La esencia de Dios es Amor
Pero hay buenas noticias ¡aún está allí!, solo debemos despertarlo nuevamente. Para ello contamos con todo el apoyo del Espíritu Santo, quien es el verdadero proveedor del amor. Su anhelo es eliminar los obstáculos que bloquean o limitan la manifestación de sus dones a través de nosotros, y el amor no es uno más de ellos, es el compendio de todos, el más importante, y si le permitimos actuar, con mucho gusto lo hará y nos ayudará, pero debemos pedírselo en oración y ser constantes en ella.
Compartiendo los frutos del Espíritu Santo
Cuando nos volvemos a conectar a la fuente del amor (que es Dios mismo), comenzamos a recibirlo de forma abundante y sentimos la necesidad de compartirlo con otros. Lo maravilloso de esto es que aunque lo repartiéramos con todos las personas del planeta, nuestras reservas jamás se agotarían, cada vez tendríamos más, por una simple razón, los frutos del espíritu se multiplican cuando se comparten.