Hace unas seis semanas, el Pastor Paul, del ministerio Biblias para Medio Oriente, estaba cambiándose de ropa después de un servicio de bautismo, realizado junto al Pastor Ayyoob y un buen número de cristianos que ya estaban en medio del servicio de adoración, cuando de repente, un grupo de militantes radicales llegó a la casa, armado con barras de acero y otras armas, y comenzaron a apedrearlo a él y a su grupo. Su cabeza fue gravemente herida y ensangrentada, y un buen número de otros también sufrieron lesiones.
Los creyentes lo llevaron al hospital más cercano, y un examen médico mostró serios daños en su cráneo, así que fue trasladado a un hospital especializado para una cirugía inmediata. Las autoridades allí, sin embargo, se negaron a hacerle la cirugía antes de cobrar el costo de la operación. Así y todo, sus pobres amigos creyentes de alguna manera lograron cumplir.
Pero los militantes islámicos que los atacaron descubrieron que el pastor Paul estaba recibiendo tratamiento en ese hospital, y planearon matarlo. Así que, los creyentes lo llevaron del hospital a la casa del Pastor Ayyoob en una zona boscosa cercana.
Sin mucha esperanza, el grupo de cristianos pensó que ese era su último día. Entonces se cogieron de las manos y repetidamente, alabaron y agradecieron al Señor Jesucristo resucitado. También continuamente, reclamaron la sangre de Jesucristo como su victoria.
De forma completamente inesperada, un león salió corriendo del bosque, saltó hacia los militantes, y cogió a uno por el cuello. Cuando otros combatientes intentaron atacar al león, otros dos leones los acorralaron. Los militantes aterrorizados huyeron del sitio, y los leones los dejaron completamente solos. Igualmente sorprendente, los registros muestran que no se supone que ningún león viva en ese bosque.