miércoles, 5 de junio de 2013

¿Dios aún nos habla hoy? - Preguntas bíblicas - Vídeo

Respuesta: La Biblia registra a Dios hablando audiblemente a gente de muchas épocas (Éxodo 3:14; Josué 1:1; Jueces 6:18; 1 Samuel 3:11; 2 Samuel 2:1; Job 40:1; Isaías 7:3; Jeremías 1:7; Hechos 8:26; 9:15). No hay una razón bíblica por la que Dios no pueda hablar a una persona audiblemente, en la actualidad. Además, debemos recordar que los cientos de veces que la Biblia registra a Dios hablando, ocurrieron a lo largo de 4000 años de la historia humana. Y la voz audible de Dios es una excepción, no una regla. Aún en los registros bíblicos de situaciones en las que Dios habla, no siempre está claro si se trata de una voz audible, una voz interior o una impresión mental.
.
Dios habla a la gente en la actualidad. Primero, Dios nos habla a través de Su Palabra (2 Timoteo 3:16-17). Isaías 55:11 nos dice, “Así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.” La Biblia registra las palabras de Dios para nosotros, en todo lo que necesitamos saber para ser salvos y vivir la vida cristiana. 2 Pedro 1:3-4 declara, “Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por Su divino poder, mediante el conocimiento de Aquel que nos llamó a Su gloria y excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia.”

Llegar como sea - Ánimo en mensaje

sigue coTal vez hayan escuchado la historia de John Stephen Akhwari, el atleta de Tanzania que quedó en último lugar, en las Olimpiadas de 1986 en México.
"El caso es que la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos había concluido. Los espectadores y participantes empezaban a abandonar el estadio. Ya había anochecido cuando, de repente, por los altavoces del estadio se pidió a  los  pocos asistentes que aún quedaban, que se sentasen. 
¿Qué sucedía?… Pues que John Stephen Akhwari, se acercaba lentamente en la oscuridad. Entró renqueando al estadio olímpico, dando muestras evidentes de un dolor que le punzaba en una de sus sangrantes piernas. John cruzó prácticamente andando el túnel. No podía más; se había caído más o menos en el Km.19, golpeándose la rodilla y, como se pudo comprobar en la revisión médica posterior, dislocándose un hombro.
Le quedaban ya los 400 metros finales de la maratón. 
Una vez cruzada la meta, un periodista le preguntó: ¿Por qué después de la caída, con el dolor que sentía y sin opciones de lograr una posición relevante, decidió seguir en la competición? 
Akhwari contestó: “Mi país no me envió a México a iniciar la carrera, sino a terminarla.”

Carrera de obstáculos para la fe - Devocionales, Reflexión - Vídeo

carrera con obstaculos
Un militar llegó a un pueblo para reclutar jóvenes para su pelotón; como era famoso en todo el mundo, todos querían formar parte de su grupo. Para no excluir a nadie, el sargento se aseguró de invitar a todos a participar en una carrera de obstáculos y los que finalizaran, serían los escogidos para formar parte de su pelotón. 
Al día siguiente, casi todos los jóvenes del pueblo se presentaron en el sitio indicado para la carrera, pero al observar los obstáculos que tenían que superar, muchos se desalentaron y desistieron antes de comenzar; algunos otros se quedaron a mitad del camino, y otros llegaron casi hasta al final, pero presionados por el tiempo se rindieron sin acabar. 
Al final sólo 5 jóvenes terminaron la carrera, ni siquiera llegaba a ser el 10% del número de jóvenes que se habían presentado en un principio; entonces, el sargento se dirigió a sus nuevos soldados y les dijo: “el objetivo de la carrera no era conocer quién era el más fuerte, el más rápido o el más ágil, mi objetivo era conocer quiénes realmente querían formar parte de mi grupo, porque no sólo contaba lo que ustedes me dijeran, sino el compromiso que hicieran con el corazón”.
 Así, los últimos serán primeros; y los primeros, últimos; porque muchos son llamados, más pocos escogidos. Mateo 20:16 Versión Reina-Valera 1977.

Yo haré mi parte - Devocional - Vídeo

“¿Has visto hombre solícito en su trabajo? Delante de los reyes estará; no estará delante de los de baja condición”
(Proverbios 22.29)
Vivimos en un mundo de leyes, de principios que dirigen y gobiernan el mundo visible que conocemos. Si una manzana está demasiado madura caerá a tierra, no se elevará hacia el espacio. Las leyes de gravitación universal, descubiertas y formuladas por Isaac Newton, así lo confirman. No hay que ser un genio para comprender que un cuerpo sólo puede flotar, si el peso de su masa es menor que el fluido que desplaza. A eso le llamamos "ley de flotación". De la misma manera, hay leyes de conducta que tienen total vigencia en la actualidad, y a las que debiéramos prestar mucha atención.
El sabio Salomón, en su aguda observación del desempeño humano, comprobó que una persona diligente en su trabajo está destinada a prosperar. Es bueno recordar este principio en nuestros tiempos postmodernos, en los tiempos actuales, en los que la pérdida de valores morales es una de las más grandes amenazas que tenemos que afrontar. Hoy se quiere tener más haciendo menos, obtener con poco esfuerzo y amontonar sin el sudor de la frente. Los atajos para llegar a la prosperidad sin moral son terriblemente peligrosos.
Larry Bird, la leyenda del baloncesto estadounidense, considerado uno de los mejores aleros de la historia, solía practicar quinientos tiros libres después de cada entrenamiento. Su talento innato,  acompañado del esfuerzo, determinaron su alcance. Ya fuera una científica como Marie Curie, un escritor como Dostoievski, o un predicador como Spurgeon, todos ellos lucharon fuertemente para avanzar en su campo. En la parábola de los talentos, en Mateo 25, el Señor reparte talentos a sus siervos, pero espera que ellos los multipliquen con sus ingeniosas laboriosidades. Al final de la historia, los homenajeados son aquellos que trabajaron en multiplicar lo que recibieron.

Paciencia - Reflexiones - ¿Vagancia o Paciencia?

Paciencia
El gran artista Miguel Angel tardó mucho tiempo en dar los últimos toques a una de sus obras más famosas.
Cierto amigo que le visitaba casi todos los días, siempre le preguntaba:
-¿Qué has hecho hoy?
A lo cual el maestro contestaba:
–Hoy he perfeccionado este detalle en la mano, he mejorado la sombra en aquella arruga, he arreglado la luz en aquella parte del vestido, etcétera.
–Pero esas son "bagatelas", dijo un día el visitante.
–Ciertamente, contestó Miguel Angel; pero la perfección se hace de bagatelas; y la perfección no es una bagatela.
La vida del cristiano está hecha de pequeños detalles, las pequeñas cosas de cada día. No hay cosa, por muy pequeña que sea, que no merezca nuestra atención. Puede parecer una bagatela, pero no olvidemos que de esas bagatelas está hecha la vida, y la vida no es una bagatela.
Lucas 8:15
Mas la que cayó en buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y llevan fruto con perseverancia.
Lucas 21:19
En vuestra paciencia poseeréis vuestras almas.
Romanos 5:3
Y no sólo esto, más aún nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia.