miércoles, 9 de enero de 2019

La leyenda de los tres árboles

“Mis pensamientos no se parecen en nada a sus pensamientos —dice el Señor—. Y mis caminos están muy por encima de lo que pudieran imaginarse. Pues así como los cielos están más altos que la tierra, así mis caminos están más altos que sus caminos y mis pensamientos más altos que sus pensamientos.”
Isaías 55:8-9 Nueva Traducción Viviente.
tres arbolesCuenta la leyenda que había tres árboles que.... El primero de ellos era un olivo que soñaba convertirse algún día en un cofre lleno de piedras preciosas y de un gran tesoro. El segundo era un roble muy fuerte, y por ello quería convertirse en la embarcación más  imponente que había existido. Y el tercero era un pino que quería convertirse en el árbol más alto del mundo, para que cuando la creación le mirase ésta exaltara el nombre de DIOS.
Cuando el primer árbol estuvo maduro un talador lo cortó con un hacha, lo cual le causó un gran dolor. Pero si realmente quería contener un tesoro tendría que pasar por eso. Para su sorpresa, no fue llevado como madera a un palacio para convertirse en un cofre, sino a un humilde pueblo donde fue transformado en un pesebre.
El segundo árbol, el roble, también fue talado. Y tal como soñó, un constructor de barcos le comenzó a dar forma de embarcación. Pero cuando hubo terminado, se dio cuenta que no era de gran tamaño, por lo que su diseño no fue para navegar por los mares, sino para lagos.
El pino con el tiempo creció y se convirtió en el más alto de la tierra. Pero una noche durante una tormenta fue impactado por un rayo y cayó al suelo, así como su sueño. Pasó el tiempo y fue llevado a un lugar donde se colocaban los desperdicios. Después de haber sido el más alto se amargó al convertirse en un desperdicio.
Cuando estos árboles vieron sus anhelos morir, y ser despedazados, DIOS cumplió su propósito en ellos. 
El primer árbol que se había convertido en pesebre, y una noche recibió no solamente un tesoro, sino el tesoro más grande de todos los tiempos: Jesús. Él árbol anhelaba ser cubierto de joyas, pero DIOS lo cubrió de Su gloria. 
El segundo árbol que se convirtió en una embarcación, enfrentó un día una gran tempestad en el mar de Galilea, pero no se hundió. Su fuerte composición resistió no solo las olas y el viento que lo azotaban sino la gloria de DIOS. Además de que fue testigo de como el Hijo de DIOS ordenó a la tormenta que se detuviera.
Y de aquel tercer árbol que a los ojos de muchos se convirtió en desperdicio, un día cercano a la Pascua judía, fue tomado por unos trabajadores romanos para que fuese la materia prima de una Cruz, en la que sería sacrificado el Hijo de DIOS. A los tres días aquel hombre resucitó, y aquel árbol se convirtió en la Cruz que muestra al mundo la grandeza y el amor de DIOS. Y cuando la creación lo mira, ésta exalta el nombre de DIOS.
Si así como estos árboles tus sueños no se han cumplido, y pareciera que están muy lejos de cumplirse; o en la búsqueda de esos anhelos que sabes fueron depositados por DIOS, has sufrido golpes en el alma, hoy debes entender que tus sueños son mucho más pequeños que los de DIOS. Y que Sus pensamientos están muy por encima de los tuyos. Ese sueño que arde en tu alma es la esencia del plan de DIOS para tu vida, no te des por vencido porque ciertamente ocurrirá y será mucho mejor de como lo imaginaste.

Ríndete a los sueños del Señor y así serás portador de toda su gloria.

Aunque mi padre y mi madre me dejaren

“Aunque mi padre y mi madre me dejaren, con todo, Jehová me recogerá”
Salmos 27:10
Hace unos días tuve la oportunidad de visitar con un grupo de compañeros un hogar de niñas adolescentes, y a decir verdad fue una experiencia inolvidable, pero me ha dejado muchas enseñanzas y reflexiones.
Fue hermoso el cariño devuelto por cada una de ellas, por cada abrazo nos devolvían 10, por cada caricia más aun, fue... conmovedor.
Y en esos momentos, comencé a sentir la necesidad de esas almas tan pequeñas e indefensas, su necesidad de amor, de cariño, de un simple abrazo, una caricia, incluso de un saludo. El dolor de sus vidas por ser abandonadas, olvidadas, maltratadas, corría por mis venas; sus miradas penetraban las mías, y lo único que deseaba era salvarlas de esa vida que solo la llenaban de más vacíos.
Conversamos con ellas, jugamos, nos reímos, pero en mi mente seguía esa palabra firme que traspasaba mi corazón: abandonadas.
Y ésta es la realidad que nos rodea, personas que viven en oscuridad, en tristeza, sin sentido, abandonadas,... y cuántas veces por nuestro egoísmo, por nuestro YO agigantándose cada vez más, dejamos de mirar a nuestro alrededor, ¡de mirar a aquellos ojos que tanto necesitan de Dios!
Abandonadas. Pero ante esta situación, Dios, mi Padre amado, me recordó su promesa tan cálida, tan eterna, tan reconfortante, que me dio fuerzas para hablar a estas niñas tan bellas, con una vida por delante: Aunque mi padre y mi madre me dejaren, con todo, Jehová ME RECOGERÁ.

Si nuestra salvación es eternamente segura, ¿por qué la Biblia advierte tan severamente contra la apostasía?

Resultado de imagen de Si nuestra salvación es eternamente segura, ¿por qué la Biblia advierte tan severamente contra la apostasía?La razón por la que la Biblia nos advierte tan severamente contra la apostasía es porque la verdadera conversión es medida por la visibilidad de su fruto.
Cuando Juan el Bautista estaba bautizando a la gente en el río Jordán, les advirtió a aquellos que pensaban que eran justos, “Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento” (Mateo 3:7-8). Jesús advirtió a aquellos que lo estaban escuchando mientras predicaba el Sermón del Monte, que cada árbol es conocido por su fruto (Mateo 7:16), y que todo árbol que no produce buen fruto será cortado y echado en el fuego (Mateo 7:19).

El propósito escondido detrás de estas advertencias es lo contrario a lo que alguna gente llamaría “creencia fácil.” En otras palabras, seguir a Jesús es más que decir que eres un cristiano. Cualquiera puede afirmar que Cristo es su Salvador, pero aquellos que realmente son salvos, producirán fruto visible. Ahora, la pregunta es, “¿Qué se quiere decir por fruto?” El ejemplo más claro del fruto cristiano se encuentra en Gálatas 5:22-23 donde Pablo describe el fruto del Espíritu (Santo): amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, y templanza. Hay otros tipos de fruto cristiano (tales como la oración, el ganar almas para Cristo, etc.), pero esta lista nos provee un buen resumen de actitudes cristianas. Los verdaderos creyentes manifestarán estas actitudes en sus vidas de manera creciente, mientras progresan en su caminar cristiano (2 Pedro 1:5-8).

Los verdaderos discípulos son estos que dan fruto, quienes tienen la garantía de la eterna seguridad, y quienes serán preservados hasta el fin. Hay muchas Escrituras que señalan esto. Romanos 8:29-30 traza la “Cadena Dorada” de salvación, al señalar que aquellos que fueron conocidos desde antes por Dios, fueron predestinados, llamados, justificados, y glorificados. Filipenses 1:6 nos dice que la obra que Dios comenzó en nosotros, Él también la terminará. Efesios 1:13-14 enseña que Dios nos ha sellado con el Espíritu Santo como garantía de nuestra herencia hasta que la poseamos. Y Juan 10:29 afirma que nadie puede arrebatar las ovejas de Dios de Su mano. Hay muchas otras Escrituras que dicen lo mismo—los verdaderos creyentes están asegurados eternamente en su salvación.