miércoles, 2 de mayo de 2012

¡No te asustes, solo confía en Él!


Navegando en medio de océanos de la vida y enfrentando toda clase de tormentas que por medio de sus olas tratan de hundirnos, nos podemos encontrarnos con temor, temor a hundirnos, temor a morir en medio de ese mar, ese clásico temor que por naturaleza se apodera de nuestras vidas en los momentos más difíciles. Pero es en esos momentos de tormenta, en esos momentos de agonía, en donde nos encontramos solos contra el mar, solos contra las bravas olas que están azotando continuamente nuestra barca, cuando pareciera que aquel valor que decíamos tener, se ha esfumado, cuando toda fe que creíamos tener, se ha opacado y en donde por alguna extraña razón sentimos que estamos solos y moriremos.
Mientras nosotros expresamos sentir toda clase de sentimientos, de temor, de desesperación o de confusión y más, Jesús duerme en la parte trasera de nuestra barca.
A veces se nos olvida que no vamos solos en nuestra barca, que Jesús va con nosotros, aun cuando vaya dormido él sigue estando allí con nosotros.
“Ese mismo día, cuando llegó la noche, Jesús les dijo a sus discípulos: “Vamos al otro lado del lago” Entonces dejaron a la gente y atravesaron el lago en una barca. Algunos fueron también en otras barcas. De pronto se desató una tormenta. El viento soplaba tan fuerte que las olas se metían en la barca, y ésta empezó a llenarse de agua. Entre tanto, Jesús se había quedado dormido en la parte de atrás de la barca, recostado sobre una almohada. Los discípulos lo despertaron y le gritaron: Maestro, ¿no te importa que nos estemos hundiendo?” Marcos 4:35-38.
Al sentir los fuertes vientos que tratan de hundirnos y las fuertes olas que se meten en nuestra barca tendemos a desesperarnos y gritarle al Señor. ¿Será que Él no está al tanto de la situación?, ¿Le gritamos porque pareciera que no escucha o no se da cuenta de lo que estamos experimentando?, ¿Qué hacemos cuando esos momentos de desesperación llegan a nuestra vida?, ¿Gritamos?, ¿Reprochamos?, ¿Nos quejamos?
“Jesús se levantó y ordenó al viento y al mar que se calmaran. Enseguida el viento se calmó, y todo quedó completamente tranquilo. Entonces Jesús dijo a sus discípulos: ¿Por qué estaban tan asustados? ¿Todavía no confían en mí?” Marcos 4:39-40.
No duerme, Él está allí, Jesús calmó todo aquello que hasta ese momento asustaba y atemorizaba a sus discípulos. Todo aquello que era contrario, volvió a la calma, toda desesperación, todo grito, todo temor, había pasado ya, de un momento a otro, de un instante a otro.
En la vida nos enfrentaremos a situaciones similares, panoramas que reflejaran un caos total y que querrán hacernos sentir desesperación y temor, situaciones que aparecerán cuando menos lo pensamos o cuando ni imaginábamos que pasarían, y frente a eso tenemos dos opciones: Desesperarnos o simplemente confiar en Dios.
La mayoría de nosotros tomamos la primera antes de la segunda, nos desesperamos, nos asustamos y hasta gritamos a Dios pidiendo su pronto socorro. Las palabras de Jesús hacia sus discípulos fueron sencillas pero profundas: “¿Por qué estaban tan asustados? ¿Todavía no confían en mí?”. Como haciendo referencia que a su lado no hay porque temer, solo confiar.
Sabemos cuán difícil que es no asustarse frente a situaciones que te roban la paz, sabemos lo difícil que es mantener la calma ante panoramas inesperados, sin embargo nada de lo que hagamos tendrá el poder para cambiar ese panorama, sólo Dios, por eso, aun cuando te desesperes, aun cuando quieras gritar o aun cuando quieras asustarte todo lo que quieras, nada de eso favorecerá a lo que estás viviendo, en cambio, si confiamos en Dios a pesar de las situación, a pesar de las circunstancias que nos rodean, debemos tener la seguridad de que Él vendrá a nuestra ayuda, porque lo ha prometido, porque Él no defrauda a los que en Él confían.
No sé qué momento puedas estas atravesando, quizá sientas temor, quizá el miedo se ha apoderado de tu vida, pueda que te estás desesperando, sin embargo, mantén la calma, Dios no se ha olvidado de ti, Él está allí en la barca de tu vida, esperando el momento indicado para actuar, porque Él ha prometido actuar a tu favor.
¡No te asustes, solo confía en Él!
      

Mentalidad de niño- Crecimiento Personal+vídeo


Cuando pensamos en niños que comienzan a andar o tenemos la bendición de experimentarlos en nosotros mismos, llegamos a la conclusión de que siempre están en movimiento, nunca queriendo detenerse. Van por cada día con más entusiasmo que un adulto puede imaginar y nunca se cansan.  Navegan sus primeros años a menudo sin problemas y con una sonrisa en sus rostros.  Los niños parecen tener algo que los adultos perdimos en el camino.
Tienen la habilidad de perdonar rápidamente, no preocuparse mucho y frustrarse por las cosas y simplemente disfrutar las cosas sencillas de la vida, sin darlas por sentado.  Nunca guardan rencor y resentimientos contra otros y, si por alguna razón lo hacen, juegan e interactúan con ellos al día siguiente en el área de juegos. 

He tenido experiencias con mis dos hijas al entrar en su habitación mientras estaban en sus cunas. Saltaban y gritaban felices con grandes sonrisas en sus rostros. A menudo me preguntaba por qué sonreían y se sentían felices.
¿Sería su cumpleaños, Navidad, o estaríamos saliendo de vacaciones para Disney?  La respuesta a esas preguntas es no… no era ni su cumpleaños, ni Navidad, ni estábamos yendo a Disney… simplemente estaban entusiasmadas por un nuevo día.  ¡Están felices de abrazar un nuevo día y no pueden esperar para comenzarlo!  Allí fue que comencé a pensar para mí mismo: ¿Por qué no pueden los adultos comportarse así mismo?  ¿Dónde perdimos este entusiasmo por la vida?  ¿Podremos recobrarlo y mantenerlo? 

Demasiadas veces, como adultos, olvidamos cómo vivir nuestra vidas felizmente y los días parecen escurrírsenos.
A veces la gente tiende a deprimirse, es triste decirlo, sobre una variedad de cosas que están más allá de su control como el clima, o algo que vivieron en su pasado, o aún algo tan tonto como que alguien les haya hablado sobre ello junto a la fuente de agua.  A veces la gente no vive solo un día así, sino muchos.  No saben que no pueden recobrar esos días jamás.  Continuamente sollozan y se enfurruñan e, internamente, intentan llevar a otros a su nivel.

No estamos en esta tierra para sentirnos miserables, sino con propósito: para tomar cada día y sacar lo mejor.  Para enfrentar nuevos desafíos y crecer por ellos.  Para regar nuestro gozo y felicidad cosa de que otros sean infectados por ellos.
Nosotros y nuestras emociones somos contagiosos a la gente que nos rodea, sean extraños o seres amados.  Como niños en este planeta, necesitamos conquistar el día. No estamos aquí por la eternidad sino por un tiempo corto. 

Hoy volvamos a cuando éramos niños y vivamos sin la problemática melancolía que parece tragarnos a veces.  Cuando nos levantemos por la mañana, no estemos malhumorados y tristes ya que es demasiado temprano. Saltemos de la cama y comencemos el día corriendo como niños.  Hagamos de nuestro un día una clase de juego y cuando venga mañana, juguémoslo de nuevo, solo que mejor.
La vida se nos viene encima muy rápido y al hacerlo, necesitamos estar listos.  Antes de darnos cuenta, nuestros hijos tendrán hijos y nuestro tiempo en esta tierra llegará a su fin.  No sé ustedes, pero yo siempre quiero tener la libertad mental de un niño y jugar cada día este juego de la vida.  Reflexionaré sobre mis pérdidas y no me preocuparé, sino buscaré el conocimiento que necesito para que nunca pase de nuevo.  ¡En verdad no quiero crecer!
La reflexión de hoy, de un adulto que se da cuenta de que hay mucho que aprender de nuestros niños, nos habla sobre algunos de sus valiosos descubrimientos.  Lo interesante es que, aunque todos pasamos por la niñez, tal pareciera que al “madurar” y llenarnos de experiencias, permitimos a estas robarnos mucho del entusiasmo del vivir intensamente cada día.  Aunque, de vez en cuando, en algún partido de pelota, algunos parecieran regresar a una etapa infantil y saltar, gritar y celebrar como niños… tan pronto termina el partido, vuelven a la misma actitud de limitación ante la vida.
Interesantemente, la Biblia nos llama a acercarnos a Dios como niños, esperando lo mejor de nuestro Padre Celestial y estando seguros de que lo que necesitamos, lo habremos de recibir en el tiempo preciso.  ¿No creen que vale la pena que redescubramos la vitalidad y el entusiasmo por la vida de nuestros niños?  Vamos, vamos, en algún momento los tuvimos…y en Cristo no sólo podemos recobrarlos sino dirigirlos hacia los propósitos de Dios para nuestras vidas.  Hagamos planes para congregarnos este fin de semana y recibir del Señor la guía necesaria para vivir vidas gozosas y plenas… ¡un día a la vez!  Adelante y que el Señor haga brillar Su rostro sobre ustedes y los suyos.

Una oración- Reflexiones


Al regresar de un viaje misionero a su Iglesia local en Michigan, EU., testificaba este misionero lo que Dios había hecho con él:
Mientras servía como misionero en un pequeño hospital en el área rural de Africa, cada dos semanas viajaba a la ciudad en bicicleta para comprar provisiones y medicamentos. El viaje era de dos días, y debería atravesar la jungla. Debido a lo largo del viaje debía acampar en el punto medio, pasar la noche y reanudar mi viaje temprano al dia siguiente.
En uno de estos viajes, llegué a la ciudad donde planeaba retirar dinero del banco, comprar las medicinas, los viveres y reanudar mi viaje de dos días de regreso al hospital. Cuando llegué a la ciudad, observé a dos hombres peleándose, uno de ellos estaba bastante herido. Le curé sus heridas y al mismo tiempo le hable de Nuestro Señor Jesucristo.
Después de esto, reanudé mi viaje de regreso al hospital. Esa noche acampé en el punto medio y a la mañana siguiente reanudé mi viaje y llegue al hospital sin ningún incidente.
Dos semanas más tarde repetí mi viaje. Cuando llegué a la ciudad, se me acercó el hombre al cual yo había atendido en mi anterior viaje y me dijo que la vez pasada, cuando lo curaba, el se dio cuenta que yo traía dinero y medicinas.
Él agregó: “Unos amigos y yo te seguimos en tu viaje mientras te adentrabas en la jungla, pues sabíamos que habrías de acampar. Planeabamos matarte y tomar tu dinero y medicinas pero en el momento que nos acercamos a tu campamento, pudimos ver que estabas protegido por 26 guardias bien armados”.
Ante esto no pude más que sonreir a carcajadas y le aseguré que yo siempre viajaba solo. El hombre insistió y agregó: “no señor, yo no fui la única persona que vio a los guardias armados, todos mis amigos también los vieron, y no solo eso sino que entre todos los contamos, eran 26″.
En ese momento, uno de los hermanos de la iglesia se puso en pie, interrumpió al misionero y le preguntó la fecha y hora del suceso. Al responderle el misionero, el hermano contó la siguiente historia:
“A la hora de su incidente en Africa era de mañana aquí. Yo me preparaba para salir cuando sentí una imperiosa necesidad de orar por usted; de hecho la llamada era tan fuerte que comencé a llamar a los hermanos de la congregación para reunirnos en el Templo a orar por usted. Hoy quisiera que los Caballeros que vinieron ese día a orar por usted, se pusieran de pie. El misionero no estaba tan preocupado por saber quienes eran ellos, más bien se dedicó a contarlos, un total de 26 hombres.
¿Alguna vez has sentido la imperiosa necesidad de orar por alguien?, pero has decidido ponerlo en tu lista de “cosas por hacer” y te has dicho: “Oraré más tarde”. ¿Te ha llamado alguien alguna vez que te ha dicho... necesito que ores por mí?.
Si en alguna ocasión sientes la inquietud de orar por alguien, no vaciles en hacerlo, no lo dejes para luego. Nadie seria lastimado por una oración.
Santiago 5:16
“Orad unos por otros”,”La oración eficaz del justo puede mucho”
2 Tesalonicenses 3:1
“Por lo demás, hermanos, orad por nosotros, para que la palabra del Señor corra y sea glorificada, así como lo fue entre vosotros”
1 Tesalonicenses 5:17
“Orad sin cesar”

Siervo de abundancia- Crecimiento Personal+vídeo


Hace algún tiempo, atravesé un tiempo de cansancio. Había ministrado por varios días viviendo un hermoso mover del Espíritu Santo en cada lugar donde me tocó ministrar , pero aun así después de esta hermosa experiencia me sentía muy agotado, lo que me llevó a confrontar al Señor en oración de esta manera:
-“Oh Señor, nunca me he sentido tan cansado en toda mi vida como hoy. Es como si no pudiera continuar. Mi mente está tan agotada que no creo que pueda llegar a dar mi próximo mensaje. Tienes que venir y quitar esta pesada carga que has puesto en mi vida, en el ministerio, solo Tú puedes dar fuerzas a mi vida: -Señor por favor, ayúdame”-.
El Espíritu Santo vendría y me ministraría, pero no de la manera que yo creía que lo iba a hacer; quería muestra de cariño, aliento y comprensión. Y aunque todas esas cosas sucederían, serían diferentes a las que yo esperaba que fueran.
Progresivamente el Señor me guió a 2| Corintios 9:6-11, diciéndome que todo lo que necesitaba figuraba en el pasaje de esta Escritura.
“Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará Cada uno dé como propuso en su corazón, así que vamos a darle, no con tristeza, ni por necesidad. Porque Dios ama al dador alegre.
“Y poderoso es Dios para hacer que toda gracia abunde en vosotros, que, teniendo siempre toda suficiencia en todas las cosas, abundéis para toda buena obra: (Como está escrito: El que tiene la dispersión, se ha dado a los pobres: su justicia permanece para siempre.
“El que da semilla al que siembra y pan para comer, y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia;) Ser enriquecidos en todo para toda bondad, que hacía que a través de nosotros acción de gracias a Dios.” (2 Corintios 9:6-11).
Leí y releí el pasaje, pero no encontré nada en él. Finalmente, cerré mi Biblia y oré:-“Señor, estoy confundido. No veo aquí nada que pueda ayudar o alentar mi vida”-.
En el contexto de estos versículos, Pablo estaba hablando a la iglesia de Corinto como debía preparar una ofrenda que iba a ser destinada a los santos que sufrían una gran hambruna en la ciudad de Jerusalén. El les instaba a dar generosamente, pero no de mala manera, sino como los macedonios que habían ofrendado a pesar de su pobreza.
Entonces pregunté: – Señor, ¿qué tiene que ver todo esto conmigo? Si estoy en la necesidad del abatido, del agotado y aún para ayudar aquellos cuyos recursos se hallan en quiebras. ¿Qué es lo que quieres decir?
Finalmente, el Espíritu habló con firmeza pero a la vez amorosamente a mi hombre interior: Sergio, esto tiene que ver en la forma que servimos a Dios , no sólo dar dinero o ayudar a los pobres , sino servir a Dios con un espíritu generoso y alegre.
-Te llamé al ministerio no para vivir un ministerio de escasez y de miseria. Todo lo que necesitas está a su disposición !La fuerza, el reposo, la energía, la capacidad, el gozo y el ánimo. No hay razón para que tu trabajo sea con tristeza, y sobrecarga. Tienes acceso a toda la fuerza y ​​la alegría!
Esta experiencia me enseñó por el Espíritu algunas lecciones muy importantes que me gustaría compartir con ustedes:
1. Cuando Dios nos llama a un trabajo específico, El ya ha provisto todo lo que necesitamos para llevarlo a cabo con la frescura y alegría.
“Y poderoso es Dios para hacer que toda gracia abunde en vosotros, que, teniendo siempre toda suficiencia en todas las cosas, abundéis para toda buena obra” (2 Corintios 9:8).
Piensa en lo que se está prometiendo aquí: Cuando estás cansado y no crees que pueda ir más lejos, Dios es capaz de revitalizar todo lo que necesitas – ¡en todo momento, en cada situación posible!
Esta promesa incluye el poder para evitar que te caigas. Conozco de muchos cristianos que absolutamente caen por el temor y pierden la meta. Tienen miedo de que el diablo los atrape de alguna manera – y sólo caminan en un continuo llanto delante de Dios.
No importa cuán poderosa puede ser la tentación o cuanto desanimo provoca tu falta de resistencia, Dios dice esto acerca del poder que hay en su nombre:
Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría, judas 21(RVR)
Es como si el Señor estuviere diciendo: “Escuchen, todos ustedes los que son pastores! Escuchen, todos los que se congregan fielmente a mi casa y ministran en la oración, en la alabanza y en la intercesión! Quiero darle una abundancia de fortaleza, esperanza, gozo, paz, descanso, bienes, el estímulo y la sabiduría. De hecho, quiero que tengan abundancia de todo lo que necesitan – en todo momento”
Dios nunca tuvo la intención de que seamos pobres espirituales, pobre en las cosas del Señor. Por el contrario, el siervo abundante es el que goza de una revelación de todas las disposiciones maravillosas que Dios ha preparado para él. Y camina tras esta revelación por la fe.
2. Puesto que Dios ha prometido bendecirnos de manera sobreabundante, espera que le demos todo lo que tenemos – ¡con todo nuestro corazón!
Dios no acepta a regañadientes el servicio de nadie.
“Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como al Señor, y no al hombre” (Colosenses 3:23).
“Sinceramente” significa, “con todo tu corazón -. Todas tus fuerzas, todo lo que está dentro de ti”
Pablo escribe: “Cada uno dé como propuso en su corazón, así que vamos a darle: no con tristeza, ni por necesidad [de mala gana ]…” (2 Corintios 9:7). El apóstol hace una doble aplicación en esta cuestión de dar: Tiene que ver con nuestra disposición en las finanzas – y la entrega de nuestras vidas a la obra de Dios.
Pablo escribió que la iglesia en Macedonia, literalmente, le rogó que les permitiera hacer una colecta para la pobreza, que sufrían los santos en Jerusalén. Estos macedonios eran tan completamente entregados al Señor, que ellos mismos dieron de su pobreza. En ese momento, ellos estaban atravesando una situación peor que la Jerusalén a causa de la guerra. Su economía se había desmoronado, la depresión los había golpeado y todo estaba fuera de control. Sin embargo, a pesar de toda la anarquía y el caos, dieron todo de lo que había – por encima de su capacidad – con generosidad.
Pablo expresa que los macedonios dieron mucho más que dinero. Ellos le dijeron: “Aquí está nuestra ofrenda. Ahora, ¿qué quieres que hagamos? Ofrecemos nuestros servicios a la obra de Dios!”"… Pero antes se dieron a sí mismos al Señor, y luego a nosotros por la voluntad de Dios” (8:5).
3. Finalmente, Dios espera solo que le sirvan con alegría – sin murmuraciones ni quejas. Si vas a brindarte por entero al servicio del Señor, deberás hacerlo con alegría.
“… Porque Dios ama al dador alegre” (2 Corintios 9:7).
Cada vez que me siento cansado recuerdo este pasaje que Dios me llamó a ser un siervo de abundancia, que nos llamó al ministerio para que caminemos con la frescura de Dios en nuestras vidas.
La palabra “alegre” en griego significa aquí “divertido, alegre feliz,” – - con un corazón alegre, buena voluntad, alegría, estar lleno de júbilo.
Dios está diciendo: “Hagas lo que hagas en tu trabajo para mí – si se trata de interceder, adorar en mi casa, o la búsqueda de mí en tu lugar secreto – hazlo con gusto alegría y generosidad con todo – ¡tu dinero, tu servicio, tu tiempo, tu vida! ” Yo te pregunto: ¿Has de servir al Señor sintiéndote un cero a la izquierda y con poco valor?.
¿Es sólo una carga, que mayormente sobrellevas con tristeza y cansancio?
Dios no quiere que te quejes de tus cargas – ¡Él quiere que sobrelleves todas estas cosas en tu vida echando mano de su Palabra!
Dios tiene un talonario de cheques para tus recursos.  Él te está diciendo: “Ya he preparado provisión para ti. ¿Cuán grande es la necesidad en tu vida que no pueda ser suministrada más de lo necesario, qué tipo de cansancio o de carga es tan pesada que no te puede darte super-fuerza para resistir? Lo único que falta es la fe! ”
¿Te sientes como el último de la fila? Cansado, abatido, a punto de renunciar? Te reto a que conteste las siguientes preguntas con un simple sí o no:
Por último, ¿puede alguien o algo en el cielo o en la tierra separarnos del amor de Dios que es en Cristo Jesús?
¡No! ¡Nunca!
¡Yo llamo a esto un Salvador generoso! Nos hemos convertido en ricos espiritualmente a través de todos sus recursos para con nosotros.
“Al ser enriquecidos en todo para toda bondad, que hacía que a través de nosotros acción de gracias a Dios” (2 Corintios 9:11).
Querido consiervo, confesemos cualquier murmuración y queja que pueda haber sembrado un sentimiento de culpa en el corazón con una actitud de desesperación. ¡Renuncia a todo ante el Señor ahora mismo!  Ora conmigo:
“Señor, Tú me has hecho rico hoy. Soy rico en fuerza, porque tú me dijiste que tengo todo lo que necesito en todo momento. A partir de ahora cuando me sienta cansado, en lugar de quejarme contigo, recordaré que he sido llamado a ser un siervo de abundancia y que tú tienes toda la fortaleza que necesito para que pueda acabar mi carrera con alegría y frescura “!
Declaro en el nombre de Jesús que Dios levanta siervos de abundancia en toda nuestra nación para la extensión de su reino.

Las barreras están en tu mente- Reflexiones con vídeo



Henry Ford decía: “Si crees que puedes, podrás”. Y el creador de las empresas Sony, decía: “No se pueden crear empresas grandes con hombres con una mentalidad pequeña”.
Los expertos en el deporte decían que no se podía correr una milla, en menos de 4 minutos, porque el cuerpo humano no estaba capacitado para ello. Era imposible.
Con el paso del tiempo, se hicieron estudios y los expertos siguieron afirmando lo mismo, hasta que un buen día, un joven, decidió romper el récord. Él no escuchó, ni hizo para sí todos los pensamientos negativos que dijeron los entendidos en la materia. Simplemente se concentró en que él rompería ese récord de correr una milla en menos de 4 minutos. Este joven, después de entrenar y de enfocar constantemente su mente en esta meta, lo logró. Su nombre es Roger Vanister.
Después de Roger han seguido rompiendo este record más de 336 atletas en los diferentes juegos olímpicos a lo largo de la historia.
Pero, ¿qué fue lo que pasó con todos los atletas que habían participado antes de que llegara Roger Vanister con su nuevo récord? Y ¿qué fue lo que pasó con Roger Vanister?  La barrera no estaba en sus piernas ni en el cuerpo humano. La barrera de los atletas antes de Vanister estaba en su mente.
Dios te dio un potencial increíble para hacer de tu mente el instrumento más poderoso para dar bondad, para recordar sin dolor, para recordar el pasado como una enseñanza que hoy te ha hecho crecer en el amor verdadero, en la sencillez, en la humildad, en el reino de Dios.
Todas las barreras que encuentres a lo largo del camino, comenzarán en tu mente. No importa lo que haya pasado, ya pasó. Lo que importa es hoy, tu actitud, tu apertura a la gracia, tu deseo de salir adelante comenzando por orar, por estar con el Señor para dejar que Él comience a animarte, a fortalecerte, a iluminarte, a levantarte.
Este vídeo habla más que mil palabras.  Los niños nos enseñan que las barreras están en la mente, No hay límites… . . . .


No te rindas- Reflexiones + vídeo


 
Hubo un momento en el que la noche parecía eterna y hoy todo eso parece tan lejano.
Hubo un momento en el que nada de lo que hacías resultaba, cuando de pronto apareció la respuesta.
Hubo un momento en el que dejaste de creer en el amor y de repente tu corazón, con más intensidad que nunca, lo encontró de nuevo.
Hubo un momento en el que por el desierto se esparcían tus palabras y hoy dan retoño sus semillas.
Hubo un momento en el que creíste que era lo peor que te podía pasar y hoy agradeces tu destino.
Hubo un momento en el que jurabas que no podrías pasar esa prueba y hoy es tan sólo un paso más.
Hubo un momento en el que creíste que no podías hacer algo y hoy te sorprendes de lo bien que lo haces.
Hubo un momento en el que los monstruos y los ogros intimidaban tu vida y hoy sonríes al ver cómo tus miedos engrandecían sus sombras.
Un día nací, un día moriré, y nada me llevaré aunque me haya pasado la vida ahorrando. ¿Estoy realmente viviendo atesorando sin gastar para lo que me gusta?
Una casa está hecha de roca y madera, y un hogar de amor y entrega. ¿Tienes un hogar o solamente una casa?
Si lloras por haber perdido el sol, entonces no podrás ver las estrellas. Cuando viene la noche el sol se va, pero las estrellas son visibles. ¿Estás llorando por lo ya pasó no aprovechando la vista para ver lo que Dios quieres que veas?
Si toda tu vida es de lamentos, entonces no tendrás tiempo para reír. ¿Estás separando tiempo para reír y no estas malgastando todo el tiempo en lloros?
Nunca olvides que la vida es más grande que tus miedos, que tu fuerza es mayor que tus dudas.
Aunque tu mente esté confundida, tu corazón siempre sabrá la respuesta, y con el tiempo, lo que hoy es difícil, mañana será un tesoro.
Rendirse es muy común en el ser humano; existen ocasiones cuando deseamos bajar los brazos y partir o descansar; no nada más y dejarnos llevar por la corriente.
No rendirse significa luchar, no dejarse abatir por la lucha, seguir de pie aunque estemos heridos y continuar hasta doblegar aquello que nos aflige en el momento de la tentación de rendirse. Sobreponerse a un fracaso, a una ingratitud, a una enfermedad o a cualquier adversidad, es duro, pero vale el esfuerzo hacerlo, pues con ello nos damos cuenta que dentro de nosotros existe un potencial que nos fue dado para que seamos vencedores, pero ahora en Cristo este potencial ha sido maximizado de tal manera que somos más que vencedores.
No te rindas.
Y por más que ella lo acosaba día tras día para que se acostara con ella y le hiciera compañía, José se mantuvo firme en su rechazo. Génesis 39:10
Pero Moisés dijo al pueblo: No temáis; estad firmes y ved la salvación que el SEÑOR hará hoy por vosotros; porque los egipcios a quienes habéis visto hoy, no los volveréis a ver jamás. Exodo 14:13