martes, 16 de febrero de 2016

¿Qué pasa después de la muerte?

El hombre morirá, y será cortado; perecerá el hombre, ¿y dónde estará él? Job 14:10
Está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio. Hebreos 9:27
Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Juan 11:25
El título de este mensaje es igual al de un libro que fue escrito hace unos cuarenta años. Esta es una de las mayores preguntas que acosan a la mente humana. La muerte de alguien marca el fin de su actividad, de sus proyectos y de sus relaciones. Pero, ¿ahí acaba todo? En todo caso no se puede volver atrás, y de ningún modo podemos eludir este asunto. La respuesta solo se halla en Dios, quien creó el universo, la vida.
Dios no deja al hombre en la duda, pues mediante su Palabra, la Biblia, ofrece respuestas concretas con respecto a este asunto. Todo ser humano tiene un alma inmortal y es responsable ante su Creador: “Cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí”. Romanos 14:12).
El creyente, es decir, todo aquel que ha confesado sus pecados y ha aceptado el perdón de Dios, no tiene nada que temer, pues sabe que el castigo que sus pecados merecían fue llevado por Jesucristo, y que no debe temer ninguna condenación por parte del Dios justo (Romanos 8:1). El creyente confía en la promesa de Jesús: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá”.
Pero en cuanto al incrédulo, la Biblia es igual de clara: “El que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él” (Juan 3:36).
“Os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios” (2 Corintios 5:20).

Blogger, diferencia con google chrome

Después de unos cuantos días en los que he tratado de averiguar el motivo por el que no se pueden visualizar en Google Chrome, los vídeos que inserto en el blog, únicamente he podido llegar a la conclusión de que con este navegador no se ven. La causa real la desconozco, puede ser un problema de royalties,... no lo sé, pero intuyo, después de ciertas averiguaciones, que se debe a ciertas discrepancias entre Blogger y Google Chrome. Es de esperar que pronto queden subsanadas.  
No obstante, con otros navegadores como Internet Explorer o Mozilla Firefox el sistema funciona correctamente. Yo, particularmente, los veo con Mozilla.
M.G.L.

¿Cómo caminar sobre el mar?

caminar sobre el mar
Texto bíblico: Mateo 14: 22-33
  1. Debemos tener una vida de oración. Hasta el mismo Jesús la tenía, pues entonces, cuánto más la necesitaremos nosotros; nos conviene despedir a la multitud, lo que viene a significar que debemos dejar de lado a las personas que nos rodean, o cualquier actividad que estemos realizando para ir a encontrarnos con Dios.
  2. No tenemos por qué sentirnos solos y creer que estamos atravesando las tempestades sin la ayuda de nadie. Los discípulos estaban en la barca, la cual se veía afectada por el mal viento, pero en ese momento Jesús no estaba físicamente con ellos sino que se encontraba en el monte orando, y obviamente, aunque no vieran a Dios y creyeran que estaría ocupado en otras cosas, pensarían que los habría abandonado. Pensemos que Él siempre tiene el control y busca la manera de actuar a nuestro favor. ¿Cuál sería la oración de Jesús en ese momento? Mientas los demás se encontraban en el mar, no es nada osado aventurar que su oración estaba dirigida a lo que estaba a punto de suceder. Como buen intercesor estaba pidiendo por sus discípulos y desde el principio, Él tenia todo bajo control.
  3. No tenemos que darle cabida al temor. Ciertamente, es una de las artimañas que el enemigo mejor sabe usar, no porque él sea eficiente sino porque nosotros se lo permitimos, puesto que en medio de cualquier situación, siempre se nos hace más fácil pensar y esperar lo malo, demostrando que nuestras expectativas se inclinan más a las cosas negativas que a las positivas.
  4. Debemos renunciar a la duda; ésta va muy de la mano con el temor, y lamentablemente, si dudamos de nuestras propias capacidades, mucho más dudamos de Dios. Aun Pedro, sabiendo que Jesús estaba cerca de ellos, se atrevió a decirle que le confirmara si en verdad era Él quien caminaba sobre el mar, y aun así, Jesús no tuvo ningún inconveniente en demostrárselo. Pero hay algo realmente clave en esto, y es que en realidad, ¿qué era lo que estaba haciendo que Pedro caminara sobre el  mar? Quizá fue el poder de Jesús, o la fe que tuvo Pedro; ciertamente fue la fe que tuvo Pedro la que le permitió dar unos pasos sobre el mar, pero la fe no le duró mucho, su fe no fue suficiente para llegar a Jesús. Pedro no llegó donde Jesús estaba, porque como a cada uno de nosotros, le dio miedo y le faltó fe.

Amigo, guía y padrino

Peter estaba feliz ese día. Iba a ser padrino de boda de Andrés Miles, su mejor amigo. Peter lucía en el cuello una hermosa corbata roja de lazo, algo que nunca había usado en toda su vida. Además, iba a llevar los anillos de boda. Era un gran privilegio, un gran honor, una gran satisfacción.
Así que Peter entró al registro civil acompañando a su amigo Andrés y a la novia de éste, Wendy, y estuvo presente en todos los detalles del registro. Pero había un problema. Durante la ceremonia, Peter no pudo pararse junto a su amigo mientras éste pronunciaba los votos nupciales.
¿Cuál era el problema? Peter, a pesar de ser bueno, de ser fiel, honrado y limpio, y hasta de ser el mejor amigo del novio, no era más que un perro. Pero era un perro extraordinario. Era el perro guía de Andrés, que era ciego.
"Él me ayudó a conseguir la novia que tengo, explicó Andrés. Por eso quiero que sea mi padrino."
He aquí un caso lleno de calor humano, aunque uno de los protagonistas sea un perro: Andrés Miles, de veintiocho años de edad, de Houston, Texas, ciego, con su mejor amigo, un perro labrador de dos años llamado Peter.
Peter lo guiaba a todas partes, lo ayudaba, lo cuidaba, lo protegía. Por cierto, Peter le ayudó a conseguir el amor de Wendy Screaton, la novia que llegó a ser su esposa. Para la boda, Andrés no encontró mejor padrino que Peter. Así que Peter llevó en sus dientes los anillos de boda. ¡Lugar más seguro no podía haber!

Mi amistad te acompaña dondequiera que estés


La Amistad es una perla de valor incalculable.
Es un tesoro especial que se guarda en el cofre de nuestro corazón.
No conoce de distancias, nacionalidades, ni barreras geográficas,
porque va conectada a nuestras almas.
Por eso mi alma se remonta hacia donde tú te encuentras y puedo comprenderte, compartir, sonreír y llorar contigo.
Por eso sentimos esa conexión tan especial que hace que nuestros corazones se conmuevan y salten de alegría.
Seguro que fue Dios quien nos situó en el mismo escenario, a la misma hora y el mismo día. No fue coincidencia ni juego del destino el que nuestros espíritus se ligaran en camaradería y fraternidad.
Sin importar cuánto tiempo ha pasado, si mucho o poco, lo que doy por cierto es que ha resurgido un precioso milagro y que a ese milagro le llamamos AMISTAD.
Por eso dondequiera que vayas, yo estaré en tu corazón.
Riendo y celebrando tus victorias, y llorando y consolándote en tus tristezas o derrotas. Por eso aunque en ocasiones mi cuerpo no esté allí, sentirás e imaginarás mi voz hablándote, pues nos conocemos muy bien. Tú también vas conmigo a todas partes, tus recuerdos me acompañan aunque la noche es solitaria. En mis memorias hay alegría y sonrío al pensar en lo que dirías y cómo me confortarías.
Nuestra amistad es de Dios, tiene principio, pero no tiene final.

¡Gracias por traer a mi vida una nueva alegría!