martes, 24 de marzo de 2015

¿Quién Te Dice La Verdad?

“EL QUE REPRENDE A OTRO HALLARÁ DESPUÉS MAYOR GRACIA QUE EL QUE LISONJEA CON LA LENGUA” (Proverbios 28:23)

El hecho de tener menos información no te hace inferior, ya que la vida es una escuela y cada nuevo contacto nos enseña algo. Cualquier cosa que otros saben no lo supieron siempre. El mayor problema de la ignorancia es no querer aprender, así que, aprovecha cada oportunidad que tengas, pero asegúrate de elegir a las personas adecuadas: las que se han ganado el derecho de ponerse a tu lado y que cuando es oportuno, te hacen preguntas difíciles, te traen la perspectiva adecuada y te mantienen bien encaminado. Si se da el caso de que Dios te envía tales personas, aquí tienes cuatro principios que te ayudarán a tratarlos correctamente:
(1) Muéstrales aprecio
Una actitud de “no lo espero de ellos, así que yo tampoco se lo voy a mostrar” te hará daño y te cerrará las puertas en el futuro. Nunca tomes las cosas por supuestas y no te olvides de dar las gracias.
(2) Lleva tu propia carga
No seas ni egoísta ni oportunista. Busca siempre la forma en que tu presencia sea apreciada, que la gente no se sienta obligada a estar contigo. La vida no te debe nada excepto una oportunidad para crecer.
(3) Mantente abierto y “ve al grano” sobre lo que quieres
Conversaciones vagas y dobles motivos suponen que la otra persona es, de algún modo, menos inteligente que tú. Esto puede ser fatal…
(4) Entiende los Límites
Porque otros conozcan a alguien lo bastante bien para llamarle a él o ella solo por su nombre de pila o su apodo, no significa que tú debas hacer lo mismo. Si alguien te dice: “Hola, mi nombre es Carlos”, no contestes con un: “¿Qué pasa contigo, tío?”. Demuéstrale respeto. No trates de cambiar el protocolo para acoplar el ambiente al que tú estás acostumbrado. Respeta los límites igual que a los demás, y siempre tendrás personas en la vida que podrán ayudarte a llegar a donde tienes que ir.

¿Qué dice la Biblia acerca del bautismo de infantes?

Hay mucha confusión sobre el bautismo en ciertas denominaciones cristianas. Sin embargo, ésta no es consecuencia de una presentación confusa del mensaje del bautismo en la Biblia. La Biblia es total y abundantemente clara sobre lo que es el bautismo, para qué es, y cuál es su propósito. En la Biblia, solo los creyentes que habían puesto su fe en Jesucristo eran bautizados, como un testimonio público de su fe, e identificación con Él. (Hechos 2:38Romanos 6:3-4). El bautismo mediante la inmersión en agua, es un paso de obediencia subsiguiente a la fe en Cristo. Es la proclamación pública de esa fe en Jesucristo, una declaración de sumisión a Él, y una identificación con Su muerte, sepultura, y resurrección.
Tomando como base lo anterior, el bautismo infantil no es una práctica bíblica. Un infante no puede poner su fe en Cristo. Un infante no puede tomar la decisión consciente de obedecer a Cristo. No puede entender lo que simboliza el bautismo en agua. De hecho, la Biblia no registra a ningún infante siendo bautizado. El bautismo infantil fue formalizado, en su método bautismal, rociando o vertiendo agua, porque era imprudente y peligroso sumergir totalmente a un infante en agua. Pero el método del bautismo infantil está en discordancia con la Biblia. ¿Cómo puede ilustrar la muerte, sepultura y resurrección de Jesucristo el acto de rociar o verter un poco de agua?

El Líder Navegante

El Liderazgo, es como una invitación a subirse a bordo de su propio barco e izar las velas, para iniciar la maravillosa aventura por los grandes océanos de la vida.
Muchas personas se detienen en el constante navegar de la vida, abatidas por el cansancio de tantos y tantos naufragios. Es lo que se conoce como “fracaso”. La palabra “fracaso” proviene del italiano antiguo “fracasare”, que es como el suceso donde el barco comenzaba a hundirse, debido a que su casco, parte inferior de la nave, había sido quebrado por las enormes rocas que estaban ocultas bajo el mar por donde transitaba.
El Líder aprende a navegar después de naufragar muchas veces en los mares de la impotencia, de la decepción, del fracaso. Estos tempestuosos mares son los puntos trascendentes donde nace la “Oportunidad”, palabra que deriva del latín y está compuesta por “Op”, que significa “Antes” y “Portus”, que se traduce como “Puerto”, es decir: “Antes del Puerto”.

¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?

Un día, reunido Jesús con sus discípulos les hizo una pregunta, ¿quién soy yo?; si Dios hoy te preguntara, ¿quién soy yo para ti?, ¿qué le responderías?
¿Puede ser que Jesús ya sea tu Salvador, puede ser tu sanador, será para ti el hijo de Dios, será tu fortaleza, será tu único amor?,... solo tú puedes decirle a Jesucristo quien es Él para ti y qué parte de tu vida ocupa, el primero o el ultimo; que es el único o hay muchos dioses más para ti. Solo tú puedes responder quién es Jesús para ti.
quien dice la gente que soyMuchas personas opinaban, y de diferente forma, pero ninguno decía quién era Él, nadie lo reconocía, nadie lo aceptó por lo que Él decía ser, al contrario, todos los sacerdotes lo rechazaban y envenenaban la mente de las personas contra Él.
Algunos decían Juan el Bautista: realmente pensaban que venía de Dios con un propósito pero no le reconocieron ni le aceptaron y... Juan ya había muerto.
Otros decían que Elías porque hacia milagros que nadie más había hecho y hablaba con poder y autoridad, pero tampoco le recibieron, Elías subió al reino de Dios vivo.
Otros más decían Jeremías o uno de los profetas: la gente de aquel entonces tenía la esperanza de que la salvación vendría de parte de Dios, esperaba al Mesías prometido, pero a Jesús no lo conocieron y no lo recibieron, porque les presentaba una salvación espiritual, y ellos querían un caudillo que levantara un ejército y venciera a sus opresores. Por eso no entendieron a Jesús, porque no entendían que no era con armas, ni ejércitos, sino con el poder del Espíritu Santo de Dios.

Amar no es fácil

Amar no es fácil. Así de categórico, porque en verdad solo se puede amar de una manera, a la de Dios. Fue Dios quien inventó el amor y por tanto, cualquier otra definición que queramos darle a este acto voluntario, tantas veces confundido con un sentimiento, es algo así como tratar de corregir con lápices de cera una pintura de van Gogh o de cualquier otro pintor famoso. Es imposible.
el amor de JesúsDe modo que amar no es fácil, porque el ejemplo es muy alto. Puedo recordar las múltiples ocasiones en que deliberadamente, he escogido un camino para el amor no muy excelso, usando la terminología de Pablo. Todavía estoy aprendiendo a amar, y creo que seguiré en esta escuela durante el resto de mi vida. Quizá no soy la única.
Por eso, en familia, estos días, estamos estudiando cada una de las palabras que define al amor perfecto en 1 Corintios 13. Hemos hablado de las veces en que no nos hemos mostrado amor y hemos usado el perdón. Hemos tenido conversaciones profundas porque el amor no es superficial. El amor verdadero no se conforma con lo que ve, el amor profundiza hasta encontrar las raíces.
Sí,  porque amor de verdad es mucho más que chocolates, y tarjetas de felicitación. Es mucho más que una celebración o una bella cena. El amor de verdad se ensucia las manos levantando al que se cae, seca las lágrimas, abraza cuando no quiere, da sin esperar, agradece porque conoce el idioma del contentamiento y la gratitud. El amor real vive sin máscaras, sobre todo donde más vulnerable es, en casa. El amor, con diseño divino, es amor que perdona y no regresa a recorrer lo andado.