lunes, 16 de marzo de 2020

Desde la Cruz: "Consumado es"

Después de esto, sabiendo Jesús que todo ya se había consumado, para que se cumpliera la Escritura, dijo: “Tengo sed.” Había allí una vasija llena de vinagre. Colocaron, pues, una esponja empapada del vinagre en una rama de hisopo, y se la acercaron a la boca. Entonces Jesús, cuando hubo tomado el vinagre, dijo: “¡Consumado es! (¡Cumplido está!)” E inclinando la cabeza, entregó el espíritu. Juan 19:28-30 (NBLH)
Las últimas palabras de Jesús, registradas en el evangelio según Juan, fueron: "¡Consumado es!" La palabra traducida como "consumado" es también en griego una palabra cuyas acepciones son: cumplir, completar, terminar, finalizar, pagar. ¿Qué fue lo que Cristo consumó en la cruz del calvario?

Cristo cumplió perfectamente su llamado y propósito

Resultado de imagen de Desde la Cruz: "Consumado es""Jesús fue enviado a la Tierra para morir en la cruz por los pecados de su pueblo. Cuando llegó el momento y terminó de recibir todo el castigo de parte de Dios, Él dijo: "Consumado es". Al haber recibido toda la ira de Dios en sí mismo, su llamado a morir por nosotros se cumplió totalmente. Cumplió con el encargo de su Padre. Cuando estaba orando en el huerto de Getsemaní, a pesar de saber el horror que le esperaba, el sufrimiento, el escarnio, la crucifixión, y sobre todas las cosas, el convertirse en pecado por los pecadores, el separarse del Padre y ser el objeto de su ira, Jesús oró: Padre mío, si es posible, que pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú quieras. (Mateo 26:39 NBLH). Jesús vino a hacer la voluntad de su Padre y la cumplió hasta la muerte. Jesús cumplió con el propósito con el que vino a la Tierra. Y por eso cuando llegó el momento, dijo "Consumado es".

Cristo cumplió perfectamente todas las profecías hechas acerca de Él en el Antiguo Testamento

Este es claramente uno de los puntos que el autor del evangelio quiere resaltar. Desde que comienza el relato de la crucifixión hasta que termina, Juan dice cuatro veces la frase: Esto pasó para que se cumpliera la Escritura. El plan de redención ideado por Dios desde la eternidad y llevado a cabo por Jesucristo, fue revelado gradualmente a los hombres, en especial a la nación de Israel. Es increíble pensar en el nivel de detalle con que Dios fue revelando a los profetas de Israel acerca de Jesús. Y lo más increíble es verificar que todo se cumplió tal como la Escritura decía, como Dios había revelado cientos y miles de años antes. Basta con leer el Salmo 22 o Isaías 53 para maravillarse de la precisión con la que Dios reveló las circunstancias de la muerte de su Hijo en la cruz. Esto nos demuestra varias cosas:
  • Dios es soberano y está al control de todo lo que sucede en la Tierra. Esto es afirmado por el primer sermón de Pedro, quien dice que Dios predeterminó que Jesús fuera crucificado por los romanos a petición de los judíos (Hechos 2:23). Pedro no vacila en culpar a los judíos y a los romanos por la ejecución de Jesús, demostrando que todos ellos actuaron libremente, dentro del plan determinado por Dios.
  • El propósito de Dios, desde la eternidad, fue que su Hijo se sacrificara por los pecadores, de forma que la gloria de su gracia y justicia se manifestase de forma completa.
  • La obra redentora de Cristo está validada y verificada por la Palabra de Dios, hablada a los profetas del pueblo de Israel.

Somos del Señor

Romanos 14:7-8 “Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí. Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos o que muramos, del Señor somos.
Muchas veces nos preocupamos en exceso por conservar nuestra autonomía. Creemos que las decisiones que tomamos, los proyectos que planeamos, las alegrías cotidianas e incluso las tristezas nos pertenecen solo a nosotros.
Resultado de imagen de Somos del Señor"El caso es que dejamos de lado la meditación en la Palabra de Dios y la reflexión de ella. Mas si fuéramos asiduos en su estudio y pidiéramos la luz del Espíritu para su entendimiento, nos daríamos cuenta de que sin el Señor nada somos.
Nuestra vida está en sus manos. Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, la mirada del Señor está sobre nosotros. No nos dimos la existencia a nosotros mismos, sino que la recibimos como un don de lo alto, para glorificar a Dios con nuestra vida y alcanzar la salvación.
Pero somos mundanos y egoístas. Por esto guardamos nuestros dones y no los usamos para lo que nos los dieron. Para hacerlos efectivos y llevar a la salvación al prójimo.
Y así como nuestra vida está en sus manos, también lo está nuestra muerte. No podemos pretender ser más que Cristo, nuestro maestro. Él, en la cruz, exclamó: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.” (Lucas 23:46)
Al entregar su vida de esa manera, nos dio el ejemplo de cómo debe estar guiado nuestro vivir diario. Todo lo que hagamos, debemos hacerlo encomendados a Dios, y sobre todo debemos entregarle nuestro último momento, quizás orando así: “Señor, dueño eres de mi vida, te encomiendo todos mis pensamientos y acciones para que sean dirigidos por ti. Ilumíname y guíame con tu Espíritu Santo, para cumplir tu voluntad todos los instantes de mi existencia, hasta el día en que me llames a vivir en tu Reino”.
Porque para esto Cristo murió y resucitó, y volvió a vivir, para ser Señor así de los muertos como de los que viven.” (Romanos 14:9)

La Magia de las Instrucciones

Con gran enfado, el joven arrojó su llave mecánica a la entrada de los coches, yendo a parar lejos de donde estaba. Durante horas había intentado cambiar las bandas de los frenos del pequeño coche importado de su esposa. De nada sirvió que fuera un buen mecánico.
Finalmente, exasperado entró en casa como un torbellino y comunicó a su esposa que había un problema serio con su auto que no podía solucionar.
Resultado de imagen de La Magia de las Instrucciones"-Es más, gritó, no sé si alguien podrá repararlo.
Con ternura, ella le agradeció sus esfuerzos y de inmediato llamó por teléfono a su padre, un mecánico bastante experto. Después de explicarle la situación, acordaron dirigirse a la biblioteca más cercana y conseguir un manual del automóvil. Con mucho cuidado, copiaron las páginas que indicaban cómo cambiar las bandas de los frenos. Después, se detuvieron en una tienda de repuestos para coches extranjeros y compraron las piezas indispensables para ese trabajo en particular. Por último, fueron hasta el coche y en treinta minutos completaron la reparación.
¿Qué marcó la diferencia? Tres aspectos:
Primero, ella contactó con su padre, un mecánico experto. La primera orientación que Dios nos da es que clamemos a Él.
Segundo, encontraron el manual de instrucciones correcto y lo siguieron al pie de la letra. A veces persistimos en obrar sin consultar las instrucciones.
Finalmente adquirieron las piezas apropiadas para efectuar el trabajo. Dios siempre nos proporcionará las herramientas adecuadas. Solo tenemos que echar mano de ellas.
Ya sea que hablemos de bandas de frenos o de decisiones cruciales de la vida, es simplemente sorprendente, casi mágico, lo bien que funciona todo cuando prestamos atención a las instrucciones.
Inclina tu oído y escucha las palabras de los sabios y aplica tu corazón a mi sabiduría. Proverbios 22:17