Un buen ministro de Jesucristo debe estar bien nutrido de la Palabra de Dios, como así lo expresa el apóstol Pablo en sus cartas a Timoteo (1 Timoteo 4:6), y debe ser alguien que usa bien la Palabra de Verdad (2 Timoteo 2:15). Hoy en día se necesita mucho esto, pues vivimos tiempos en los que abundan las falsas doctrinas.
¿Por qué es tan importante nutrirnos de la Palabra en el servicio cristiano?
I. Porque debemos crecer en la vida cristiana. (1 Pedro 2:2)
b) Pero tengamos cuidado de no perder el hambre y la sed de la Palabra de Dios, pues este deseo puede destruirse con doctrinas equivocadas, con preocupaciones, o con placeres y deseos de esta vida que nos ahogan. (Lucas 8:14)
II. Porque debemos ser obreros aprobados por Dios. (2 Timoteo 2:15)
a) El cristiano debe luchar “ardientemente por la fe dada a los santos” y echar por tierra las falsas teologías; esto es “velar” por la sana doctrina. (Gálatas 1:9; 1 Timoteo 4:1)
b) Se debe guiar a los creyentes a un desarrollo continuo mediante “la doctrina que es conforme a la piedad” 1ª Timoteo 6:3, y ayudarlos a madurar, de modo que reflejen la imagen de Cristo en el hogar, en la iglesia local y en el cuerpo de Cristo. (1 Timoteo 6:3-5; Efesios 4:11-16)
b) Se debe guiar a los creyentes a un desarrollo continuo mediante “la doctrina que es conforme a la piedad” 1ª Timoteo 6:3, y ayudarlos a madurar, de modo que reflejen la imagen de Cristo en el hogar, en la iglesia local y en el cuerpo de Cristo. (1 Timoteo 6:3-5; Efesios 4:11-16)