Como iglesia moderna necesitamos cargar nuestros corazones de expectativas. Cargarnos de este tipo de sentir en nuestra vida espiritual. La expectativa, no solamente en el espíritu sino también en lo físico, te posiciona para recibir aquello que Dios quiere darte.
La expectativa es “la espera activa”, no es que yo me quede esperando que pase algo, sino que hay algo dentro de mí que está en continuo movimiento. “El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva” (Juan 7:38). Es una ebullición espiritual incontrolable, se escapa de mi razonamiento, hay algo dentro de mí que me impulsa a creer que algo está pasando y que no me voy a quedar fuera de eso que está pasando.
Uno de los puntos más importantes de la expectativa es que no me deja ser un simple oyente o televidente. Cuando en mi corazón hay expectativa, yo me mantengo en ebullición por lo que está pasando, me mantengo en un movimiento continuo.
Y creo hoy, más que nunca, que necesitamos tener expectativa de lo que hoy, y no mañana, está pasando en el cielo, y es mi responsabilidad manifestarlo en la tierra.
“He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad” (Isaías 43:19).
Veamos tres puntos esenciales acerca de la expectativa:
1. La Expectativa te Saca del espíritu Futurista.
“Entonces Marta, cuando oyó que Jesús venía, salió a encontrarle; pero María se quedó en casa. Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto. Más también sé ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo dará. Jesús le dijo: Tu hermano resucitará. Marta le dijo: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero. Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá” (Juan 11:20-25).
La verdadera expectativa activa el poder del ahora, del mañana hoy. Jesús cuando le habló a Marta le dijo hoy, no mañana, si realmente crees, hoy resucitará, no mañana. Cuántos creen realmente? Hay gente que suelta este sentir en sus corazones sólo cuando hay algún predicador de visita, cuando viene alguien de afuera ellos sueltan este sentir en sus corazones y reciben.
Hermano, vamos a renunciar al espíritu futurista que mañana va a pasar, porque Pedro al cojo del pórtico del libro de Hechos no le dijo “mira, mañana a las 20 horas hay una reunión de sanidades, vente a la iglesia que te sanamos”, no. Hermanos, dejemos y renunciemos a este espíritu, tengan hoy expectativas de lo que Dios quiere hacer con ustedes. Hoy Dios lo hace, si ustedes sueltan este sentir en sus corazones. Manténganse expectantes.