domingo, 28 de mayo de 2017

¿Por qué cosas te conocen?

(Moisés tuvo) por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón. Hebreos 11:26
Resultado de imagen de ¿Por qué cosas te conocen?En un antiguo campo de concentración japonés en China, hay una lápida dedicada a un hombre que murió allí en 1945, que dice: «Eric Liddell nació en Tianjin en 1902, hijo de escoceses. Su carrera alcanzó la cima al ganar la medalla de oro en la competición de 400 metros en los Juegos Olímpicos de 1924. Posteriormente, regresó a China a trabajar como maestro en Tianjin. Pasó toda su vida alentando a los jóvenes a hacer todo lo posible para mejorar la humanidad».
Para muchos, el mayor logro de Eric fue en la esfera deportiva, pero también se lo recuerda por su contribución a la juventud de Tianjin, en China, país en donde nació y al que amaba. Vivió y sirvió por fe.
¿Por qué cosas se acordarán de nosotros? Nuestros logros académicos, posición laboral o éxito financiero puede que nos concedan el reconocimiento de los demás, pero lo que perdurará después de que hayamos partido es el trabajo silencioso que hayamos hecho en la vida de otras personas.
Hebreos 11, el capítulo de la fe en la Biblia, recuerda a Moisés como alguien que prefirió ponerse del lado de los israelitas en vez de disfrutar de los tesoros de Egipto (verso 26). Guió y sirvió por fe al pueblo de Dios.

Inspiración

En la pequeña escuela rural había una vieja estufa de carbón muy anticuada. Un chiquito tenía asignada la tarea de llegar al colegio temprano todos los días para encender el fuego y calentar el aula antes de que llegaran su maestra y sus compañeros.

Una mañana, llegaron y encontraron la escuela envuelta en llamas. Sacaron al niño inconsciente, más muerto que vivo del edificio. Tenía quemaduras graves en la mitad inferior de su cuerpo y lo llevaron urgentemente al hospital del condado.

En su cama, el niño horriblemente quemado y semi
inconsciente, oía al médico que hablaba con su madre. Le decía que seguramente su hijo moriría, que era lo mejor que podía pasar en realidad, pues el fuego había destruido la parte inferior de su cuerpo.
Pero el valiente niño no quería morir, y de alguna manera, para gran sorpresa del médico, sobrevivió.

Una vez superado el peligro de muerte, volvió a oír a su madre y al médico hablando despacito. Dado que el fuego había dañado en gran manera las extremidades inferiores de su cuerpo, le decía el médico a la madre, habría sido mucho mejor que muriera, ya que estaba condenado a ser inválido toda la vida, sin la posibilidad de usar sus piernas.
Pero, una vez más, el valiente niño tomó una decisión.

Caminaría. Pero desgraciadamente, de la cintura para abajo, no tenía capacidad motriz. Sus delgadas piernas colgaban sin vida.
Finalmente, le dieron de alta.

Al filo de lo imposible

“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13).
Imagen relacionadaEn 1985, el montañista Richard Bass se convertía en la primera persona en escalar las Siete Cumbres, los picos más altos de cada continente (incluyendo dos en América). ¡Una grandiosa hazaña! Dieciseis años más tarde, el 25 de Mayo de 2001, Erik Weihenmayer repitió esa hazaña. Solo había una diferencia: Weihenmayer es ciego. Se convirtió así no solo en el primer (y hasta ahora único) ciego en llegar a la cima del Everest, la montaña más alta del planeta, sino también en el primer ciego en escalar las siete cumbres.
Weihenmayer nació el 23 de Septiembre de 1968 en Princeton, Nueva Jersey, Estados Unidos. Cuando aún era niño, descubrieron que padecía retinosquisis congénita, enfermedad que afecta con cierta frecuencia a la visión de personas de avanzada edad. Pero su versión congénita era mucho más rara y problemática. Desde muy pequeño, su padre lo incentivó a desafiar lo que los demás consideran que los ciegos no son capaces de hacer. Creció con la actitud de que podía realizar todas las actividades de las personas con visión completa.
Así, practicó toda clase de deportes. Jugó al baloncesto, pero recibía muchos golpes de la pelota en su cara, porque no podía prever la trayectoria de la misma, cuando iba directamente hacia él.
El gran punto de inflexión fue cuando, en un programa para personas invidentes, hizo prácticas de escalada. Inmediatamente quedó fascinado al enfrentarse a una gran barrera, porque con sus manos debía encontrar los agujeros para conseguir la mejor trayectoria que pudiera llevarlo a superarla.
Pronto se animó a escalar el monte McKinley, el más alto de Estados Unidos. Luego, escaló El Capitán, ascenso caracterizado por su complejidad técnica.

Aparecen leones de la nada para salvar la vida de cristianos

Hace unas seis semanas, el Pastor Paul, del ministerio Biblias para Medio Oriente, estaba cambiándose de ropa después de un servicio de bautismo, realizado junto al Pastor Ayyoob y un buen número de cristianos que ya estaban en medio del servicio de adoración, cuando de repente, un grupo de militantes radicales llegó a la casa, armado con barras de acero y otras armas, y comenzaron a apedrearlo a él y a su grupo. Su cabeza fue gravemente herida y ensangrentada, y un buen número de otros también sufrieron lesiones.
Los creyentes lo llevaron al hospital más cercano, y un examen médico mostró serios daños en su cráneo, así que fue trasladado a un hospital especializado para una cirugía inmediata. Las autoridades allí, sin embargo, se negaron a hacerle la cirugía antes de cobrar el costo de la operación. Así y todo, sus pobres amigos creyentes de alguna manera lograron cumplir.
Pero los militantes islámicos que los atacaron descubrieron que el pastor Paul estaba recibiendo tratamiento en ese hospital, y planearon matarlo. Así que, los creyentes lo llevaron del hospital a la casa del Pastor Ayyoob en una zona boscosa cercana.
Sin mucha esperanza, el grupo de cristianos pensó que ese era su último día. Entonces se cogieron de las manos y repetidamente, alabaron y agradecieron al Señor Jesucristo resucitado. También continuamente, reclamaron la sangre de Jesucristo como su victoria.
De forma completamente inesperada, un león salió corriendo del bosque, saltó hacia los militantes, y cogió a uno por el cuello. Cuando otros combatientes intentaron atacar al león, otros dos leones los acorralaron. Los militantes aterrorizados huyeron del sitio, y los leones los dejaron completamente solos. Igualmente sorprendente, los registros muestran que no se supone que ningún león viva en ese bosque.