viernes, 17 de marzo de 2017

Pasa un Tiempo en Familia

Resultado de imagen de hijas de Jesús Adrián Romero
Jesús Adrián Romero canta a sus hijas. Cuán importante es poder sacar tiempo para los hijos. Analiza tus prioridades…
Mágicas Princesas – Jesús Adrián Romero
Tengo dos excusas en mi mente,
para recortar mi vida y a mi casa regresar,
son un par de mágicas princesas,
con pijamas y con trenzas que juegan a ser mamá.

Ya se han dado cuenta que soy débil,
y con solo una sonrisa pueden todo conseguir,
de mi corazón se han vuelto dueñas
y me alegran la existencia con solo en ellas pensar.

Entre gimnasia y la tarea,
van creciendo muy de prisa.
Hay hay hay.
Las quisiera detener,
Pero un día se irán de casa
y entre sus cosas llevarán un pedazo de mi vida
que jamás regresará,
mientras tanto quiero darles tantas cosas,
quiero darles tanto amor, tanta atención,
y enseñarles cada día su importancia y su valor,
quiero cuidarles el corazón.

Son como un jardín en primavera,
que se viste cada día de belleza y esplendor,
son como palomas mensajeras
que el Señor mando del cielo
para hablarme de su amor.

Entre gimnasia y la tarea,
van creciendo muy de prisa.
Hay hay hay.
Las quisiera detener,
Pero un día se irán de casa
y entre sus cosas llevarán un pedazo de mi vida
que jamás regresara,
mientras tanto quiero darles tantas cosas,
quiero darles tanto amor, tanta atención,
y enseñarles cada día su importancia y su valor,
quiero cuidarles el corazón.

Hay hay hay.
Las quisiera detener.

Árbol de río

...porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces. No temerá cuando llegue el calor, sino que su hoja estará verde. En el año de sequía no se inquietará ni dejará de dar fruto. Jeremías 17:8

Era un árbol envidiable. Por haber crecido en un terreno junto al río, no tenía que preocuparse por el pronóstico del tiempo, ni por las tórridas temperaturas ni por un futuro incierto. 
Inline image 1Nutrido y refrescado por el río, pasaba sus días elevando las ramas hacia el sol, sosteniendo la tierra con sus raíces, purificando el aire con sus hojas y brindando sombra a todos los que necesitaban refugiarse del calor.
A manera de contraste, el profeta Jeremías se refirió a una retama (Jeremías 17:6). Cuando cesaban las lluvias y el sol estival resecaba la tierra, el arbusto se marchitaba y no podía dar sombra ni fruto a nadie.
¿Por qué compara el profeta un árbol floreciente con un arbusto reseco? Quería que su pueblo recordara lo sucedido desde el rescate milagroso de los campos de esclavitud en Egipto. Durante 40 años en el desierto, habían vivido como un árbol plantado junto a un río (Jeremías 2:4-6), pero la prosperidad de la tierra prometida les había hecho olvidar su propia historia, y depender de sí mismos y de dioses fabricados por ellos (versos 7-8); al punto de querer volver a Egipto (Jeremías 42:14).
Por eso, a través de Jeremías, Dios exhortó con amor a los olvidadizos israelitas, y también nos exhorta a nosotros a confiar en Él y ser como el árbol… no como la retama.
Señor, ayúdame a recordar tus bendiciones del pasado.
Recordemos en los buenos tiempos lo que aprendimos durante los días difíciles.

Una nueva identidad

Y lo trajo a Jesús. Mirándolo Jesús, dijo:
—Tú eres Simón hijo de Jonás; tú serás llamado Cefas —es decir, Pedro. Juan 1:42
“¿Quién soy?” Es la pregunta que psicólogos, filósofos y pensantes de toda la historia se han realizado desde que la humanidad existe. Nuestra existencia es en sí diferente a la de cualquier otro animal que hay en la creación por este simple hecho. El hecho de preguntarnos quiénes somos es una manifestación de nuestro espíritu buscando una respuesta que solo puede ser resuelta en Dios, Creador de todas las cosas.
identidadSeguramente muchas veces nos hemos preguntado “¿Quién soy? ¿Para qué estoy aquí? ¿Cuál es el propósito real de mi vida? ¿Cuál es la verdad?” Existen muchísimas respuestas a estas preguntas que varían de acuerdo a la cultura; pero de ninguna manera aceptamos el pensamiento de este tiempo que nos dice “La verdad es relativa” o que “la verdad es solo una construcción histórica”. ¡No!, la verdad no es variable, sino constante; no cambia de acuerdo a la perspectiva, sino que es única y definitiva.
Leer este texto no implica necesariamente que sea cristiano, pero sí implica que se está preguntando algo. Encontraremos las respuestas a estas preguntas en las palabras de Jesús de Nazaret, que en nuestra fe, es el Señor.
Cada uno tiene el derecho de pensar libremente, ya que Dios nos dotó de esta libertad. ¿Quiénes somos nosotros para obligar a alguien a creer en algo? Como cristianos, podemos decir que Jesús nos convenció y que en medio de este circo de contradicciones, en Él encontramos una luz diferente.
Algo muy similar le pasó a Simón (que sería conocido como Pedro). Simón era un pescador nacido en Betsaida; era propietario de una barca en la que trabajaba junto con su hermano Andrés. En aquellos tiempos había un personaje que se apropiaba de la atención de la nación entera, de nombre Juan a quien le llamaban el bautista. Su atuendo y personalidad recordaban la vida del gran profeta Elías, y llevaban esperanza a un pueblo que se sentía abandonado por Dios.
Inspirados por esta esperanza, Simón y Andrés deciden partir a Betábara (o Betania) donde estaba Juan, y Andrés se convierte en un discípulo suyo.

La venganza nunca es buena

No te vengarás ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo, Jehová. Levítico 19:18.

(Necesitarás una tarjetita decorada para tu mejor amigo(a) que diga: «Los(as) mejores amigos(as) siempre se perdonan».)
Resultado de imagen de La venganza nunca es buenaLuis fue esa tarde a casa de Miguel para jugar a los "cochitos". Llegó la hora de regresar a su casa y Luis comenzó a recoger sus coches. Pero Miguel notó que tomó dos que eran de él, así que le reclamó: —¡Oye! ¿Por qué te llevas mis cochitos? ¡Esos son míos!
—¡No es cierto, son míos! ¡Tú tienes unos iguales!
Después de una fuerte discusión, Luis se fue a su casa con los cochitos y Miguel se quedó muy enfadado.
Esa noche, pensó: «¡Ya no quiero ser amigo de Luis! ¡Mañana me voy a vengar de él por haberme robado mis cochitos!». A la mañana siguiente, mientras Miguel seguía dormido, Luis fue a su casa. La mamá de Miguel abrió la puerta.
—Buenos días, señora Martínez, ¿puedo hablar con Miguel?
La mamá llamó a Miguel, que bajó adormilado.
—Hola, Miguel, vengo a pedirte que me disculpes, dijo Luis. Ayer creí que tus cochitos eran míos, pero al llegar a mi casa me di cuenta de que los míos ya los tenía.
Vengo a devolverte tus cochitos y además, te traje otro nuevo que te compré.
¿Qué hubiera pasado si Miguel se vengara de Luis? Seguramente habrían perdido su amistad, ¿no crees? La venganza nunca es buena. Es mejor tener paciencia y perdonar a los demás. 
Ahora decora tu tarjeta y regálasela a tu mejor amigo(a).

HABLA CON JESÚS:

Querido Jesús, ayúdame a perdonar y a no vengarme de los que me hacen mal. Amén.