martes, 1 de marzo de 2016

Nuestra Historia

cid:ii_il0rrebw0_15312a666da16aeeAl pensar en nuestra historia, la historia de Esther y yo, varias fechas vienen a mi mente. Un domingo, en el año 2007, Esther me contó, que mientras oraba en la iglesia, oyó la Voz de Dios decirle: “Levanta tu cabeza, ese será tu esposo (yo), pero tengo que prepararlo”. Dios le indicó que yo sería su esposo. 
Pasaron los años, y llegó el año 2010, más concretamente, el mes de mayo durante el Campamento de Jóvenes Mayores “Enfócate” de la iglesia a la que asistimos, cuando a través de una pastora, Dios me dice: “¿Ves la historia de Isaac y Rebeca? Así mismo te pasará a ti; Yo elijo tu esposa”. Luego, en un culto del 1 de Enero de 2011 llamado “Pasión Por Su Presencia”, a través de una amiga que hoy es pastora, Dios habló mucho a mi vida a nivel ministerial, y me volvió a decir: “Yo he elegido a tu esposa. La estoy preparando”. Meses más tarde, ese mismo año a través de un amigo, y después de un culto dominical en la iglesia, Dios me dice: “Yo soy quien te elijo esposa, no eres tú quien lo hace”. Ya en el verano de 2011, nos encontrábamos ella y yo en el viaje misionero “Invasión de Amor Montecristi”. En muchas de las comidas o almuerzos, nos sentábamos juntos. Sin saberlo, Dios ya estaba trabajando en nosotros. Cuando volvimos de Montecristi, nos sentamos juntos en el autobús.... Todo comenzó el domingo 14 de agosto del año 2011. Estaban dando la conferencia “Un Siervo para su gloria”, y después de salir de allí le pedí que fuera mi novia. Dios nos eligió el uno para el otro. En agosto de 2012 nos casamos para toda la vida. Ella es mi ayuda idónea, mi complemento. Dios me ha bendecido en todo el sentido de la palabra estando con ella. Ya en este 2016, tenemos dos hermosos niños, Benjamín, de 2 años y 7 meses y Matthias, de 5 meses. En pocas palabras, Dios me guardó para ella y guardó a ella para mí.

La estrella más brillante del cielo

Superar la partida de alguien especial siempre es doloroso, y muchos piensan que nunca se supera, que se aprende a vivir con el dolor o el vacío que esa persona dejó. Es algo devastador, que requiere de un esfuerzo considerable para sobrellevar los sentimientos encontrados que siente el corazón. No es lo mismo que alguien se aleje de ti por decisión propia, que perder a un ser querido que fue llamado por el Señor.
estrella mas brillanteEs realmente difícil despedirse de quien amaste un día, de aquella persona con la que tanto compartiste y fuiste feliz, porque queda un vacío y muchos recuerdos. Si bien es totalmente cierto que nadie puede ocupar ese lugar y nada sustituye lo que esa persona fue en tu vida, sea poco o mucho el tiempo que la tuviste contigo, no queda más que agradecer a Dios la oportunidad y el tiempo de haberla tenido.
Generalmente nos lleva bastante tiempo superar la partida de alguien que marcó nuestra vida. Cuando menos lo esperamos, experimentamos el fallecimiento de la persona que más influencia tenía en nosotros en todos los aspectos. Son momentos muy dolorosos, pero con el tiempo y la ayuda de Dios los superamos. Llegamos a su casa, y cada vez que vamos a ese lugar nos asalta algún recuerdo, aunque sea mínimo, pero cada vez que pensamos en lo que vivimos a su lado, hay una sonrisa en nuestro rostro, y decimos “Gracias Dios, por prestarme a esa estrella por un tiempo”.

El Espíritu Santo en la Iglesia





En los años de su ministerio personal, Jesús fue el consolador de sus discípulos. Les anunció que los iba a dejar; pero enviaría otro consolador que asumiría la responsabilidad de continuar con su ministerio. Jesús les manifiesta que este consolador estará con Ellos para siempre (Juan 14:16). Van a quedar solos por un momento, pero los encomienda bajo el cuidado de su Padre (Juan 17:11). El Espíritu Santo fue enviado para ejercer la consolación en lugar de Cristo. Veamos la obra del Espíritu Santo en la Iglesia.
I. EL ESPÍRITU SANTO NOS PROPORCIONA UNA NUEVA NATURALEZA
A. El Espíritu Santo produce en nosotros una nueva creación
  1. El pecado produjo una separación (Isaías 59:2; Romanos 3:23).
  2. En este estado no podemos tener comunión con Dios (1ª Corintios 2:14)
  3. Somos conducidos por el Espíritu Santo hacia Dios (Juan 3:8)
  4. Nos coloca en el cuerpo de Cristo (1ª Corintios 12:13, 1ª Pedro 2:9, 1ª Juan 5:11-12)
B. Somos adoptados como Hijos de Dios, por adopción Divina
  1. Somos templo de Dios (Juan 14:23, 1ª Corintios 3:16)
  2. Venimos a ser miembros de la familia Divina (Mateo 28:19)
  3. Somos iluminados por el Espíritu Santo (Efesios 1:18; 1ª Corintios 2:16)

Adicción

¿Cómo llegó aquí? ¿Cuándo acabará? La adicción es algo poderoso. Te consume y te hace sentir que no tienes el control de nada. Puede presentarse en forma de alcohol, otras drogas duras, apuestas, pornografía, desórdenes alimenticios o cualquier otro comportamiento enfermizo. Y te afecta de una manera física, emocional, social y espiritual.
Pero para cualquier cosa a la que estés atado, existe ayuda. No tienes por qué sentirte avergonzado, destrozado o vacío. Dios nos promete en la Biblia, “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28). Él desea liberarte y darte una nueva vida en Su Hijo, Jesucristo. En tu debilidad, Él es fuerte, y ofrece una esperanza real y duradera.
Cristo también fue tentado y sabe por lo que estás pasando. Cuando pones tu confianza en Él, puedes estar seguro de que Él te ayudará a romper las cadenas que te están atando.