La vida es como una montaña rusa de emociones, en la que hay momentos de felicidad y euforia, momentos de angustia y desasosiego, momentos de risas y llantos, y también hay valentía y miedo. Hay instantes en los que estamos en la cima, y en otros nos encontramos en el abismo, etapas de máxima velocidad y etapas de calma. También podemos notar que las montañas rusas siempre tienen el mismo recorrido, es como un círculo vicioso que no nos lleva a ningún lugar específico.
Hay que tener claro que la vida debemos vivirla al máximo y se debe pasar por cada una de las circunstancias negativas, de las cuales aprendemos mucho pues traen experiencias a nuestra vida, y éstas nos ayudan a no cometer los mismos errores.
Lo que no se debe es buscar emociones y experiencias en el lugar equivocado, y más si se trata de momentos fugaces que no nos llevarán a ningún lado. Se trata de no repetir lo mismo, sin entender realmente que nos estamos jugando nuestra vida y nuestro futuro. Empero, buscamos la luz de la felicidad personal en vicios, en cosas materiales y pasajeras que nos dejan igual o peor de lo que estábamos antes.