domingo, 17 de noviembre de 2019

¿Qué significa la omnisciencia de Dios?

Resultado de imagen de ¿Qué significa que Dios es omnisciente?La omnisciencia es definida como “el estado de tener un conocimiento total, la cualidad de saberlo todo.” Para que Dios sea soberano sobre Su creación de todas las cosas, ya sean visibles o invisibles, Él tiene que ser omnisciente. Y su omnisciencia no se limita a una sola persona en la Deidad, – el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son todos omniscientes por naturaleza.

Dios lo sabe todo (1 Juan 3:20). Él conoce no solo los más mínimos detalles de nuestra vida, sino los de todos los que están a nuestro alrededor, pues Él menciona que hasta sabe cuando cae un pajarillo o cuando perdemos uno solo de nuestros cabellos (Mateo 10:29-30). No solo sabe Dios todo lo que ocurrirá hasta el final de la misma historia (Isaías 46:9-10), sino que también conoce nuestros propios pensamientos, aún antes de que hablemos (Salmo 139:4). Él conoce nuestro corazón y aun nos vio antes de nacer dentro del vientre materno (Salmo 139:1-3). Salomón expresa perfectamente esta verdad cuando dice, “…porque solo tú conoces el corazón de todos los hijos de los hombres” (1 Reyes 8:39).

A pesar de la condescendencia del Hijo de Dios para despojarse de Sí mismo y asumir la forma de siervo (Filipenses 2:7), Su omnisciencia es claramente apreciada en los escritos del Nuevo Testamento. La primera oración de los apóstoles en Hechos 1:24 dice, “Tú, Señor, que conoces los corazones de todos..”, lo que implica la omnisciencia de Jesús, la cual es necesaria si Él ha de ser capaz de recibir peticiones e interceder por nosotros a la diestra de Dios. 


En el mundo la omnisciencia de Jesús está igualmente clarificada. En muchos relatos del Evangelio, se nos dice que Él conocía los pensamientos de su audiencia (Mateo 9:412:25Marcos 2:6-8Lucas 6:8). Él sabía la vida de la gente aún antes de conocerla. Cuando se encontró con la mujer que sacaba agua del pozo en Sicar, Él le dijo, “Porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido.” (Juan 4:18). También les dijo a sus discípulos que Su amigo Lázaro había muerto, aunque Él se encontraba a más de 40 kilómetros de distancia de la casa de Lázaro (Juan 11:11-15). Él les dijo a sus discípulos que fueran e hicieran los preparativos para la Cena de Pascua, describiendo a la persona que iban a encontrar y a quien habían de seguir (Marcos 14:13-15). Quizá lo mejor de todo, es que Él conocía a Natanael, aún antes de haberlo encontrado, porque Él conocía su corazón (Juan 1:47-48).

Cristo es el faro que alumbra mi vida

faro en la montaña"Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas,

sino que tendrá la luz de la vida". Juan 8;12


Un faro es una torre de señalización luminosa situada en un litoral marítimo, que sirve como referencia y aviso costero para los navegantes en aguas profundas, principalmente en las horas oscuras de la noche. El faro, tiene en la cima una lámpara muy potente que sirve como guía. 

Los cristianos genuinos, a través del bregar por este mundo, hemos percibido que la luz de Cristo ha estado siempre alumbrando nuestras vidas en nuestras noches más oscuras, y ha guiado nuestra embarcación en las tormentas más devastadoras que hayamos afrontado en esta vida.

¿Habría naufragado usted si no fuese por la firmeza de este faro (Cristo), o quizá usted considera que su fortaleza de espíritu es suficiente para haber permanecido en los caminos del Señor?


Los creyentes que llevamos muchos años en la viña del Señor, arribamos a un cúmulo de experiencias, y hemos visto con nuestros ojos a muchos flaquear en la fe, traicionar a Cristo y naufragar en su relación personal con Dios.
Debemos reconocer que si no hubiera sido por Cristo (Faro Divino), nosotros también hubiéramos desistido de la fe cristiana, y es muy probable que estuviéramos alejados de Dios, tanto como no lograríamos imaginarGloria sea dada a Dios por este faro que nos ha alumbrado y que nos dice:
Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. Yo y el Padre uno somos. (Juan 10:27-30).

Por encima de las probabilidades

Las probabilidades son una especie de medición numérica que nos dice en qué medida es posible que un evento ocurra. Nos fijamos mucho en las probabilidades de respuestas o cosas que esperamos que sucedan normalmente, o en lo que dicen los demás acerca de lo que esperamos que ocurra, en lo que puede influir o hacer que sea posible o no, y por diversas razones, cuando estamos esperando algo que hemos pedido a Dios, en nuestra espera, acostumbramos a tener en cuenta las probabilidades de que nos responda o de que pueda hacer algo; es decir, a veces, sin ser nuestra intención, terminamos midiendo la capacidad de Dios para ayudarnos a salir de nuestra dificultad.
Imagen relacionadaEstar en medio de circunstancias complicadas nos hace ver el grado de dificultad que tiene salir de ellas. Escuchamos opiniones de personas que no lo han podido hacer o que no han recibido lo que esperaban y nuestras probabilidades parecen disminuir, porque comparamos nuestra situación con la de las otras personas, sin considerar que nuestras probabilidades no son nada similares a las de ellos; porque el hecho de poder contar con la ayuda de Dios las aumenta a un 100% porque para Dios no hay nada imposible Lucas 1:37 (NVI).
Solemos sacar conclusiones según como veamos la situación, es decir, si a nuestro parecer todo es complicado y de difícil solución, creemos que el resultado no podrá ser nada favorable; o sea, medimos la situación según se vea el panorama y nuestras “probabilidades”, y si resulta que son muy escasas, valoramos en demasía todo lo que pasa a nuestro alrededor y terminamos por pensar que no hay solución. Lo cual es una actitud negativa.
Ahora bien, hay que considerar que, es difícil mantener una actitud positiva cuando se pasa por un problema o dificultad, porque todo parece muy complicado, porque por momentos parece que no hay salida para ese problema. Todo lo vemos difícil y perdemos la esperanza de lograr hacer algo al respecto; nos encerramos tanto en nosotros mismos y en lo que podemos ver, que olvidamos que Dios actúa muy por encima de las probabilidades.
Porque para Dios no existen las probabilidades; para alguien que Le fue fácil crear todo un mundo en 6 "días" es fácil solucionar cualquier situación. Por imposible que parezca, por más obstáculos que se presenten, su capacidad es ilimitada, no puede medirse con nada, ni se puede comparar con lo que pasa alrededor o basarse en ello.
Las probabilidades que hoy tienes pueden ser escasas o incluso nulas, pero a pesar de ello puedes estar seguro de que para Dios nada es imposible. Aunque para muchos no haya solución cuando todo parece negativo y desalentador, cuando ya casi todo está dicho, está una última palabra, la de Dios, ¡y ésta siempre está por encima de las probabilidades!

Yo soy el Señor, Dios de toda la humanidad, ¿hay algo imposible para mí? Jeremías 32:27 (NVI)