Las matemáticas tienen varias leyes o sentencias, todas ellas establecidas con el fin de darle a esta materia un uso universal.
Una de ellas es: “el orden de los factores no altera el producto”; su base radica en la prueba matemática que dice que no importando cuántos números formen parte de una suma, todos pueden tener cualquier orden o pueden ser agrupados de cualquier forma, ya que el resultado siempre será el mismo.
La ley del orden de factores puede llegar a ser usada en la vida diaria, también en situaciones...comunes: como al resolver un examen, que no importa por donde comencemos, el fin siempre es intentar responder a todas las preguntas; o al arranchar una habitación, al final todo debe quedar ordenado sin importar por donde comencemos.

Usando la idea del orden de los factores, vamos a tomar un ejemplo de la biblia aplicable a nuestro diario vivir:
Éxodo 2:11-15, relata la historia de Moisés actuando por sí solo con el fin de liberar a su pueblo. Sin duda, él ya tenía la idea de lograr la independencia, de otra manera no habría tenido la audacia de matar a un soldado egipcio. Pero todo ese movimiento revolucionario se perdió casi de inmediato. Moisés terminó siendo un fugitivo escondido en la tierra de Madián.
Sin embargo, ese sueño que parecía olvidado vuelve a arder nuevamente al tener un encuentro personal con Dios. Éxodo 3, relata el llamamiento de Moisés y desde ese momento en adelante, empieza a tener éxito en cada paso que realizaba para liberar a su pueblo.
Al final, no solo obtuvieron la libertad, sino que presenciaron el despliegue más grande del poder de Dios que ninguna persona haya visto antes. Egipto quedó saqueado, todos sus soldados murieron, pero del pueblo de Dios no murió ninguno, se fueron con oro y ropas finas.