viernes, 12 de octubre de 2018

Dios ama al dador alegre

Lo primero que debemos reconocer es que todo lo que tenemos proviene de Dios.
Toda buena dádiva y todo don perfecto viene de lo alto, desciende del Padre de las luces, con el cual no hay cambio ni sombra de variación. Santiago 1:17
Todo es de Dios y Él lo reparte como quiere. Recordando la Parábola de los Talentos, vemos cómo El Señor decidió dar a uno cinco talentos, a otro dos talentos y al tercero solo uno. En resumidas cuentas, somos solo administradores de los bienes que Dios nos ha dado, para que podamos producir aún más con nuestro esfuerzo y dedicación, para beneficio de nuestra familia y de la comunidad en general.
¿Es justo que algunos tengan más que otros? Los ideales socialistas no lo creen así, más bien buscan la igualdad para todos los seres humanos; pero estudiemos lo que la Biblia dice.
Antes de nada, comprendamos lo que el socialismo significa:
¿Qué es Socialismo?
El socialismo es definido como un sistema de organización económico y social, cuya base es que los medios de producción sean parte del patrimonio colectivo, y sea el mismo pueblo quien los administre.
El orden socialista se plantea como objetivos principales la justa repartición de los bienes y una organización racional de la economía. Para ello plantea la eliminación de la propiedad privada y la extinción de las clases sociales.
Seguramente todos estaríamos de acuerdo en erradicar la pobreza y que no hubiera tanta diferencia entre las clases sociales, pero ¿esto es posible? ¿Somos todos iguales, tenemos los mismos talentos, la misma capacidad, los mismos sueños, las mismas ganas de emprender, de trabajar, etc.?
¿El ideal de que todos tengamos lo mismo, a pesar de que somos diferentes, podría funcionar si el gobierno tomase el control de los bienes e hiciese la repartición?
Hay un pasaje bíblico que llama mucho la atención:
44 Todos los que habían creído estaban juntos y tenían en común todas las cosas: 45 vendían sus propiedades y sus bienes y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. 46 Perseveraban unánimes cada día en el Templo, y partiendo el pan en las casas comían juntos con alegría y sencillez de corazón, 47 alabando a Dios y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos. Hechos 2:44-47
Leer que los creyentes tenían todo en común y compartían sus bienes, puede sonar a “socialismo”, el cual pretende “distribuir la riqueza equitativamente” (tipo Cuba), para eliminar la pobreza. Pero al meditar más en este pasaje, nos damos cuenta que ellos “compartían sus bienes”, “partían el pan y compartían la comida (voluntariamente) con alegría y generosidad”. En otras palabras, los creyentes compartían lo que tenían por gusto, por amor al prójimo, para glorificar a Dios, y disfrutaban al tener el favor del pueblo… y El Señor añadía a ese grupo los que iban siendo salvos.
Esto es completamente diferente a lo que el socialismo propone. En un sistema socialista, el gobierno quita a unos para dar a otros o los fuerza a dar; independientemente de que quieran o no hacerlo.
Bajo este sistema, el dador que da con generosidad y con alegría, y el hombre tacaño, están obligados por el gobierno a dar de lo que ganan. Esto le quita la oportunidad al dador, de hacerlo como dice el siguiente pasaje:

Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por obligación, porque Dios ama al dador alegre. 2 Corintios 9:7

¿Qué voz escuchas?

Continuamente oímos muchas voces a nuestro alrededor, gritos de una sociedad que busca influenciarnos a toda costa. Personas que quieren limitar nuestra libertad para que nos sujetemos a costumbres y creencias que son contrarias a Dios. Voces que sin pedir permiso entran a nuestro interior y nos pueden engañar. Voces que nos atrapan y de las cuales es difícil escapar. Todo sucede muy rápido y no nos damos cuenta.
question skyVamos al cine y aparecen escenas en donde se acepta el sexo antes del matrimonio, hay soberbia y violencia, entre otras cosas. Luego llegamos a casa, vemos la televisión y escuchamos noticias sobre secuestros, muertes, etc. Y en seguida vienen a nuestra mente pensamientos y recuerdos de palabras que en algún momento dañaron nuestro corazón, como un padre que solo decía palabras destructivas, o un maestro que nos dijo que no éramos lo suficientemente competentes para finalizar nuestros estudios, un líder que nos menospreció y nos dijo que no podía confiar en nosotros, un esposo(a) que nos ofende,... en fin, esas voces se hacen presentes y nuestra mente se ofusca. Sin embargo, en medio de toda esa confusión la voz de Dios continuamente nos está llamando, sin que a veces la escuchemos.
¿De qué manera debemos estar alerta?
  • Sometiendo los pensamientos a la verdad de Cristo (2 Corintios 10:5), y portando el yelmo  o casco de la salvación como parte de nuestra armadura (Efesios 6:17).
  • No dejándonos influenciar por todo lo que escuchamos y renovando nuestra mente a través de la palabra de Dios (Romanos 12:2)
  • Estando en continua comunicación con Dios para evitar caer en la tentación (Mateo 26:41)
¿Y cómo reconoceremos la voz de Dios con tanto ruido?
  • Debemos escuchar atentamente la voz de Dios (Deuteronomio 28:1) a través de la revelación de su palabra u oración.
  • Debemos pasar tiempo con Él diariamente (Juan 10:27).

Fuertes y valientes

“Aconteció después de la muerte de Moisés, siervo de Jehová, que Jehová habló a Josué hijo de Nun, servidor de Moisés, diciendo: Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel.” Josué 1:1-2 (RVR1960).
valiente123Es curioso el llamamiento del Señor a Josué. En él vemos que DIOS simplemente le dice "ve y cruza este Jordán y lleva al pueblo a la tierra prometida". ¿Se imaginan la sorpresa de Josué, al tener que asumir esa tremenda responsabilidad de buenas a primeras? No era nada fácil lo que se le había encomendado. De hecho DIOS podía ver el temor que había en el corazón de Josué, y por eso le dijo estas palabras: “Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé.” Josué 1:5 (RVR1960).
DIOS a quien llama respalda, y por eso inmediatamente después de asignarle esta labor, le dice estas palabras a Josué que comenzaron a cambiar su mentalidad. Cuando el Señor nos pide que nos levantemos es porque ya llegó el tiempo, el tiempo de servirle, de hacer lo que Él nos ha encomendado, de comenzar a movernos en el llamado que Él nos ha hecho.
Por lo que no solo es el llamamiento, sino que DIOS comienza a bendecir y a dar instrucciones a Josué. No se trataba nada más de que cruzara el Jordán, sino además de lo que él necesitaba para hacerlo.Esfuérzate y sé valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos.” Josué 1:6 (RVR1960).