Sin embargo, algunos no cambian de creencia, y van por la vida
creyendo la misma cosa, principalmente porque nada ha venido a enseñarles de
otra manera. Esto está bien siempre que exista algún indicio de verdad en lo
que están creyendo, pero seguro que hay algunas cosas que les enseñaron que eran
falsas. A pesar de todo ello, el mundo ha continuado y esas explicaciones están
presentes aunque hayan sido olvidadas. Lo que es más importante de lo
que se piensa.
¿El término “caldo de cultivo” agita cualquier célula cerebral?
Esto fue un experimento de Stanley Miller en los años cincuenta, que pretendía
producir vida a través de un “caldo” de productos químicos, puestos en un
recipiente lleno de gases, a los que dio energía con una conexión rápida de
electricidad.

Este experimento ha sido, durante los últimos 20 o 30 años, totalmente
desacreditado por la comunidad científica. Menos mal que esta “gema” pequeña de
información, no se ha filtrado a través de nosotros definitivamente, a nuestro
sistema de educación. Las objeciones incluyen el hecho, de que se hicieron mediciones equivocadas acerca de los gases y la cantidad de electricidad
necesitada para hacerlo trabajar. En otras palabras, ellos se las arreglaron
para conseguir la mayor parte del experimento equivocadamente.
¿No nos llena esto de confianza? ¡Todavía algunos libros de texto de escuela ofrecen el experimento y, aunque otros lo presentan con la advertencia de que no es el dato más apropiado, es incluido porque los científicos no han encontrado una mejor prueba para los datos, y ya habrían dado alguna explicación para reflejar su criterio al mundo!
Mas hay iniciativas más profundas sobre la teoría de que la vida
en la Tierra podría haber comenzado de una manera parecida. Preguntas como de
dónde vinimos, son contestadas estos días por muchos científicos, siguiendo los
principios propuestos a mediados del siglo XIX por Charles Darwin, bajo la "Teoría de la Evolución". Esta creencia se ha venido presentando como cierta
desde entonces, con la firme convicción en los corazones y mentes de los
científicos, de su certeza por encima de todo. ¿Es porque era una buena teoría? No precisamente. El problema está en que ha sido la única teoría que la ciencia ha
propuesto y, para muchos científicos, es la única posibilidad; para ellos
otra alternativa sería inconcebible.
Aseguran no haber cometido errores debido a este programa,
organizado por el enemigo de la religión, aunque la mayoría de los científicos
trabaja hoy en una variedad de disciplinas. La Teoría de la Evolución ha venido
a ser un sistema "religioso" del más alto orden.