martes, 9 de abril de 2019

Promesas Bíblicas

Dios siempre cumple sus promesas. Está en la Biblia, II Corintios 1:19-20, "Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, no ha sido Sí y No; mas ha sido Sí en él; porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios".
Dios nunca se retrae o cambia sus promesas. Está en la Biblia, Salmo 89:34, "No olvidaré mi pacto, ni mudaré lo que ha salido de mis labios".
Ninguna de las promesas de Dios falla jamás. Está en la Biblia, Josué 23:14, "Reconoced, pues, con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma, que no ha faltado una palabra que Jehová vuestro Dios había dicho de vosotros; todas os han acontecido, no ha faltado ninguna de ellas".
Resultado de imagen de promesas biblicas cristianasSe nos ha prometido vida eterna. Está en la Biblia, 1 Juan 2:25, "Y ésta es la promesa que él nos hizo, la vida eterna".
Dios puede hacer lo imposible. Está en la Biblia, Lucas 18:27, "Él les dijo: Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios".
Se nos ha prometido corazones y deseos nuevos. Está en la Biblia, Ezequiel 36:26, "Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne".
Dios nos ha prometido el perdón. Está en la Biblia, 1 Juan 1:9, "Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad".
Él ha prometido el fruto del Espíritu. Está en la Biblia, Gálatas 5:22-23, "Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley".
Él ha prometido libertad del temor. Está en la Biblia, Salmo 34:4, "Busqué a Jehová, y él me oyó, y me libró de todos mis temores".
Se nos promete el Espíritu Santo. Está en la Biblia, Lucas 11:13, "Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?
Todas nuestras necesidades serán abastecidas. Está en la Biblia, Filipenses 4:19, "Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús".
Ninguna cosa buena será retenida. Está en la Biblia, Salmo 84:11, "Porque sol y escudo es Jehová Dios; gracia y gloria dará Jehová. No quitará el bien a los que andan en integridad".

¿Cómo experimentar el gozo en la vida cristiana?

Resultado de imagen de ¿Cómo puedo experimentar el gozo en mi vida cristiana?
Los períodos de tristeza y depresión pueden entrar hasta en la vida de los más devotos cristianos. Vemos muchos ejemplos de esto en la Biblia. Job deseaba que nunca hubiera nacido (Job 3:11). David oraba para que fuera llevado a un lugar donde no tuviera que lidiar con la realidad (Salmo 55:6-8). Elías, aún después de vencer a los 450 profetas de Baal pidiendo que bajara fuego del cielo (1 Reyes 18:16-46), huyó al desierto y le pidió a Dios que le quitara la vida (1 Reyes 19:3-5). 

Así que, ¿cómo podemos superar esos períodos de ausencia de gozo? Podemos ver cómo estos mismos personajes superaron sus momentos de depresión. Job dijo que, si oramos y recordamos nuestras bendiciones, Dios nos restaurará el gozo y la justicia (Job 33:26). David escribió que el estudio de la Palabra de Dios alegra el corazón (Salmo 19:8). David también descubrió, que era necesario alabar a Dios incluso en medio de la desesperación (Salmo 42:5). En el caso de Elías, Dios lo dejó descansar un tiempo y después envió a un hombre, Eliseo, para atenderlo (1 Reyes 19:19-21). Hasta nosotros en la actualidad, necesitamos amigos con quienes podamos compartir nuestras heridas y penas (Eclesiastés 4:9-12). Trata de compartir cómo te sientes con algún hermano en Cristo en quien tú confíes. Puede sorprenderte descubrir que él también ha estado batallando con algunas de las mismas cosas por las que estás pasando ahora.

Lo más importante es que, si inevitablemente moran dentro de nosotros nuestros problemas, nuestras heridas y especialmente nuestro pasado, éstos jamás producirán un verdadero gozo espiritual. Tampoco el gozo se encuentra en el materialismo, ni en la psicoterapia, y ciertamente tampoco se encuentra en la obsesión con nosotros mismos. Se encuentra en Cristo. Los que pertenecemos al Señor “… nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne.” (Filipenses 3:3). Conocer a Cristo conduce a tener un sentido apropiado de nosotros mismos, y un verdadero espiritualismo interior en Cristo, haciendo imposible el gloriarnos en nosotros mismos, en nuestra sabiduría, fortaleza, riquezas, o bondad; sino en Cristo, en Su sabiduría y fortaleza, en Sus riquezas y bondad, y en Su Persona solamente. Sumérgete en Él, en Su Palabra, y busca conocerlo más íntimamente. Si le permanecemos, Él ha prometido que “nuestro gozo será cumplido” (Juan 15:1-11). 

Finalmente, recuerda que es solo a través del Espíritu Santo de Dios, como podemos encontrar el gozo verdadero No me eches de delante de ti y no quites de mí tu santo espíritu. Devuélveme el gozo de tu salvación y espíritu noble me sustente.(Salmo 51:11-12; (Gálatas 5:221 Tesalonicenses 1:6). No podemos hacer nada, aparte del poder de Dios (2 Corintios 12:1013:4). En efecto, cuanto más tratemos de estar gozosos a través de nuestros propios recursos, más miserables podemos llegar a ser. Descansa en los brazos del Señor "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas, porque mi yugo es fácil y ligera mi carga".(Mateo 11:28-30
) y busca Su rostro a través de la oración y la Escritura. “Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo.” (Romanos 15:13)


Cómo mantener el gozo de nuestra salvación

Cuando el amor del Señor Jesús nos toca por primera vez, y nos arrepentimos y confesamos Su nombre, un gozo desconocido llena nuestros corazones. ¡Qué gran gozo fue ser perdonados y nacer de nuevo! Mas el deseo de Dios es que mantengamos nuestro gozo toda nuestra vida en la salvación maravillosa que Dios efectúa. Esto no es solo para unos cuantos; aunque es normal para los hijos de Dios, como podemos ver en 1 Pedro 1:8: “Os alegráis con gozo inefable y colmado de gloria”.
No perdemos nunca nuestra salvación, que es eterna, pero debemos admitir que en ocasiones perdemos el gozo de nuestra salvación. Veamos dos de las razones por lo que esto sucede, cómo podemos recuperar nuestro gozo en el Señor, y qué hábitos podemos desarrollar para tener una vida diaria llena de gozo.

1. El pecado causa que perdamos el gozo de nuestra salvación

Resultado de imagen de Cómo mantener el gozo de nuestra salvación
En primer lugar, los pecados que cometemos deterioran nuestra felicidad. Aunque somos salvos, todos hemos pecado, fracasado delante del Señor o le hemos desobedecido. Y después de que pecamos, sentimos que algo anda mal; sentimos una barrera entre el Señor y nosotros.
Isaías 59:2 nos dice: “Pero vuestras iniquidades han venido a ser una separación entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros Su rostro de modo que Él no os oye”.
Nuestros pecados nos separan de Dios, y puesto que Dios es justo no puede tolerar el pecado. Por esto incluso una transgresión pequeña crea una barrera entre Dios y nosotros. Tanto pecados grandes como pequeños logran que perdamos el gozo de nuestra salvación.

2. Contristar al Espíritu que mora en nosotros, hace que perdamos el gozo de nuestra salvación

Romanos 8:9 nos dice que “El Espíritu de Dios mora en vosotros”. Cuando recibimos al Señor Jesús como nuestro Salvador, Él no solamente nos redime, sino que también vino para morar en nosotros, como el Espíritu. Ahora ya no vivimos solos; tenemos a otra Persona viviendo en nosotros que tiene Sus propios pensamientos, sentimientos y preferencias. Cuando somos uno con el Señor, quien vive dentro de nosotros, Él se alegra. Y cuando Él está alegre, nosotros también lo estamos.
Pablo dijo en Efesios 4:30: “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención”. 
Contristar al Espíritu Santo es disgustarlo. El Espíritu Santo habita en nosotros para siempre (Juan 14:16-17) y nunca nos deja. Por lo tanto, Él es contristado cuando no andamos conforme a Él (Romanos 8:4), esto es, cuando no vivimos en nuestro andar diario, conforme al principio de la realidad y la gracia”.
Supongamos, por ejemplo, que queremos ir a cierto lugar. Pero cuando pensamos en ir nos sentimos incómodos. Este sentimiento en nuestro ser nos dice que el Señor no quiere que vayamos, y aunque razonamos con nosotros mismos y decimos que está bien ir, el sentimiento de incomodidad permanece; el Señor Jesús, quien está en nosotros, sencillamente no quiere ir. No obstante, en vez de ser uno con el Señor, vamos de todas maneras. Al no seguir Su sentir, lo contristamos y lo hacemos infeliz, y cuando Él se contrista, es imposible que nosotros estemos felices.