martes, 5 de noviembre de 2019

Ayuno Cristiano - ¿Qué dice la Biblia?

La Escritura no ordena que los cristianos ayunen. No es algo que Dios requiera o demande de los cristianos. Pero al mismo tiempo, la Biblia presenta el ayuno como algo bueno, beneficioso y conveniente. El libro de Hechos registra el ayuno de creyentes antes de tomar decisiones importantes (Hechos 13:414:23). El ayuno con frecuencia va ligado a la oración (Lucas 2:375:33). 
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Casi siempre creemos que el objetivo del ayuno está en la falta de alimento, mas por el contrario, el propósito del ayuno debe ser quitar tus ojos de las cosas de este mundo y concentrarte en Dios. El ayuno es una manera de demostrar a Dios, y a ti mismo, que tomas en serio tu relación con Él. El ayuno te ayuda a obtener una nueva perspectiva con una renovada confianza en Dios.

Aunque en las Escrituras casi siempre el ayuno era la abstención de alimentos, existen otras maneras de ayunar. Cualquier cosa que puedas ceder temporalmente con el fin de concentrarte más en Dios, puede ser considerado como un ayuno (1 Corintios 7:1-5). El ayuno debe estar limitado a un tiempo determinado, especialmente cuando el ayuno es de comida, porque los largos períodos de tiempo sin comer son dañinos para el cuerpo. La intención del ayuno no es castigar al cuerpo, sino enfocarse en Dios. El ayuno tampoco debe ser considerado como un “método dietético”. El propósito del ayuno bíblico no es perder peso, sino establecer una relación más profunda con Dios. Sí, todos pueden ayunar, pero algunos puede que no estén en condiciones para el ayuno alimenticio (por ejemplo los diabéticos). Pero bueno, todos pueden abstenerse temporalmente de algo para concentrarse en Dios.

Al apartar nuestros ojos de las cosas de este mundo, podremos enfocarnos más en Cristo. Ahora bien, el ayuno no es una forma de lograr que Dios haga lo que deseamos; el ayuno nos cambia a nosotros, no a Dios. Tampoco el ayuno es una manera de parecer más espirituales que otros. El ayuno es para tener un espíritu de humildad y una actitud gozosa. Mateo 6:16-18 declara, “Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público”.



¿Qué ministerio seguirá eternamente?

Actualmente en las iglesias, los cristianos nos enfocamos en diversas cosas olvidando lo realmente importante, que es darle la gloria a Dios; y una de las maneras de alabar a Dios es en la alabanza, con ella, con la adoración. Pero lamentablemente, en las iglesias se está tomando la alabanza como un relleno del culto, y se nos olvida que la alabanza, aparte de ser una ofrenda a Dios, es un “arma” para la batalla.
Si estuviera Josué con nosotros, nos daría un estudio acerca de la importancia de la alabanza en las iglesias. 
Vamos a escudriñar la Biblia para ver qué nos enseña acerca de qué ministerio continuará y no será quitado.
«Venid, aclamemos alegremente a Jehová; ¡Cantemos con júbilo a la roca de nuestra salvación! 2 ¡Lleguemos ante su presencia con alabanza!; ¡Aclamémosle con cánticos! 3 Porque Jehová es Dios grande, y Rey grande sobre todos los dioses. 4 Porque en su mano están las profundidades de la tierra, y las alturas de los montes son suyas. 5 Suyo también es el mar, pues él lo hizo; y sus manos formaron la tierra seca. 6 Venid, adoremos y postrémonos; arrodillémonos delante de Jehová nuestro hacedor. 7 Porque él es nuestro Dios; nosotros el pueblo de su prado y ovejas de su mano. ¡Si  tan solo oyereis hoy su voz!« Salmo 95:1-7
Alabad a Dios en su santuario;
alabadlo en la magnificencia de su firmamento.
Alabadlo por sus proezas;
alabadlo conforme a la muchedumbre de su grandeza.
Alabadlo a son de bocina;
alabadlo con salterio y arpa.
Alabadlo con pandero y danza;
alabadlo con cuerdas y flautas.
Alabadlo con címbalos resonantes;
alabadlo con címbalos de júbilo.
¡Todo lo que respira alabe a Jah!
¡Aleluya! Salmo 150
Imagen relacionadaEl salmista enseñó al pueblo de Israel darle siempre la gloria a Dios. Hoy en día debería haber grandes David(es) en las iglesias, ¡PORQUE LA ALABANZA ES PODER, ES VICTORIA, ES UNA OFRENDA Y ES UN ARMA PARA DERROTAR AL ENEMIGO. PORQUE CON LA ALABANZA CONFESAMOS LA SOBERANÍA, LA AUTORIDAD DEL REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES, GLORIA A DIOS, AMÉN. 
Usted y yo no somos una persona cualquiera, porque en la revelación de Juan en la isla de Patmos, él dice: «y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su padre; a Él sea la gloria, el imperio por los siglos de los siglos, amén.« Apocalipsis 1:6 
Usted y yo somos reyes y sacerdotes para Dios, aunque el mundo diga todo lo contrario, porque al diablo no le gusta saber que Él lo venció en la cruz del calvario. Por eso no debemos quedarnos callados. Pero la triste realidad es que a la iglesia hoy en día le gustan las puras "emociones", realmente solo dan la alabanza cuando viene un grupo “famoso”, sin pensar que Dios está siempre en la iglesia.

Jesús lo puede hacer

“Sin embargo, fueron nuestras debilidades las que él cargó; fueron nuestros dolores los que lo agobiaron. Y pensamos que sus dificultades eran un castigo de Dios; ¡un castigo por sus propios pecados! Pero él fue traspasado por nuestras rebeliones y aplastado por nuestros pecados.
Fue golpeado para que nosotros estuviéramos en paz, fue azotado para que pudiéramos ser sanados.”
Isaías 53:4-5 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Imagen relacionadaCuando Jesús estaba a un paso de la Cruz en el huerto de Getsemaní, se angustió en lo más profundo de su alma. De antemano sabía el castigo y sufrimiento que lo esperaba; la peor de las muertes, muerte de cruz, pero a lo lejos Él divisó el galardón. Pudo alcanzar a ver a millones de personas siendo perdonadas por sus pecados, libres de cadenas, restauradas de todo tipo de maltratos y abusos, sanadas de enfermedades; y esto hizo que valiera la pena. Jesús antes de ir a la Cruz, pensó en todo aquel que estaba muerto en vida sin esperanza, en aquellos que con sus propias fuerzas jamás podrían salir de la oscuridad, en los que acabarían con su vida antes de tiempo; y al hacerlo quiso darle otro final a sus vidas, perdón y vida eterna. Cuando vio lo que lograría con Su angustia, quedó satisfecho (Isaías 53:11).
Jesús pagó el precio de dar paz a toda la humanidad. Él cargó con todas las debilidades de las personas en la Cruz, fue azotado para que pudiéramos ser sanados, fue traspasado por toda rebelión y aplastado por todo pecado cometido; de toda persona y de todo tiempo. Por lo que, no es voluntad de DIOS que cualquier persona tenga cadenas, esté cautiva, viva en pecado, padezca enfermedades, o que viva afligido, triste o en depresión. El poder del Espíritu de DIOS puede liberar a quien sea de cualquier situación que lo oprima.
Jesús tiene todo el poder y la disposición necesarios para liberar a quien sea de su opresión. Él tiene todo el derecho legal pues hizo añicos el pecado y la maldad en la Cruz. Y todo lo que hay que hacer es creerle. Él no espera que paguemos absolutamente nada o que nos castiguemos o suframos para obtener la anhelada paz, porque Él ya pagó el precio.
Si tú has vivido en una prisión de cualquier tipo y te han dicho que nada ni nadie te puede salvar, hay para ti una gran noticia: ¡Jesús puede salvarte! De hecho ya lo hizo en la Cruz, solo tienes que creerlo.
Si crees que Jesús te puede hacer verdaderamente libre, haz esta oración:

“Dios, perdona mis pecados. Jesús, sálvame y lávame con tu sangre preciosa. Quebranta con tu poder todo yugo de mi vida y dame libertad. Dame la fe que necesito para ser libre. Envía a tu Espíritu Santo para que me guíe a hacer tu perfecta voluntad. Oro esto en el nombre de Jesús, amén.”