domingo, 16 de junio de 2013

¿Para quién vives? - Devocional - Vídeo

Es increíble cómo en ocasiones podemos llegar al extremo de perder el enfoque sobre para quién vivimos. Y es que la presión de la gente o autoridades “espirituales” nos llevan a dejar de vivir para Dios y comenzar a vivir para ellos.
¿Para quién vives?, seguro que rápidamente contestaste que para Dios. Pero realmente, ¿es lo que demuestras día a día?
Conozco a muchas personas que hace tiempo dejaron de vivir para Dios y comenzaron a vivir para la gente, pues le dan más importancia a lo que la gente dice que a lo que Dios piensa de ellos.
Hay muchas personas que viven una vida con miedo del qué dirán, que les importa más lo que la gente pueda pensar que lo que Dios piensa.
Hay personas que hacen lo imposible para quedar bien con sus autoridades espirituales, pero se esfuerzan poco por quedar bien con Dios.
¿A quien tratas de agradar?, mucha gente vive para el ojo humano y se olvida de que hay un ojo divino que TODO lo ve.
Este mismo desenfoque hace que la gente viva utilizando diferentes máscaras, ya que delante de la gente son una cosa y cuando esa gente, de quien le importa la opinión, no está, entonces viven otra vida. En pocas palabras, este desenfoque de la vida nos puede llevar a caer en la HIPOCRESÍA.

¿Quién creó a Dios? ¿De dónde viene Dios? - ¿Es malo cuestionar a Dios? - Preguntas y respuestas bíblicas

¿Quién creó a Dios? ¿De dónde viene Dios?

El ateísta Bertrand Russel en su libro “¿Por qué no soy un cristiano? escribió, que si es verdad que todas las cosas necesitan de una causa, entonces Dios debe necesitar también una causa. Su conclusión de esto, es que si Dios necesitaba una causa, entonces Dios no era Dios, y si Dios no es Dios, entonces obviamente Dios no existe. Esta fue básicamente una manera ligeramente más sofisticada de la infantil pregunta, “¿Quién hizo a Dios?” Pero incluso un niño sabe que las cosas no vienen de la nada, así que si Dios es “algo”, entonces Él también debe tener una causa, ¿correcto?

La pregunta es astuta, porque se basa en la falsa suposición de que Dios viene de alguna parte y entonces pregunta dónde puede estar eso. La respuesta es que esta pregunta ni siquiera tiene sentido. Es como preguntar “¿A qué huele el azul?” El azul no está en la categoría de las cosas que tienen olor, así que la pregunta en sí misma es defectuosa. De la misma manera, Dios no está en la categoría de las cosas que son creadas, o llegan a existir, o son causadas. Dios no tiene causa ni procedencia de creación. Él simplemente existe.

¿Cómo sabemos esto? Bien, sabemos que de la nada, nada procede. Así que si alguna vez hubo un tiempo en que no existía absolutamente nada, entonces nada hubiera podido existir. Pero las cosas existen. Por lo tanto, puesto que nunca pudo haber habido absolutamente nada, y en cambio sí lo hubo, algo tuvo que haber existido siempre. Esa cosa que ha existido siempre es a quien llamamos Dios.

¿Es Jesús Dios? ¿Alguna vez Jesús afirmó ser Dios? - Pregunta bíblica - Vídeos

Respuesta: En la Biblia no hay un registro de Jesús diciendo las palabras exactas “Yo soy Dios.” Sin embargo, eso no significa que Él no proclamara ser Dios. Tome, por ejemplo, las palabras de Jesús en Juan 10:30, “Yo y el Padre uno somos”. A simple vista, esto no parecería ser una afirmación de ser Dios. Sin embargo, escuche la reacción de los judíos a Su declaración, “Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios” (Juan 10:33). Los judíos entendieron la declaración de Jesús al afirmar ser Dios. En los versículos siguientes, Jesús nunca les corrige, diciéndoles, “Yo no afirmé ser Dios”. Eso indica que Jesús realmente estaba diciendo que era Dios al declarar, “Yo y el Padre uno somos” (Juan 10:30). Juan 8:58 es otro ejemplo. Jesús les dijo “De cierto, de cierto os digo: antes que Abraham fuese, yo soy”. Nuevamente, como respuesta, los judíos tomaron piedras para arrojárselas (Juan 8:59). ¿Por qué los judíos querrían apedrear a Jesús, si no hubiera dicho algo que ellos creían era una blasfemia, concretamente, una afirmación de ser Dios?

Juan 1:1 dice que “El Verbo era Dios”. Juan 1:14 dice que “Aquel Verbo fue hecho carne”. Esto indica claramente que Jesús es Dios en la carne. Hechos 20:28 nos dice, “… para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre”. ¿Quién compró la iglesia con Su propia sangre? Jesucristo. Hechos 20:28 declara que Dios compró la iglesia con Su propia sangre. ¡Por tanto, Jesús es Dios!

Jugando A Ganar - Crecimiento personal-espiritual

“No es posible ganar un juego pensando que vas a perderlo”.
La mayoría de los que leen estas reflexiones son personas adultas, pero todos alguna vez fuimos niños y hubo un tiempo, en la mayor parte de nuestras vidas, cuando no teníamos miedo, queríamos volar. Pasamos nuestra niñez y nuestra juventud pensando que todo lo podríamos lograr. En aquel entonces jugábamos y competíamos para ganar. Ningún objetivo era inalcanzable, teníamos suficiente fuerza para conquistar el mundo. Teníamos una fuerza grandiosa para pensar en lo que fuera y luego hacer que ocurriera. Luego, a medida que pasaba el tiempo, ya no éramos tan niños, y el mundo nos dice con frecuencia que no podemos hacer todo lo que queremos, que los sueños son cosa de niños, que el ganar es para unos privilegiados, para aquellos que tienen suerte y tienen “con qué”. Muchos se ríen e incluso dudan de nuestras metas y tratan de convencernos de que vayamos por el camino del montón.
Ellos dicen: “Estás loco. Es muy duro. Debes jugar a lo seguro. ¿Por qué vas a arriesgarte? ¿Y si pierdes?”. Actúan como si los sueños fueran para otros, pero no para gente como nosotros. Hablan de su experiencia, de seguridad, de su comodidad y en vez de alentarnos nos contaminan con lo negativo, con el pesimismo, la derrota y tratan de inculcar sus propios miedos e inseguridades en nosotros. Los que antes no conocían la palabra “miedo”, ahora empiezan a entenderla y no sólo la entienden sino que la incorporan a sus vidas. Con tanta gente que nos dice que no podemos hacer algo y tan pocos que nos dicen que sí podemos, es difícil no dejar que el miedo invada nuestras vidas. Lamentablemente, así es como muchos de nosotros vamos por la vida. Vamos con miedo y con un pensamiento perdedor.
¿Cómo estoy yendo por la vida?, ¿con un pensamiento ganador o perdedor?
En la Biblia hay una historia en la que Dios le había prometido al pueblo que salió de Egipto, que les llevaría a una tierra maravillosa, muy hermosa y llena de frutas deliciosas.
Moisés eligió a 12 espías para explorar la tierra. Dos de ellos eran Josué y Caleb. Los doce exploraron la tierra secretamente. Vieron que la tierra estaba llena de cosechas y de fruta. De hecho, ¡para llevar un racimo de uvas debían hacerlo dos personas! También vieron a la gente. Parecían gigantes. Habían oído muchas cosas sobre estas personas. Las personas eran guerreros expertos que siempre obtuvieron lo que desearon. Sin embargo, podemos ver que 10 de los 12 espías tenían un pensamiento perdedor y comunicaron a la gente que no había manera de que pudieran conquistar la tierra. Vieron la fuerza de los guerreros y sus propias debilidades. Al parecer habían crecido con una mentalidad de derrota, de pequeñez, y no alcanzaron a ver lo que Dios había hecho con ellos.
Josué y Caleb dijeron al pueblo que con la ayuda de Dios podían hacer cualquier cosa. Sin embargo, la gente no les escuchaba. ¡Estaban asustados de lo que la gente haría, en vez de lo que Dios podía hacer! El miedo impidió que ellos pudieran entrar en la tierra prometida. Esta historia la puedes localizar en Números 13,14.

¡Toma decisiones consistentes! - Reflexiones - Vídeo

Cuenta la fábula de Esopo, que una zorra estaba siendo perseguida por unos cazadores. Cuando llegó al sitio de un leñador le suplicó que la escondiera. Entonces, el hombre le aconsejó que se resguardara en su cabaña.
Casi de inmediato llegaron los cazadores, y le preguntaron al leñador si había visto a la zorra.
El leñador, con la voz les dijo que no, pero con su mano disimuladamente señalaba la cabaña donde se había escondido.
Los cazadores no comprendieron las señas de la mano y se fiaron únicamente en lo dicho con la palabra.
La zorra, al verlos marcharse, salió sin decir nada.
El leñador le reprochó por qué a pesar de haberla salvado, no le daba las gracias, a lo que la zorra respondió: “Te hubiera dado las gracias si tus manos y tu boca hubieran dicho lo mismo”.
Moraleja: No niegues con tus actos lo que pregonas con tus palabras.
Cuánta gente hay a nuestro alrededor que parecen destruir con los pies, lo que tanto trabajo les cuesta edificar con sus manos. Eso se llama inconsistencia. De alguna manera, no han podido decidir qué camino tomar y pretenden, al igual que el hombre de doble ánimo del que nos habla la Biblia, ir en dos o más direcciones distintas.
Es evidente que necesitamos tomar decisiones y entonces ser consistentes en nuestras acciones y que éstas respalden la intención de nuestro corazón. Cuando esto no ocurre, podemos esperar momentos amargos. Tal vez hemos pasado por ese tipo de dilema.
Entonces, ¿por qué no recurrir a la Fuente que nos puede ayudar a tener paz no sólo con nosotros mismos, sino con Dios y dar pasos concretos en pos de lo que sabemos nos toca hacer?
De modo que haced y observad todo lo que os digan; pero no hagáis conforme a sus obras, porque ellos dicen y no hacen. Mateo 23:3
Por eso sus hermanos le dijeron: Sal de aquí, y vete a Judea para que también tus discípulos vean las obras que tú haces. Juan 7:3