miércoles, 31 de octubre de 2012

Un Día Hablé con Dios - Reflexiones

Un día, temprano por la mañana, me levanté para observar la salida del Sol.
¡Oh, la belleza de la Creación de Dios queda más allá de la descripción!
Mientras observaba, alababa a Dios por su bella obra.
Mientras estaba ahí sentado, sentí la presencia del Señor conmigo.
Entonces, Él me preguntó, “¿Me amas?”
Yo contesté, “¡Por supuesto, Dios! ¡Tú eres mi Señor y Salvador!”
Entonces me preguntó de nuevo: “Si estuvieras físicamente incapacitado, ¿aún me amarías?”
Me quedé perplejo, bajé la mirada, me quedé unos minutos en silencio.y contesté, “Sería difícil, Señor, pero aún así te amaría”.
Entonces el Señor dijo, “Si estuvieras ciego, ¿amarías aún mi Creación?”.
¡Cómo podría amar algo, sin poder verlo!
Entonces pensé en las personas ciegas que aún aman a Dios y a su Creación.
Así que contesté, “Es difícil pensarlo, pero aún así te amaría.”
El Señor entonces me preguntó, “Si fueses sordo, ¿oirías mi Palabra?”.
¿Cómo podría oír algo siendo sordo? Entonces comprendí.
Escuchar la Palabra de Dios no es solamente usar nuestros oídos, sino nuestros corazones.
Contesté, “Sería difícil, pero aún oiría tu Palabra”.
El Señor entonces preguntó, “Si estuvieses mudo, ¿alabarías aún mi Nombre?”.
¡Pero cómo puedo alabar sin voz! Entonces pensé que Dios desea que le cantemos desde nuestro corazón. Entonces contesté, “Aunque no pudiera cantarte físicamente, alabaría aún tu Nombre”
Y el Señor preguntó, “¿En realidad me amas?”
Con valor y profunda convicción, le contesté,
“¡Sí Señor! ¡Te amo porque Tú eres el Dios único y verdadero!”
Pensé que había contestado correctamente, pero Dios preguntó, “¿ENTONCES POR QUÉ PECAS?”
Contesté, “¡Porque soy sólo un ser humano y no soy perfecto!”
“ENTONCES, ¿POR QUÉ EN TIEMPOS DE PAZ TE DESCARRÍAS TAN LEJOS DE MÍ?
¿POR QUÉ SÓLO EN TIEMPOS DE ANGUSTIA ORAS SINCERAMENTE?”
No hubo respuestas. Sólo lágrimas.
El Señor continuó, “¿Por qué solamente cantas en la iglesia? ¿Por qué me buscas sólo en tiempos de necesidad? ¿Por qué pides cosas tan egoístas? ¿Por qué pides sin tener fe?”
Las lágrimas, continuaron rodando sobre mis mejillas.
“¿Por qué te avergüenzas de mí? ¿Por qué no estás esparciendo las buenas nuevas? ¿Por qué en tiempos difíciles lloras con otros cuando te ofrezco mi hombro para que lo hagas? ¿Por qué pones pretextos cuando te doy la oportunidad de servir en mi Nombre?”
Intenté contestar, pero no hubo respuesta que ofrecerle.
“Eres bendecido con la vida. No te hice para que desperdiciaras este regalo. Te he bendecido con talentos para servirme pero continúas dándome la espalda. Te he revelado mi Palabra pero no obtienes el conocimiento de ella.
Te he hablado pero tus oídos estaban cerrados. Te he mostrado mis bendiciones pero tus ojos nunca las vieron. Te he mandado mis siervos pero permaneciste sentado inmóvil mientras ellos eran rechazados. He oído tus oraciones y las he contestado todas.”
“¿En verdad me amas?”
No podía contestar. ¿Cómo podría hacerlo? Estaba increíblemente apenado. No tenía excusa. ¿Qué podía decir?
Cuando mi corazón hubo llorado y las lágrimas habían fluido, dije “¡Por favor perdóname Señor! ¡Soy indigno de ser tu hijo!”
El Señor contestó, “Esa es mi Gracia, mi Hijo”
“¿Entonces por qué continúas perdonándome? ¿Por qué me amas tanto?”
El Señor contestó:
“Por que tú eres mi creación. Tú eres mi hijo.
Nunca te abandonaré.
Cuando llores, tendré compasión y lloraré contigo.
Cuando estés gozoso, me alegraré contigo.
Cuando estés deprimido, te animaré.
Cuando caigas, te levantaré.
Cuando te sientas cansado, te llevaré sobre mis hombros.
Estaré contigo hasta el fin de los días, y te amaré siempre.”
Nunca antes había llorado como en ese momento. ¡Cómo pude haber sido tan frío! ¡Cómo pude lastimar a Dios con todo lo que hice! Le pregunté a Dios, “¿Cuánto me amas?”
El Señor me estrechó en sus brazos, y contemplé su Amor, su Gracia y su Misericordia.
Entonces, cuando habían acabado de desayunar, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos? Pedro le dijo: Sí, Señor, tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: Apacienta mis corderos.
Y volvió a decirle por segunda vez: Simón, hijo de Juan, ¿me amas? Pedro le dijo: Sí, Señor, tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: Pastorea mis ovejas.
Le dijo por tercera vez: Simón, hijo de Juan, ¿me quieres? Pedro se entristeció porque la tercera vez le dijo: ¿Me quieres? Y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas. Juan 21:15-17

Tu Mirada Puesta en Mí me Llena de tu Paz… Reflexiones con Vídeo

Tus ojos revelan que yo nada puedo esconder
que no soy nada sin ti, ¡oh fiel Señor!
Todo lo sabes de mí, cuando miras el corazón
todo lo puedes ver muy dentro de mí
Lleva mi vida a una sola verdad
que cuando me miras nada puedo ocultar
Sé que es tu FIDELIDAD
que lleva mi vida más allá
de lo que puedo imaginar
Sé que no puedo negar
que tu mirada puesta en mí
me llena de tu paz
Tus ojos revelan que yo
nada puedo esconder, que no soy nada sin ti
mi fiel Señor,
Porque todo, todo lo sabes de mí
cuando miras el corazón
y todo lo puedes ver muy dentro de mí
Lleva mi vida a una sola verdad
que cuando me miras nada puedo ocultar
///Sé que es tu FIDELIDAD
que lleva mi vida más allá
de lo que puedo imaginar
Sé que no puedo negar
que tu mirada puesta en mí
me llena de tu paz///

que tu mirada puesta en mí
me llena de tu paz

¿Quién dicen los hombres que soy yo? - Un Destellito en las manos de Dios


Destellito es un aficionado a la Historia y para él es un relax entrar a una Biblioteca para, mediante la lectura, aumentar sus conocimientos. Le llama poderosamente la atención cómo se generaron los países, aprendió que muchos de ellos soportaron largas guerras hasta conseguir la independencia, de manera que hoy conocemos muchas historias de los primeros conquistadores y fundadores. Hay una enorme galería de acontecimientos, anécdotas, e historias de vida que Destellito puede usar como fundamento para sus siempre útiles enseñanzas .

¿QUIÉN DICEN LOS HOMBRES QUE SOY YO?

La historia de los hijos e hijas de Dios Creador tiene situaciones que a veces asombran, dijo Destellito. Una de ellas es la relación de un personaje muy importante de una gran nación. Cuenta la Historia que Thomas Jefferson, uno de los padres fundadores de los Estados Unidos, cogió un ejemplar del Nuevo Testamento, eliminó, cortándolas de él, las secciones que consideraba que se referían a la divinidad de Jesús, y conservó otros pasajes sobre las enseñanzas éticas y morales del Señor. Destellito suspiró profundamente para luego leer:
Viniendo Jesús a la región de Cesarea de Filipos, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías;  y otros, Jeremías, o alguno de los profetas.
Él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Mateo 16: 13-16.
Thomas Jefferson, pretendió separar en dos a Jesús para quedarse con aquél que cumplía sus expectativas, con el Maestro, con el hombre llamado Jesús ética y moralmente elevado, y excluir al Cristo, el Hijo del Dios viviente, demostrando que tenía un grave problema de creencia, expresó Destellito.
La divinidad y la humanidad de Jesús es una unidad indisoluble, eterna; expresión visible de Dios Creador aquí en la Tierra, como en los cielos. Hay muchos que hoy mismo tienen una visión sesgada de Jesús y que, al igual que Jefferson, prefieren la parte que más les conviene. No es posible creer en el Jesús Hombre y dejar de lado al Jesús Salvador, así como no es posible creer en el Jesús Salvador y no creer en el Jesús Hombre. Dice la Escritura de Jesús:
Murmuraban entonces de él los judíos, porque había dicho: Yo soy el pan que descendió del cielo. Juan 6:41.

Su amor es único - Meditación, reflexión - vídeo

Estás a punto de rendirte, crees que esta vez sí es la definitiva, estás sin fuerzas, cansado de tanto fallar, resignado porque no puedes cambiar y avergonzado por no ser ese hijo de Dios que te gustaría ser, por lo que has pensado en no seguir más.
Has llegado a la conclusión de que Dios se ha cansado de ti, que Él no se merece lo que tú  haces constantemente, piensas que quizá Dios está totalmente avergonzado de ti así como tú lo estás de ti mismo, y todo ello te ha llevado a pensar en rendirte y alejarte del todo, pues para ser lo que eres, mejor no ser nada; eso es lo que piensas.
Quizá estés en un momento de esos en donde te autoevalúas y no ves nada bueno en ti y quizá, hasta cierto punto, tengas un poco de razón si tomas en cuenta las últimas malas decisiones que has tomado, y las últimas acciones equivocadas que has hecho; sin embargo siempre hay una nueva oportunidad para ti.
Puede que hoy pienses todo lo malo que hay en ti, quizá te imagines que Dios piensa esto o aquello sobre ti, pero, incluso con todo lo que tu mente te quiera hacer creer, hay una verdad absoluta y es que DIOS NOS VE CON OJOS DE AMOR Y MISERICORDIA.
Es difícil entender esto; es difícil creer cómo un Dios tan perfecto puede amar a personas tan imperfectas como nosotros, pero Dios no tiene para Él nuestros sentimientos engañosos o nuestros pensamientos mentirosos, Dios nos ve y piensa de nosotros lo que nosotros mismos no vemos ni pensamos, y todo porque NOS AMA DE UNA FORMA ÚNICA.
El amor de Dios para ti y para mí es ÚNICO, por más que nos autojuzguemos y nos creamos los más inmerecedores de su amor. Incluso con todo eso ÉL NOS AMA.
La Biblia dice: “En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él” 1 Juan 4:9 (Reina-Valera 1960). Cuando Dios decidió enviar a su Hijo no lo hizo porque hicieras mérito alguno para merecerlo, sino que lo hizo por AMOR a ti y a mí, porque NOS AMÓ, NOS AMA y NOS SEGUIRÁ AMANDO.
La Biblia dice: “Ustedes han sido salvados porque aceptaron el amor de Dios. Ninguno de ustedes se ganó la salvación, sino que Dios se la regaló.” Efesios 2:8 (Traducción en lenguaje actual). Aceptar su amor nos hace acreedores de una salvación tan grande que no es por una determinada obra que hagamos, sino que es un regalo de Dios que es otorgado cuando decidimos aceptar su amor. Por eso el Apóstol Pablo decía: “No rechazo el amor de Dios. Porque si él nos aceptara sólo porque obedecemos la ley, entonces de nada serviría que Cristo haya muerto.” Gálatas 2:21 (Traducción en lenguaje actual). El amor de Dios es un regalo maravilloso que no merecíamos y que realmente no merecemos; sin embargo Él nos lo otorga sin merecerlo y nos ama como nadie nos ha amado nunca, y jamás podrá compararse su amor.
Ahora bien, debido a su amor y a la forma en como nos lo ha demostrado, debemos vivir cada día sintiéndonos privilegiados al saber que un Dios tan perfecto nos ama de una forma tan única y especial, y debido a esto debemos hacer su voluntad para de esta forma agradecerle por todo lo que nos da. El Apóstol Pablo le escribía a Tito: “Ese amor de Dios nos enseña que debemos dejar de hacer el mal, y no desear lo malo de este mundo. También nos enseña que, en este mundo, debemos ser honestos y fieles a Dios, y pensar bien lo que hacemos.” Tito 2:12 (Traducción en lenguaje actual).
Quizá hoy te sientas mal contigo mismo por cosas que has hecho que sabes que no agradan a Dios, pero pensar en su AMOR ÚNICO debería motivarte a que, lejos de pensar en alejarte de Él o abandonar esta carrera, debes esforzarte y dar todo de ti para que de esta forma puedas agradecer a Dios todo lo que ha hecho, está haciendo y hará en tu vida.
Si amas a Dios realmente, el hecho de pensar en su amor perfecto debería motivarte a no rendirte, pues saber todo lo que Él ha hecho por ti es razón suficiente para armarte de valor e intentar agradarle nuevamente, ¡porque claro que podemos hacerlo siempre y cuando nos dispongamos de corazón a eso!
¡Vamos! ¡Ponte en pie nuevamente! ¡Deja de pensar en rendirte! ¡Piensa en el amor que Dios te ha tenido y en cómo te sigue amando a pesar de tus infidelidades! Y que todo eso te motive a comenzar a agradarle nuevamente como Él se lo merece, dando todo tu esfuerzo, siendo valiente y constante. ¡Ponte de pie y avanza nuevamente!

“Y aunque no seamos fieles, Cristo permanece fiel; porque él jamás rompe su promesa.” 

2 Timoteo 2:13 (Traducción en lenguaje actual) 

¡ADELANTE! ¡NO TE RINDAS! ¡SU AMOR PARA TU VIDA ES ÚNICO!

“Pero Dios nos demostró su gran amor al enviar a Jesucristo a morir por nosotros, a pesar de que nosotros todavía éramos pecadores”. 

Romanos 5:8 (Traducción en lenguaje actual)

La Biblia - Reflexión en vídeo





Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más su Padre que está en el cielo dará cosas buenas a quienes se las pidan!