
(1) ¿Por qué permitió Dios la poligamia en el Antiguo Testamento? La Biblia no dice específicamente por qué Dios permitió la poligamia. Entonces, lo mejor que cualquiera puede hacer es “informarse” especulativamente. Existen pocos factores claves a considerar. Primero, siempre ha habido más mujeres que hombres en el mundo. Estadísticas actuales muestran que aproximadamente el 50,5% de la población mundial son mujeres, representando los hombres el 49.5%. Asumiendo los mismos porcentajes en tiempos antiguos, y multiplicándolos por millones de gente, habría decenas de miles de mujeres más que de hombres. Segundo, la guerra en los tiempos antiguos era especialmente brutal, con un increíble alto porcentaje de fatalidades. Esto daría como resultado un porcentaje aún mayor de mujeres respecto a los hombres. Tercero, debido a las sociedades patriarcales, era casi imposible para una mujer soltera mantenerse por ella misma. Generalmente las mujeres carecían de educación y preparación, y dependían de sus padres, hermanos y esposos para su provisión y protección. También hay que considerar que la mujer soltera, con frecuencia, estaba expuesta a la prostitución y esclavitud. Cuarto, la significativa diferencia entre el número de mujeres y hombres habría dejado a muchas mujeres en una situación, como mínimo, indeseable.
Así que parece que Dios permitió la poligamia para proteger y proveer para la mujer que no pudiera encontrar un esposo de otra manera. Un hombre tomaría varias esposas y actuaría como el proveedor y protector de todas ellas. Aunque definitivamente esto no es lo ideal, vivir en una casa con poligamia era mucho mejor que las otras alternativas: prostitución, esclavitud, inanición, etc. Además de la protección y el factor de la provisión, la poligamia permitió una expansión más rápida de la humanidad, cumpliendo con el mandato de Dios de “…fructificad y multiplicaos; procread abundantemente en la tierra, y multiplicaos en ella.” (Génesis 9:7). Los hombres son capaces de embarazar a varias mujeres en el mismo período de tiempo, causando un crecimiento más acelerado de la humanidad que si cada hombre pudiera procrear solo un hijo por año.