que se ofreció como un sacrificio para servir a los demás; por eso lo dijo con total seguridad: "Y aunque sea derramado en libación sobre el sacrificio y servicio de vuestra fe"..., es decir, que aunque Pablo tenga que dar su vida, derramándola como ofrenda a Dios en la vida sacrificial y de servicio por la fe en Dios de los hermanos filipenses, lo haría con la mayor satisfacción: me gozo y regocijo con todos vosotros.  

Pablo y los hermanos filipenses se habían sacrificado sirviendo juntos al Señor, y juntos también podían regocijarse. Por eso Pablo les exhorta: Y asimismo gozaos y regocijaos también vosotros conmigo.

El creyente sabe que el servicio sacrificial al Señor es un gran privilegio y un motivo de gozo. Cuando hacemos la voluntad de Dios, cuando le agradamos, nuestra actitud es gozosa en el servicio sacrificial por/para Él. Entreguemos nuestra vida a Dios presentándonos continuamente como un sacrificio, y participemos del gozo y regocijo que involucra servir a Dios.


Auxilio… Dios se olvidó de mí

Muchas personas piensan que Dios se ha olvidado de ellas y se dicen a sí mismos: ¿Por qué me abandonó Dios? ¿Es que acaso no soy digno? He puesto toda mi confianza en Él y todavía no tengo respuesta. Me siento abandonado, solo y triste. ¿Si Dios me ama por qué permite que estas cosas malas me ocurran? ¿Por qué siempre oro y nunca me responde?
La verdad es que muchas personas han olvidado cómo vivir, se han centrado tanto en los problemas y en las cosas que les acontecen que se olvidan de la grandeza de Dios y de los planes que tiene para ellos, planes de bienestar. Dios no se ha olvidado de usted, siempre ha estado pendiente y ha cuidado cada detalle de su vida. El mero hecho de estar vivos es una maravillosa oportunidad para ir tras los sueños que Dios puso en nuestros corazones. Dios no se olvidó, no se olvida y no se olvidará de ti porque tú eres su máxima creación, tú eres un poema de Él. Lo que sucede es que Dios no va a hacer lo que a nosotros nos toca hacer.
ACERCANDOME AL REY: Auxilio… Dios se olvidó de mi…Vamos a ver: ¿Si usted viviera una vida ideal, qué le gustaría hacer?
– ¿Ayudar a otros?
– ¿Alcanzar el equilibrio en su vida?
–¿Establecer unas relaciones profundas y satisfactorias?
– ¿Pasar más tiempo con su familia?
– ¿Disfrutar la vida junto a su esposo o esposa?
– ¿Comenzar su propio negocio?
– ¿Tener una vida saludable?
– ¿Tener un ministerio poderoso?
– ¿Llevar una vida santa?
La lista podría ser larga. Bueno, pues todo eso es posible cuando adquirimos el conocimiento de Él. Conocimiento es sabiduría, y la sabiduría lleva implícito el arte de vivir.
Pues por falta de conocimiento mi pueblo ha sido destruido. Oseas 4:6a (NVI)
La falta de conocimiento trae destrucción, crisis, derrotas, y muchas veces no hallamos respuestas a nuestros problemas precisamente por nuestra falta de conocimiento, por nuestra ceguera al no ver lo que necesitamos ver para seguir adelante, y lo único que alcanzamos a ver son obstáculos. Dios probablemente no te quite los obstáculos cada vez que oras. Él desea que tú crezcas y seas responsable para que tú solo, guiado por el Espíritu Santo y basado en la Biblia, puedas vencer cualquier obstáculo. Lo que Dios busca es formar y fortalecer nuestro carácter.