domingo, 16 de diciembre de 2012

Yo Sólo Quiero Estar Donde Tu Estás - Reflexiones con vídeo

Yo sólo quiero estar donde Tú estás
viviendo a diario en tu presencia
no quiero darte sólo adoración
yo quiero ser adorador.
Yo sólo quiero estar donde Tú estás
en tu habitación por siempre
llévame al lugar donde Tú estás
yo quiero estar donde Tú estás.
Yo quiero estar contigo
morando en tu presencia
unido de tu diestra
y rodeado de tu gloria.
En tu presencia
es donde siempre quiero estar.
Yo sólo quiero estar
yo quiero estar donde Tú estás
¡Oh mi Dios!
Tú eres mi fuerza y mi canción
y aunque débil sea
en tu presencia fuerte soy.

Me prepararé para ser Manifestado en Gloria - vídeo

“Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros seréis manifestados con él en gloria” Colosenses 3:4.
Hoy levanto mi mirada a la eternidad y puedo mirar, aún más allá de las nubes, la gloriosa manifestación del Hijo de Dios. Gloriosa manifestación que se desplegó el día de la ascensión, siendo recibido en gloria después de su conquista en el calvario. Rey de reyes y Señor de señores, sentado a la diestra del Padre con Poder y majestad.
Hoy levanto mi mirada y contemplo su hermosura y digo maravilloso, ¡qué maravilloso es el Salvador, mi Señor! Manifestado en Gloria. Pero, la Biblia me da la promesa de esperanza de que un día Él, al ser manifestado en su gloria, visiblemente en las nubes, yo, junto a Él, también seré manifestado en gloria.
Si bien es cierto que seremos manifestados en gloria con Él, nunca debo olvidar que necesito prepararme para ello. La vida no puede ser tomada como episodios aislados de mi vivir diario. Necesito prepararme para los próximos episodios. La vida es como un drama donde los actores necesitan prepararse y vestirse ante de entrar en escena. Muchos son los que entran en las escenas de la vida sin prepararse y sus papeles son mediocres y los dramas de sus vidas sin aliento, sin gusto y sin color.
El drama más grande en el cuál actuaré será el día en el que el Señor sea manifestado en gloria y, juntamente con Él, nosotros seremos manifestados. Hoy, tomo este día como la oportunidad preciosa de prepararme para esa manifestación. ¿Cómo me prepararé?- Me prepararé buscando la dependencia de aquel que vive para siempre. Me prepararé viviendo en sus promesas y obedeciendo sus demandas. Me prepararé siendo un instrumento útil en sus manos y trasmitiendo su gloria como un canal puro y limpio que vive por Él y para Él.
Padre celestial, Gracias por tu generosidad y gracia derramada sobre nosotros en la persona de tu amado hijo Jesucristo. En Él tenemos la provisión para este tiempo y para la eternidad. Él murió para que nosotros podamos ser perdonados y Él vive para que nosotros vivamos. Él regresará y será manifestado en gloria como Tú ya lo has determinado. Padre, en tu gracia y misericordia nosotros también seremos manifestados juntamente con Él en gloria.
Ayúdame a vivir hoy de tal manera que pueda prepararme para la próxima y gloriosa escena que se realizará en las nubes, cuando los cielos se abran y los ojos de los santos veamos la más grande manifestación de gloria. Mientras Jesús regresa viviremos para ti y te adoraremos realmente de corazón. Amén.

Cuando Conoces la Verdad - Reflexiones

El tren había comenzado a moverse. Estaba cargado de gente de todas las edades, la mayoría obreros y jóvenes estudiantes de universidad, tanto hombres como mujeres. Cerca de la ventanilla se sentaba un anciano con su hijo de 30 años.
Mientras el tren se movía, el hijo estaba sobrecogido de gozo, encantado por el paisaje fuera.
“Mira, papá, el paisaje de los árboles verdes alejándose es muy hermoso”.
Esta conducta del hijo de 30 años hizo que los demás se sintieran incómodos con él. Todos comenzaron a murmurar una cosa u otra acerca de éste.
“Este joven parece estar loco”, el recién casado Anup le susurró a su esposa.
De repente comenzó a llover. Las gotas de lluvia cayeron sobre los pasajeros a través de la ventana abierta. El hijo, de 30 años, lleno de gozo decía: “Mira, papá, qué hermosa es la lluvia…”
La esposa de Anup se molestó con las gotas de lluvia que caían sobre su nuevo vestido dañándolo.
“Anup, ¿no puedes ver que está lloviendo? Usted, anciano: Si su hijo no se siente bien, llévelo a un asilo mental pronto y no moleste a los demás”.
El anciano titubeó primero y entonces contestó en tono bajo: “Regresamos a casa del hospital. Mi hijo fue dado de alta esta mañana. Nació ciego y no fue hasta la semana pasada cuando recobró la vista. La lluvia y la naturaleza son nuevas a sus ojos. Por favor, perdónennos la inconveniencia causada”.
¡Cuán necesario nos es empatizar con los demás y tratar de colocarnos en su lugar! Muchas veces, lo que parece a primera vista ser una realidad, simplemente no lo es.
Tal vez la clave consista en darle siempre a los demás el beneficio de la duda, reconociendo que lo que hacen debe tener sentido en sus mentes y corazones, que tal vez sea motivado por un trasfondo distinto al nuestro y que tal vez sea sólo una reacción transitoria.
Dejemos de jugar a ser Dios y aceptemos que nunca tendremos toda la información, ni comprensión completa de situación alguna; y que al emitir un juicio preliminar debemos ser conscientes de ello. Si así lo hacemos, podremos extender siempre una mano amiga y tierna a quien ha experimentado menos bendiciones que nosotros. Adelante y que el Señor les bendiga.
Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio ni oído oyó ni han subido al corazón del hombre, son las que Dios ha preparado para los que lo aman». 1 Corintios 2:9

Hoy… Sé Fuerte y Valiente - Reflexiones

6 Sé fuerte y valiente, porque tú darás a este pueblo posesión de la tierra que juré a sus padres que les daría.
7  Solamente sé fuerte y muy valiente, cuídate de cumplir toda la Ley que Moisés mi siervo te mandó; no te desvíes de ella ni a la derecha ni a la izquierda, para que tengas éxito donde quiera que vayas.
8  Este libro de la ley no se apartará de tu boca, sino que meditarás en él día y noche, para que cuides de hacer todo lo que en él esta escrito, porque entonces harás prosperar tu camino y todo te saldrá bien.
9  Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová, tu Dios, estará contigo donde quiera que vayas.
Josué 1:6-9
Hoy, esta palabra concisa del señor nos llega para recordarnos que necesitamos en este día ser fuertes y muy valientes; la empresa que le correspondió a Josué no fue una pequeña y débil empresa, era una empresa muy grande, llevar al pueblo de Israel e introducirlo en la tierra prometida; pero, la empresa que hoy tenemos que llevar a cabo, tampoco es pequeña, por ello necesitamos también la palabra orientadora de Dios para hacer todo en la perspectiva correcta, la diseñada por Dios.
En cuatro oportunidades diferentes, Dios le dijo a Josué que no perdiera el ánimo, que fuera fuerte y valiente, y si Josué mantenía su coraje y era fuerte y valiente, ningún hombre sería capaz de estar de pie delante de él todos los días de su vida; "nadie te podrá hacer frente"…¡qué gran promesa!
Leemos la historia de la vida de Josué, y en el atardecer de su existencia todavía le vemos como un hombre exitoso y triunfante. Dios cumplió su palabra.
Dios nunca usa a hombres y mujeres que siempre están hablando del lado oscuro de la vida, o aquellos que siempre están hablando de obstáculos y problemas, porque ellos matan todo lo que tocan, no hay vida en ellos, y este tipo de personas Dios no puede usarlas. Pero Dios usa a aquellos que, como Josué en medio de los problemas, en medio de los obstáculos, son fuertes y valientes, y mantienen su coraje, porque toda su vida está fundamentada en la palabra de Dios que vive en ellos.
Gracias señor, porque en este día siento tu presencia y sé que estás conmigo, y hoy quiero disfrutar de tu amor y de tu misericordia. Me has regalado este día y quiero gozarme y alegrarme en ti. Cualquiera que sea la lucha o el problema que tenga que afrontar, sé que estarás conmigo y me infundirás aliento.
Que hoy la palabra de Dios permanezca en tu mente y en tu corazón.

Rendirse a Dios - vídeo

A veces hay cosas que queremos cambiar pero por alguna razón sentimos que no podemos, aunque lo intentamos. Son esas cosas que sabemos que están mal pero que sin embargo no podemos olvidar o no queremos hacerlo; es allí, en esos momentos, en donde lo que necesitamos es RENDIRNOS A DIOS.
Rendirnos a Dios es el hecho de reconocer que nosotros solos no podemos, que ya lo intentamos muchas veces y que no lo logramos, que es momento de dejar de intentarlo más y permitir que sea Dios quien nos impulse y nos dé la capacidad para hacer su voluntad perfecta.
Ahora bien, para RENDIRNOS A DIOS tenemos que comenzar por reconstruir nuestra relación personal con Él. La Biblia dice: “Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad sobre vuestros caminos. Subid al monte, y traed madera, y reedificad la casa; y pondré en ella mi voluntad, y seré glorificado, ha dicho Jehová.” Hageo 1:7-8 (Reina-Valera 1960). Es necesario reedificar nuestra relación con Dios, porque una de las razones por las que sentimos que no podemos cambiar o dejar eso, es porque nuestra relación con Dios está distante u olvidada; ese es el momento de reedificar.
También debemos reconocer que muchos de nosotros hemos olvidado las sendas antiguas, aquellos caminos por los que transitábamos seguros porque estábamos haciendo la voluntad de Dios, pero que con el transcurrir del tiempo fuimos olvidando y yéndonos hacia otros lugares, alejándonos del buen camino. La Biblia dice: “Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma. Mas dijeron: No andaremos.” Jeremías 6:16 (Reina-Valera 1960).
Si nosotros reedificamos nuestra relación personal con Dios y volvemos al buen camino para andar en él, debemos estar seguros que todo se nos hará más fácil, y es que con Dios todo es más fácil.
Posiblemente los últimos días te has sentido triste, sin ánimos, desconsolado, con pensamientos de mucha tristeza. Quizá has examinado tu vida y la has comparado con la de otros tiempos en los que eras realmente feliz y te has dado cuenta de cómo has cambiado, de cómo te has alejado de esa relación que tenías con Dios o de ese buen camino que te hacía sentir plenamente feliz en el Señor, pero hoy es preciso que te RINDAS AL SEÑOR, que dejes que Él pueda obrar en tu vida; que dejes de llevarle la contraria, que puedas reconocer tu necesidad de Él y con ello puedas permitir que Él obre en tu vida.
Hagamos, pues, esta oración:

“Padre Santo que estás en los cielos, te doy gracias por cada una de tus bondades y misericordias hacia mi vida. Señor, reconozco que mi relación personal contigo está deteriorada, porque yo lo he provocado, me he alejado de ti en pos de mis deseos o decisiones que a la larga me han afectado. Reconozco que me he alejado del buen camino que un día transitaba confiadamente; hoy reconozco que no puedo más, que he intentado una y otra vez cambiar pero no he podido. Estoy cansado, débil, sin fuerzas, ya no quiero intentarlo más en mis propias capacidades; hoy quiero rendirme a ti, quiero que Tú seas en mí; dame la capacidad de salir adelante, dame la fortaleza que necesito, pon en mí una pasión muy fuerte por ti, que el deseo de mi corazón sea siempre agradarte, cambia mis pensamientos y coloca los tuyos, transforma mi visión y que vea lo que Tú quieres que vea; levántame con tus manos poderosas, sostenme porque siento que solo no voy a poder y, cuando quiera rendirme, recuérdame todo lo que has hecho por mí y que eso sea la motivación por la cual me levante cada vez que tropiece. Hoy ME RINDO A TI, rindo todo mi ser, rindo mis pensamientos, mis sentimientos, mis planes, todo lo que soy, sé Tú en mí porque siento que ya no puedo más.

Gracias Señor, gracias porque puedo sentir tu presencia en este momento en mi vida, gracias porque sé que Tú vas a actuar de formas maravillosas en mi vida, gracias porque sé que tienes cuidado de mí, mil gracias, en el Nombre Poderoso de Jesús, Amén”.

¡Dios actuará en tu vida, confía!