domingo, 23 de noviembre de 2014

El amor no espera

Un relato cuenta acerca de un viejecito enfermo y cansado, que vivía en la pobreza. Tenía cuatro hijos, y de ninguno de ellos recibía la menor atención.
el amor no esperaEn su pequeñísima granja deambulaban unas cuantas aves de corral que existían casi de milagro y que, por lo menos, no dejaban de poner un par de huevos diariamente. El resto de la dieta que el anciano consumía, eran unas cuantas frutas silvestres recolectadas con mucho esfuerzo.
Un día, buscando entre sus escasas pertenencias, encontró dos monedas de plata y se le ocurrió una idea: en el pueblo se las ofreció a un comerciante de artículos antiguos, a cambio de un viejo baúl, que con dificultad, llevó a su choza y lo colocó en  un sitio visible.
Por casualidad, uno de sus hijos lo visitó e intrigado, le preguntó: Padre ¿Qué guardas en ese baúl?
Un secreto -le contestó- que solamente conoceréis tus hermanos y tú el día en que me muera, pues ahí está toda mi herencia.
Al día siguiente enterró el baúl debajo de su lecho. Y cuál fue su sorpresa?… que a partir de entonces, los hijos empezaron a visitarlo a diario: le llevaban alimentos y turnándose entre  todos, mantenían su choza bastante limpia.
Pero un día el anciano murió, y como era obvio, los hijos acudieron a velarlo, darle sepultura, y por supuesto, a conocer detalles sobre la herencia. Así que desenterraron y abrieron el cofre, encontrando en su interior un pedazo de papel manuscrito, que entre otras cosas, decía: Hijos míos, el auténtico amor se entrega generosamente, sin esperar recompensa. Hubiera deseado dejarles más, pero mi única herencia es mi gratitud por lo que me dieron en vida.”

¿Existe el mal? - Reflexiones

El profesor universitario retó a sus alumnos con esta pregunta: ¿Dios creó todo lo que existe?
Un estudiante valiente, contestó: Sí, lo hizo.

-¿Dios creó todo? Sí señor, respondió el joven.
El profesor contestó, “Si Dios creó todo, entonces Dios hizo el mal. Si el mal existe, y bajo la premisa de que nuestras obras son un reflejo de nosotros mismos, entonces Dios es malo”.
El estudiante se quedó callado ante tal respuesta y el profesor, feliz, se jactaba de haber probado una vez más que la fe cristiana era un mito.
Pero otro estudiante levantó su mano y dijo: ¿Puedo hacerle una pregunta, profesor?
Por supuesto, respondió el profesor.
El joven se puso de pie y preguntó: ¿Profesor, existe el frío?
-¿Qué pregunta es esa? Por supuesto que existe, ¿acaso usted no ha tenido frío?
El muchacho respondió: De hecho, señor, el frío no existe. Según las leyes de la Física, lo que consideramos frío, en realidad es la ausencia de calor. “Todo cuerpo u objeto es susceptible de cambio cuando tiene y transmite energía; y el calor es lo que hace que dicho cuerpo tenga y transmita energía. El frío es la ausencia total y absoluta de calor; con él todos los cuerpos se vuelven inertes, incapaces de reaccionar por sí mismos, pero el frío realmente no existe. Hemos creado este término para describir cómo nos sentimos si no tenemos calor”.

La caída del muro

El pasado día 09 de noviembre, se conmemoró el 25 aniversario de la caída del muro de Berlín. Este muro dividía a Alemania en dos. No se podía pasar de un lado a otro. Pero hay otro tipo de muro y es el espiritual. En el momento en que el pecado entra en escena se crea ese muro de división entre Dios y los hombres. Pero ese muro cae cuando rendimos nuestras vidas a Cristo Jesús.
 La Palabra de Dios dice en Romanos 3:23-26 “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús”. También dice en Colosenses 2:14-15 “Él anuló el acta con los cargos que había contra nosotros y la eliminó clavándola en la cruz. De esa manera, desarmó a los gobernantes y a las autoridades espirituales. Los avergonzó públicamente con su victoria sobre ellos en la cruz”.
RECUERDA, A PESAR DE QUE EL PECADO PROVOCÓ QUE SE LEVANTARA UN MURO ENTRE DIOS Y NOSOTROS, CRISTO JESÚS, CON SU MUERTE, VENCIÓ AL PECADO Y DESTRUYÓ DE UNA VEZ Y POR TODAS ESE MURO, RESTAURANDO ASÍ LA RELACIÓN ENTRE DIOS Y NOSOTROS. DEBEMOS DE TENER A CRISTO JESÚS COMO SEÑOR, REY Y SALVADOR DE NUESTRAS VIDAS. ¿LO TIENES YA EN TU VIDA?

Yo decido Amar

Tener amor es saber soportar, ser bondadoso; es no tener envidia, no ser presumido, orgulloso, grosero o egoísta; es no enojarse ni guardar rencor; es no alegrarse de las injusticias, sino de la verdad. Tener amor es sufrirlo todo, creerlo todo, soportarlo todo. 1 Corintios 13: 4-7 
loveUna vez oí a alguien decir: “El amor no es un sentimiento, es una decisión”. En un principio estaba totalmente en desacuerdo con ese comentario, pero con el paso del tiempo me he dado cuenta de que es verdad. 
El amor es algo más que sentir emoción, alegría o cosquillas en el estómago, es una condición en la que decidimos situarnos y mantenernos. Y el amor hay que trabajarlo, cuidarlo, cultivarlo, mantenerlo vivo, hay que “decidir” vivir con amor. Por ejemplo, pregunta a una pareja que lleve 40 años casada. 
En esta cita bíblica, podemos analizar la profundidad de las cosas que se deben procurar para sentir amor por alguien. Dice “tener amor es saber soportar…” ¿Quién dijo que soportar es un sentimiento? Usted decide soportar los defectos de la otra persona, por eso el amor es una decisión.

¿Por qué no quieres un compromiso?

Una mujer joven se enamoró perdidamente de un hombre quien le juró que la amaba con todo el corazón. Lamentablemente, él nunca quiso presentarla a su familia, no la incluía en sus metas futuras y por tanto, nunca fijaba fecha para la boda. Hasta que un día ella se cansó, esperó mucho tiempo que este joven tomara la decisión de madurar y establecer una familia, pero descubrió que él solamente quería una relación, no un compromiso.
Este pueblo de labios me honra; mas su corazón está lejos de mí. Mateo 15:8
Seguramente, a su debido tiempo, aquella joven le reclamó a su pareja diciendo: ¿Por qué me dices que me amas, si no quieres comprometerte conmigo? Así como cualquiera de nosotros en su lugar, lo haría ante alguien que nos dice amar pero no lo demuestra. Del mismo modo, Dios hace una pregunta parecida, nuestro Señor nos hace un reclamo, y nos dice:
¿Por qué me llaman ustedes “Señor, Señor”, y no hacen lo que les mando hacer? Lucas 4:46
Son muchas las personas que dicen ser “Seguidores de Cristo”; sin embargo, ser un verdadero cristiano es más que simplemente “creer”, significa ser discípulo de Jesús, encontrarse en una constante lucha para cambiar y parecernos más a Cristo, conocer su palabra y obedecerla, incluso dar la vida por ella. ¡Llevar su mensaje para que más personas se salven!
El Señor declaró:
 “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” Mateo 7:21
En la actualidad son realmente muchos, los que sólo le dicen “Señor, Señor”, pero pocos los que “Hacen la voluntad del Padre”. Muchos dicen y no hacen, por tanto, no todos se irán al cielo. Por eso, pregúntate: ¿Por qué no quieres un compromiso? Examinemos nuestra vida, si realmente nos hemos comprometido con Dios o solamente somos como aquel hombre que mantiene una relación superficial.
¡Dile a Dios que lo amas con actos, no solo con palabras!