lunes, 30 de abril de 2018

Mira la cruz, Su prueba más grande. Nadie te ama como Dios.

Todos necesitamos amor
 El ser humano tiene la necesidad imperiosa de ser amado y de amar. A pesar del avance tecnológico actual, de los ordenadores de alto nivel, de los móviles inteligentes en las palmas de las manos, y de la famosa red mundial de Internet, el hombre de nuestros días no se satisface con nada de esto y continúa a la búsqueda, al precio que sea, de un "amor sincero", de un "alma gemela", un compromiso "sincero", una camaradería "excelente", de una "sintonía espiritual" con alguien de sus semejantes.
Nadie te ama como DiosEl amor de DiosMuchos de nosotros reconocemos esta sed ansiosa que se anida dentro de nuestros corazones, mientras que otros lo llegan a ocultar o negar irremediablemente; pero lo cierto es que el hombre necesita de un semejante con el cual pueda gozar, de alguna comunión espiritual y de un amor algo "estable y duradero".

El plan de Dios desde las edades eternas
Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, formando armónicamente y en sintonía perfecta la Santa Trinidad, de tal forma que no hay palabras humanas para describirlo.
Dios es persona y en Él hay un componente relacional muy fuerte. Dios desea a cualquier precio tener una relación de amor, un lazo eterno, una danza eterna con Sus criaturas. No sabemos ciertamente por qué hay este deseo tan vehemente en el corazón de Dios, pero la realidad es que desde las edades eternas Él tiene un plan, muy complejo, para establecer esta relación con algunas almas que divinamente han sido escogidas y que, al final de los tiempos, serán atadas y controladas eternamente por las cuerdas de amor del Salvador.

Lo atraje con cuerdas de ternura, lo atraje con lazos

de amor.

Le quité de la cerviz el yugo,
    y con ternura me acerqué para alimentarlo

(NIV, Oseas 11:4)

Evidencias de la Resurrección

Lucas 24:6 “…No está aquí, sino que ha resucitado. Acordaos de lo que os habló, cuando aún estaba en Galilea…”
La resurrección es la doctrina fundamental del cristianismo. En contraste con la realidad de la resurrección de Cristo, ninguna otra religión está basada en la resurrección de su líder. La resurrección de Jesucristo que se menciona en todos los evangelios, es confirmada por los siguientes hechos:
1. La tumba vacía.
Lucas 24:2-3 “…Y hallaron removida la piedra del sepulcro; y entrando, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús…”.
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A. Si los enemigos de Jesús hubieran tomado su cuerpo, seguramente lo habrían mostrado para probar que Él no había resucitado.
B. Si los discípulos hubieran tomado su cuerpo, nunca habrían sacrificado su vida y sus posesiones por lo que sabían que era una mentira.
La tumba vacía revela que Jesucristo sí resucitó y que verdaderamente era el Hijo de Dios.
2. La seguridad y valentía con la que los discípulos hablaban.
Hechos 4:19-20 “…Mas Pedro y Juan respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios; porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído…”

A. La valentía, el poder, el gozo y la devoción de la iglesia primitiva.
B. Si Jesús no hubiera resucitado y no se les hubiera aparecido, ellos nunca habrían tenido el cambio del desaliento a la alegría, a la valentía y a la esperanza.
Lucas 24:52-53 “…Ellos, después de haberle adorado, volvieron a Jerusalén con gran gozo; y estaban siempre en el templo, alabando y bendiciendo a Dios. Amén…”

¿Qué significa aceptar a Jesús como su Salvador personal?

Resultado de imagen de ¿Qué significa aceptar a Jesús como su Salvador personal?Para entender bien esta pregunta, usted debe entender primero el significado de las palabras “Jesucristo,” “Salvador” y “personal.”

¿Quién es Jesucristo? Mucha gente reconoce a Jesucristo como un buen hombre, un gran maestro, o un profeta de Dios. Estos reconocimientos de Jesús son definitivamente ciertos, pero realmente no definen quién es. La Biblia nos dice que Jesús es Dios en carne, y que Él llegó a ser un ser humano (Juan 1:1,14). Jesús vino a la tierra para enseñar, sanar, corregir, y perdonarnos, y aun más, para morir por nosotros. Jesucristo es Dios, el Creador, el Señor Soberano. 


¿Qué es un Salvador y por qué necesitamos un Salvador? La Biblia nos dice que todos hemos pecado, hemos cometido actos malvados (Romanos 3:10-18). Como resultado de nuestro pecado, somos merecedores de la ira y el juicio de Dios. El único castigo justo por cualquier pecado cometido contra un Dios infinito y eterno, es un castigo infinito (Romanos 6:23Apocalipsis 20:11-15). ¡Ésta es la razón por la cual necesitamos un Salvador!

Jesucristo, vino a la tierra y murió en nuestro lugar. La muerte de Jesús, como Dios en la carne, fue un pago infinito por nuestros pecados (2ª Corintios 5:17). Jesús murió para pagar la pena de nuestros pecados (Romanos 5:8). Jesús pagó el precio para que nosotros no lo tuviésemos que hacer. La resurrección de Jesús de entre los muertos probó que Su muerte fue suficiente para pagar la penalidad de nuestros pecados. ¡Ésta es la razón por la cual Jesús es el único Salvador! (Juan 14:6Hechos 4:12)
¿Es Jesús su Salvador “personal”? Mucha gente ve al Cristianismo como el asistir a la iglesia, la celebración de rituales, o el no cometer ciertos pecados. Pero eso no es el Cristianismo. El verdadero Cristianismo está en tener una relación personal con Jesucristo. Aceptar a Jesús como su Salvador personal es poner su fe y confianza personalmente en Él. Nadie es salvo por la fe en otros, y nadie es perdonado por hacer ciertas obras. El único camino para ser salvo, es aceptar personalmente a Jesús como su Salvador, confiando en Su muerte como pago por sus pecados, y en Su resurrección como su garantía de la vida eterna (Juan 3:16). ¿Es Jesús personalmente su Salvador?

Si usted quiere aceptar a Jesucristo como su Salvador personal, dígale a Dios las siguientes palabras. Recuerde, hacer esta oración o cualquier otra, no lo va a salvar. Es solamente el confiar en Cristo lo que le puede librar del pecado. Esta oración es simplemente una manera de expresar a Dios su fe en Él, y agradecerle por proveerle su salvación: 

“Dios, sé que he pecado contra ti y merezco castigo. Pero Jesucristo tomó el castigo que yo merecía, y a través de la fe en Él yo puedo ser perdonado. Me aparto de mi pecado y pongo mi confianza en Ti para la salvación. ¡Acepto a Jesús como mi Salvador personal! ¡Gracias por tu maravillosa gracia y perdón – el don de la vida eterna! En el nombre de Cristo, ¡Amén!”



viernes, 27 de abril de 2018

Vino para darnos Vida

“Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.”
Isaías 53:4
Lo predicamos, lo recordamos, lo escribimos…¿Pero verdaderamente somos conscientes de lo que Él hizo?
vino para darnos vidaImagino a Dios y a su Hijo sentados en su trono, mirando cómo la perversidad y maldad de la humanidad arrasaban. Viendo cómo todas las formas del mal se enseñoreaban de las almas: padres sacrificando a fuego a sus hijos para dioses ajenos, hombres fornicando con sus madres, hombres abusando sexualmente de otros hombres, niños que perdían el brillo de sus ojos a muy temprana edad, su pueblo consultando a las tinieblas por dirección, actos abominables de canibalismo en la humanidad y muchas perversiones más...
... Viendo cómo el ciego andaba a tientas en las tinieblas, cómo el cojo se arrastraba por la vida, cómo el leproso era carcomido por su dolor en el alma al ser la vergüenza del mundo, cómo el enfermo de cáncer sufre dolor al aferrarse a esta vida, cómo el maníaco-depresivo pelea por salvarse de su infierno, y cómo un niño con enfermedad terminal no comprende por qué no puede vivir más.
Los imagino entristecidos porque el hombre convirtió lo que estaba destinado para el matrimonio en fornicación y lujuria, convirtiendo el señorío que le fue otorgado en una búsqueda insaciable de dominio y poder, convirtiendo un recipiente de gloria en telaraña de perversidades…..perdiendo el soplo divino; empeñándolo por placer, por puro hedonismo.
Fue entonces cuando Él lo decidió. ¡Quiero salvarlos, Padre! Dijo Jesús. La hora temida del Padre llegó, solo había una manera de salvarlos, y con dolor indescriptible en su corazón Dios envió a su más preciado tesoro a la batalla, diciéndole ¡devuélveles la vida!
“Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos)”
Efesios 2: 4-5
Te invito, hermano, a ser más consciente del sacrificio que Él hizo no solo por ti, sino por salvar a todo el que creyese en su nombre. A que realmente valores ese precioso regalo que has recibido en la salvación….y no sean solo palabras en una oración de fe, sino tu estilo de vida.
Ya no hay nada que temer y millones de razones por vivir. Él lo hizo todo en la cruz por ti, por mí y por todo el que crea en su nombre.

 Comparte con aquel que aún está sufriendo, que Jesús Hijo de Dios, ha dejado su trono en el cielo para salvarlo.

Morir es ganancia

Hoy en día todos los hombres buscan seguridad y estabilidad sobre todas las cosas. Seguridad económica, seguridad en la familia, seguridad para la vejez...
Hay compañías que ofrecen toda clase de seguros, seguros sociales, seguros para el automóvil, seguro contra incendios y muchos más. Pero el único que puede brindar la seguridad completa de día y de noche, tanto a su familia como a pertenencias, se llama Jesucristo. Salmos 127:1 “Si el Señor no edifica la casa, en vano se esfuerzan los albañiles. Si el Señor no cuida la ciudad, en vano hacen guardia los vigilantes“.
Un día en el cementerio, me puse a mirar cada tumba que había allí con sus fechas y las inscripciones, y me preguntaba qué fue de aquella persona, si conoció al Señor antes de morir o no. Después vi otra tumba, pero tenía en la inscripción este versículo “porque para mí el morir es ganancia”, y me hice esta pregunta. ¿Por qué la muerte es ganancia para los hijos de Dios?
¿Es que hay algún pago por morir? o ¿acaso Dios premia la muerte? La biblia nos enseña que hay vida después de la muerte para los que han creído en Jesús y condenación para los que lo han rechazado. Juan 3:36 “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él“. 
Resultado de imagen de Morir es gananciaPara los que han creído y aceptado a Jesús como salvador, la muerte viene a hacer ganancia. ¿Por qué?
a) Porque estarán siempre con Cristo 1 Juan 3:2 “Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es“.
La meta de todo cristiano es ver a Jesús cara a cara. Y la meta de todo aquel que no es cristiano debería ser ver también a Jesús cara a cara. 1 Corintios 13:12 “Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido“.
No tenemos todas las respuestas ahora, pero las tendremos un día cuando veamos a Cristo cara a cara. Nuestra meta final, y sabiendo cuál va a ser nuestro premio, debe motivarnos a purificarnos más. 
Porque estaremos libres de todo sufrimiento Apocalipsis 7:17 “porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos”.
En su hogar eterno no habrá hambre, ni sed, ni dolor. Dios secará toda lágrima.
Pero para los que no han creído, la muerte no será ganancia sino castigo eterno. Mateo 25:46 “E irán estos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna“.
El castigo eterno tendrá lugar en el infierno. Dios recogerá los suyos y separará los justos de los injustos. Mateo 24:31 “Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro“.
Esto no debería ser el final para el hombre, ya que está Cristo quien nos puede salvar. Porque todas las luchas y tentaciones habrán pasado Efesios 6:12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes“.

Dos malvados condenados a muerte, a cada lado de la cruz de Cristo

Usted y yo tomamos una opción u otra frente a la muerte de Cristo.

dos pecadores al lado de Cristo
Hay personas que tienen una relación de agravio y rechazo a Dios. Eso sí, quieren un Dios que les resuelva todos sus problemas y que los baje de la cruz del sufrimiento de inmediato. Y muy a menudo cuestionan preguntas como estas: ¿Por qué hay tantas catástrofes?, ¿por qué hay accidentes?, ¿dónde está Dios?, ¿por qué el terrorismo?, ¿por qué las guerras y el dolor?, ¿por qué Dios lo permite?, ¿por qué hay tantos que mueren de cáncer o de otras enfermedades?, ¿por qué hay ricos y pobres?, ¿por qué el hambre y la pobreza?, ¿por qué no resuelves esto o aquello? ¿Por qué? y ¿por qué? 

Dios no quiere que lo usemos siempre para resolver todos nuestros problemas, porque Él no siempre ha de querer librarnos de las aflicciones y del dolor que nos presenta este mundo caído y en caos. 

Lo que Dios quiere es resolver la pecaminosidad de nuestro corazón y no necesariamente, todas nuestras comodidades terrenales. No tendríamos un deseo sincero de estar en el cielo con Dios, si en realidad tuviéramos un paraíso en esta tierra. A veces nos hace falta estar un poco sumergidos en las lágrimas, en el dolor y en los sufrimientos para sentir la necesidad de un Redentor. 

El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él. Juan 3:36

martes, 24 de abril de 2018

¿Qué dice la Biblia sobre el arrebatamiento?

La meta de todo cristiano es ser parte del arrebatamiento. Ese momento glorioso en que Jesús toma a los que le pertenecen y los lleva al cielo para estar con Él eternamente.
¿Qué es el «arrebatamiento»?
Aunque la expresión «arrebatamiento» no se utiliza expresamente ni una sola vez en la Biblia, es el nombre que se ha dado a la ocasión en que Jesús descenderá del cielo a buscar a los que lo han amado sobre todo en esta tierra, y han sido sus fieles discípulos.
«Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.» 1 Tesalonicenses 4,16-18.
Los discípulos de Cristo que ya han muerto resucitarán primero, y los que aún viven en Cristo se unirán a ellos. Todos juntos serán arrebatados en cuerpos incorruptibles para encontrarse con Jesús en el aire.
Resultado de imagen de ¿Qué dice la Biblia sobre el arrebatamiento?«Porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad.» 1 Corintios 15, 52-53.
¿Quiénes serán arrebatados?
Jesús dice a sus discípulos: «Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino.» Juan 14,3-4. Lo que significa que hay un camino por el cual podemos ir. Un camino que nos guía hacia Él; para estar junto a Él por toda la eternidad. Los que aman a Jesús saben adónde va el camino.
«Estos son los que siguen al Cordero por dondequiera que va… en sus bocas no fue hallada mentira, pues son sin mancha delante del trono de Dios.» Apocalipsis 14, 4-5.
Estos son los que, por la gracia de Dios, han seguido las pisadas de Jesús. Han hecho lo correcto y bueno, y se han convertido en aquello a lo cual estaban llamados a ser: luz y sal en este mundo. (Mateo 5,13-16) Esto significa que ni injusticia, ni insatisfacción ni queja, ni ansiedad, ni desánimo, ni pereza, ni mundanidad, ni vanidad, etc., se ha encontrado en ellos.
Todos juntos son llamados «la esposa de Cristo». Han mantenido firme, sin fluctuar, lo que es correcto, bueno y verdadero en cada circunstancia, así como su esposo lo hizo en sus días en la tierra, de modo que son puros y dignos de ser «esposa». «Gocémonos, alegrémonos y démosle gloria; porque han legado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino representa las acciones justas de los santos.» Apocalipsis 19,7-8.

Cerca de Jesús es donde quiero estar

Desde el pecado original se perdieron muchas cosas y entre ellas, se perdió la inocencia, la transparencia, nuestra bondad, la seguridad e identidad. Nuestro razonamiento fue también nublado, y nuestras emociones de miedo y vergüenza salieron a flor de piel; pero lo más grande que se perdió fue la relación personal e íntima con Dios.  
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Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. (Génesis 3:8).

Todos los hombres tenemos la necesidad imperiosa, en nuestro interior, de tener una relación de amistad pura, de comunión con otra alma, de un amor sublime, de una sintonía perfecta con alguien. Queremos saciar la sed de relación a cualquier precio. Anhelamos compañerismo, lealtad...; desesperadamente queremos unirnos a alguien en este mundo pasajero y terrenal, como sea, hasta de una manera casi idealista.
¡Oh!, cómo soñamos con poder bailar con alguien que se acoplara de una manera tan bella, que pudiéramos danzar con ella toda la eternidad.

Porque todos en nuestra necedad (generada por el pecado original) buscamos encontrar esta relación en la pareja, con los hijos, con los hermanos de la iglesia, con el vecino, etc. O quizá en la familia, con el amigo, incluso caemos en la trampa de buscar esa alma gemela en el pastor de nuestra iglesia local, o con los hermanos de nuestra propia congregación.
Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua.
(Jeremías 2:13).

Nuestro corazón debe aprender
a saciar toda su sed
 solo en Jesús.

Nuestros momentos con 
Jesús son efímeros y fugaces.