martes, 2 de julio de 2019

La Perfección del amor - El Sermón del Monte

El sermón del monte es una predicación hermosa que Jesucristo pronunció en el monte, ahora conocido, como Monte de las bienaventuranzas. En esta preciosa predicación, Jesús nos dejó fundamentos sólidos para construir nuestra vida y para cambiar nuestra perspectiva de ella. Ante todo, hay que resaltar la importancia que tiene la aplicación de esta hermosa predicación para nuestra vida diaria, predicación que tiene tanta vigencia hoy como la tuvo cuando fue enseñada por primera vez:
La perfección del amor:
Uno de los puntos clave en los que se diferenció la predicación de Jesús de la de cualquier profeta o predicador, sea del tiempo actual o del pasado, fue el énfasis que hacía en el amor como clave para vivir una vida plena. Esta es la clave para entender el corazón de las enseñanzas de Jesús y de su doctrina.
Debemos entender que el contexto histórico en el que vivía nuestro Señor no era sencillo: Los romanos habían conquistado su país; los judíos se sentían humillados, debían pagar impuestos y, a menudo, recibían tratos injustos y degradantes. Lo último que querían era escuchar a alguien hablando del amor; en lugar de eso, esperaban un hombre que a través de la violencia les devolviera la libertad. Lo cual nos lleva a entender por qué Jesús era tan diferente, tan único y tan particular: su mensaje es el amor.
Del libro de los Hechos, podemos inferir que hubo muchos personajes contemporáneos a Jesús que pretendían hacerse pasar por el Mesías. Se supone que muchos de ellos querían hacerlo para ponerse al frente de la batalla y proponer la guerra como arma de libertad.
Pero a diferencia de cualquier otro, Jesús predicaba sobre el amor y la humildad. Él sabía, y decía, que la verdadera guerra nace en el corazón del hombre y que las verdaderas ataduras no son las políticas ni las físicas, sino las que el pecado forja en el corazón.
Jesús enseñó a amar a los enemigos, Pablo enseñó a someterse a las autoridades, Pedro enseñó a no devolver nunca mal por mal. Y en ningún momento fue la intención de los primeros cristianos tomar las armas y pelear por la libertad del pueblo judío, o quedarse con el poder político; ellos estaban peleando la verdadera batalla.

El anciano y el niño

Don Nicolás, buenos días, he venido porque mi mamá me dijo que le hiciera una pregunta que me tiene preocupado.
Buenos días jovencito, en ¿qué te puedo ayudar? ¿Cuál es esa pregunta que te tiene pensando?
Sí, siempre me he preguntado, ¿qué hay después de que una persona sale de este mundo?
Resultado de imagen de El anciano y el niñoAh, mira qué interesante e importante tu pregunta. Bueno, antes de contestarte, respóndeme, ¿por qué deseas saber eso?
Al pequeño..., se le pusieron los ojos vidriosos y expresó: es que mi abuelita siempre me decía que era mejor partir para allá que estar aquí, porque decía que era mejor estar con Cristo.
¡Ah!, mira qué bien que me lo dices. Sí, creo con seguridad que ella tenía razón.
Sí, don Nicolás, pero explíqueme, ¿qué es eso?
¿Tu mamá no te lo ha explicado?
Sí, más o menos..., me dijo que era necesario ser un buen niño para ir a ese lugar.
¡Ajá!, te entiendo hijo. Bueno, seré muy sincero contigo; yo por mí mismo tampoco lo sabía, pero también busqué como tú y encontré un tesoro que me ha llenado toda mi existencia.
¿Un tesoro, don Nicolás? ¿Hay tesoros de los piratas todavía?
No hijo, no me refiero a esos tesoros humanos que todos andan buscando tener. Esos “tesoros” que la gente busca se disipan rápido y son como la niebla.

Un dulce y nuevo amanecer

“El Dios que hizo el mundo y todo lo que hay en él es Señor del cielo y de la tierra. No vive en templos construidos por hombres, ni se deja servir por manos humanas como si necesitara de algo. Por el contrario, él es quien da a todos la vida, el aliento y todas las cosas” (Hechos 17:24 NVI)
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Amanda, una mujer de aproximadamente 23 años, prostituida desde niña, rechazada por su padre, abandonada, triste, sola, maltratada y humillada, usada y sin esperanza, no podía anhelar aquello que ignoraba que existía, véase el amor verdadero, la lealtad, la candidez y la dulzura… ¿Crees que tu vida ha sido dura? No alcanzas ni a imaginar lo que ella ha tenido que enfrentar, su dignidad le ha sido arrebatada… y solo un milagro puede darle una vida nueva, un salvador, alguien dispuesto a dar su propia vida por ella, sin pedir nada a cambio.
Allí está Él, el Omnipresentesusurrándole al oído que la ama como nunca ha amado a nadie; está a su lado, la observa detenidamente, en todo tiempo y todo lugar (Jeremías 23:24 NVI). Desea habitar en su corazón, restaurar y sanar las heridas profundas que los hombres le causaron. Él es diferente, no miente, da vida, da aliento… lo da todo (Hechos 17:24 NVI).
Ella no lo sabe, mas Él es Omnisciente, tanto que conoce su pasado, su presente y su futuro. Lo que ha hecho, lo que está haciendo y lo que hará. Al leer sus pensamientos, sabe que navega entre la incertidumbre y la oscuridad; nada escapa ante sus ojos. (Hebreos 4:13).
Pero Amanda se resiste ante su voz seductora, la que le dice que hará en ella maravillas inimaginables y que volverá a brillar como la luz del sol. Tiene miedo, no sabe si buscarlo, le rehuye, se somete al abandono y al desprecio; sin embargo, Él se dejará encontrar en el momento perfecto y oportuno. (1 crónicas 28:9 NVI)