martes, 18 de febrero de 2014

¿Por qué es tan difícil entender la Biblia?

De diferentes formas, pero todos luchamos por entender la Biblia. Incluso después de 2,000 años de la historia de la iglesia, hay algunos versos y pasajes de la Biblia que hacen, aún a los más brillantes eruditos de la Biblia, especular sobre su correcto significado. ¿Por qué es tan difícil entender la Biblia? ¿Por qué se necesita tanto esfuerzo para entender total y correctamente la Biblia? Antes de nada, hay que decir que Dios no la comunicó confusamente. El mensaje de la Palabra de Dios está perfectamente claro. La razón por la que a veces la Biblia resulta difícil de entender, es que somos seres caídos, mortales, es decir, el pecado nubla nuestro entendimiento y nos lleva a interpretar la Biblia según nuestra propia conveniencia.

Mas hay muchos factores que pueden hacer que la Biblia sea difícil de entender: 



-Primero, hay una diferencia en el tiempo y la cultura. La Biblia fue escrita entre 1,400 y 100 años antes de nuestra era (Antiguo Testamento). Las culturas en las que la Biblia fue escrita eran muy diferentes a la mayoría de las culturas existentes en la actualidad. Las acciones de pastores nómadas del año 1500 a.C. en el Medio Oriente, a menudo no tienen mucho sentido para los programadores de odenadores del siglo XXI. Es verdaderamente importante, crucial incluso, que cuando tratemos de entender la Biblia, reconozcamos la cultura en la que fue escrita.

-Segundo, la Biblia contiene diferentes tipos de literatura, o sea, hay historia, leyes, poesía, canciones, literatura de sabiduría, profecía, cartas personales, y literatura apocalíptica. La literatura histórica debe ser interpretada de forma diferente a la literatura de sabiduría. La poesía no puede ser entendida de la misma forma que los escritos apocalípticos. Una carta personal, que para nosotros tiene un cierto significado en la actualidad, puede tener una aplicación totalmente diferente a la que tuvo para sus receptores originales. Reconocer que la Biblia contiene diferentes géneros es vital para evitar confusión y malos entendidos.


-Tercero, todos somos pecadores; todos cometemos errores (Eclesiastés 7:20; Romanos 3:23; 1 Juan 1:8). Por más que nos esforzamos en no interpretar en la lectura de la Biblia nuestras ideas preconcebidas de antemano, es inevitable que todos lo hagamos ocasionalmente. Lamentablemente, en algún momento todos malinterpretamos algún pasaje, debido a una suposición de lo que puede o no puede significar. Cuando estudiemos la Biblia, debemos pedirle a Dios que quite nuestras ideas y nos ayude a interpretar Su Palabra, independientemente de nuestras suposiciones. Y a menudo esto es difícil, porque para admitir que estamos predispuestos, necesitamos tener la humildad y disposición adecuadas para admitir nuestros errores.

Sello de amor

Philip era conocido en su pueblo como un muchacho ateo que vivía  burlándose de todos los que tenían fe en Dios.
En 1942 decidió escapar de su casa. Después de vagar sin rumbo fijo por algún tiempo, comenzó a sentirse cansado y sediento, cuando divisó a lo lejos una pequeña choza y pensó en pedir ayuda. Al llegar vio a una niña y Philip se acercó para pedirle un vaso de agua, pero ella al ver su estado, le pidió que entrara para que también pudiera comer algo.
bibliacvcPhilip fue atendido muy amablemente por aquella familiahasta ese momento nunca se había sentido tan aceptado y apreciado, por lo cual aceptó la invitación de quedarse a pasar la noche en esa casa.
Al día siguiente, cuando ya se despedía, vio que la niña se había levantado temprano y estaba muy concentrada en su lectura, y Philip le preguntó: 
¿Estás preparando tus deberes? 
-No señor, contestó la niña, estoy leyendo la Biblia. 
-¿Por que lo haces?, ¿acaso te impusieron como castigo leer unos capítulos al día? La niña le respondió de inmediato, 
-  ¡No señor!, para mí, leer la Biblia es un placer.
El trato que recibió de aquella familia y esa breve charla, tuvieron tales efectos en el corazón de Philip James Eliot, que le motivaron a leer la Biblia. Esto, con el correr del tiempo, le llevaría a convertirse en un valiente misionero, dispuesto a arriesgar su vida por predicar el Evangelio de Jesucristo.  Fue así como en Enero de 1956 y desempeñando esta tarea, tristemente fue asesinado.
Es llamativo cómo la vida de Philip, no fue impactada por una elocuente predicación, ni por una gran campaña evangélica. Lo que transformó su corazón y derribó todos sus argumentos ateos, fue simplemente el amor de una familia. Un vaso de agua y un trozo de pan pudieron mucho más que las palabras. Pablo escribe en 1° Corintios 13:1 “Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe”.

Si puedes creer

Realmente impactante es una frase contenida en una historia de niños, una historia de esas que nos hacen creer en los Príncipes y princesas. 
Un padre les contaba a sus hijos historias maravillosas en los últimos días del año, y la instrucción era que “se harán realidad si las podéis creer
Y si ellos las creían, seguían recibiendo los regalos que querían.
En esta pequeña historia, inventada para que los niños siguieran creyendo en que pueden suceder cosas inexplicables, encontramos una verdad de Dios para nuestra vida.
Muchas cosas suceden porque se cree. Dios hace disponibles para todos, bendiciones, milagros y promesas, pero sólo algunos son lo suficientemente audaces para CREER...
para CREER que hay un Dios de imposibles.
para CREER que hay un Dios que puede hacer que tus deseos más profundos se conviertan en realidad.
para CREER que la desoladora realidad que te rodea puede cambiar y que hay algo mejor.

Estos tiempos...

El deseo del Padre de conectarse con nosotros llega a su culminación con la llegada de su Hijo.
Hebreos 1:2 ...en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo.
En estos tiemposLa llegada del Hijo de Dios representa la sublime culminación del compromiso del Señor, de comunicarse con sus criaturas. A lo largo de los siglos habló por medio de muchos distinguidos mensajeros, hombres como Moisés, Samuel, Natán, Elías, Isaías, Amós, Jeremías, Daniel y Ezequiel. Rindieron su humanidad a la vocación que habían recibido, lo que muchas veces les comprometió en intrincadas luchas con el pueblo de Dios y, en ocasiones, consigo mismos. Fueron bastantes las ocasiones en las que se les llamó a encarnar, de manera particular, el mensaje que debían comunicar al pueblo. Este llamado les inducía a escoger para bien, una y otra vez, defender como fuera, morir si fuese preciso, con tal de sostener sus propias perspectivas y sus convicciones personales, de cómo llevar adelante el ministerio.
Jesús encarna lo mejor de la tradición de los grandes profetas del Antiguo Testamento.

El valor máximo del amor de Dios se manifiesta por medio de la encarnación de su propio Hijo. ¡Cuánto nos debe amar este Padre, que nunca ha estado dispuesto a desistir de su cometido, aun después de experimentar siglos de rechazos, cuestionamientos, ingratitud y reproches! 

Mi abogado - Pagado: Caso Cerrado


 Pagado: Caso Cerrado

Después de vivir “una vida buena”, mi tiempo
en la tierra llegó a su final. La primera cosa
que recuerdo fue estar sentado en la sala de
espera de una corte. Las puertas se abrieron y
me mandaron a entrar y sentarme en el banco
del acusado. Miraba a mi alrededor y vi al
fiscal, que era la persona más desagradable que
jamás había visto. Me dio una mirada malvada
y gruñó. Al sentarme, miré a mi izquierda y
allí estaba mi abogado, un caballero amable y
bondadoso, quien me pareció familiar.
De repente la puerta de enfrente de la sala de
justicia se abrió, y allí apareció el juez con su túnica
negra. Me impresionó tanto que no podía
quitar mis ojos de él. Cuando había tomado su
asiento dijo “Comencemos”.
El fiscal se levantó y dijo: “Mi nombre es
Satanás y estoy aquí para demostrar por qué el
acusado merece el infierno”. Procedió a contar
todas las mentiras que yo había dicho, las cosas
que había robado, y como había engañado y
defraudado a otros. Contaba todas las perversiones
de mi vida pasada.
A cada minuto que pasaba me sentía peor; tan
avergonzado, que no podía alzar la vista ni para
mirar a mi propio abogado. El diablo mencionaba
pecado tras pecado que yo había olvidado
por completo. Me sentía molesto por todo, y
más al ver que mi abogado no decía nada para defenderme.
Yo sabía que había hecho esas cosas, pero también
había muchas cosas buenas. ¿No podría
lo bueno cancelar algo de lo malo? El acusador
terminó diciendo con furia: “Este hombre debe
ser lanzado al infierno. Es culpable de todas
estas acusaciones, y no hay hombre que pueda probar lo contrario”.
Cuando ya era su tiempo, mi abogado pidió
permiso para acercarse al tribunal. El juez
aceptó su petición, aun contra las protestas de
Satanás. Mientras caminaba hacia el tribunal,
le vi por primera vez en todo su esplendor y
majestad. Ya recordaba por qué me había parecido
familiar; era Jesús quien me representaba,
mi Señor y Salvador. Se paró frente al banco
y dijo con voz suave al juez. “Hola papá”.
Después se digirió a la corte. “Satanás está en
lo correcto cuando dice que este hombre ha
pecado. Esto no lo vamos a negar. Aceptamos
los cargos contra mi cliente. También tiene
razón en que este hombre merece ser castigado con la muerte”.
Respiró profundamente y dio vuelta hacia
su Padre con manos extendidas y proclamó:
“Pero yo di mi vida en la cruz para que esta
persona pudiera tener vida eterna. El me ha
aceptado como su Salvador, entonces, es mío”.
Continuó diciendo: “Su nombre está escrito
en el Libro de la Vida y nadie puede arrebatarlo
de mi mano. Satanás todavía no entiende que
este hombre no recibirá justicia, sino misericordia”.
Volvió a sentarse, pero no sin mirar
hacía su Padre y decir: “No hay nada más que
hacer. Yo he hecho todo”.
El juez levantó su mano poderosa y bajó su
mazo con fuerza mientras las siguientes palabras
salían de su boca: “Este hombre está libre;
el castigo ya ha sido pagado totalmente". "Caso cerrado”.
Mientras salía del salón con mi abogado, podía
escuchar a Satanás gritando “No me daré por
vencido. Ganaré el próximo caso.” 
Pregunté a Jesús si alguna vez había perdido un caso. 
Me miró con amor y me dijo: Todos los que se han
acercado a mí pidiendo que yo les represente,
han recibido el mismo veredicto que usted:
"Totalmente Pagado”