jueves, 7 de noviembre de 2013

Lo mismo, de otra manera - Ánimo en mensaje - Vídeo

LO MISMO PERO
En un lejano palacio un Rey soñó que había perdido todos  sus dientes. Así es, que mandó llamar a un sabio para que interpretase su sueño.
-¡Qué desgracia, mi señor!, le explicó el sabio. Cada diente caído representa la pérdida de un pariente de vuestra majestad!
-¿Cómo te atreves a decirme semejante cosa?, replicó el rey enfurecido, y de  inmediato llamó a su guardia para ordenar que le propinasen cien latigazos al mencionado intérprete.
Luego pidió que le trajesen a otro sabio, a quien de igual manera le relató su sueño. Este intérprete, después de escuchar al soberano con atención, le explicó: “¡Excelso señor! ¡Gran felicidad le ha reservado la divina Providencia! El sueño significa que va a sobrevivir a todos sus parientes”. El semblante del rey se iluminó con una gran sonrisa, y de inmediato ordenó que le dieran cien monedas de oro.
Más tarde uno de los  cortesanos  le dijo al rey: Aclare mis dudas, majestad; si ambos sabios le dieron una misma explicación sobre su sueño, ¿por qué al primero le pagó con cien latigazos, mientras al segundo con cien monedas de oro?” El rey respondió: “Efectivamente amigo mío; ambos sabios me dieron una respuesta que en esencia era similar, pero el segundo me la ofreció de mejor manera”. 

¿Cómo construyes tu vida? - Crecimiento personal-espiritual

La Casa del Carpintero
“Hoy tienes la oportunidad entre elegir una buena actitud que te abrirá puertas, o una mala actitud que te cerrará las puertas. Tú eliges.”
A un viejo carpintero le llegaba la edad para jubilarse. Contó sus planes a su jefe de que quería dejar la construcción, vivir una vida más relajada con su mujer y disfrutar de su familia.
Echaría de menos su salario, sí, pero necesitaba jubilarse. Seguro que la familia sobreviviría. El contratista jefe lamentaba ver irse a su buen trabajador y le preguntó si podría construir una última casa, como un favor personal. El carpintero asintió, pero poco a poco era fácil ver que su mente y corazón no estaban centrados en el trabajo. No trabajaba bien, a desgana, y usaba materiales de mala calidad. Desafortunada manera de acabar su carrera.
Y cuando el carpintero acabó su trabajo vino el contratista para inspeccionar la casa. El contratista dio la llave de la puerta principal al carpintero y le dijo; -Ésta es tu casa, mi regalo para ti.
¡Vaya sorpresa que se llevó! ¡Qué pena! ¡Ojalá hubiera sabido que construía su propia casa!, la hubiera hecho muy diferente. Ahora tenía que vivir en el hogar que no había construido bien.

Alegre y Triste - Reflexiones - Vídeo

Cuenta una vieja leyenda, que una vez tres hombres cruzaban un desierto a caballo durante la noche. Cuando se estaban acercando a un riachuelo seco escucharon una voz que les ordenó desmontarse, recoger unas piedras, ponérselas en los bolsillos, y no mirarlas hasta la mañana siguiente. A los hombres se les prometió, que si obedecían iban a estar alegres y tristes a la vez. Después de hacer lo que se les indicó, los tres montaron en sus caballos y siguieron su camino.
Cuando empezaron a salir los primeros rayos de sol, los hombres se metieron la mano en los bolsillos para sacar las piedras. Y para su sorpresa, se habían transformado en diamantes, rubíes y otras gemas preciosas. Fue entonces, cuando se dieron cuenta del significado de la promesa de que estarían alegres y tristes a la vez. Estaban alegres por haber recogido la cantidad de piedras que recogieron, pero decepcionados, frustrados y sobre todo tristes, verdaderamente tristes, por no haber recogido más.
Yo me pregunto si nosotros vamos a sentir lo mismo cuando lleguemos al cielo. Estaremos contentos con el tesoro que acumulamos en el cielo mientras estábamos en la tierra, y gozosos por las recompensas que Cristo nos dará. Pero también lamentaremos no haber hecho más para servirle.
Saquemos el máximo provecho a nuestras oportunidades para que estemos más alegres que tristes.
Mateo 6:19-20
No os acumuléis tesoros en la tierra… sino acumulad tesoros en los cielos…

Faros en la Oscuridad - Devocional

Hace unos días estuve en la bella ciudad de A Coruña, en Galicia. Fui invitado para compartir el evangelio en algunas congregaciones de allí durante una semana, y quedé impresionado con la calidad de la gente, con la grata fraternidad de las iglesias y la gentileza de los líderes y pastores. La ciudad está rodeada de un aura de ensueño que magnetiza al visitante y le hace enamorarse de sus parques, barrios y edificaciones.
Especial impresión me causó la Torre de Hércules, un faro a 106 metros sobre el nivel del mar y de 68 metros de altura. Fue edificado en el siglo I por los romanos y es el faro más antiguo del mundo en funcionamiento. En el año 2009 fue declarado por la UNESCO, Patrimonio de la Humanidad. Produce cuatro grupos de destellos cada 20 segundos y su luz se deja ver a 34 kilómetros de distancia. En las noches de más oscuridad, su luz guía al marinero a puerto seguro. Durante dos mil años ha sido un icono inamovible del genio arquitectónico del hombre, pero sobre todo, ha alumbrado y dirigido sin equívoco a millones de viajeros de todo el mundo.
Al pie de este faro, totalmente enajenado por él, maravillado ante la magia de esta edificación, uno no puede evitar recordar las palabras de Jesús cuando le dijo a sus discípulos: “Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder” (Mateo 5:14). El mensaje del Señor repiquetea en mi mente y no puedo por menos que emocionarme ante el contenido de esta gloriosa verdad.

El Idioma de la Alabanza - Devocional -- Vídeo

“Pero yo siempre tendré esperanza, y más y más te alabaré” (Salmo 71:14).
En este salmo el escritor está cercado por sus enemigos, pero allí, en el momento más oscuro, toma una decisión: Va a tener esperanza y va a multiplicar su alabanza.
el-idioma-de-la-alabanzaA menudo me encuentro con gente de una realidad tal, que anda convenciendo a la gente de fe, de que conviertan su esperanza en algo tangible. Y una vez tras otra me niego a que me conviertan en eso; soy un sacerdote y el sacerdocio sólo es ungido por el aceite del santuario de la esperanza. Mi unción es la esperanza, creo en un Dios que está a mi favor, que ha determinado mi bien y que tiene un propósito para mi vida. Soy prisionero de la esperanza. 
Claro es que entiendo lo que dicen, sé lo que soy y conozco mis límites… pero como diría Pablo: Yo sé en quien he creído…
Cuando no me pueden ungir aparecen los quejosos. Son gente que corre conmigo pero que me quiere marcar su ritmo. No puedo permitirme que me saquen de mi programa de carrera, yo tengo un paso y es la alabanza. He determinado alabar al Señor más y más cada día…, no es un capricho, es una necesidad de alguien que no pierde su esperanza. No me importa la opinión de los negativos, de los que siempre ven el pelo en el huevo, la mosca tras la oreja o el punto en la pared…