miércoles, 11 de marzo de 2015

Mi Mejor Empleo - Crecimiento personal-espiritual

Todas las opiniones dicen que soy una mujer normal, de edad media, no muy distinta a millones como yo. A lo largo de mi vida he tenido unos cuantos empleos. En realidad no puedo decir que alguna vez perseguí una “carrera”, en nada. 

Soy una Asistente Ejecutiva.
Cuando obtuve mi primer empleo y durante los siguientes quince o veinte años, fui llamada “secretaria”. Ya no se llama así, no se usa el término, no es socialmente correcto, y aunque nunca comprendí por qué había que cambiarlo, “ellos” lo  hicieron.
Además de trabajar en una oficina, hubo otros empleos que incluyeron el de camarera  y una variedad de trabajos menores en fábricas durante los veranos de mis años de escuela secundaria. Siempre, en todos los trabajos, le he dado a mi empleador lo mejor que tenía para ofrecer, permanecí leal, confiable y puntual, y como mínimo trabajé 50 semanas cada año.
Además del cheque al final de la semana, y el de aquellas otras dos gloriosas semanas al año que llaman “vacaciones”, la mayoría de los empleos han sido bastante mundanos con mini-recompensas que se olvidan a lo largo del día. 

Sin embargo, un empleo en particular, que he mantenido los últimos 32 años, ha demostrado ser el más gratificante, más satisfactorio y más importante para mí. Ese empleo me fue dado cuando me convertí en Mamá. Siete años y once meses tras casarme, se me dio mi nuevo “empleo” envuelto en una sabanita rosada. Ashley Christine, seguida por su hermanita 23 meses después, crearon en mí, un empleo de por vida que tenía todas las trazas del empleo soñado del que oímos a los demás hablar y envidiamos.
Como la recompensa que un ingeniero de la NASA debe sentir al completar una nave espacial que habrá de orbitar, he construido dos hermosas personas que me han dado mucho orgullo y felicidad y que han cumplido mis sueños más allá de mi imaginación. Mientras otras mamás se quejaban de todo el trabajo, dinero y esfuerzo que invertían en criar a sus hijos, yo me deleitaba.
De Mamita a Mamá, y luego a Madre, cada paso del camino ha sido vivificante.  Comenzando por el primer paso sin aferrarse a la mesita del café, seguido por los balbuceos de MaMa y PaPa, besos soplados desde la cunita,..... hasta sus compromisos y planeamiento de bodas, todos fueron privilegios por hacer mi trabajo y estar allí, orgullosa a cada paso del camino.
Cada día, no fue solo una colección de 24 horas, supuso otra oportunidad de hacer la diferencia… de enseñar y practicar, también de aprender y crecer junto a ellas.
Al estar sentada ahora en mi escritorio, moviendo papeles de un lado al otro, contestando llamadas telefónicas sin fin y esperando que el reloj marque las 5 p.m. para salir, me detengo un momento y sueño con todos esos preciosos recuerdos que me fascinan y me hace revivirlos día tras día, año tras año; me recuerdan que realicé el trabajo más grande de mi vida… el empleo de ser una Mamá.

¡Buenos días, indeciso!

Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré  mis ojos.” (Salmo 32:8).
buenos dias indeciso
Cuentan que el afamado científico Albert Einstein, a quien se le otorgó el Premio Nobel de Física en 1921, viajaba en cierta ocasión a un compromiso fuera de la ciudad. En eso, el ayudante del tren se acercó para solicitarle el billete, pero lamentablemente, el gran hombre de ciencia no lograba encontrarlo ni en su abrigo ni en su bolso. Entonces, el ayudante del tren lo tranquilizó con estas palabras:  “Todos sabemos quién es usted, Dr. Einstein; así es que no se preocupe por el billete; todo está bien.” Y diciendo esto, siguió  con su tarea de chequear los tiques al resto de pasajeros.
Minutos después, el ayudante vio a  Einstein, puesto de rodillas, nuevamente afanado por encontrar su billete, esta vez por debajo de los asientos. Entonces el oficial insistió: “Dr. Einstein, por favor, ya le dije que no se preocupara por el billete; sabemos quién es usted.” El científico, levantando la mirada, contestó: “Yo también sé quién soy. ¡Lo que no sé es, a dónde voy!”

No menosprecies tus encuentros con Él

“Entonces la reina Ester respondió y dijo: Oh rey, si he hallado gracia en tus ojos, y si al rey le place, séame dada mi vida por mi petición, y mi pueblo por mi demanda”.
En este pasaje Ester “se la jugó” porque tenía que denunciar a Amán un hombre malvado; Amán representa todo lo que nos quiere lastimar, y quiere matar todos nuestros sueños (casarnos, tener hijos, estudiar, etc.).
Hay momentos, decisivos en la vida, en los que no hay tiempo para “sentir”, en los que solo hay que actuar creyendo en las promesas de Dios.
encuentros con el reyLas mujeres solemos tomar muchas decisiones; quizá hoy hayas decidido varias cosas, por ejemplo, levantarte temprano, ir a pagar las cuentas al banco, hacer las compras, pasar a buscar a tus nietos por el colegio, cocinar esa receta que tenías guardada, programar un viaje; pero, el caso es que para ti, no es problema tomar decisiones. Aunque a veces digas: “No sé”, “no puedo”, “me cuesta”, eres una mujer decidida y sabes buscar aquello que crees que te falta, que puede que hayas dejado olvidado en algún lugar de tu vida.
Pero repito, el problema no está en el hecho de que tomes decisiones, sino en que éstas sean buenas y lo hagas de una forma rápida. Porque cada vez que tomes una buena decisión vas a obtener un buen resultado, y esto te va a motivar para que sigas tomando buenas decisiones cada vez con mayor rapidez.
Cuando estés a punto de tomar una decisión difícil, dile a Dios: “Señor, dame sabiduría para tomar esta decisión, saber con quién tengo que hablar y cuál es el momento correcto”. Lo único que Dios te pide es que estés dispuesta a confiar en Él y que uses tu fe. Todos los días tomamos muchas decisiones, pero hay algunas que determinarán nuestro futuro. Salmos 81:10 dice: “Abre tu boca y yo la llenaré” y Jueces 6:14 ordena: “Ve con la fuerza que tienes”. Estas son palabras con las que el Señor nos impulsa.

No se Equivoca - Reflexiones

Hace mucho tiempo, en un reino distante, un monarca no creía en la bondad y misericordia de Dios. Tenía, sin embargo, un súbdito que siempre le recordaba esta verdad. En cualquier situación decía:
¡Rey mío, no se desanime, porque todo lo que Dios hace es perfecto. Él nunca se equivoca!
Un día, el rey salió a cazar junto con su súbdito, y una fiera de la jungla le atacó. El súbdito consiguió matar al animal, pero no evitó que Su Majestad perdiese el dedo meñique de la mano derecha. El rey, furioso por lo que había ocurrido, y sin mostrar ningún agradecimiento por los esfuerzos de su siervo para salvarle la vida, le preguntó a este:
Y ahora, ¿qué me dices? ¿Dios es bueno? Si Dios fuese bueno yo no hubiera sido atacado, y no hubiera perdido mi dedo.
El siervo respondió:
Rey mío, a pesar de todo, solamente puedo decirle que Dios es bueno, y que quizás esto, perder un dedo, sea para su bien. Todo lo que Dios hace es perfecto. ¡Él nunca se equivoca!
El rey, indignado con la respuesta del súbdito, mandó apresarlo en la celda más oscura y más fétida del calabozo.
Después de algún tiempo, el rey salió nuevamente para cazar, y fue atacado, esta vez, por una tribu de indios que vivían en la selva. Estos indios eran temidos por todos, pues se sabía que hacían sacrificios humanos para sus dioses.
Inmediatamente después que capturaron al rey, comenzaron a preparar, llenos de júbilo, el ritual del sacrificio. Cuando ya tenían todo listo, y el rey estaba delante del altar, el sacerdote indígena, al examinar a la víctima, dijo furioso:
¡Este hombre no puede ser sacrificado, pues es defectuoso! ¡Le falta un dedo!
Entonces, el rey fue liberado. Al volver a palacio, alegre y aliviado, liberó a su súbdito y pidió que fuera a su presencia. Al ver a su siervo, le abrazó afectuosamente, diciendo:
¡Querido siervo, Dios fue realmente bueno conmigo! Tú debes haberte enterado que escapé precisamente, porque no tenía uno de mis dedos. Pero ahora tengo una gran duda en mi corazón: si Dios es tan bueno, ¿por qué permitió que estuvieses preso, tú que tanto lo defendiste? El siervo sonrió, y dijo:
Rey mío, si yo hubiera estado junto con usted en esa caza, seguramente habría sido sacrificado en su lugar, ¡ya que no me falta ningún dedo! Por lo tanto, acuérdese siempre: ¡todo lo que Dios hace es perfecto, Él nunca se equivoca!
Romanos 8:28
Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien,
Romanos 10:11
Porque la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado.

La Palabra es real

300 biblia“Lo mismo sucede con mi palabra. La envío y siempre produce fruto; logrará todo lo que yo quiero, y prosperará en todos los lugares donde yo la envíe.” Isaías 55:11 (NTV)
Para cada ocasión de la vida hay una Palabra de DIOS, que es real y oportuna. Y esto NO cambia. Cuando conocí a DIOS y la carga de mis pecados me abrumaba, descubrí que la Palabra decía que su Hijo Jesucristo pagó el castigo que yo merecía. Para así darme un nuevo comienzo sin culpa (Isaías 53:4-5, 1 Pedro 1:3-5, Hebreos 10:22).
Después de ser salvo, mi cuerpo y mi mente aún estaban afectados por mi antigua manera de vivir, no obstante, rehusé aceptarlo. El Todopoderoso, por medio de Su santo Espíritu y la Palabra, me vivificó. A pesar de tener diagnósticos en contra, la Palabra hizo su milagro en mí. Se llevó las llamas que ardían en mi cuerpo y dio vida a mis huesos secos (Isaías 43:2-5, Ezequiel 37). El SEÑOR me restauró y me ayudó a tener una salud totalmente normal.
Y al avanzar en la vida cristiana, el Espíritu Santo me confrontó con mis pecados, los cuales me fue difícil dejar. Pecados que me recordaban mi antigua vida y traían vergüenza sobre mí. Pero creí de todo corazón que el Señor Jesucristo me había obsequiado andar solamente en vida nueva y que las cosas viejas habían pasado (Romanos 6:4, 2 Corintios 5:17). Y así, el SEÑOR quitó de mí el peso que no me dejaba volar libremente. Y este regalo es para todo el que quiera creer que Jesucristo le ha hecho verdaderamente libre (Juan 8:36).