sábado, 28 de abril de 2012

¿Cómo puede usted andar en el Espíritu?-Concepto Transferible


Si usted le ha pedido a Dios que le llene del Espíritu Santo, puede estar seguro de que Él lo ha hecho de acuerdo a su promesa. Ahora puede vivir lleno del gozo en la plenitud que el Espíritu Santo le ha dado. La Biblia compara a gente con árboles; la forma de saber si un árbol es un buen árbol es por su fruto, o las acciones de una persona. "Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza" (Gálatas 5:22) Dios quiere que cada cristiano produzca buen fruto y por eso le ha brindado al Espíritu Santo para que pueda vivir una vida como la de Jesús, llena de amor y poder.
Como cristiano continuamente tendrá que escoger entre los deseos de su ser anterior o el de caminar de acuerdo a los deseos del Espíritu Santo. En Gálatas 5:16 se nos dice "Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne." Al leer y obedecer la palabra de Dios podrá aprender a caminar en el Espíritu Santo, agradeciéndole continuamente y confesando sus pecados a Dios y pidiéndole perdón. Si quiere vivir su vida caminando en el Espíritu, pídale a Dios en oración que le enseñe. ¡Puede estar seguro de que lo hará porque es lo que Dios mas desea! 



Versículos Clave
"Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu" (Gálatas 5:25)
“Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; pero el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna” (Gálatas 6:8)
“Porque si vivís conforme a la carne, moriréis; pero si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, son hijos de Dios” (Romanos 8:13-14)

Abrazando las dificultades- Reflexiones


En la vida podemos ser golpeados con piedras tan grandes que nos dejen magulladuras y cicatrices tan grandes que con dificultad nos podremos levantar. Con cada golpe uno se cae, pero Dios siempre nos recoge.
Él nos quita esas piedras de encima y nos ayuda caminando junto a nosotros tomándonos de la mano.
La vida estará llena de pruebas y dificultades. Las llamo tormentas –tormentas que pueden consumir tanto de nuestra vida, tormentas que nos dejan aferrándonos con toda nuestra fuerza, esforzándonos por no soltar, luchando por sobrevivir.
Algunos de nosotros somos probados más duramente que los demás pero los fuertes que sobreviven estas tormentas son los que resultan victoriosos. Hay un sentimiento maravilloso que viene con la victoria de la fortaleza, perseverancia, determinación y en especial de toda fidelidad a Dios.
Con cada caida… con cada golpe… se aprende una lección.
Con cada lección viene el crecimiento. Con el crecimiento viene la madurez. Aprendemos a no lamentar la dificultad, sino a estar agradecido por ella. Debido a ella nos volvemos mejores.
No debemos voltearnos a mirar a nuestros errores pasados. Tenemos que tomar esos errores como parte de nuestra travesía hacia un mejor futuro. Necesitamos abrazar esas experiencias y permitirles moldearnos en lo mejor que podemos ser. Nadie sabe lo que la vida traerá.
Cada día vendrá con sus propios desafíos, pero necesitamos ser fuertes creyendo que Dios nos sacará adelante. Recordando su promesa de nuestra eternal paz y felicidad.
Yanira Crespo, copyright 2006
Los deportistas aman las dificultades porque ellas los hacen crecer. Los soldados saben sortear las hondonas. Los creyentes salimos en victoria de cada dificultad poque en él somos más que vencedores.
El Señor te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel. 1 Samuel 17:46.
Y pelearán contra ti, pero no te vencerán; porque yo estoy contigo, dice El Señor, para librarte. Jeremías 1:19.

Un sueño hermoso- Reflexiones + vídeo


Treinta hombres, con los ojos inyectados en sangre y despeinados, estaban de pie ante un juez del tribunal de la policía de San Francisco.  Eran parte del grupo de borrachos y revoltosos, que a diario se presentaban ante el juez. Unos eran ancianos y endurecidos, mientras  que otros dejaban caer con vergüenza sus cabezas sobre su pecho.
El desorden momentáneo que se creaba al traer los prisioneros cesó y en ese momento de calma algo extrañó sucedió.  Se dejó escuchar una fuerte y diáfana voz que comenzó a cantar:  Anoche mientras dormía, tuve un sueño tan hermoso…
¡Anoche!  O fue una pesadilla o un estupor de borrachera para todos.  La canción hablaba sobre un contraste directo y convincente: Yo estaba de pie en la antigua Jerusalén, allí junto al Templo.
La canción continuó.  El juez hizo una pausa e indagó con serenidad al respecto.  Un antiguo integrante de una compañía de ópera muy famosa en toda la nación, esperaba ser enjuiciado por falsificación.  Era él quien cantaba desde su celda.
Mientras tanto, la canción continuaba y cada hombre que se encontraba en fila se emocionó.  Uno o dos de ellos cayeron de rodillas; un chico exclamó entre sollozos: ¡Oh madre, madre!
Los sollozos podían escucharse desde cada esquina de la sala del tribunal. Por fin un hombre protestó y dijo: ¿Señor juez, tenemos que someternos a esto?  estamos aquí para recibir nuestro castigo, pero esto…  Y él también comenzó a llorar.  Era imposible proceder con los negocios del tribunal y sin embargo, el juez no dio la orden de detener el canto:  ¡Jerusalén, Jerusalén!  ¡Canta, porque la noche se acaba!  ¡Hosanna en las alturas!
En un éxtasis de melodía se dejaron escuchar las últimas palabras, y luego hubo silencio.  El juez miró los rostros de los hombres que estaban frente a él.  No había ni uno solo, que no se conmoviera por la canción; ni uno solo en quien no se produjera un impulso de piedad.
El juez no llamó a los casos en forma individual; compartió con los hombres unas bondadosas palabras de consejo y luego los despidió a todos.  Ningún individuo fue multado o sentenciado esa mañana.  La canción logró hacer mayor bien que cualquier castigo.
Apocalipsis 21:10
Y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo de Dios.

Sé libre de la culpa- Crecimiento Personal


“Cuatro cosas hay que nunca vuelven más: una bala disparada, una palabra hablada, un tiempo pasado y una ocasión desaprovechada.” Proverbio árabe.
Probablemente  algunos de ustedes han querido meterse en una especie de túnel del tiempo y poder cambiar algunas cosas de su pasado. Durante mucho tiempo han vivido con la culpa de lo que fue o de lo que pudo haber sido, has llegado a pensar que no hay esperanza para ti y ahora lo mas triste de esta situación es que llegas a culpar a otros de tus desgracias y sinsabores.
Esto nos viene desde el principio de la creación cuando Adán y Eva. Nos cuesta asumir responsabilidad por nuestras vidas, es mas fácil culpar a otros, culpar a Dios, a la suegra, al cónyuge, al jefe, al gobierno, a la iglesia, en fin culpamos a todos.
Decimos que toda emoción es una predisposición para la acción y la emoción está siempre presente en nuestras vidas; la culpa es lo que sientes cuando no asumes responsabilidad por tu vida, es el enojo contigo mismo que surge cuando has pasado los limites y has provocado consecuencias no deseadas.
Es fácil culpar a otros de que no alcancemos nuestros sueños. Es fácil excusarse en decir no tengo recursos, no tengo opciones. Las excusas te hacen sentir mejor por un momento pero allí en tu corazón sabes que no estás bien contigo mismo, que eres preso de la culpa.
Hoy tú puedes ser libre de la culpa, asumiendo responsabilidad por tu vida.
Dios te dio la capacidad para elegir, Dios te da opciones para crear y responder a la vida. A Adán y Eva le dio muchas opciones  pero ellos eligieron el árbol de la ciencia del bien y del mal. Elije hoy salir de las excusas y comienza a vivir tu vida con responsabilidad.
La responsabilidad se define como la habilidad para responder, y la única persona que puede responder por tu vida eres tú.
Cuando entiendes esto vas a encontrarte con lo mejor de ti, con todo el poder que tienes para hacer cosas diferentes, para lograr tus metas, para rescatar sueños viejos que ya creías que habían pasado al olvido.
Deja ya de culpar a otros, de culparte a ti y aprópiate de la vida y la libertad que Dios te da.
Hay un pasaje en la Biblia que dice: Dios ayuda a los que están decepcionados de su suerte, da un nuevo inicio a los que están a punto de abandonarlo todo.  Salmos 145:14  (El Mensaje).
Aquí vemos y entendemos que tú puedes abandonar la culpa y Dios te dará un nuevo comienzo. Él ha provisto para que tú vivas libre de la culpa y seas una persona completamente responsable. Lo que Él te está diciendo es que no estás solo, que Él estará contigo en todo tiempo para ayudarte. Ahora Él no hará aquello que a ti y a mi nos toca hacer. Nosotros tenemos que hacer las cosas que nos corresponde hacer.
Comparto contigo tres cosas que debes hacer:
Necesitas conocer más a Dios. Dios es la relación que más necesitamos para alcanzar el éxito, para tener una vida plena y feliz. Dios no es religión, Dios es relación. Dios es el fundamento de cualquier sueño que quieras lograr.
Desarrolla relaciones que guarden tu vida. Para tener un nuevo comienzo además de Dios necesitamos de personas que estén con nosotros y a nuestro favor. Gente que esté dispuesta a caminar cada paso del camino contigo, gente que te anime, que te cuide y que te levante. No basta con creer en Dios, hay que pertenecer a una familia. Debes conectarte con un grupo de apoyo y hallar el crecimiento personal y espiritual.
Busca relaciones que te lleven a tu sueño. Tú tienes un sueño; tú has sido creado para crecer y dar fruto bueno y duradero. Pero aunque el sueño es tuyo, necesitas personas que estén a tu lado para proteger y desarrollar ese sueño, personas que te ayuden de manera especifica en el sueño que tú quieres lograr. Si quieres lograr éxito en tu matrimonio no vas a buscar a alguien que no esté casado o alguien que estén enfrentando los mismos problemas que tú o peores. Busca consejeros, busca mentores, instructores, acólitos, personas que puedan elevar tu vida.
Hoy tú puedes elegir seguir viviendo en la excusa culpando a otros o elegir asumiendo responsabilidad por tu vida, y cada vez que asumas responsabilidad, tienes la oportunidad para el cambio y obtener un resultado extraordinario.
El que quiere alcanzar sus sueños, busca el camino y se hace responsable.
El que no quiere hacer nada, encuentra una excusa y vive en la culpa. ¿Cuál es tu excusa para no ir tras tus sueños? Te invito a ser libre de la culpa.

¿Confías en Dios?- Reflexiones con Video


¿Puedes ver a Dios en los detalles?. Sabes que contigo está ahora.
Hoy es el día, descansa y confía en Él.
Y he aquí, Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Mateo 28:20
He aprendido a verte en los detalles,
y en cada milagro que tu haces.
Tu facilidad con lo imposible,
ha erradicado mi temor.
Yo confío solo en tí Jesús,
mi esperanza eres Tú.
Hoy descanso en tu fidelidad,
y no habrá nadie que separe nuestro amor.
Yo confío solo en tí Jesús,
mi esperanza eres Tú.
Hoy descanso en tu fidelidad,
y no habrá nadie que separe nuestro amor.
Desde el pricipio demostraste,
que a los tuyos nunca abandonaste.
Y en tu palabra nos dejaste,
las promesas que no fallarán.
Yo confío solo en tí Jesús,
mi esperanza eres Tú.
Hoy descanso en tu fidelidad,
y no habrá nadie que separe nuestro amor.
Yo confío solo en tí Jesús,
mi esperanza eres Tú.
Hoy descanso en tu fidelidad,
y no habrá nadie que separe nuestro amor.
Jesús, amado Jesús!
Jesús, Jesús, nombre sobre todo nombre.
Jesús, Jesús, nombre sobre todo nombre.
Jesús, Jesús, nombre sobre todo nombre.
Jesús, Jesús, nombre sobre todo nombre.
Jesús, Jesús, nombre sobre todo nombre.
Solo quiero adorar tu nombre
Nombre sobre todo nombre.
Jesús, nombre sobre todo nombre.
Jesús, nombre sobre todo nombre.
Nombre sobre todo nombre.
Nombre sobre todo nombre.
Jesús, altisimo nombre.